jueves, 17 de noviembre de 2016

JUEGO DE LA OCA

Los ciudadanos de este País, pareciera que estamos sumergidos en un permanente juego, como aquel tradicional juego de la oca, cada jugador, en su turno tira los dados que le indican el número de casillas que debe avanzar por un tablero en forma de espiral. Dependiendo de la casilla en la que se caiga, se puede avanzar o por el contrario retroceder, y en algunas de ellas está indicado un castigo. Gana el juego el primer jugador que llega a la casilla del "jardín de la oca".
En este País rico en recursos naturales, los que vivimos en él, cada vez que podemos avanzar un casillero, tiramos mal los dados y retrocedemos algunos casilleros y así volver a comenzar en condiciones desfavorables. En ciertos casos, hemos tenido castigos. En alguna oportunidad he dicho que los pueblos tienen una tendencia suicida, cuando estamos medianamente estables y con ascenso social, queremos más cambios y terminamos eligiendo aquellos que nos hacen retroceder o sino, convalidamos a dictadores asesinos y entreguistas. No puede ser posible que no podamos aprender avanzar paso a paso, casillero a casillero para completar el juego. Cada generación tiene que pagar su costo, aquellos que tenemos unos cuantos años, retrocedimos más de los que avanzamos. Incluso generaciones pagaron con sus vidas la esperanza e ilusión de poder avanzar.
Mi preocupación es por el futuro, no específicamente el mío, porque uno nunca ha tenido grandes pretensiones, por lo tanto me he acomodado a los distintos vaivenes económicos, pero no puedo ser insensible con aquellos que han sido perjudicados. Mi preocupación se centra en nuestros hijos y nietos. El actual gobierno tiene un récord, el que más deuda tomó en un año de gestión en la historia del País, el número llegaría a los 50 mil millones de dólares, esto es más de 100 millones por día. Lo que significa que la deuda alcanzará el 50% del PBI a fines de 2016, monto similar a los meses previos a la crisis de 2001. Aunque también estiman que la deuda Prat Gay – Sturzenegger totaliza 87 mil millones de dólares. (para más detalle ver: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-313571-2016-11-06.html). Este mismo artículo sostiene que “El saldo en dos años sería entonces de unos 150 mil millones de dólares.
Además tengamos en cuenta que también se están endeudando las provincias y las empresas. Esperemos que no aparezca un Domingo Cavallo, que nos convenza que lo mejor para el País es estatizar la deuda de los privados y de esa forma la terminemos pagando entre todos.
Lo más grave que todo este endeudamiento, en su mayoría, es para pagar gasto corriente y no para inversión en infraestructura o producción. Este endeudamiento es posible gracias a esa tan criticada herencia recibida, que le dejo un País desendeudado. El proceso redistributivo del gobierno es evidente, le saco retenciones e impuestos a unos pocos privilegiados y devaluó, trasfiriendo recursos a los sectores más concentrados que no garantizan inversión ni derrame. Pero por otra parte acható salarios, quita subsidios y sigue cobrando los impuestos a las ganancias a los trabajadores y jubilados. Está claro quién paga los ajustes. Estas medidas económicas llevaron a la recesión, cierre de empresas y desocupación, lo que provoca menor recaudación. Al aumentar la deuda la mayoría de lo recaudado se ira en pago de los intereses de la misma.
En el segundo semestre, a mayoría de los indicadores refleja la continuidad de la recesión, un acentuado desequilibrio fiscal, aumentando el déficit, falta de inversión extranjera y aceleración de la fuga de capitales. Los sectores productivos de la economía se desploman y nuestro País es cada vez más caro, dejando de perder competitividad. Según los datos oficiales del INDEC, el PIB está cayendo el 3,4% anual y la producción industrial al 7.3%. Resulta que es más beneficioso meter el dinero en la bicicleta financiera que colocarlo en la economía productiva, creándose una burbuja peligrosa.
El año que viene, año electoral, seguramente aumentara el endeudamiento porque crecerá el gasto público para dinamizar en algo el consumo interno, establecer cierta expectativa en la creación de puestos de trabajo, bajar la inflación del 40% de este año, con vistas de fomentar un clima que les provea un buen resultado electoral. Pero el resultado seguirá siendo; crecimiento del déficit fiscal y de la deuda pública, escasa inversión productiva, contracción industrial, atraso cambiario, lo que no permitiría generar suficientes dólares y pesos en el futuro para pagar los compromisos con los acreedores, todo esto llevará, después de las elecciones, a otro ajuste, mucho más brutal y con un final incierto.
El informe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo dice: “Una recesión que se prolonga y ya proyecta sombras sobre el año 2017. Un deterioro salarial que no se ve compensado ni siquiera parcialmente con la desaceleración de la inflación, que está resultando muy inferior a la esperada por el gobierno. En ese contexto, si existe alguna posibilidad de recuperación económica el año próximo, no será homogéneo entre distintos sectores y tendrá a la industria perdiendo participación, afectando negativamente el nivel y la calidad de empleo, y también la distribución del ingreso. Estas son algunas de las conclusiones y precisiones sobre el actual contexto económico aportadas en el Informe mensual de noviembre de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico. En el que, además, se advierte sobre los riesgos de un creciente grado de conflictividad social”. (http://www.fide.com.ar/informe-economico-mensual.html)
 Los capitales no vienen y la lluvia de dólares no llega en la medida de lo esperado. Es más la fuga de capitales, en lo que va del año ya superó los 9.000 mil millones de dólares, esto se llama desconfianza. Se ha puesto en marcha nuevamente la bicicleta financiera: El gobierno trae dólares vía endeudamiento, y el Banco Central asegura la estabilidad del tipo de cambio. Luego los capitales especulativos, traen dólares a la plaza local y se venden; con los pesos obtenidos compran Lebac (Letras del BCRA); a corto plazo, recomprar más dólares con el capital e intereses de esa inversión en pesos. Obviamente, esa plata se puede esconder libremente en paraísos fiscales, mecanismo que conocen muy bien muchos funcionarios de este gobierno. Esta maniobra genera una renta entre el 8 y 9% en dólares en apenas 90 días sin promover inversión productiva ni promover empleo ni movimiento del mercado interno. Estos altos intereses le cuestan millones de pesos cada mes al Banco Central. Pero también perjudican al que tiene que acceder al crédito, que con estas tasas no lo puede hacer. En este capitalismo global, el apoderamiento de riqueza no se hace por medio de la producción, sino que reside en la especulación financiera. 
El horizonte se muestra cada día más turbio, en un mundo en recesión, que cada vez es más proteccionista, que cierra sus fronteras dado que nunca se salió de la crisis del 2008, con potencias industriales con excedentes de producción y ansiosos de colocarlo a cualquier precio, con Brasil; nuestro socio comercial más importante en una profunda crisis, este gobierno va a contramano, al querer abrir nuestros mercados al mundo. Mientras todo el planeta bajaba sus tipos de interés, Argentina los subió. Mientras Chile, México, Colombia tienen inflaciones de 3%, 4%, 5%, Argentina se sitúa en el 40% en plena recesión. Mientras muchos países latinoamericanos han decidido no endeudarse más y reducir su déficit, el Gobierno de Mauricio Macri ha iniciado el mayor proceso de endeudamiento de toda Latinoamérica. La apertura de los mercados es como declarar la pena de muerte a nuestra pequeña y mediana industria. Hoy la capacidad instalada ociosa es más alta de los últimos 10 años. Esto es una remake de los 90, sin que nada se haya aprendido.
Después de esta etapa habrá ganadores y perdedores, seguramente los funcionarios y allegados de este gobierno serán claramente los ganadores, y los trabajadores en general, los perdedores, como ha sido la generalidad con gobiernos de esta orientación. Se incrementara la desigualdad, no habrá ascenso social, por el contrario habrá una masa crítica de desocupados y sub ocupados, que pulularan entre la desocupación estructural que viene desde los 90, harán bajar el costo de la mano de obra, beneficiando las grandes industrias multinacionales que cotizan los salarios en dólares. Igualmente por más que bajen los salarios no podremos competir con otros países por la recesión mundial.
El triunfo de Donal Trump en Estados Unidos, es toda una señal, (http://www.eldiplo.org/notas-web/las-propuestas-de-trump-que-explican-su-victoria?token=&nID=1) junto con el Brix en Inglaterra, el NO a la paz de Colombia, el avance de Marie Le Pen en Francia y la ultraderecha europea. El mundo está cambiando y no para bien. Parecería que cierta globalización económica se retrae ante un nuevo nacionalismo. Pero nuestro gobierno no lo podrá usar como excusa del fracaso de sus políticas al cambio de gobierno de EUA, como lo viene haciendo con la pesada herencia. Lo que nos está llevando a la actual situación es este modelo económico proyectado y ejecutado por un gobierno regresivo compuestos por CEOs contratistas del Estado, Financistas y de Servicios, apoyado por mucho marketing y los medios de comunicación dominantes.
Con este endeudamiento estamos empeñando el futuro de nuestros hijos y nietos, estamos hipotecando los recursos naturales. Perderemos el control de las empresas estratégicas y el manejo de nuestra economía estará subordinado a las políticas del FMI Y BM, y en lugar de construir y enviar satélites a espacio deberemos alquilarlos a aquellos que nos prestan dinero, no podremos avanzar en ciencia y tecnologías para independizarnos de empresas dominantes del mercado, en fin, una vez más perderemos nuestra independencia económica y la soberanía política, con lo cual no podremos obtener la justicia social para la mayoría del pueblo argentino. 

Héctor Daniel Fernández

Noviembre 2016

LOS JUBILADOS CADA VEZ MAS JODIDOS

Los jubilados, en lugar de ser reconocidos y premiados por sus años de trabajo y sacrifico, una vez más, son tomados como una variable más de los ajustes del gobierno para cerrar el déficit que creó beneficiando a los que más tienen, sacando retenciones y tomando medidas que beneficia a la economía concentrada. Seguramente estos funcionarios, todos CEOs adinerados, tendrán su futuro resuelto, como el de sus hijos y nietos. Pero millones de jubilados, que aportaron durante años con la esperanza de alcanzar una vejez tranquila y decorosa, en compensación por todo el esfuerzo puesto en el crecimiento del País, no lo vislumbran, conviven con la incertidumbre y la angustia. Ellos, los jubilados, no son los que deciden las políticas, no votan leyes, sólo han trabajado y aportados, si no hubo algún empresario sinvergüenza que se quedó indebidamente con sus aportes o haciéndoles trabajar en negro, pero siempre han sido perjudicados de una u otra forma, unas veces menos y otras veces más, pero siempre les han esquilmado su salario y les dieron un servicio de salud deficiente, los hacen sentirse parias, como si debieran mendigar de los poderosos, gobernantes y legisladores, por lo general con jubilaciones de privilegio y cuentas en el exterior, un salario justo que les permita vivir sus últimos días con dignidad y sin sobresaltos.  
Sobre seguro ningún funcionario o pariente que planean las políticas para los jubilados se atiende o atenderá por PAMI, ni cobran la mínima. Es por ello, que los jubilados cada día están peor y seguirán así, seguramente el servicio médico para los jubilados sería mejor, si “todos” sin exclusión se tuvieran que atender por PAMI. Pero hay que tomarlo con alegría.
El último aumento de las jubilaciones fue del 14,16% desde septiembre dentro del marco de la ley de movilidad, lo que se suma al incremento de marzo de 15,35% y el acumulado se ubica cerca del 30%. Con una inflación que en junio tocó el 47% interanual, este será el peor año para los jubilados después de mucho tiempo. Su poder adquisitivo caerá de esta manera 17 puntos porcentuales como mínimo.
Como agravante: los especialistas advierten que se trata de un sector de la población que dedica más del 50% de sus ingresos a alimentos y remedios, segmentos que han aumentado aún más que el índice inflacionario en general. Recordemos que también el PAMI recorto los medicamentos gratuitos.
Para colmo de males, para seguir desfinanciando el ANSES el Gobierno por medio del Tesoro se endeuda con el Fondo de Garantía de ANSES por tercera vez en lo que va del año. Esta vez, resolvió financiarse con el dinero de los jubilados por U$S 83.235.556, a través de unas Letras del Tesoro.
 Jaqueado por un déficit que el propio Gobierno contribuyó en aumentar, sigue tomando deuda para hacer frente al agujero fiscal al quitar las retenciones. Lo curioso es que lo realiza con mecanismos que antes criticaba cuando era oposición, como es el utilizar fondos de la ANSES.
 Desde que asumió Mauricio Macri, el Gobierno ya superó los 50 mil millones de dólares de pasivo, entre la deuda emitida en moneda estadounidense y la que emitió en pesos. Días atrás, el Tesoro se endeudó por 350 millones de dólares y 1.300 millones de pesos.

El Gobierno también les sacó a los jubilados el programa Argenta, mientras Macri llora al hablar de pobreza y Pinedo se queja porque $ 83.000 no le alcanza. El programa Argenta otorgaba préstamos baratos a jubilados y pensionados y les ofrecía descuentos de hasta el 40 por ciento en más de 20 mil comercios de todo el país. El cambio que se viene: jubilados sin descuentos, comercios sin clientes y bancos privados haciendo negocios.
Esta historia ya la vivimos, es una remake de los 90, provocan el menor ingreso de fondos al forzar negociar los salarios por debajo de la inflación y por los masivos despidos, vacían el ANSES, se endeudan, achatan las jubilaciones y como opción mágica crearan nuevamente las AFJP (negocios para los bancos y financieras que cogobiernan). Ahora anularon las moratorias, eso implica que los trabajadores con edad de jubilarse que no cuenten con los aportes correspondientes por no haber sido registrados por sus empleadores no podrán acceder a los haberes previsionales. Luego aumentaran las edades de las jubilaciones, porque no hay fondos.  El fin es destruir un sistema solidario, en lugar de mejorarlo y sobre todas las cosas, hacer un buen negocio para quienes apoyan financieramente al gobierno.   
Es compromiso de todos los trabajadores activos, defender el sistema solidario de jubilación y no permitir la venta de las acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad y la destrucción del Sistema Previsional Argentino, como así también defender el poder adquisitivo de las jubilaciones como hacemos con nuestros salarios. Defender a nuestros jubilados es una cuestión de moral, de ética, de principios, son nuestros abuelos, nuestros padres o hermanos, y seremos nosotros. Ser indiferentes ahora, es hipotecar nuestro futuro.

Héctor Daniel Fernández
Noviembre 2016


BRASIL – LA FRAGILIDAD DE LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA.

El derrocamiento de Dilma Rousseff en Brasil por medio de un golpe institucional, violentando la voluntad popular dado que fue electa por 54,5 millones de brasileños y sólo el voto de 61 de un total de 81 senadores, donde más de veinte tienen prontuario penal y denuncias de corrupción, permitió su destitución.
Brasil es uno de los países más desiguales del mundo. El proyecto del PT con Lula pretendió buscar la equidad social y democracia política, aunque que había comenzado a desvirtuarse en 2015, accediendo a políticas de ajuste.
Otro hecho muy grave es que el nuevo gobierno, producirá un fuerte ajuste económico y social con medidas neoliberales, quitara muchos de las conquistas obtenidas y buscara sostenerse por medio de la represión. Tiene previsto ocupara militarmente las favelas de Río y reprimirá a los disidentes políticos y sociales, como lo ha hecho con las manifestaciones recientes a favor de Dilma. Incluso han preparado una Ley Antiterrorista que pretenderá equiparar a los manifestantes con guerrilleros urbanos que ponen en peligro la seguridad nacional.
Este es un aviso para toda América Latina, con los intentos de golpe de Venezuela, Bolivia y Ecuador y los concretados de Honduras, Paraguay y ahora Brasil, han puesto nuevamente de manifiesto la fragilidad de la democracia. Nada volverá a ser igual.
Los gobiernos populares de América Latina permitieron el ascenso económico y social de millones de personas, y devolvió y reconoció derechos y autoestima a otros tantos, entre otras conquistas y reconquistas. Pero no fue suficiente porque no se acumuló el poder ni el saber necesario para consolidar instituciones verdaderamente funcionales al ejercicio del poder popular. La derecha encontró el resquicio para golpear a los gobiernos populares, nada volverá hacer lo mismo.
Es por ello que es hora que los militantes de las fuerzas “progresistas (de verdad) o movimientos populares” deben unirse y construir un sólido poder económico y mediático para hacer frente a la derecha. De llegar al gobierno, deberán construir fuertes alianzas revolucionarias que propicien la democratización la justicia para terminar con justicia monárquica, colonial y de los poderosos, terminar con los monopolios mediáticos y económico, controlar la actividad financiera, estatizar los servicios públicos esenciales para la población, realizar una reforma agraria y un cambio cultural. Construir un poder del pueblo y para el pueblo, no se pueden revertir las diferencias sociales y económicas desde instituciones armadas, dirigidas e infectadas por el conservadurismo oligárquico - neoliberal. Mientras los “progresistas o movimientos populares” se pelean y dividen, haciéndole el juego a la derecha, esta se unió y ha producido su revolución. 
 
Héctor Daniel Fernández

Septiembre 2016

HISTORIA REPETIDA

El actual Gobierno actuó con premura en aquellos temas que consideraba necesarios para aplicar su plan de gobierno. Despidos masivos para generar una masa importante de desocupados que abaratara el costo laboral. Una importante devaluación y quita de las retenciones para favorecer a los sectores más concentrados de la economía. Un aumento desmedido de los servicios, transfiriendo una importante suma de dinero de la población a las empresas. Aumento sin control de los productos de la canasta básica y medicamentos. Apertura indiscriminada de las exportaciones, afectando a las pequeñas y medianas empresas. Salarios y jubilaciones a la baja. Recesión y menor actividad industrial, para generar despidos y mayor desocupación. Inflación descontrolada en los primeros meses. Cierre de empresas y comercios. Endeudamiento externo para pagar a los Buitres. Bloqueo de capitales, atado a la reparación histórica de los jubilados.
Todas estas medidas tienden a un cambio de rumbo de 180 grados en lo económico, lo social y laboral. Aquí queda atrás lo dejar lo bueno y corregir lo malo. Queda atrás las promesas de campaña de “no vamos a devaluar”, “no vamos a sacar los subsidios”, “no tenemos previsto tarifazos”, “no vamos a echar a nadie de su trabajo”, “sacar el impuesto a las ganancias a los sueldo de los trabajadores”, “otorga el 82% móvil a los jubilados”. También no se puede tomar en serio la herencia recibida, es tan sólo como un relato M, como hubo un relato K, porque los mismos dichos del Ministro de Hacienda Prat Gay lo desmiente “La Argentina está en buenas condiciones; nos dejan una herencia complicada, pero no se puede comparar con ningún otro momento de la historia” o lo que mostraron en Estados Unidos para atraer inversiones “La Argentina es un país con una desocupación del 6 por ciento, con la menor desigualdad social en toda la región y la mayor clase media, con unas instituciones sólidas y una infraestructura bien desarrollada” http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-297167-2016-04-17.html. Lo que ocurre que como en el Gobierno de Menem, mienten antes para ganar y después hacen lo que el mercado (el poder detrás del poder) les ordena. En resumen aquí hay un definido cambio de modelo, de un gobierno social, protector y de bienestar al de libre comercio donde todo queda librado a la regulación del propio mercado.
La ideología está presente en cada medida que toma el Gobierno y en cada medida que no toma. Como así también cuando un medio de prensa o un periodista las defiende y justifica o las confronta frente a la sociedad, lo hace desde una posición ideológica. Lo honesto es asumirlo y reivindicarlo y no esconderse detrás del fin de las ideologías.

Algo similar paso en los 90 con Cavallo para los más jóvenes o a partir de 1976 con Martínez de Hoz, primero se tomaron todas las medidas para acomodar el País a lo que determinaba el mercado, hubo apertura de importaciones, por consiguiente cierre de empresas, despidos y recesión. Las empresas del Estado fueron abandonadas por lo tanto funcionaban mal, así justificaron los despidos y la posterior privatización. Había inflación por devaluación y aumento de precios, por ende pérdida del poder adquisitivo. Después de todos estos cambios nos convencieron que había que privatizar las empresas porque funcionaban mal, que había que flexibilizar el trabajo para bajar el “costo laboral” para que ingresaran inversiones y generaran más empleo, que había que endeudarse para crecer. Había que abrirse al mundo para que vinieran las inversiones. Todo el desorden lo crearon ellos para justificar las medidas que iban aplicar.

Con recesión y desocupación la economía se achico, la inflación se aplacó y una porción de la población que se salvó del cataclismo, vivió bien con el uno a uno, viajaba a exterior a comprar de todo (el famoso dame dos argentino), y aquí podía comprar cualquier producto importado. Se privatizo (AFJP) las jubilaciones porque el Estado no tenía fondos, se vendió YPF, Aerolíneas y todas las empresas que eran del Estado (las joyas de la abuela). Recodemos el famoso acto fallido de Dromi “Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del estado", pero la realidad fue así.

Pero luego del primer cimbronazo, la gente se acostumbró o resigno a vivir en estas condiciones, la flexibilización se transformó en algo normal, la pérdida de benéficos le pareció lógica, trabajar 12 horas era lo habitual por un salario mediocre, que le pagaran parte del salario con ticket canasta, trabajar contratado por años, hacer largas colas para conseguir un trabajo, para los jóvenes ser un pasante sin benéficos era lo normal. El trabajo precario o en negro fue el común denominador para aquellos que tenían la suerte de conseguir un trabajo, tanto para jóvenes como para los mayores. En fin, una serie de anormalidades que ahora o antes no eran normales, pero que en esos tiempos lo fueron, asumiendo este destino con resignación. Después de tratar de analizar lo que ocurrió, uno comprende lo que pasa con los pueblos oprimidos, la resignación al destino que les toca, como su fuera una orden divina. A pesar de todo Menem gano la reelección, pero dejo sembrado el terreno para lo que paso en el 2001. En el 2003 vuelve a ganar, pero no se presenta a la segunda vuelta con Néstor Kirchner. La base económica de Menem fue la UCDE de Álvaro Alsogaray e IDEA de Cavallo, hoy muchos funcionarios del PRO.

Con este gobierno pasará lo mismo, castigara tanto este año, aumentara todo, generar temor a la pérdida del trabajo, no habrá trabajo y aquel que lo tiene se callara la boca ante cualquier arbitrariedad por el miedo a perderlo, podrá haber poca inflación pero no tendrás plata para comprar todo lo que necesitas o no te podrás dar un gusto. Cabe como ejemplo el tarifazo, al principio fue en algunos sitios más del 1.000%, la gente salió a la calle en todo el País a protestar, luego lo bajaron a un 400% y algunos se quedaron conformes y pagaron. El 400% de una sola vez es igual un tarifazo. Este gobierno es el de si pasa, pasa, y si no se verá como sigue. Ellos están convencido que vivimos en una fantasía, aquellos que creyeron que cambiar un celular, el auto, la moto, o viajar al exterior, formaba parte de un ascenso al que tuviera derecho. Lo mismo con los servicios, usar el gas para calefaccionarse, el aire acondicionado es sólo para los que pueden pagar y no hablamos de derroche, sino lo necesario para vivir mejor.  
Pero el año que viene cuando aflojen un poco la presión, bajen la inflación porque bajara producto de la recesión y falta de trabajo, además si no la bajan el País estallara, la gente se conformará e incluso es muy probable que los vuelva a votar, creyendo que está mejor.
La contra que podrán tener los que aplican esta política de concentrar la riqueza en unos pocos en perjuicio de las mayorías, es que esa mayoría no se resigne, que los trabajadores no renuncien a perder sus derechos y pasen por arriba a las dirigencias gremiales que negocian por debajo con el gobierno, las organizaciones sociales nacidas en el 2001 que no desaparecieron, por el contrario crecieron, y no quieren volver a caer en la marginalidad.
Mucho dependerá del pueblo para no terminar como en el 2001.

Héctor Daniel Fernández
Septiembre 2016


SAN CAYETANO

Una ejemplo de fe y esperanza, un ejemplo de necesidad, un ejemplo de no creer en aquellos que deben dar y crear trabajo, un refugio en la fuerza de un milagro divino.
Una vez más, miles de fieles hicieron largas y penosas colas, soportando las inclemencias del tiempo, para pedir trabajo o agradecer al santo por tenerlo. En los rostros y las manos de la mayoría de los asistentes se veía como el sacrificio y el esfuerzo del trabajo duro de sus vidas va dejado sus huellas. Humildes trabajadores que se resisten a caer en la marginación, rezan para que esta sociedad individualista de hoy, no les cierre las puertas. Muchos de los fieles llevaban sus hijos en brazo, imitando a San Cayetano, como un símbolo de esperanza en un futuro más justo. 
Esa multitud que peregrino por el santuario de San Cayetano, es un grito silencioso que reclama trabajo digno, salarios justo, estabilidad laboral, una vida decorosa para su familia, además de educación, salud y oportunidad para sus hijos.
Junto a ellos, en esas largas filas, no se distinguen empresarios, políticos o gobernantes, los principales sordos de este grito piadoso de la multitud, indiferentes al padecimiento, soberbios en sus determinaciones, insensibles ante el sufrimiento. Su única preocupación es por el porvenir y riqueza personal y de su sector social, lo que les produce una ceguera intolerable frente las angustias de los que menos tienen. Hacen ostentación de sus riquezas en un marco de inmoralidad sobre la creciente pobreza del pueblo. Nunca afectan los intereses de los más poderosos. Las leyes del mercado, son para ellos, más poderosas y respetadas que la ley de Dios.
Los políticos, muy locuaces, se ocupan obscenamente de los pobres cuando quieren su voto, pero los arrojan a la marginación ante la primera imposiciones del mercado. Se aprovechan de sus necesidades y de su renovada esperanza, para inmediatamente proponerles sacrificios que ellos no harán.
Esa creciente multitud que venera a San Cayetano desde la fe, esa otra multitud que perdió la fe y la esperanza y que se siente abandonada, es la cara más amplias y tristes de nuestro país, que se contrapone con la opulencia y el despilfarro de una minoría inmoral.
Dios quiera, que estas minorías soberbias e indiferentes escuchen este grito silenciosos y pacifico de los humildes, abran sus ojos a la realidad y sus corazones a la solidaridad, para que ésta peregrinación de amor, no se transforme en ira y venganza, porque serán ellos los únicos culpables de un desenlace incierto. 

ORACION
San Cayetano, hemos venido hasta aquí como peregrinos para decirte,
A vos, que por amor a Dios nuestro Padre, pudiste abrir las puertas de tu corazón a todos tus hermanos y sobre todo a los más necesitados para que tuvieran un lugar en la sociedad de tu tiempo;
A vos, que por amor a Jesús, supiste derribar los muros del egoísmo personal y social y construir puentes entre los hombres;
A vos, que lleno del Espíritu Santo, experimentaste lo que es estar preso, y dedicaste tu vida a romper las cadenas de la desvalorización a que lleva toda exclusión;
A vos, que por amor a la Virgen María, luchaste para levantar las barreras que en tu época imponían a los más pobres, a los marginados, a los que no tenían trabajo;
Te pedimos que nos ayudes:     
ü  a abrir las puertas de nuestro corazón a nuestros hermanos, a hacer un lugar,
ü  a derribar los muros que no nos dejan ver ni escuchar lo que sucede a nuestro alrededor.
ü  A romper las cadenas que nos encierran en nuestro propio egoismo.
ü  A levantar las barreras que no nos dejan tender la mano hacia el prójimo.
Y te suplicamos que intercedas ante Jesús, Señor de la Historia para que en nuestra Patria
Ø  Se abran las puertas a los pobres;
Ø  Se derriben los muros para escuchar a los que sufren;
Ø  Se rompan las cadenas que excluyen a tantos hermanos;
Ø  Se levantan ñas barreras a los que no tienen trabajo.


Agosto 2016

Daniel Fernández

martes, 23 de agosto de 2016

UNA DEMOCRACIA AGOTADA Y UN CICLO CUMPLIDO

Hace tiempo que vengo cuestionando este tipo de democracia, donde nuestros representantes cambian de posturas según su conveniencia u oportunismo político sin respetar la voluntad popular o los principios ideológicos y programáticos que lo llevaron a ocupar un cargo representativo.  Sabemos que estos “reacomodamientos” no son nuevos, como tampoco las traiciones ideológicas. Sin ir muy lejos, el ex presidente Carlos Menem dijo “si yo decía lo que iba hacer, no me votaba nadie” y el actual presidente Mauricio Macri que dijo “Si yo les decía a ustedes hace un año lo que iba a hacer y todo esto que está sucediendo, seguramente iban a votar mayoritariamente por encerrarme en el manicomio”. Si dos presidentes se animan a decir desfachatadamente que nos mintieron, que les queda al resto de los representantes y para la sociedad.
De qué sirve elegir a un representante, sea el cargo electivo que fuere, desde el más alto al más bajo, si en cualquier momento se pelea o arregla con el poder de turno y abandona su posición o partido que lo llevo a ese cargo. Parafraseando a Jacobo Winigrad, “Billetera mata principios”.
Apenas perdidas las elecciones por el Frente por la Victoria y tras la asunción de los nuevos diputados, un grupo de ellos encabezados por Diego Bossio, ex funcionario y fiel defensor del kirchnerismo hasta el año pasado, decidió separarse del bloque del Frente para la Victoria, armar un bloque aparte y colaboraron con el Gobierno para aprobar proyectos que van en contra de lo que sostiene ideológicamente la fuerza que lo llevó a ocupar ese puesto. Igual ocurrió con muchos senadores, el gobierno arreglo con los gobernadores para darles algo de lo que se les debía de coparticipación y muchos levantaron obedientemente la mano aprobando proyectos contrarios a lo que venían sosteniendo: Pago a los biutres en condiciones desfavorables para el país y con endeudamiento, pliego a jueces de la corte suprema a personas de dudosa idoneidad e independencia, avalaron a los dos candidatos a ocupar cargos en la AFI (ex SIDE) de escasos y reprochables antecedentes y blanqueo de capitales entre algunos de los proyectos que acompañaron del Gobierno. Una cosa es posibilitar la gobernabilidad y otra aprobar leyes que van en contra de posturas ideológicas del conjunto de los ciudadanos que los votaron para que defendieran una concepción de País distinto a la orientación del gobierno. Si no comparten la postura de su bloque o de su partido, lo más honesto correspondería renunciar al cargo para el que fueron elegidos y dejar ese lugar a otro que respete la voluntad de los votantes, pero no producir estas traiciones para sobrevivir. Incluso pueden crear una nueva fuerza o afiliarse al partido que más lo represente, pero no corresponde estafar a los votantes, quedarse con el cargo y hacer lo contario para lo que lo votaron. Se hacen dueños de un cargo el cual no les pertenece. También se ha visto que algunos dirigentes dentro del propio partido (FPV), tratan de copiar o parecerse al que gano las elecciones (Urtubey), ya ha ocurrido anteriormente, terminan siendo funcionales al Gobierno.
Mientras las bases se expresan, se movilizan, pelean y salen a la calle para hacer oír su descontento con las distintas medidas económicas y sociales, algunos políticos de la oposición “Justicialismo - PJ” acompañan medidas propuestas por el Gobierno que afectan a esa base que los voto o hace la simple pantomima de oponerse. Mientras la sociedad reclama indignada, la dirigencia que no quiere perder su poder de negociación, demuestra que no está a la altura de las circunstancias.
Otros partidos o bloques, se muestran opositores pero en definitiva terminan siendo “colaboracionistas” del oficialismo (deriva del francés collaborationniste, término atribuido a todo aquello que tiende a auxiliar o cooperar con el enemigo). Se muestran en los medios o en sus declaraciones como opositores intransigentes, diciendo lo que la gente quiere escuchar y después arreglan y acuerdan todo con el oficialismo. 
Es por ello que sostengo que esta democracia, así como está ahora ya está perimida, no me representa ni me sirve. Es una democracia de fachada, cada vez más vaciada, una democracia de bajísima intensidad y participación. No sé cuál será el camino más correcto para revertir esta democracia perimida e ineficiente, quizás una democracia más directa, participativa, revocatoria y revolucionaria. Quizás haga falta una reforma constitucional y política con mayor participación social y que refleje las demandas de la calle y que no sea rehén de las fuerzas capitalistas. Los partidos políticos no pueden tener más el monopolio de la representación política. Los movimientos y organizaciones sociales deben encontrar la forma de participar directamente. Se debe encontrar las fuerzas que hagan posible un nuevo modelo o ciclo que haga más duradero y menos frágil las conquistas, como así también que las conquistas sean menos reversibles.
Los ejemplos más patéticos han sido los hechos ocurridos en Honduras, Paraguay y Brasil u otros del mismo estilo, pero que no han tenido éxito en Ecuador y Bolivia, donde la democracias demuestran que son fácilmente manipulables y de que si alguien gana las elecciones y obtiene el derecho y el mandato popular de gobernar, fuerzas anti democráticas ligadas al poder real (establishment) deciden que no debe gobernar, para lograrlo se une una conjunción de factores: un Poder Judicial conservador, medios de comunicación hegemónicos y empresarios, todos al servicio de esas fuerzas antidemocráticas y del capital internacional, junto a la confabulación de parlamentarios sacan a presidentes elegidos democráticamente con argumentos falaces. Entonces, como dije antes, Presidentes que llegan al gobierno mintiendo, Diputados y Senadores que no respetan la voluntad de los votantes haciendo lo contrario para lo que lo elegidos, la existencia de un poder (establishment o círculo rojo) detrás del poder, una casta judicial conservadora y que sólo funciona para poderosos y ricos, que actúa sólo contra aquellos que pierden el poder, medios de comunicación que se vanaglorian de poner o sacar presidentes, de qué sirve el voto, de que sirve esta democracia.
La judicialización de la política, llevó a la politización de la justicia. Aquí también el modelo de justicia está agotada, pero ya hemos visto que toda propuesta de cambio se enfrenta a una estructura anacrónica, burocrática y medieval, producto de una cultura colonial y monárquica judicial vigente. Hay una alarmante selectividad penal del sistema, mano dura para pobres y caducidad para los poderosos, por ello es la escasa cantidad de condenas en casos de corrupción. Esta es otra de las grandes deudas de esta democracia, lo que provoca que los medios de comunicación dicten condenas sin juicios. Esta falta de justicia afecta a los sectores más vulnerables de la ciudadanía.
Una de las cosas que nos quedó grabado en nuestra memoria ha sido la frase de Evita “El peronismo será revolucionario o no será nada” y creo que lo único posible es que sea revolucionario para cambiar las estructuras conservadoras y sectores de elite que no quieren perder sus privilegios. Desde mi punto de vista, el Peronismo hasta ahora ha sido sólo reformista, y así y todo ha producido avances importantes para los trabajadores y las clases más postergadas del País y por eso, esa elite y sectores privilegiados o que no los son pero se lo creen, no lo toleran y lo combaten tanto.
Siempre sostuve o creí que la política era el medio o el instrumento para alcanzar una condición de vida mejor para todos los ciudadanos, pero como se puede ver, “los que hacen política” especulan y hacen sus propios negocios, por encima de las convicciones, ya no importa tener coherencia ideológica, tan solo interesa su posicionamiento personal, por ello se ve que tantos hoy están con unos y mañana con otros, aunque estén a las antípodas ideológicamente, un día defienden las privatizaciones y mañana las estatizaciones, son simples mercenarios. Mientras los ciudadanos comunes discutimos acaloradamente por tal o cual político, muchos de ellos hacen su juego para perdurar en algún cargo.
Los cambios de modelo económico, productivo, político, fiscal, financiero, de medios comunicación, entre otros, se pueden hacer en un modelo democrático pero de concepción revolucionaria, por lo tanto este modelo y ciclo está agotado.
Modestamente creo que hay dos posiciones claras y quizás desde siempre, aquellos que creen en un Estado que asuma la responsabilidad del bienestar de sus ciudadanos, y defienda al más débil sobre el poderoso (Estado solidario), y aquellos neoliberales - conservadores que sostienen en un Estado ausente o pequeño, donde el mercado es el encargado de regular todo, el que derramara sus ganancias sobre los que menos tienen, para que cada uno alcance su propio bienestar (individualismo). La prueba está en el mundo actual, dominado por políticas neoliberales que propician el libre comercio y la globalización, han contribuido a la concentración de la riqueza en las manos de unos pocos ricos; han incrementado la pobreza de la mayoría de la población del mundo; y mantienen patrones insostenibles de producción y consumo. No deja de asombrar el poderío y los métodos de persuasión y convencimiento que tiene el “poder real” para dominar un mundo donde la mayoría de la gente está desde una condición media hacía abajo, por ende la más perjudicada. Donde la distribución de las riquezas es tan dispar, donde millones de seres humanos mueren de hambre o están desnutridos en un mundo donde sobran los alimentos. Pero lo más asombroso, que esas mayorías y pueblos perjudicados, elijan generalmente gobernantes que representan a quienes los hambrean o empobrecen. El mundo es un lugar injusto, hostil y deplorable para millones de personas y los culpables son aquellos poderosos insaciables que acaparan riquezas o que saquean los recursos naturales de los países más pobres en beneficio propio o de un sector selecto. Es difícil aceptar que haya quienes podrían erradicar el hambre y salvar a cientos de miles de personas y no lo hagan. Seguramente sus bolsillos llenos y sus abultadas cuentas bancarias en el mundo han anestesiado su conciencia, si la tienen.
Mientras los sectores populares y progresistas se pelean, se dividen y sub dividen por diferentes matices, la derecha se consolidó y produjo su propia revolución, desplazando a gobiernos denominados “progresistas” por medio de elecciones o los “golpes blandos” que vienen a reemplazar a los golpes de estado que hacían, años atrás, los militares con el mismo fin, privilegiar a un sector de mayor concentración de riquezas y en perjuicios de los sectores menos pudientes.
Después de estos conceptos, digo que no renuncio a mis convicciones, a mis ideales y a las experiencias vividas de un peronismo revolucionario. Orgulloso de haberme formado políticamente en los 70, de haber sido un participe más de todo ese movimiento y ser un ciudadano de la Patria Grande. Por ello creo que se hace imprescindible refundar el Movimiento Peronista, conservando los valores y principios ideológicos fundamentales y esencialmente humano, donde el hombre sea el centro de toda acción política. Hay que ser capaces de romper con el sistema, el peronismo fue revolucionario y debe recuperar ese espíritu, por lo tanto para volver a ser alternativa debe romper con lo pre establecido, debe forjar y redefinir ideales para luchar contra la pobreza, la desocupación, la explotación, debe instalar una conciencia de resistencia contra la continua degradación social, recuperar el discurso del pueblo, crear trabajo genuino. Hay que volver a insertarse en la sociedad y apoyar las demandas de los ciudadanos. Apoyar el reclamo de las necesidades más urgentes y el derecho que les asiste por tener la verdad. Hay que demostrarle a la gente que su voluntad es respetada y que el poder no lo acaparan grandes corporaciones financieras, empresarias, de medios o políticas. Es imprescindible abrir en todos los sectores un profundo y amplio debate sobre el destino de nuestro País. Sin excluir a los mayores, es necesario que las nuevas generaciones, dueñas del futuro, asuman la responsabilidad de replantear, delinear y planificar el País en que desean vivir.
El Peronismo debe recuperar su mística, su historia, su ideología y sus banderas. Tiene la obligación de producir la revolución política, gobernar con la gente, promover el cambio ético y moral más profundo de la historia, poner todo el énfasis en recuperar una justicia independiente y todas las instituciones y, por último sentar las bases para el cambio cultural que nos proporcione una profunda identidad nacional para siempre.
La mayoría de los que se dicen hoy dirigentes del peronismo no están a la altura de las circunstancias, se mimetizan con los poderosos y el PJ es un simple cascaron vacío. El peronismo está en la calle, movilizándose, resistiendo y orgullosos de su sentimiento. 
Hay un texto en la página Voces en el Fenix (http://www.vocesenelfenix.com/content/las-deudas-de-la-democracia) Las deudas de la democracia de Juan S. Pegararo, del cual extraigo algunos párrafos para que me ayude a fundamentar mi pensamiento.
Considero que el sistema político está influenciado o mejor dicho sometido por la estructura socio-económica y la existencia en él del establishment, cuyo objetivo político es reproducir y ampliar el orden social que ha impuesto históricamente y que siempre trata de naturalizar. Este orden social es la “sociedad” real cuyo observable es un orden social con sus desigualdades, con sus diferencias, con sus jerarquías, con sus múltiples relaciones de dominación y sometimiento.
El establishment (“La Elite del Poder”) no es solo un conjunto de personas o empresas sino una trama de relaciones sociales que se propone como objetivo mantener el statu quo que se expresa en las formas en la que se objetiva la desigualdad social. El establishment está compuesto en la actualidad por los profesionales de la política (la llamada clase política), los medios de comunicación concentrados que además de moldear subjetividades establecen la agenda de qué debe discutir o aceptar la opinión pública; a esto se agrega el funcionamiento selectivo del Poder Judicial; esta trama o matriz de dominación del capital financiero incluye a empresarios y banqueros que marcan la dirección de la economía política invocando el bien común y el orden jurídico, y también producir el miedo al cambio, a lo desconocido, a relaciones sociales sin orden ni ley.
Propongo como hipótesis para estas reflexiones sobre “las deudas de la democracia” que debemos considerarlas más que como “deudas” de la Democracia, deudas de la democracia realmente existente, evitando su invocación como panacea universal de la vida en común. Por lo tanto ella, la democracia realmente existente, será el asunto a considerar, empezando por su diferencia de regímenes autoritarios o dictatoriales que no respetan la voluntad popular para elegir a sus representantes en el gobierno del Estado. No obstante esta crucial diferencia, la voluntad popular expresada electoralmente merece también algunas consideraciones por la presencia en la vida social de los medios de comunicación que formatean en gran medida tal voluntad popular; además nuestra hipótesis es que la voluntad popular en la democracia realmente existente se manifiesta condicionada por el sistema económico-político capitalista, y en especial por la hegemonía del capital financiero que le impone por medio de la desigualdad social sus valores o sus desvalores.
Por lo tanto, el sistema político, aun con su énfasis en la elección democrática de los representantes del pueblo para gobernar, manifiesta su debilidad o impotencia estructural para resolver o disminuir la desigualdad social, que para los sectores sometidos se traduce en formas de su mayor sufrimiento.
Podemos preguntarnos también: ¿es compatible la hegemonía del capital financiero (el actual neoliberalismo) con las formas políticas democráticas? Y la desigualdad social ¿es compatible con la democracia? ¿Es de la naturaleza la desigualdad en el orden social capitalista o es una desviación?
Ahora bien, la forma republicana y democrática ¿se caracteriza por la independencia de los poderes, el ejecutivo, el legislativo y el judicial? ¿Qué es la independencia de esos “poderes”? ¿Cómo se expresa su independencia?
En particular, ¿el Poder Judicial es independiente de qué? ¿Del gobierno? ¿De sus personales ideologías?, ¿o acaso se puede concebir a un miembro del Poder Judicial sin ideología? ¿O serán acaso independientes de sus relaciones personales? ¿Son acaso personas que no tienen deseos, pasiones, simpatías, ideología, religión o raza o género o familia o amigos, o compañeros, o compadres? Y esto, ¿no pesa en su concepción del hecho o asunto que debe juzgar? Aplicar la ley proviene de la interpretación de un hecho, de su visibilidad y de su impacto social, de la calidad de la víctima, del victimario, de las circunstancias, de la opinión pública, de la influencia de los medios de comunicación. La existencia en el sistema judicial de una jerarquía de magistrados actuantes es la expresión de diferentes opiniones sobre el evento a juzgar.
Creo que resolver (¿?) esta cuestión de la independencia de los poderes es simplemente una ilusión que les permite a los que la invocan cierta inmunidad social, que se proyecta hacia legitimar su actividad profesional.
Hace unos años Norberto Bobbio, en El futuro de la democracia, se refiere a los grandes proyectos de la modernidad –y en ello incluye a la democracia–, proyectos que fueron concebidos como nobles y elevados, dice, y el contraste que se nos presenta entre lo que había sido prometido y la realidad social. Bobbio señala seis falsas promesas de la democracia como sistema político: 1) El nacimiento de la sociedad pluralista: frente a la idea de un individuo soberano, y por lo tanto de un Estado en la sociedad democrática sin cuerpos intermedios (sin corporaciones o facciones), Bobbio dice que se ha producido lo opuesto. Los grupos ( y facciones) se han vuelto cada vez más sujetos de la acción política, como ser las grandes organizaciones económicas, las corporaciones, las asociaciones, los sindicatos, los partidos políticos y sus facciones y cada vez menos los individuos. El modelo de Estado democrático supuso estar basado en la soberanía popular, que fue ideado a imagen y semejanza de la soberanía del príncipe, como una sociedad monista, pero la sociedad real que subyace en los gobiernos democráticos es de una pluralidad de poderes (policéntrica, poliárquica o policrática) que en sus luchas frente a otros poderes someten a los individuos. 2) También en el desquite de los intereses que en la discusión en la Asamblea de 1791 sobre la representación, dice Bobbio, se sostenía que el diputado una vez elegido (por los intereses privados) se convertía en el representante de la nación y ya no estaba obligado por ningún mandato. Pero en la realidad, esta norma constitucional de la prohibición del mandato imperativo ha sido violada y menospreciada. Se ha instalado un modelo neocorporativo en el que el Estado es cuanto más un árbitro (generalmente impotente) de los acuerdos políticos entre los intereses corporativos o facciosos. 3) La persistencia de las oligarquías: Bobbio sostiene que ha sido una falsa promesa la derrota del poder oligárquico de las elites económicas y sociales; esto no merece mayores comentarios a tenor de las realidades que vivimos y cuyo indicador es la desigualdad en el acceso a niveles de ingresos y la calidad de vida. 4) El espacio limitado de la democracia en el sentido de que se mantiene reducido el espacio donde puede ejercerse la participación en las decisiones que atañen a los ciudadanos. 5) La no eliminación del poder invisible es, creo, no solo una falsa promesa sino la realidad más amenazante, porque como dice el mismo Bobbio, el tema del poder invisible ha sido hasta ahora muy poco explorado; una excepción fue Alan Wolfe en los finales de los años setenta del siglo pasado, que lo describió en Los límites de la legitimidad, dedicándole el capítulo del “doble Estado” ( la “diarquía” le llama Wolfe) en el sentido de que existe un Estado visible y otro Estado invisible. Bobbio cree que esto “...más que una falsa promesa en este caso se trataría de una tendencia contraria a las premisas de la democracia: la tendencia ya no hacia el máximo control del poder por parte de los ciudadanos, sino, por el contrario, hacia el máximo control de los súbditos por parte del poder”. 6) El ciudadano no educado, y Bobbio aquí hace referencia a la necesidad de la virtud entendida como amor y dedicación a la cosa pública, que ha resultado neutralizada por la apatía política, por el desinterés y la disminución del voto de “opinión” en aras del voto de “intercambio” o el voto de clientela, el voto de apoyo político a cambio de favores personales.
En una entrevista de hace unos años en la ciudad de San Pablo, Brasil, Jean Baudrillard decía que la gente, aunque no crea demasiado en los comicios, irá a votar, y los que están en el poder fingirán recurrir al pueblo. La mayoría de las decisiones importantes se toman en una suerte de espacio privado de lo político por personajes que conforman el establishment que está más allá del control democrático, por su poder social. Pero volviendo al “poder invisible”, como le llama Bobbio, como tal no está sujeto a la legalidad formal y su existencia no es otra cosa que ese poder que actúa tanto en el campo de la legalidad como en el de la ilegalidad; además permanece en los márgenes del Estado, pero también dentro del Estado, en el Estado y con el Estado. Un “poder invisible” que dispone no solo de importantes directores o gerentes de empresas, de CEOs, sino también de jueces, de funcionarios públicos, de abogados, de políticos, de comunicadores, de sindicalistas, de militares y de policías y en su caso de sicarios, de los que contingentemente puede disponer, y sobre todo de apoyos institucionales, ya sean estos tanto públicos como privados, religiosos o seculares, y aun populares capaces de movilizar grupos de individuos, frecuentemente pobres. Baudrillard, en la entrevista citada, aludía a la existencia de una red política paralela que conforma la sociedad real fuera de aquella que se invoca formada por representantes del pueblo, con una Justicia que se declama independiente pero que en la realidad también conforma el poder paralelo.
Un fenómeno que sociológicamente no se puede ignorar es que en la actividad económica la distinción legal-ilegal es por lo menos lábil, frecuentemente inexistente y que últimamente se ha puesto de manifiesto por la irrupción de noticias sobre innumerables sociedades offshore. Estas guaridas fiscales son el instrumento empresarial para sus actividades ilegales y lo más inquietante es que esos capitales no permanecen en esas guaridas como lo hacía Alí Babá en Las mil y una noches sino que ese capital está activo y utilizado por el capital financiero que necesita(n) prestarlo para cobrar un interés y así reproducirse.
Esto supone llevar adelante una política para la “creación” de deudores por el medio que sea, deudores que sean personas, empresas y/o países y utilizan para ello formas financieras sofisticadas, además de corromper funcionarios públicos para que endeuden y refinancien sus créditos ad eternum; algunos de estos grupos financieros encarnan lo que con benevolencia se les denomina holdouts y de manera más común “fondos buitre”, que han contado (y cuentan) hasta con amparo judicial que se suma al amplio mundo de la cuevas financierasoffshore que se constituyen de manera secreta para cometer ilegalidades. Cuentan además con innumerables lazos sociales entre empresarios, políticos, banqueros, abogados, traders, contadores, jueces, propietarios de inmuebles, gobernantes, CEOs, empleados fieles, testaferros u hombres de paja y otros intermediarios necesarios que trabajan coordinados para proteger los secretos financieros necesarios para mantener la impunidad penal y la inmunidad social que les reclaman sus clientes.
Estos grupos utilizan compañías anónimas que históricamente han sido por su carácter accionario una herramienta para involucrar a diferentes sectores sociales en estas maniobras, ya sea de manera consciente o inconsciente. Así pueden disfrazar los orígenes del dinero producto de actividades de lavado de dinero, evasión impositiva, como de ocultamiento de bienes para fines ilícitos y también el dinero proveniente del crimen organizado, el tráfico de drogas ilegales, la trata de personas, o diversas formas de contrabando entre otras actividades ilegales. Es de preguntarse por la sobrevivencia de estas actividades ilegales en el sistema político que se denomina democrático; esto pone en cuestión el uso del mantra “el estado de derecho” siempre invocado, invocación retórica que sirve de justificación del orden social dominado por un capital parasitario, el capital financiero actual causante de la desigualdad social.


 Héctor Daniel Fernández
Agosto de 2016

jueves, 4 de agosto de 2016

DOBLE VARA

Estamos atravesando una etapa de nuestra sociedad donde pareciera que no existe una realidad, sino varias, ellas varían según quien las mira o del lado que las mire.
Aunque nos resistamos en reconocerlo, más veces de las que pensamos juzgamos a personas y acontecimientos más por prejuicios y presiones mediáticas y sociales que por lo que los hechos realmente dicen. Así, descartamos aquellos hechos que no son de nuestro agrado e incrementamos la importancia de los que encajan con nuestra visión e intereses y aplicamos un patrón diferente para medir hechos similares, y de este modo creamos una imagen distorsionada y parcial de los sucesos y hechos reales.
Para saber la realidad de hoy se hace necesario leer varios diarios, escuchar varias voces y a la vez ser críticos de todo lo que nos “informan”, dado que cada uno maneja esa información según sus intereses personales o sectoriales. Los medios monopólicos de información tienen fuerte intereses económicos y sectoriales, y representan a poderosas corporaciones trasnacionales, que a la vez son sus anunciantes, están lejos de ser objetivos en la información y defender los intereses los trabajadores. Es más factible encontrar mayor diversidad en medios independientes que en los monopólicos o representativos de sectores económicos o sociales, aunque cada uno tiene su tendencia ideológica. Seguramente es más placentero escuchar a quien piensa como uno, le creemos como si fuera la verdad revelada aquel que dice aquello que queremos escuchar, pero eso no es informarse sino autosatisfacer nuestra convicción. El desafío está en buscar la verdad, no la que nos quieren vender algún interés en particular. Hoy existen más condenas sociales y mediáticas que judiciales, aunque la justicia también está severamente cuestionada, se puede destruir una persona con la insistencia de una noticia en los medios o por medio de las redes sociales, sin probar la veracidad de los hechos. Las redes sociales suelen ser una cloaca, donde se dice de todo sin la menor información o veracidad, se expresa lo que se les ocurre o se hacen campañas sucias por medios de ejércitos de “trolls” para difamar y agredir, sin el menor reparo y casi nadie del ciberespacio se toma el trabajo de verificar lo que se dice es verdad o no, sólo se propaga como si fuera verdad, lo lamentable que en muchos queda instalado como si fuera real.     
Lo que está mal está mal no importa de quien o donde venga. Ni su acción a quien perjudique o beneficie. Por lo general buscamos culpables y pecadores para descargar nuestra bronca y el castigo sobre ellos para sentirnos mejores. Es buscar un chivo expiatorio, uno se siente mejor cuando echó la culpa de todos los males a alguien que después será castigado. “Este dicho proviene de una práctica ritual de los antiguos judíos. El Gran Sacerdote, purificado y vestido de blanco para la celebración del Día de la Expiación (purificación de las culpas por medio de un sacrificio) elegía dos machos cabríos, echaba a suerte el sacrificio de uno en nombre del pueblo de Israel y ponía las manos sobre la cabeza del animal elegido (llamado el Azazel) al que se le imputaban todos los pecados del pueblo hebreo. Luego de esta ceremonia, el macho sobreviviente era devuelto al campo por un acólito y abandonado a su suerte, en el valle de Tofet, donde la gente lo perseguía entre gritos, insultos y pedradas. De esta forma puede considerarse que el sacrificio elimina, borra y limpia el pecado.”
Es muy peligroso acostumbrarnos a esta fuga de la realidad, la historia nos cuenta de muchos asesinatos de brujas, de bandidos, de ladrones como salvación del pueblo y que al rato, necesitaban de otra cabeza rodada para sentirse seguros.
No veamos a los hechos y a sus actores, bajo el calor y la presión de cada momento. No dejemos que quienes controlan la economía y el poder político impongan su visión en función de sus intereses. Pues eso es lo que esta ocurrido, estamos analizando los acontecimientos acorde a esos intereses y no acorde a los hechos. Los adversarios del poder actual, por ejemplo, son difamados y vilipendiados, y aquellos que han contribuido a que este poder haya llegado donde está ahora, son ensalzados y protegidos, aunque sus delitos sean iguales o mayores incluso que aquellos que son presentados como lo peor que ha existido.

Héctor Daniel Fernández

Agosto 2016 

EL SINDICALISMO ANTE UN NUEVO DESAFIÓ

Estamos viviendo una etapa de grandes cambios, donde el sindicalismo debe redefinir rápidamente su rol frente a las diferentes modalidades del mercado y a las necesidades de su base. Se trata de incorporar nuevas líneas de acción a los tradicionales métodos e ideales sindicales, produciendo cambios esenciales en las estrategias, para lograr la defensa de los derechos adquiridos y una más justa distribución de los ingresos, consumo y producción. Como así también hacer frente a las políticas neo liberales – conservadoras de devaluación, apertura indiscriminada de las importaciones, endeudamiento, favorecer a los más poderosos para que estos derramen sobre los que menos tienen, desindustrialización, recesión, abaratar el costo laboral con desocupación crónica, salarios y jubilaciones baratos, flexibilización laboral, desfinanciar empresas del Estado o Nacionales para generar ineficiencia y poder privatizarlas con bajo costo, desfinanciar el ANSES y PAMI para crear fondos privados, desfinanciar la salud y la educación pública para favorecer a entidades privadas, etc, etc,. A esto vinieron y esto es lo que están haciendo.
La crisis por la que atraviesa el sindicalismo es porque no supo o no quiso advertir, ni prevenir la naturaleza de los cambios que traía el modelo neoliberal aplicado y el cambio de paradigma de la economía (de un Estado regulador a dejar todo en manos del mercado) y sus relaciones políticas sobre el mundo del trabajo.
Las poderosas fuerzas del capital han constituido un nuevo orden internacional, basado en la preservación de las desigualdades y la exclusión de los derechos sociales y laborales de los trabajadores. El "Mercado" es un nuevo poder político que rige, domina y supera a los Gobiernos, Parlamentos y Poderes de una Nación.  Como así tampoco respetan, es su afán de aumentar sus riquezas, destruir el medio ambiente de los países no industrializados derrochando energía y otros recursos naturales.
Hoy las fuerzas del capital mundial, tienen como estrategia aplicar una nueva hegemonía capitalista, para tal fin promueven la desunión de los trabajadores, aumenta la masa de desocupados y de trabajadores precarios, congelan los ingresos y disminuyen las condiciones de trabajo y bloquean la sindicalización. Con estas condiciones y las necesidades se crea un clima favorable para la aplicación de esa estrategia. Con la división de la fuerza del trabajo, se hace difícil unificar el accionar de los trabajadores y se debilita la fuerza solidaria dentro de una misma empresa, de un sindicato u organizaciones nacionales, enfrentándolos entre sí, creando un criterio individualista que permite la explotación del trabajador y el debilitamiento o destrucción de la función de los sindicatos. 
Lo serio y grave de todo esto es que no es una situación temporal o que se pueda revertir rápidamente, esto es una gran operación que abarca sectores económicos y políticos del país y las empresas multinacionales, con el claro objetivo de imponer un rápido proceso de ajuste estructural y sinceramiento liberal-conservador, exponiéndolo como la única alternativa. De ello se desprenden algunas leyes aprobadas y otras que vienen anunciando, que perjudican al trabajador y su condición social, en favor de una pequeña clase social cada vez más rica y poderosa. Los ricos se encuentran estructurando su revolución, de la cual excluyen a los sectores medios, pobres e indigentes, dado que consideran que no son su problema; esta política de mercado ideada por ellos, pretende anular al ser humano, amenazando su seguridad. Es evidente que los bienes materiales se reparten cada vez más injustamente, demostrando que el crecimiento funciona gracias a la desigualdad.
Esta orientación se ha hecho evidente con las declaraciones dichas recientemente por el Economista Radical González Fraga y aliado del Gobierno Nacional: “Donde le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior" y luego reafirmado por la Sra. Vice Presidenta Gabriela Michetti: “Les hicieron creer que podían vivir de esa manera eternamente” y la Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires: “Nos hicieron creer que podíamos tener calefacción, electricidad y servicios”, luego siguieron comentarios en esta dirección de distintos funcionario y aliados del gobierno, tratándonos de convencer de que los trabajadores no tenemos derecho al acceso a una vida mejor, que el peronismo reivindico y otorgó, con la excepción de Menem.
Este es un gobierno, como nunca antes, que está integrado directamente por CEOs de las grandes corporaciones y medios de comunicación hegemónicos; en lugar de poner políticos que cumplieran sus mandatos, es por ello que toman medidas sin el menor tacto o sensibilidad, porque creen que manejar un país es cómo manejar una empresa. Incluso con la complicidad de algunos gobernadores y políticos de la “oposición” han puesto jueces de la corte suprema que representan a importantes estudios jurídicos que tienen como clientes a empresas monopólicas.  
El Gobierno, los políticos aliados y los medios de comunicación que los amparan, nos quieren hacer creer que la aplicación de esta política económica es la única salida, echándole la culpa a la pesada herencia, que no es tal. Esta aseveración ha sido aceptada en sectores populares, tratando de crear una cultura de resignación por lo que les toca vivir y haciéndoles creer que en un futuro, que no llegara, se estará mejor. La realidad es que la sociedad está pagando muy caro este cambio de modelo económico, dependiente exclusivamente del mercado, en lugar de subordinarla a un proyecto distributivo equitativo, humanista y social.
Es conveniente analizar quienes son los que proponen este sinceramiento, a quien beneficia este planteo. Acaso no pueden ejecutar un programa más justo y equitativo, porque aceptar un tipo de desarrollo que iguala a todos los trabajadores hacia abajo, creando una mayor brecha entre los dueños del capital y el trabajo, donde el trabajador y su oferta (la mano de obra) es lo que menos valor tiene y su vida como ser humano e integrante de la sociedad no cuenta, de qué sirve el avance de la tecnología si solo está al alcance de unos pocos. La única salida que le queda al trabajador es sindicalizase y participar, porque a nadie más le interesa revertir esta situación, dado que todos se benefician con la degradación del trabajo, tanto el Estado como las empresas.
Actualmente, han comenzado desde los medios de comunicación y asociaciones empresarias, para poner en agenda y para ser tomado por el gobierno, la “reforma del modelo vigente de relaciones laborales” o sea una nueva flexibilización laboral, reduciendo el ámbito y contenido de la negociación colectiva. El argumento que esgrimen es que el alto “costo laboral” impide el crecimiento de la empresa y frenan el ingreso de inversiones. Arguyen la necesidad de la libre contratación de personal con menos impuestos y cargas sociales (empleo joven), flexibilizar y facilitar la contratación, período de prueba, contratos de plazo fijo flexible, negociar productividad, y acordar diferentes salarios y condiciones de trabajo por empresa y región. No existe posibilidad de un diálogo o negociación justa y racional en los actuales niveles de desequilibrio de fuerzas.
Tanto se está avanzando contra los trabajadores, sin que se haya hecho tronar el escarmiento, que el mismo Sr. Presidente de la Nación Maurico Macri dijo que hace falta “una justicia laboral más equitativa, no tan volcada a encontrarle siempre la razón a una parte” los trabajadores. Es evidente que el Sr. Presidente piensa, se expresa y actúa como empresario y no como representante de todos los argentinos.
Ante tantos ataques a la clase trabajadora y a los sectores más vulnerables de la sociedad, se hace necesario que los dirigentes gremiales estén a la altura de la circunstancias, poniéndose al frente de los reclamos y en defensa de los derechos adquiridos, deben terminar los cabildeos y los mezquinos intereses personales o sectoriales. El recambio de dirigentes ha comenzado y es necesario profundizarlo para crear confianza en la sociedad, como así también definir claramente qué modelo de País se quiere. Hoy las bases se están moviendo y reclamando, si los dirigentes no se ponen a la cabeza de esos reclamos, estas los pasaran por encima. Si no cumplen con las demandas otros ocuparan su lugar.
Defender las negociaciones colectivas como único instrumento para unir demandas y expectativas laborales comunes. Quizás se pueda perder algún punto de aumento ante la inflación, lo que no se puede perder ni negociar son los derechos adquiridos.
El principio básico es que el sindicalismo no deberá aceptar los argumentos de reducir la negociación colectiva, ni aceptará cambios en materia sobre estabilidad laboral para aumentar los beneficios empresariales a costa de la superexplotación de los trabajadores y el debilitamiento de la organización sindical. Intentaran debilitar a los sindicatos de actividad y sustituirlos por sindicatos de empresas fácilmente dominables.
El sindicalismo está en presencia de una nueva lucha, a la cual debe darle una respuesta inmediata, antes que sea tarde, porque las políticas que aplica el gobierno llevan a acrecentar los despidos, lo que significa el debilitamiento de los gremios. Los trabajadores están dispuestos a luchar por sus derechos y hay que hacerlo antes que la inseguridad y el miedo a perder el trabajo sea mayor a la voluntad de lucha. Ya en el seno de la sociedad ha comenzado a percibirse la falta de seguridad en el empleo, del ingreso, en la salud, la educación, estas inseguridades esclavizan al hombre y le hace perder su libertad.
Es necesario concebir ideas comunes, crear una plataforma sindical con las demandas y a partir de ellas desarrollar políticas y tácticas conjuntas para captar y movilizar a los diferentes grupos de trabajadores con reivindicaciones específicas. Es necesario impedir que los trabajadores se dividan entre los incluidos y los excluidos del modelo de ajuste, el sindicalismo debe cubrir las demandas de todos los trabajadores, trabajadores desempleados, auto gestionados, subempleados o precarios, para ello es necesario elaborar políticas puntuales para cada situación concreta, buscando mejorar los salarios, las condiciones de trabajo y empleo. El sindicato no podrá superar la actual situación si actúa en forma defensiva, sino ofensivamente, no debe ser el furgón de cola de ningún gobierno, políticos o empresarios ni dejarles la iniciativa, continuamente se debe generar y aportar alternativas e ideas, que ellos llenen su tiempo pensando o resolviendo nuestras propuestas y no nosotros las de ellos.
En estas ocasiones la unidad debe estar por encima de las diferencias ideológicas y entre las muchas estrategias que se pueden aplicar es buscar de unificar las distintas expectativas laborales, defender la estabilidad laboral y los intereses globales de los trabajadores en general.
El sindicato debe acentuar su participación en las fábricas junto a los trabajadores, interactuar con otros gremios hermanos de la zona, conformar cuadros para debatir situaciones diarias, insertarse en el barrio junto a organizaciones sociales para hacer frente a las necesidades en común.
Debemos revalorizar al trabajador como ser humano y no como simple herramienta de trabajo.
La formación sindical es la llave para la consolidación gremial y salida a la actual situación, es necesario estar preparado para poder resolver los inconvenientes que se presenten en la aplicación de cada estrategia sobre las distintas políticas económicas y laborales.
La sociedad que está en contra de este modelo económico, que le ha quitado a los que menos tienen para darles a un reducido grupo de los que más tiene, cree que la dirigencia sindical unida puede ser el faro que los guie para combatir estas políticas y en la cual se sumaran las organizaciones sociales.

Héctor Daniel Fernández

               Julio 2016

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...