lunes, 18 de mayo de 2009

YO ACUSO

Marzo de 1997

Yo acuso a la hipocresía de los gobernantes y a la falsedad de sus principios que manifiestan públicamente.
El caso de Ruhanda-Zaire es un ejemplo típico de esta hipocresía, las grandes potencias y sus satélites están rápidamente dispuestas a invadir o atacar a aquellas naciones que puedan perjudicar sus intereses económicos, tanto sea del estado o de sus ciudadanos sin importar en el país que se encuentren radicados, caso Irak por el petróleo. Pero en Ruhanda-Zaire no hay intereses económicos para defender, solo millones de seres humanos, sin distinción de edad que mueren de hambre en un país cubierto de desierto, por ello la intervención nunca se hace efectiva, se discute, se dilata, pero no hacen nada. Como este caso, existen otros a los cuales no les ponen rápido y terminantes remedios, ellos son las guerras étnicas, donde mueren también centenares de civiles, se critican, pero se demoran en tomar resoluciones para poner fin a tremendo genocidios, tampoco se pone mucho empeño en impedir que se les vendan armas a las fracciones enfrentadas, los recursos para ello los tienen, pero es más fácil hacerse los distraídos, mientras no sean ellos los perjudicados. Por el contrario se podría pensar que esta hecho a propósito, dada la superpoblación que hay en el mundo y la escasez de alimentos que existen, estimulen todo este tipo de genocidios. Todo es una farsa, carente de solidaridad y un atropello a la dignidad humana, no se miden riesgos con el fin de alcanzar solo objetivos económicos y de poder, hasta se permiten ir destruyendo a la misma tierra.
Esto es un mal mundial, esta degradación social y humana se extiende en cada uno de los países y cada gobierno aporta su cuota de arena.
Héctor Daniel Fernández

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