lunes, 18 de mayo de 2009

SUBVERSIÓN ?

Abril de 1997

Por estos días se esta hablando mucho de un rebrote subversivo, principalmente por los hechos de Neuquen y Capital Federal. Lo asombroso de todo esto es que los que hoy condenan, son lo que antes apoyaban y justificaban estos acontecimientos, hasta en algunos casos indirectamente los promovían; y los que hoy se hacen solidarios, son los mismos que hace un tiempo alertaban a la sociedad sobre el peligro de este tipo actitudes.
Pero lo más asombroso de todo esto es que ninguno hace nada para evitar estos desbordes, hablan, se acusan mutuamente, pero siguen muy alejados de la realidad y necesidades de la gente, solo intentan sacar provecho de la circunstancia, por ello son rechazados. Sabemos que la violencia no es para nada el elemento más idóneo para solucionar los problemas, pero en algunos casos, son los gobernantes los que llevan a una situación sin salida, estiran tanto las injusticias que provocan hechos como los que vivimos. Esperan solucionar o encontrar un principio de acuerdo cuando la violencia y la intolerancia se generalizan. Primero envían a reprimir y luego, cuando la situación se transforma en caótica, negocian.
Si esto es hacer política, es una barbaridad, nadie quiere hacerse cargo de la situación y dilatan las soluciones o por lo menos un acuerdo, deslindando responsabilidades, al final resulta que el problema no es de nadie, solo de la gente que lo padece, el Gobierno Nacional dice, que es responsabilidad de la provincia, la provincia que es por culpa del Gobierno Nacional, los ministros, que no es de su área, que a ellos no les corresponde y así un sin fin de justificativos para que el tiempo transcurra y nadie se haga cargo de nada, al final hay que pensar que nadie nos gobierna.
El General Perón nos decía, que la violencia de arriba engendra la violencia de abajo. Los peronistas no podemos ahora olvidar las luchas contra los opresores y mucho menos los sindicalistas pueden dejar de acordarse de las luchas obreras en defensa de las conquistas que querían ser avasalladas. Por lo tanto, porque todos se hacen los distraídos. Lo que nadie quiere entender que el problema no pasa por el miedo a hechos subversivos, de por si nadie quiere volver a caer en ellos, ocurre que la situación social está acorralando a los trabajadores, a los desocupados y a los ciudadanos en general, no les dejan alternativa para negociar, se los explota y no se los escucha en sus reclamos, solo se pretende que los números les cierren, sin contemplar la gran deuda interna que se genera. Al ser desoídos en sus peticiones, que no son otras que, trabajo, defensa de sus fuentes de trabajo en otros, educación, salud, justicia y seguridad, y ante la impotencia de no tener soluciones justas y equitativas explotan y se producen hechos como los de Neuquen, que si, en muchos casos son aprovechados por activistas infiltrados, de un lado y otro, porque también hay gente infiltrada de los servicios, que pretender desviar el objetivo del reclamo. Los pueblos agotan su paciencia y ya hace mucho tiempo que se viene anunciando estallidos sociales, y las únicas medidas que toman es poner más gendarmes para reprimir y como único sistema de mantener el actual plan económico.
Por momentos en los enfrentamientos actuales de Cultra-Co y Plaza Huincul , como lo fueron en su momento los de Nuequen, Tierra del Fuego, Córdoba, Santiago del Estero y Jujuy, nos hicieron recordar de los trágicos años de represión militar, gendarmes con sus caras tapadas, como antes los policías se sacaban sus placas para no ser identificados, largos bastones y represión indiscriminada. Gomeras y piedras, contra gases, bastones, camiones hidrates, balas de goma y hasta de plomo. Los que protestaban no eran subversivos, es gente que no fue oída en su momento, tan solo quiere ganarse su sustento con su trabajo y vivir dignamente, son ciudadanos que fueron excluidos del sistema, que ya no tienen esperanza, y arrastran infinidad de promesas incumplidas, insatisfacción, desesperanza e impotencia que no deja otro camino que la lucha, desigual y hasta en ciertos casos suicida, porque ya no hay nada más que perder. Estamos seguros que ellos no quieren los enfrentamientos, estamos seguros que ellos no quieren estar cortando las rutas o manifestando por las calles, ellos quieren estar trabajando dentro de las fábricas, de las escuelas o donde corresponda, produciendo y viviendo decentemente, pero se los presiona tanto, que no les dejan alternativa. Por eso le decimos a los que criticaron y defendieron, a los que critican y defienden, que todo nace por las injusticias que ellos mismos crean.
Estos hechos demuestran que dejan muy poco margen para negociar, se les exige más sacrificio de lo correcto y se le avasalla su dignidad. Los trabajadores siente en carne propia esta opresión e injusticia, ven a diario que sus conquistas son diezmadas, sus salarios son magros y solo viven para trabajar por migajas, mientras que los poderosos cada día tienen más, profundizándose la brecha entre ricos y pobres. Para los ricos los beneficios de esta economía y para los trabajadores la creciente desocupación y pobreza.
Pelear por nuestros derechos, pelear por justicia, no es de subversivo, es pelear por la dignidad. El General Perón jamás reprimió al pueblo, por el contrario, nos dio y nos enseño a defender nuestros derechos y luego de su caída fueron años de luchas para no perderlos. Si los Gobiernos aplicaran una mejor distribución de las riquezas y una plena Justicia Social, nada de esto ocurriría y tampoco habría lugar para los subversivos sociales.


Hector Daniel Fernández

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