jueves, 23 de junio de 2016

Consideraciones generales de la situación actual

En estos días la corrupción ocupa un sitial preponderante en toda la agenda mediática. Es indudable que la corrupción es un problema serio y está atravesando a todo el arco político y económico. Hoy el caso José López, por su espectacularidad y obscenidad tapa todos los demás problemas y profundos cambios de modelo económico, de un Estado presente a uno ausente, donde el mercado maneja la economía.
Aquello que de una forma u otra apoyamos un proceso político, con aprobaciones y críticas, pero en la concepción de que tenía lineamientos ideológicos acorde a nuestro pensamiento y tradición peronista, inclusión y ascenso social, fuerte presencia del estado en la distribución de la riqueza, independencia económica, soberanía política y sobre todo justicia social, nos debemos hacer cargo de estos ladrones sin excusas, pedir a la justicia una investigación independiente de los intereses políticos en juego, que busque a todos los culpables y caiga quien deba caer que haya participado de este o cualquier otro hecho de corrupción, desde arriba hacia abajo, de un costado y de otro, por todos lados y limpiar de corruptos, para salvaguardar el buen nombre y honor de miles de otros dirigentes que actuaron honestamente y sobre todo de los millones de militantes y ciudadanos que tienen una concepción ideológica, que ningún sinvergüenza nos va a cambiar. Estos hechos nos golpea doblemente, porque somos defensores de un modelo donde el Estado debe ser protagonista como regulador de la economía y protector social, que influya directamente en la redistribución equitativa de las riquezas, pero no que parte de ellas se las queden algunos sinvergüenzas, es necesario que los gobiernos progresistas profundicen los controles y exigencias de honestidad de sus funcionarios, como así también cambiar los códigos de ética. Sabemos que para que haya corruptos tienen que haber dos partes, pero eso no es justificativo, los empresario son proclives a estas cosas (denuncia de Hernán Arbizu JP Morgan - Magacausa de HSBC), nuestros funcionarios no lo deben ser, y si hay uno o los que sean, deben ser castigados inmediatamente por el propio gobierno, para generar confianza en la gente.  
El peronismo ha sobrevivido a 1955 y la revolución fusiladora, a López Rega e Isabel, a las peleas fratricidas, a Herminio Iglesias, a Carlos Menem, Bunge y Born y Cavallo, el peronismo sobrevive al tiempo y a los acontecimientos, porque es el único movimiento que a pesar de su errores y defectos, le ha otorgado al pueblo trabajador y los más desprotegidos, una posibilidad de vivir mejor.
Lo de José López o algún otro caso que aparezca, son un fuerte golpe para el Kirchnerismo, para el peronismo, pero también para la política en general. Este cruce de acusaciones mutuas de hechos de corrupción, evasión, incompetencia en la función pública, cada vez nos acercamos más aquel “que se vayan todos”, pregonada por aquellos que quieren bajar la intensidad de la política, aquellos que reniegan de la discusión ideológica y la construcción popular. Los grandes intereses quieren muy poca política, la degradación de los dirigentes y erradicar la militancia para ejercer con absoluta libertad su hegemonía. Algo así nos pasó en los 90. Los grandes medios monopólicos, instrumentos de esos intereses, mantienen los casos de corrupción en el tiempo transformándolos en cotidianos, con el fin de acrecentar el descrédito y destruir la política como herramienta para fortalecer la democracia y construir una sociedad mejor.
Hoy muchos se atreven a decir que el kirchnerismo está acabado (como en el 2008 con la rebelión de la Sociedad Rural y las pérdida de las elecciones de 2009 y 2013), esa posibilidad está latente y aquellos beneficiados por estos hechos como el Gobierno (Cambiemos) y el Frente Renovador, intentaran de hacer desaparecer a su enemigo, como es común en política. Pero con los hechos tan recientes es difícil precisar el grado del impacto, eso se irá viendo con el tiempo, pero sin duda han dado en el blanco. El Kichnerismo es un sector, importante, del Movimiento Peronista, guste o no, podrá desaparecer como rótulo pero no su proyecto. De desaparecer el Kirchnerismo como tal y a no muy largo tiempo perjudicara a la Alianza Gobernante, porque desaparecerá ese enemigo que eligió para confrontar y deberán rendir cuentas de sus actos de gobierno.  Nadie puede negar la capacidad del peronismo de regenerarse, como así también las organizaciones sociales, políticas y sindicales que adhirieron al anterior gobierno y que no están dispuestas a perder sus conquistas. Seguramente seguirá un purga de dirigentes manchados, otros traidores dirán ahora que no estaban de acuerdo mientas antes usufructuaban las mieles del poder. Aparecerán los “Pedros” que negaran su afinidad con el kirchnerismo, como los legisladores que se escindieron del bloque después de perder las elecciones y pasaron a ser colaboracionistas del gobierno. Aquellos que ahora se mimetizan como el camaleón con los de Cambiemos. Dentro de lo grotesco y repudiable que ha sido este hecho, es positivo para el Movimiento Peronista sacarse la escoria de encima, los corruptos, los desleales, los interesados y los traidores.   
Por último la coalición gobernante, a la que se la ve exultante y considera que ahora tienen vía libre para aplicar las políticas que les parece y puede presionar a gobernadores para sacar las leyes que ellos quieren, que tras el paragua protector de López tiene todo el camino allanado, no debería perder de vista que el descontento va creciendo, la explicación de la pesada herencia ya no alcanza para justificar los altos índices de inflación, los tarifazos, el aumento incesante de la desocupación, y la sensación, fuertemente instalada, de que lo sueldos no alcanzan para llegar a fin de mes. La resistencia y el descontento al modelo económico social de mayor concentración en menos manos, germina en las bases populares, aunque no tengan una conducción única y visible, lo que lo hará más incontrolable.  Tampoco podrán olvidar que las cuentas offshore, los capitales en el exterior y la evasión fiscal son parte del mismo sistema corrupto que se denuncia, aunque se quiera mostrar distinto y este cubierta por el aparato mediático. Cuando se debilite el poder que tiene hoy la justicia ira por ellos y para la ciudadanía será igual o peor.
Así mismo no podemos dejar de lado la “la patria contratista”, aquellos empresarios que se hicieron ricos con el Estado y hoy sigue haciendo negocios y están involucrados en los hechos de corrupción. Estos contratistas, que trabajan con todos los gobiernos, jamás denunciaron ante la justicia estos hechos, porque se benefician con esa corrupción, lo que los hace moralmente incompetentes.

Desde que asumió el nuevo gobierno las noticias para los trabajadores han sido negativa, es cada vez más evidente que hay una fenomenal trasferencia del sector del trabajo a los más pudientes.
Los trabajadores todos los días debemos afrontar una catarata de medidas perjudiciales, que afectan directa a nuestro salario y condición de vida.
El aumento de tarifas afecto considerablemente nuestra condición de vida, debiendo controlar por demás el uso de los servicios necesarios y todo progreso (heladeras, lavarropas, televisores, aire acondicionado, microondas) que hemos podido adquirir durante el tiempo en que los salarios equipararon a la inflación, ahora debemos restringirnos. Como lo ha dicho recientemente el Economista Radical González Fraga y aliado del Gobierno Nacional: “Donde le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior" y luego reafirmado por la Sra. Vice Presidenta Gabriela Michetti: “Les hicieron creer que podían vivir de esa manera eternamente” y la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires: “Nos hicieron creer que podíamos tener calefacción, electricidad y servicios”.  Quedando en claro el pensamiento de aquellos que hoy conducen el destino del País y el lugar que le destinan a la clase trabajadora. Las condiciones de vida lograda por la clase trabajadora pareciera que hubiera sido una “fiesta” disfrutada por la población, que ahora deber ser pagada y no un derecho adquirido con esfuerzo y sacrificio como productor de riquezas, en contra posición de la fortuna que han hecho muchos del gobierno ocultos en paraísos fiscales.
Está visto que el tarifazo, ha sido una transferencia directa del usuario a las empresas, que no han invertido en mejorar el servicio, pero que también está produciendo graves incidentes en el sur y otras zonas de la argentina, donde el uso de la calefacción es indispensable y las tarifas son impagables para empresas y domicilios particulares.
El aumento al transporte ha afectado a los que menos tienen, que son aquellos que deben tomar por lo menos tres transporte para poder llagar a su trabajo.
La inflación, principalmente de los productos de la canasta básica de alimentos, que se dispararon y no han tenido ni tienen control alguno. A todo esto debemos sumarle, como dijimos anteriormente, el aumento desmedido de los servicios. La inflación en los próximos meses seguramente bajara, porque sería una catástrofe que siguiera a estos niveles, pero no será por un éxito de la economía, por más que la quieran plantear así, será por la caída en el consumo o sea por la recesión. Al quitar las retenciones, los productos alimenticios se manejan al precio internacional. Ejemplo: si aumenta el trigo, aumenta la harina y sus derivados, si baja se mantiene al mismo precio, nunca baja.
Los indicadores ya están marcando el alarmante cierre de empresas pymes y comercios, la caída del consumo y por ende de la producción. En algunos casos ya no pueden hacer frente a las tarifas y en otros casos por no poder competir con los productos importados dado la apertura de las exportaciones. 
La desocupación, suspensiones, adelanto de vacaciones sigue en alza, cada vez afecta a más trabajadores y el panorama sigue siendo, por ahora, incierto con tendencia creciente. El gobierno con total compromiso con los empresarios y dándole la espalda a los trabajadores, veto sin el menor miramiento la ley de Emergencia Ocupacional, que ponía cierto coto a la sangría que se viene produciendo en algunos sectores, y en cierta forma fue una señal al empresariado para que sigan despidiendo al igual que hizo el estado. Esta Ley no era una solución ni es lo ideal, pero era un instrumento que podía contener en algo los despidos. Esta ha sido todo una señal y queda en claro que se puede esperar de este gobierno y a que nos debemos preparar las organizaciones gremiales y los trabajadores.
El gobierno estimaba que, la salida del “cepo”, la eliminación o reducción de las retenciones y el pago a los “buitres”, son señales que van a mejorar el “clima de negocios” de los inversores. Esto en teoría les iba a generar inversión directa o financiamiento para proyectos de inversión, produciéndose un aumento del empleo, la producción y el consumo, lo que llevará a acabar con la pobreza de un modo genuino. El error es pensar que la inversión sólo depende del “clima de negocios”, de la eliminación de las restricciones en los mercados, y del beneficio empresario, los tres aspectos a los que apuntaron las medidas económicas. Esto es lo mismo que cuando Juan Carlos Pugliese, Ministro de Economía de Raúl Alfonsín dijo “les hable con el corazón y me respondieron con el bolsillo”. Ocurre esto cuando la realidad no se ajusta a sus teorías.
No se ve luz al fondo del túnel por más que el gobierno apueste todo al segundo semestre, aunque ahora dicen que será para el 2017. La inflación del 25% que puso como meta el Ministro de Hacienda Prat Gay para todo el año, se le desbarranco y por ahora estamos llegando por encima del 40%. Pensaron que la devaluación no se iba a trasladar a los precios y se trasladó excesivamente, pensaron que el aumento de tarifas y transporte no iba a afectar a los salarios y afecto monstruosamente. A pesar del achique del estado con despidos y corte de programas no han podido bajar el déficit fiscal, por el contrario lo subieron y bajan las recaudaciones por la recesión, las estimaciones de crecimiento para este año les están dando negativa. Caída de dos puntos del PBI, inflación por sobre el 43%, salarios convencionales pactados a la baja, aumento de desempleados y de la pobreza e indigencia. Ante tal descalabro, están tomando medidas que comienzan a ser manotazo de ahogado, porque aquellos que le prometieron invertir no lo han hecho en la medida que ellos pensaban, porque las inversiones no van a llegar en la medida e inmediatez que ellos pretenden, por más perdón (vergonzoso) que les pidan a los capitales extranjeros (Españoles), porque lo único que ingresan son los capitales especulativos por las altas tasas, la relación tipo de cambio tasa de interés permite hacer importantes ganancias en dólares en el marco de la libre movilidad de los capitales, las inversión financieras son preferibles a las productivas para los principales operadores económicos. Aquellas empresas que invierten son las que ya están instaladas en nuestro país y hacen la inversión, como todos los años, para seguir funcionando. Los inversores, por más que ellos quieran mostrarse confiables, ven una probable conflictividad en puerta y esto los espanta, por lo menos retrasara hasta tanto no se sientan seguros. Además quien va invertir si mataron al consumo interno, matan a las empresas con las importaciones, si pueden importar no van a venir a instalarse en el País. Además no podemos salir a competir con nada al mundo. El aumento de precios se comió la devaluación y para muchos dejamos de ser competitivos, por lo tanto ahora comenzaron a reclamar otra devaluación.  Es por ello que ahora, el gobierno, tratan con algunas medidas (pago a los jubilados, quita del IVA, reactivar precios cuidados y un fuerte endeudamiento externo para inyectar en las obras públicas pensando en las elecciones 2017) enviar algunos pesos al consumo al agravarse el párate, alcanzara? Además aquellos que ganaron con el cambio de políticas sacan sus ganancias del País y no las reinvierten.
También, los capitales que supuestamente estarían interesados en invertir, observan las desprolijidades de una economía, con idas y vueltas, además de la toma de medidas inmediatas beneficiando a sectores poderosos, que bien podía haber soportado un tiempo más una situación desigual, exportadores, mineras, empresas de servicios, etc., y ahora recién comenzaron a pensar, al ver el descalabro que hicieron en sectores vulnerables y no tanto, en hacer parches para no tener conflictos sociales graves.
 Además, hay que tener en cuenta que el mundo está en un proceso de estancamiento y principalmente nuestro principal socio Brasil que está atravesando una profunda crisis política, social y económica que repercute directamente en nuestra economía. Las grandes potencias tienen stock de sobra y no saben a dónde colocarlos, al abrir la importación introducirá esos stocks a muy bajo precio y perjudicara a nuestra industria.  
Ante un mundo complejo como el detallado, el “enfriar” la economía para bajar la inflación crea mayor recesión, y por ende, cierre de empresas y desocupación, un circulo complicado de contener y que ya hemos vivido.
Es porque no hay un panorama alentador que impulsa el blanqueo de capitales, encubriendo una medida irreprochable, como es pagarles a los jubilados. Pero también con una trampa, lo que puede ser la venta de las acciones de las grandes empresas que tiene el Fondo de Garantía Sustentable de la Anses. Las empresas quieren hacerse de vuelta de esas acciones y presionan al gobierno para que las liquide, además el gobierno se puede hacer de dólares. También el proyecto pone fin a la moratoria perjudicando a miles de personas y la creación de un subsidio para los que no cumplan con todos los aportes, un hecho discriminatorio en un País donde hubo una desocupación del 21,5% más de 3.000.000 de personas desocupadas, un 40% de trabajo en negro y empresarios que no hacen los aportes. Con la misma excusa, de pagarles a los jubilados, Carlos Menem liquido YPF. Este blanqueo puede traer aparejado no a muy largo tiempo el desfinanciamiento del ANSES, peligrando el cobro de las jubilaciones, además de preparar todo para volver a las AFJP. Es tan evidente que usaron como excusa el pago a los jubilados en el blanqueo, que ya anunciaron que van a endeudarse para pagar a los jubilados, vamos de mal en peor. Ni los ministros y funcionarios del propio gobierno van a traer la plata al País, por la falta de confianza.
Otro tema que en estos tiempos se viene cuestionando es la profunda crisis judicial la cual ha perdido legitimidad y credibilidad, donde los intereses políticos y económicos se mezclan con los intereses de sectores de poder. Existen una justicia complaciente con los poderosos o el poder de turno y otra severa para los débiles o los que perdieron el poder. Jueces que gozan de privilegios que el ciudadano común no goza, son elegidos por acuerdos de dudosa legitimidad. La politización de la justicia, entrometiéndose en áreas reservada a los otros poderes, legislando o juzgando políticas. Los gobiernos no se declaran prescindentes y suman operadores. La mezcla extraña de la justicia, los servicios de espionaje y los medios de comunicación.  
En definitiva el problema no son las medidas, sino el modelo económico en sí que aplica este gobierno de CEO, que sabemos y conocemos de su insensibilidad, que lo único que les preocupa es que le cierren los números, sin importarles si a los que afectan con sus medidas son seres humanos de menores recursos, porque ellos esa situación jamás la padecieron ni la han vivido. Hoy han gerenciado al país como si fuera una empresa.
Estas medidas las pueden tomar porque, por más que hablen de la pesada herencia y los reales desordenes que existían, le han dejado un País con muy baja deuda externa, sin conflictos sociales serios y con un cierto resto en el general de la sociedad, que les ha ido permitiendo sobrellevar este ajuste, pero cada vez queda menos resto y la tolerancia se acaba, haciéndose notar reiteradamente en distintos lugares del País profundo. Cuando los sectores más vulnerables comiencen a sentir día tras día las necesidades básicas insatisfechas (comer), saldrán a la calle y será una seria señal para el resto de la sociedad. La conflictividad social y gremial podrá ir incrementándose y esperamos que los dirigentes sociales, gremiales y políticos estén a la altura de las circunstancias. Esperamos que los niveles de conciencia y participación popular actúen como contenedor de medidas que propongan un retroceso en esas condiciones de vida.
Está visto que esta democracia está perimida, cuál sería el cambio ahora no lo sé, quizás haga falta una democracia más directa, participativa y revocatoria de mandatos, así como está no sirve, sólo termina por beneficiar a los más poderosos en detrimento de los débiles. Las desigualdades se ensanchan, los privilegios de los poderosos crecen y se reduce cada vez en menos personas. Hay una justicia para ricios y otra para pobres. De qué sirve votar a diputados y senadores, representantes del pueblo, si después cambian de posición ideológica según la conveniencia personal o de la plata que le ponga el gobernante de turno al gobernador o intendente.

Junio 2016

Héctor Daniel Fernández 

miércoles, 15 de junio de 2016

INSEGURIDAD

La inseguridad es un tema repetido en toda la Argentina y especialmente en Buenos Aires, sin embargo en los últimos meses, los hechos de inseguridad han aumentado. El gran Buenos Aires padece a diario distintos hechos de inseguridad que no permite a los ciudadanos desarrollar su vida normalmente. Esta situación ya extralimita la famosa sensación de inseguridad o la repetición en los medios de comunicación de un mismo hecho. Muchos de los medios de comunicación han dejado de informar los hechos de inseguridad menos violentos como ocurría con otros gobiernos, como si esto solucionara el problema. Los peores años de la Argentina se empiezan a visualizar desde la dictadura militar en adelante, salvo algunas excepciones que se pueden remarcar en varias políticas destinadas a este fin. Varias generaciones fueron arrastradas a la marginación y pobreza extrema, donde a la juventud se le quitó la posibilidad de un futuro digno.
Posteriormente hubo una reactivación de los medios de producción, con crecimiento de la industria y el empleo, pero la escala de valores ya se había roto. La cultura del trabajo quedo menguada y la entrada del narcotráfico, el cual se instaló y arraigo en los distintos estamentos sociales, comenzó hacer estragos.
El resultado de esta combinación y la lucha de bandas narcos por el territorio de distribución, aumentaron la violencia e inseguridad en las calles de todo el conurbano y la Ciudad. No importa si es de día o de noche, los ciudadanos sufren desde comienzos del 2016 un brusco aumento de la inseguridad. En estas zonas los delincuentes se manejan con total impunidad, cometiendo delitos a cara descubierta y en cualquier momento del día, además de una inusitada violencia, que va creciendo a medida que pasa el tiempo. Para analizar esta violencia, deberíamos partir del concepto que para la mayoría de los delincuentes y principalmente jóvenes, su vida no tiene ningún valor, por lo tanto mucho menos la tiene la de sus víctimas. Otro hecho que arroja a mucha juventud al ejercicio del delito, es el hecho de no tener igualdad de oportunidades, de no alcanzar un trabajo remunerado dignamente, el ejemplo claro fue el de un joven de fuerte apache, que le preguntaron porque delinquía: mi viejo por años se levanta a las 5 de la mañana para ir a laburar por unos mangos que no le alcanzan para llegar a fin de mes, y yo vendiendo “droga o algún otro “laburito”, saco más guita que él y sin romperme el lomo.
También es cierto que el aumento de las penas, el bajar la edad de imputabilidad, la mayor presencia policial no han dado resultado, hoy tenemos un ejército de policías federales, provinciales, municipales, además de infinidad de empresas de seguridad privada y la delincuencia aumenta a diario.
Quizás habría que probar con mejorar las condiciones socioeconómicas, con trabajo digno y salarios justos para todos los que quieran trabajar, una expectativa de futuro más venturoso para los jóvenes, educación de calidad para todos, sin excepciones. Un Estado presente ante el más desprotegido y vulnerable, una sociedad más solidaria y menos individualista y egoístas. A medida que la sociedad se vuelve más compleja, las causas de la criminalidad se hacen más complicadas e interrelacionada y se conjugan factores sociales, demográficos, económicos que requieren una respuesta más sofisticada.
Debemos aclarar que por lo general la delincuencia se la asocia a sectores marginales o pobres, pero está probado, que no es patrimonio exclusivo de este sector social, porque en niveles sociales altos existe esa misma delincuencia, con distintas características pero con similar poder de daño. Además debemos tener en cuenta que cuantitativamente son muchos más los marginados y desesperanzados que aquellos que gozan de cierto nivel económico satisfactorio u holgado, con el agravante que estos últimos poseen una formación cultural superior, mayor y mejores oportunidades y como así también cierta impunidad. Cuando falta paz, falta pan; Donde no hay que comer, ¿qué alegría puede haber?; Donde no hay que comer, ni hay paz ni la puede haber.”
Las Instituciones del Estado que nos deben bridad seguridad han caído en una profunda crisis de credibilidad, siendo incapaces de poder prevenir o dar una respuesta adecuada, formando parte en muchos casos, del mismo problema. El sistema político, en general, no ofrece opciones reales porque está comprometido con su propia supervivencia.
La falta de respuesta, coordinación y competencia entre los actores del Estado en materia de Seguridad, la ineficacia resultante por la carencia de voluntad de acción o bien por falta de voluntad política para resolver el tema de la Seguridad en general, ha hecho crecer la solidaridad entre ciudadanos o vecinos, creándose proyectos tipo o redes de contención vecinales.
Es esencial tener muy claro que el principal elemento para atacar a la delincuencia y disminuirla es la firme voluntad política de aquellos que nos gobiernan para hacerlo, ellos deben tomara todas las medidas que sean necesarias y los cambios estructurales para revertir aquellas situaciones que las generan. La retórica ya no basta, el Estado es quien nos tiene que garantizar seguridad, justicia, salud, educación, trabajo de calidad y se debe exigir permanentemente por ello si pretendemos tener un futuro mejor y un País más justo y solidario, también está en nosotros cambiar esta situación.
Debemos tener una justicia ecuánime, con ética y honesta. Fuerzas policiales decentes, idóneas y con elementos adecuados y ciudadanos comprometidos.
Como ciudadanos y trabajadores, debemos exigir al gobierno, porque la inseguridad y la lucha contra el narcotráfico, fueron uno de las promesas claves de la campaña, ahora está obligado a lograr resultados visibles y garantizarnos la seguridad, no se puede seguir viviendo recluidos en nuestras viviendas o con el temor al ir o venir de nuestros trabajos de ser víctimas de la violencia. Nos deben garantizar la paz social y poder transitar de forma segura por las calles de nuestra ciudad o barrio.
Mayo 2016


Héctor Daniel Fernández

JUBILADO, QUE MAL SE TE VE

El titular del ANSES, anunció que en septiembre finaliza la moratoria previsional. Este sistema de moratoria fue instaurado en 2005 y alcanzó casi a un 97% de cobertura jubilatoria.
Esta medida anunciada por el Gobierno tendrá un impacto negativo en miles de personas que estén en edad de jubilarse y que no puedan alcanzar los aportes requeridos.
Esto afecta a trabajadores que durante cierto lapso trabajaron en forma registrada y que luego, por distintos motivos no pudieron conseguir otro trabajo en blanco y lo debieron hacer en negro o informalmente para lograrse su sustento.
Según el gobierno considera injusto “que la gente que contribuye reciba lo mismo que la gente que no contribuye” y “queremos que haya una jubilación universal y que tenga una parte contributiva que premie a la gente que puso dinero en el sistema”. La dirección del ANSES viene a sugerir la posibilidad de jubilarse (Subsidio a la vejez) a través del sistema público con haberes básicos a aquellos trabajadores de menores recursos o que no reúnan la cantidad de aportes necesarios, mientras que al mismo tiempo habilitan un sistema de capitalización paralelo para los estratos de mayores ingresos. Algo similar a lo que fueron las AFJP.  Seguramente muchos que lo escuchan superficialmente y por los medios, afirmaran que está bien lo que dice el Gobierno, porque le van a pagar una jubilación igual a que no tiene todos los aportes. Primero que nadie que ha tenido todos los aportes en regla gana la mínima y segundo una vez más se pone en marcha un sistema insolidario, egoísta e individualista, que castiga aquellos que menos tienen o que fueron perjudicados por deficiencias de un Estado que no puedo o no quiso generar más trabajo en blanco o controlar debidamente que no existiera trabajo informal. La victima pasa a ser el victimario y la sociedad en vez de solidarizase lo condena.
Cuantas madres han recibido su justa retribución por medio de la jubilación de Amas de Casa, cuántas mujeres que han trabajado haciendo tareas de limpieza o cocina en casas de familias, las que cuidaban enfermos, hacían de niñeras o aquellas que trabajaron largas jornadas en el campo, junto a su esposo e hijos, todas ellas sin el reconocimiento justo y el aporte correspondiente, se han podido jubilar. El Estado no puede ignorar sus falencias y muchos de los que se beneficiaron con tener trabajando personas en negro, justifican estas medidas poniendo en evidencia la insolidaridad de un sector de la sociedad.
Los trabajadores debemos estar alertas a estas medidas, porque todo lleva a la vuelta de los 90, a un sistema de seguridad social más pequeño y con menos capacidad para cubrir las jubilaciones, entonces volverán las ideas de privatizarlas para tener un mejor gerenciamiento de las cajas. En el actual contexto que estamos viviendo con despidos, suspensiones, caída de salarios, aumento de informalidad, evasión, fuga de capitales (empresas Offshore), plan de Primer Empleo, falta de aportes patronales, producirá la caída significativa en la recaudación del sistema de seguridad social y es por ello que están tratando de implementar estos cambios que afectara a miles de trabajadores. El gobierno debería estar preocupado por otorgar un haber mínimo que no puede ser menor al salario mínimo, vital y móvil y que tiene que cubrir la canasta básica del adulto, en lugar de hacer modificaciones al actual sistema.  No nos debemos equivocar, estas medidas no se enmarcan en una pesada herencia, sino estrictamente en una política económica neoliberal encarada por este gobierno. Si ante pudieron llevar adelante, con defectos y virtudes, este sistema jubilatorio, donde beneficio a miles de personas, ellos también podrían administrarlo con las correcciones del caso y no con un cambio insolidarios.
Otro tema que se ha ido incorporando en la agenda y a la espera de ver la reacción de la gente, es la aprobación de una ley que le permita a la ANSES, sin trabas, desprenderse de las acciones que tiene en las principales empresas del País. En principio la excusa sería pagar los juicios a los jubilados, al igual que lo están haciendo con el “blanqueo” de capitales. En el año 2015 se aprobó por amplio consenso en ambas cámaras la ley 27.181, donde se necesita el acuerdo de los dos tercios del Congreso para desprenderse de estos activos. Este gobierno la quiere modificar con el supuesto fin de venderlas y hacer de los dólares (una solución a corto plazo). Pero este no sería el único fin, sino también, ha pedido de los empresarios, sacarse los directores que le corresponde al gobierno por las acciones que tiene el Estado de las empresas y así no ser controladas, además de rehacerse de esas rentables acciones. Esas acciones forman el núcleo del sistema de Fondo de Garantía de Sustentabilidad, la caja donde además se depositan los aportes jubilatorios de los trabajadores en actividad y sus patrones, además de otros ingresos, y por otro, salen los fondos destinados a pagar las jubilaciones y pensiones. Si venden estas acciones, que otorga altos dividendos, además de su valor nominal, mucho más si se produce la tan anunciada reactivación, la ANSES se encontraría muy debilitada en sus ingresos y los jubilados verían estratégicamente comprometidos sus futuros haberes.     
Otra cosa que no podemos olvidar es que el Presidente Mauricio Macri, en campaña anuncio que iba a otorgar el 82% móvil del salario del trabajador activo a los jubilados, como prometió que iba a sacar las retenciones al campo, esto último lo cumplió al asumir y lo que beneficiaría a los jubilados no se habla más, por el contrario se toman medidas que los perjudican.
Otra señal que se está largando a rodar, para ver la reacción de los trabajadores, es aumentar la edad jubilatoria, las mujeres de 60 llevarla a 65 años y los hombres de 65 a 70 años. Todo esto envuelto en un halo de conveniencia dado la creciente expectativa de vida y el beneficio de mantenerse activo. Esto no es más que una nueva apuesta de las políticas neoliberales, que se están aplicando en un mundo en recesión y endeudado a exigencias de los organismos de crédito. Esto puede ser uno de los requerimientos que le hagan al Gobierno al pretendido interés de endeudarse. Una vez más vemos como los trabajadores debemos pagar las incursiones de un gobierno que no afecta a los grandes intereses como ser: bancos, exportadores, comercio exterior, etc.
Por último, digamos que el Gobierno tomo más de 500 millones de dólares de la ANSES para financiarse. El gobierno de Mauricio Macri emitió bonos que fueron tomados directamente por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, volviendo a usar la plata de los jubilados, método que fue durísimamente criticado en el pasado y es utilizado ahora por estos funcionarios para financiar gastos corrientes. El interés que abonará el gobierno a la caja de los jubilados, es equivalente al 4,5% anual, muy por debajo del interés que pagaran al tomar deuda para abonarle a los fondos buitres. Si bien el Estado aplico un durísimo recorte de gastos, con quita de subsidios, despidos y cierre de programas sociales, también dejo de percibir ingreso importantes de las retenciones, afectando sus arcas y que ahora trata de cubrir afectando a los que menos tienen.

Héctor Daniel Fernández


Mayo 2016

EMPLEO JOVEN

Dentro del descontento y la incertidumbre que vive la clase trabajadora, por los despidos y el aumento desmedido de los precios de los productos de primera necesidad, manifestado en la multitudinaria marcha del 29 de abril organizada por las distintas organizaciones gremiales, el gobierno de Cambiemos intenta bridar buenas noticias para frenar este clima adverso.
Está claro que a los masivos despidos en el sector público, se están sumando, a diario, los despidos en el sector privado, más allá de la discusión de cuantos son entre el gobierno que pretende desconocerlos o minimizarlos y los gremios que lo viven en carne propia, esta discusión pasaría a ser irrelevante, porque pocos o muchos sean los despedidos, aquellos que deben afrontar esta situación angustiosa, ven en su horizonte un futuro incierto y la dificultad de conseguir el sustento para su familia. Aclaremos que se está contabilizando despedidos de trabajadores registrados, nadie habla de los primeros despedidos, que son aquellos que trabajan en negro o informales. Cada despedido en blanco, significa cuatro despedidos informales, porque aquel que estaba en blanco deja de generar trabajo para otros. Los informales hacen por lo general changas, jardinería, albañilería, pintura, comercio, etc., este gana el plato de comida a diario, al no trabajar no lleva nada a la casa y este sí que no pude esperar seis meses para ver si cambia la economía y viene el famoso derrame que anuncia el gobierno con tanto optimismo.
Entre las buenas noticias que trata de generar el gobierno es el proyecto de ley para crear un Régimen de Promoción de Primer Empleo Joven. El fin es estimular la creación de empleo formal con la reducción del costo laboral. Este proyecto será para jóvenes de entre 18 y 24 años durante los primeros tres años de trabajo formal. El plan retoma la política de exención a las contribuciones patronales que tienen las empresas y además el Estado les transferirá directamente un subsidio proporcional al salario del trabajador.  Los montos de los beneficios varían también según el tamaño de la empresa a partir de una segmentación entre las empresas de menos y más de 200 trabajadores.
Una vez más se vuelve a probar con políticas de este tipo, Martínez de Hoz y Domingo Cavallo lo había experimentado con la exención de las contribuciones patronales. En este caso, una vez más el gobierno transfiere recursos del Estado al sector empresario, las cargas sociales que debía recibir el Estado las transfiere a los privados, como lo ha hecho con los subsidios a los servicios públicos, aumento de tarifas del transporte, la quita de las retenciones y la reducción del salario real con el aumento desmedido de los precios. También se desfinancia la seguridad social (ANSES), esta pérdida de recursos se podrá compensar, con endeudamiento externo, reducción de beneficios (que ya se están viendo), ventas de las acciones de las empresas más poderosos o ajuste del gasto público.
Una vez más las políticas neoliberales limitan y simplifican la problemática del empleo a una cuestión de costo laboral. No entienden al salario como un dinamizador de la economía y del crecimiento del mercado interno, sino como un costo. Suponen que la solo reducción del “costo laboral” genera empleo y se puede competir en el exterior, cuando la realidad nos muestra un mundo en recesión, con enorme cantidad de stock de productos y que están dispuestos a introducirlos en cualquier mercado a precios regalados. Con el cambio de gobierno y la aplicación de distintas políticas económicas para bajar la inflación (devaluación, altas tasas, quita de subsidios, etc.) se desestimó el consumo interno, produciéndose un enfriamiento de la economía producto de despidos y recesión o recesión y despidos. El gobierno tiene todas las expectativas puestas al ingreso de capitales para la reactivación económica y la generación de empleo.
Ahora en nuestro País, las PYMES generan alrededor del 70% del empleo, por lo tanto no se puede esperar mucho de la instalación de empresas extranjeras, sino del sostenimiento de las PYMES, las cuales han sido seriamente castigadas: mega devaluación, tarifazo, apertura de las importaciones, altas tasas de interés. Es necesario una política industrial, protección ante los productos importados, facilidad en el financiamiento y recomposición del salario de los trabajadores para reactivar la demanda interna, de lo contrario se producirán cierres y pérdida del empleo. Además las empresas extranjeras, al menor inconveniente de rentabilidad o perspectiva adversa se van y dejan el tendal.
Con el Plan del Primer Empleo, se verán beneficiadas las grandes empresas nacionales o extranjeras, porque serán ellas quienes podrán tomar la mayor cantidad de trabajadores “baratos” por su bajo costo y con trasferencia de dinero del Estado a las empresas. Así mismo, con este Plan, las empresas podrán incorporar a sus planteles estos trabajadores “baratos” en lugar de algún otro con mayor carga.  Una vez más se beneficiaran los grandes ganadores de este Gobierno. Es una realidad que todas las medidas tomadas desde el Gobierno que han beneficiado a los sectores más poderosos, han sido implementadas de inmediato a su asunción por decreto, en cambio las que deberían compensar esa pérdida ocasionada por la transferencia de recursos de los más pobres a los más ricos, es lenta, insuficiente o es ignorada.
Una pregunta que nos hacemos, si es tan exitoso el plan económico y son tan optimistas como el Sr. Presidente manifiesta, de que en el segundo semestre será como una catarata la llegada de inversiones extranjeras, lo que permitirá reactivar la economía y se crearan miles de puestos de trabajo de calidad, para qué hace falta este Proyecto si las empresas se verán necesitadas de tomar trabajadores, por qué darles este beneficio, con el riesgo de una caída de ingresos en las arcas del Estado y de desfinanciar la Seguridad Social.
Por último la OIT, en su informe del 2015 ha manifestado que estas políticas no han tenido resultado en Latinoámerica desde que comenzaron a implementarse en 1990 hasta la actualidad. 

Héctor Daniel Fernández
Mayo 2016


LAS CRISIS ECONÓMICAS LA TERMINAN PAGANDO LOS TRABAJADORES

Los acontecimientos sociales, económicos y políticos, tanto en Grecia como en España, que hace unos años atrás fueron de público conocimiento y que aún hoy no lo han podido superar en Grecia y España son de suma importancia para la clase trabajadora de Europa e incluso del mundo. Más recientemente, en Francia hubo una serie de multitudinarias manifestaciones realizada por sindicalistas y jóvenes contra la pretensión del Gobierno socialista de precarización laboral, facilitando los despidos, reduciendo la indemnización, aumentar las horas de trabajo y un sistema de empleo joven, según el gobierno lo hace para generar más trabajo, una historia ya conocida. Desde América Latina lo debemos seguir con mucha atención, porque está visto, que todo ello repercute con más o menos retroactividad en nuestro continente. El amplio plan de recortes sociales y de derechos que se han efectuado en los países antes mencionados, es una muestra de lo que se puede esperar en otros lugares del mundo. Es como una reacción del capitalismo para poner las cosas donde ellos quieren. Dentro del mercado y de la sociedad de consumo, la lógica de producción no se mide por la satisfacción de las necesidades básicas de la sociedad (comida, vivienda, salud, educación, etc.) sino por los parámetros de optimización de la rentabilidad capitalista privada. La lógica del capitalismo es producir sólo para quien puede pagar los bienes y servicios producidos. La producción no está basada en la búsqueda del bien social, sino por la búsqueda de la rentabilidad. Por lo tanto, en crisis como la que está afectando a parte de Europa y las medidas que han tomado para superarla, han producido recesión, menores ventas y acumulación de producción, lo que se traducirán en una mayor expulsión de empleados y trabajadores. Con este sistema la rentabilidad y concentración de riquezas queda en pocas manos. La gran masa expulsada de este circuito, le sobra al sistema. 
El hecho es que la crisis descarga su peso sobre los trabajadores. Siempre son los trabajadores quines deben pagar las crisis, nunca es el capital o los que más tienen son afectados. Siempre los sacrificios y los recortes a los derechos sociales y laborales se hacen sobre la clase trabajadora, nunca sobre los dueños de las grandes riquezas y rentabilidades, la crisis la terminan pagando los más débiles. Todos estos planes prosperan en la medida que la masa expulsada o en peligro se lo permita.
Cuando nos referimos a la concentración de riquezas en pocas manos, hoy los sistemas de producción y de comercialización a escala global están hegemonizados por unos 200 bancos y corporaciones empresarias transnacionales. Con este diseño de economía global, no son los gobiernos ni los países quines deciden cuánto se produce y para quién, sino estas corporaciones y bancos trasnacionales, dado que son ellos quienes manejan la estructura de la producción, comercialización y financiación. Los Estados sólo cumplen una función reguladora y ordenadora, sin peso e incidencia en la producción y comercialización. Los grandes pool de las corporaciones son los que forman los precios y deciden sobre los volúmenes y el destino de la producción mundial y no los gobiernos.   
En la crisis de EEUU aumento el desempleo a un 10%. Pero el abultado salvataje estatal estuvo direccionado a los bancos y grandes empresas con problemas económicos y financieros. Quienes promovieron “grandes ajustes”, cerrando sucursales, talleres, plantas industriales, oficinas, etc, cesanteando personal, reduciendo ingresos y flexibilización laboral.  La variable una vez más fueron los trabajadores y sus familias y no las ganancias o los ingresos de los principales directivos o dueños. 
En la crisis que se desató en el 2010 en Grecia; España, Portugal e Irlanda, la receta aplicada fue la misma, salvar los bancos y las grandes empresas y castigar al pueblo trabajador, recortando los gastos sociales, los derechos laborales, despidos masivos, privatizaciones, etc. El plan de “ayuda” que la Comunidad Europea y el FMI que le otorgaron a Grecia y que su gobierno desoyendo el voto popular aceptó, sólo persiguió un fin: salvaguardar los intereses de la banca europea a costa de que el nivel de vida de los trabajadores retroceda décadas. Acostumbrados a la movilidad social ascendente (que sus hijos estén mejor que ellos), hoy se encuentra que todo eso se derrumba y esa movilidad social será descendente. La inyección de dinero fue a los bancos y a los tenedores de la deuda externa griega, quienes cobran altos intereses para refinanciar esa deuda pública y salvaran con creces sus cuentas. De esta forma Grecia “honrara” su deuda externa, ahora quién “honrara” a los trabajadores y pensionistas griegos (deuda interna), si su propio gobierno los castiga y los deja sin nada, sobre todo sin sueños ni esperanza. Lo mismo ocurrirá con aquellos países que esta crisis afecte. No hemos visto que tanto la banca como las grandes empresas hagan ningún tipo de ajuste, privilegiando el mantenimiento de la fuente de trabajo y salarios a su holgada rentabilidad, porque ajuste no es echar gente, eso es depositar todo el peso de la crisis a los que trabajan. Da la impresión que nadie se preocupa de salvar a los pueblos, sino la preocupación reside en salvar los bancos y empresas transnacionales. 
Esta receta ya fue aplicada en los 80 y 90 en América Latina y principalmente en la Argentina, privatizaciones, apertura de los mercados, aumento de la edad jubilatoria, congelación y recorte de salarios y jubilaciones, falta de inversión pública, aumento de impuestos, flexibilización laboral, etc. Todo ello fue la antesala a un gran estallido social, alcanzando una desocupación del 21,5%, la pobreza trepo al 57,5% y la indigencia al 27,5%.
Nuevamente en América Latina está volviendo a tomar ese rumbo con la caída de los gobiernos progresistas y principalmente con la crisis político – económica de Brasil. Por distintos medios los gobiernos de derecha que se vienen dando en la región, están llevando de una forma u otra a la aplicación de estos idearios capitalistas.
De modo que la crisis es fomentada y utilizada como una excusa para avanzar con políticas neo liberales, afectando seriamente los ingresos y condiciones de vida de los trabajadores y favoreciendo a los capitales especulativos. Esta es la nueva cara de la explotación, cuando los pueblos alcanzan cierto estado de bienestar, el capitalismo actuá para arrebatarles las conquistas y sumirlo en la desesperación y la angustia, obteniendo mano de obra barata y sumisa. Este fenómeno ataca también los estamentos sociales que contienen a los trabajadores, debilitando y desorganizando a las organizaciones sindicales y políticas de los trabajadores.
La subordinación del Estado al capital necesita ser cuestionada por los trabajadores para que la crisis se transforme en una oportunidad para los cambios de sistemas de producción y el objetivo de satisfacer las necesidades de todos, de lo contrario las grandes masas de expulsados del sistema podrán causar ardientes conflictos sociales de impredecibles resultados.

Héctor Daniel Fernández

Mayo de 2016

jueves, 2 de junio de 2016

POBREZA

Con mucha tristeza se observa como distintos sectores políticos discuten con total liviandad cuantos desocupados hay y si los hay, si aumento la cantidad de pobres e indigentes a consecuencia de las políticas económicas “correctivas” recientemente aplicadas, cuando el simple hecho de que haya gente que no pueda tener un trabajo digno y remunerado decentemente como para poder vivir y mantener su familia es grave, y mucho más aquellos que por razón de no poseer un trabajo caen a la pobreza o a la indigencia. Los planes sociales o AUH, son meros paliativos, la única forma de crear dignidad es con trabajo genuino. Para muchos esos seres humanos son simples números, les debe cerrar las cuentas, achicar el déficit y no importa el costo social del mismo. Un método de un pragmatismo irracional e inhumano, que solo lo pueden aplicar aquellos que jamás vivieron o compartieron las necesidades de una importante fracción de seres humanos que habitan esta nación.
Es evidente que por motivo de la anunciada devaluación, el aumento de precios antes, durante y después de dicha devaluación, la quita de retenciones a los cereales, aumento a los servicios, transporte y combustibles causo un profundo efecto en los salarios de los trabajadores formales y mucho más en los informales, que por más esfuerzo que se haga en las paritarias, está sabido que no podrán recuperar las pérdidas operadas. Pero más revelador son los índices que han publicado distintos organizaciones sociales insospechadas de cualquier sentido partidista.
El Observatorio de la Deuda Social de la UCA, dice “Pero tal como mostramos en este informe, el mayor riesgo de subocupación y empobrecimiento no lo están experimentando en realidad los segmentos formales de la economía sino los sectores informales; no sólo el 30% de los hogares que para subsistir además de realizar trabajos de indigencia reciben algún tipo de ayuda social, sino también miles y miles de microempresas informales y emprendimientos familiares; y con ellos una amplia capa de trabajadores asalariados precarios, trabajadores independientes no profesionales, pequeños comerciantes y trabajadores eventuales (no menos de 3 millones de trabajadores); los cuales, además de carecer de visibilidad y de representación política, o debido a ello, no han sido objeto de una especial protección social frente a la situación crítica generada por la caída del consumo, el aumento de los precios y el mayor riesgo de despido o caída de la actividad. Un segmento al cual no llegan los aumentos por paritarias, ni las tasas de interés favorables, ni las tarifas sociales, ni el salario familiar, ni los aumento en los programas sociales, etc. Justamente, es esta masa de segmentos vulnerables de clase media baja o sectores populares los que constituyen los “nuevos pobres” que emergen de medidas “normalizadoras” adoptadas por el actual gobierno.
En el informe antes citado de hace unos meses del Observatorio de la Deuda Social Argentina se buscó llamar la atención sobre esta situación, expresada en principio un aumento estimado en la tasa de pobreza de entre 24% y 27% o entre 29% y 33% (según la fuente de datos que se utilice) durante el primer trimestre del presente año. La estrategia adoptada para normalizar en parte las variables macroeconómicas habría generado más de un millón de nuevos pobres, fundamentalmente segmentos provenientes del sector informal y de las clases medias bajas. Este dato, aunque “impactante”, no deja de ser una estimación conservadora, más aún si consideramos la dinámica socioeconómica subsiguiente.”
Por otro lado el ISEPC (Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana) dice: “En los sectores medios, los cambios implican bajar a las segundas marcas, ir por los cortes de carne más económicos o de segunda calidad, menos carne bovina, más pollo, consumir sólo frutas y verduras de estación, recorrer los supermercados aprovechando las ofertas de cada día y con algunas tarjetas, etc.
Sin embargo entre los sectores más vulnerables de los barrios populares las realidades, posibilidades y consecuencias son diferentes. No hay tarjetas, ni oportunidad de recorrer demasiado para buscar las ofertas de la semana. Desde hace mucho tiempo las segundas y terceras marcas (o sin marcas) son las únicas que llegan al hogar, al igual que los cortes de carnes más económicos, mientras se incrementa la frecuencia que se alternan con los menudos y las alitas de pollo. Vienen siendo parte de la vida cotidiana, que en los últimos meses se ha visto alterada más negativamente aun.
Las caídas generales en las ventas de carne bovina, que según la industria frigorífica en abril se calculan entre un 5 y 6%, respecto al mismo mes del año pasado, en las carnicerías de los barrios están en un promedio de -15%, y el pollo, cuyas ventas descendieron algo menos están -11%. Esto se corresponde en sentido inverso con los aumentos de precios de la Canasta Básica de Alimentos, en los últimos seis meses el rubro carnes subió por encima del promedio general: un +32,44%. Por otro lado las ventas de pastas secas (fideos) en el primer cuatrimestre permanecieron estables respecto a los meses anteriores, cuando habitualmente bajan en verano. Esto indica un reemplazo de unos productos por otros en la alimentación de las familias, que produce un deterioro en la calidad de las dietas, que ya eran de baja calidad.
Las consecuencias no se hacen esperar. En un relevamiento de talla y peso en niños y jóvenes realizado en los últimos días en varios distritos del conurbano bonaerense aparecen significativos porcentajes de niños con malnutrición. Lo más preocupante es que se vienen dando casos de sobrepeso entre los lactantes -0 a 2 años- casos (16% de los relevados); 1ª infancia -2 a 6 años- (40% de los relevados); 2ª infancia -6 a 12 años- (29% de los relevados) y en adolescentes -12 a 19 años- 20% de los relevados.
Realmente en un País productor de alimentos como el nuestro, es inconcebible que pasen estas cosas, es más, no tiene justificativos desde ningún punto de vista. En nuestro país se suele tirar cosechas de hortalizas, papas y frutas, por exceso de producción e incluso la leche, con el fin de no bajar el precio del mercado, de mientras nuestros niños, el futuro del País mueren o tendrán deficiencias permanentes.
Pero este tema no se radica solamente en la desnutrición, sino en las condiciones que se desarrollan estos chicos, la mayoría vive en condiciones indignas para cualquier ser humano, sin acceso a la salud, sin agua potable, sin red cloacal, o en la calle o asentamientos paupérrimos y hacinados.
El problema no pasa por lo que nos parece o nos quieren mostrar, el problema pasa por lo que nosotros somos capaces de pensar, razonar, entender y creer de esta realidad, que está ahí, que convive con nosotros todos los días, que para muchos ya es un paisaje normal y que no es normal. Porque no puede sernos normal ver a niños, mujeres y hombres, seres humanos comiendo desperdicios. No es normal que haya chicos desnutridos o mueran por razones evitables. Nada de los que nos está pasando es normal, pero nada ha sido casualidad. La gravedad no es solo que existan estos hechos aberrantes, lo grave es la hipocresía y impudicia con que se toma y se lo suele ocultar, la falta de compromiso para exigir un cambio, este tema debería ser prioritario.
La realidad de nuestra sociedad es muy cruda y cruel, muchos mientras la ven por televisión o en los diarios les parece que es algo muy lejano o de otro país, pero no se dan cuenta de la verdadera dimensión de los que estamos viviendo. Cada número, cada porcentaje que se dan, son compatriotas nuestros, seres humanos que no han tenido la mínima posibilidad, que han sido privados de toda condición digna de vida e ignorados sus derechos constitucionales. Esta es la sociedad que hemos construido, donde todos, quien más quien menos tenemos algo que ver. 
Ahora muchos pretenden cambiarnos el enfoque de la cosa y hacernos creer que los marginados, piqueteros, cartoneros, niños de la calle, sin techo, etc., etc., están en esta situación porque ellos quieren o como que se han generado por generación espontánea, pero han sido generados por deficientes o mal intencionadas políticas de Estado.
Simplemente podemos decir que este flagelo es un problema político, es una verdadera inmoralidad y demuestra el desentendimiento de los distintos gobernantes.
Tristemente debemos pensar en el futuro que le espera a nuestro País, con la cantidad de niños con distintas deficiencias irreversibles, con secuelas que no podrán revertirse, ellos formaran una inmensa legión de adultos con todo tipo de problemas, que seguramente muchos políticos aprovecharan para usar en provecho propio.

Es hora de que ya se produzca un cambio, basta de palabras, HECHOS .....
MEJOR QUE DECIR ES HACER, MEJOR QUE PROMETER REALIZAR


Héctor Daniel Fernández

Mayo 2016 

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...