miércoles, 27 de julio de 2022

HISTORIA DE LA UNIDAD BÁSICA PROFESOR RAMÓN CARRILLO – 1972

CIUDADELA - PARTIDO DE TRES DE FEBRERO 

QUE TIEMPOS AQUELLOS

Cabecera: Parera

Sentado: Pedro Navia




Este humilde trabajo de recopilación, es en homenaje a todos los compañeros que han mantenido vivo el sentimiento por Perón, por sus principios y su doctrina. Además fueron difusores de todos aquellos derechos y conquistas que nos otorgó. Muchos de ellos ya no están con nosotros, pero siguen vivos en nuestro recuerdo y en cada militante.

Algunos de los más grandes: Pedro Navia, el “Gordo” Parera, Elvio, Antonio Miguez, Garabano, Cal, Volga, Ruiz, Fernández Manuel y Juan Manuel Fernández.

Algunos de los más jóvenes estaban Juan Carlos Speranza, Juan Carlos Padín, Carlos Rajcovich, Adriana, Violeta, Perla, José Luis (fito) Muñoz, María González, el cordobés, González, Marcos Gentille y Daniel Fernández.

Unidad Básica Dr. Ramón Carrillo, Ubicada en Av. Gaona y 9 de julio, se abre en 1972, frente al hoy banco de Galicia, donde ahora han construido un edificio. La inauguración se da con la apertura política del gobierno del dictador General Lanuse, proponiendo el Gran Acuerdo Nacional (GAN). El 26 de marzo de 1971, General Lanusse remplaza en la presidencia al General Marcelo Levingston, en un clima político totalmente desfavorable. El descontento popular crecía, la resistencia peronista cada día era más contundente y las acciones guerrilleras crecía y sumaba adeptos. Perón sumaba día a día más adeptos y la continuidad del gobierno militar se tornaba difícil de sostener. 

RECORDEMOS

El Peronismo venía proscripto desde el golpe de estado del 16 de septiembre de 1955 (Leonardi, Aramburu), La extrema derecha, las Fuerzas Armadas y el catolicismo intransigente, aliados inconfundibles, junto a sectores medios y opositores políticos, creyeron que el problema que representó el peronismo había concluido. Sin embargo, muerto el perro la rabia no había terminado, pues aun en la proscripción y sin posibilidad de presentarse en las elecciones presidenciales (1958 – 1962 derrocado Frondizi; 1963 – 1966 derrocado Illia), el peronismo siguió aglutinando a la mayor parte del sector obrero de la sociedad, el recuerdo de aquellos días felices, seguía vigente. Sin embargo, el “falso dilema” peronismo-antiperonismo no fue entre partidos políticos sino entre sectores sociales, suponían que con la supresión del peronismo se liquida la voz de las fuerzas de los trabajadores y demás sectores populares. Desde 1966 fueron presidentes de facto Ongania, Levingston y Lanuse.

Perón ya había intentado regresar a la Argentina el 2 de diciembre de 1964 pero, el viaje desde Madrid del vuelo 991 de Iberia con destino a Buenos Aires no pudo pasar de Brasil. A las 9.45 hizo escala en Río de Janeiro y el gobierno militar brasileño presidido por Humberto Castelo Branco, a pedido del gobierno argentino que encabezaba Arturo Humberto Ilia, lo mandó de regreso a España. La nave fue rodeada con 37 militares armados, que le impidieron a Perón y a su comitiva seguir viaje rumbo a Buenos Aires.

Pero a pesar del silencio impuesto por la Revolución Argentina, el 11 de noviembre de 1970 Ricardo Balbín y Enrique Vanoli de la Unión Cívica Radical del Pueblo, Jorge Daniel Paladino y Benito Llambí del Partido Justicialista, Horacio Thedy del Partido Demócrata Progresista, Jorge Selser del Partido Socialista, Leopoldo Bravo del Partido Bloquista, Vicente Solano Lima del Partido Conservador Popular y el independiente aramburista Manuel Rawson Paz, presentaron en sociedad a “La Hora del Pueblo”, un espacio de discusión pluralista que emitió un crítico documento sobre el gobierno, al cual le exigían el levantamiento de la prohibición de los partidos políticos y un pronto llamado a elecciones.

Lanusse evaluó que el principio de solución a los múltiples conflictos pasaba por terminar con la proscripción del peronismo y decretar una apertura política que permitiera una transición hacia la democracia. En este contexto nombró en el ministerio del Interior a Arturo Mor Roig (de reconocida militancia radical), propuso un Gran Acuerdo Nacional (GAN) entre los argentinos y anunció la convocatoria a elecciones nacionales “sin proscripciones” para el 11 de marzo de 1973.  En realidad, el GAN representaba el intento de encontrar la mejor salida para las FF.AA. y la secreta y ambiciosa expectativa de convertirse en el candidato acordado por las principales fuerzas políticas.

El 7 de julio de 1972 Lanusse, en la habitual cena anual de las FF.AA., anunció que no habría de allí en más ninguna proscripción sobre ciudadano argentino alguno que quisiera ser candidato a presidente y que solamente le cabía una condición para la eventual candidatura: estar presente en el país antes del próximo 25 de agosto, poniéndole fecha al regreso de Perón, a lo cual Perón respondió que no aceptaba imposiciones y que el volvía cuando quería. Envalentonado Lanuse y ante tanta insistencia el 27 de julio de 1972 Lanusse pronunció la frase que faltaba para concretar el regreso del General: "No me corran más a mí, ni voy a admitir que corran más a ningún argentino diciendo que Perón no viene porque no puede. Permitiré que digan porque no quiere, pero en mi fuero íntimo diré porque no le da el cuero para venir...".

Algunos meses después Lanusse tuvo el primer aviso concreto: "A pesar de mis años, un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mí no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible", escribió Perón en una solicitada publicada el 7 de noviembre de ese año. El 12 de noviembre el Movimiento Nacional Peronista le comunicó por nota a Lanusse que "han logrado concretar todas las medidas para su regreso a la Patria el próximo 17 de noviembre". Perón se embarcó desde Madrid hacia Roma el 14 de noviembre y lo propio hacía desde Buenos Aires la delegación integrada por 153 dirigentes políticos, artistas, sindicalistas, periodistas, deportistas y representantes de la iglesia. Antes de salir desde Roma, Perón envió otro mensaje al pueblo peronista: "Como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra". A las 20.21 de un jueves el DC-8 "Giuseppe Verdi" de Alitalia partió desde Fiumiccino con las figuras más relevantes de la época: el padre Carlos Mujica, los dirigentes gremiales Casildo Herrera, Rogelio Coria y Lorenzo Miguel, el mítico cantante de "La Marcha Peronista" Hugo del Carril, el futbolista José Sanfilippo, la escritora Marta Lynch, la actriz Chunchuna Villafañe, Juan Carlos Gene, el historiador José María Rosas, José María Castiñeira de Dios, Guido Di Tella, Jorge Taiana, Rodolfo Ortega Peña, Eduardo Duhalde, Vicente Solano Lima y la cantante Marilina Ross, entre otros. Aterrado con la posibilidad de tener su propio 17 de octubre en la autopista Ricchieri, Lanusse ordenó rodear desde el 16 el perímetro del Aeropuerto Pistarini para evitar la llegada de los militantes. Ese avión proveniente de Roma aterrizó con el General Juan Domingo Perón a bordo a las 11.08 del viernes 17 de noviembre con millones de argentinos expectantes delante del televisor y 1500 periodistas acreditados de todo el mundo. A las 11.20, Perón apareció en la escalerilla del avión junto a María Estela Martínez; a su encuentro salieron el secretario general del Movimiento Juan Manuel Abal Medina y el líder de la CGT José Ignacio Rucci. Afuera Buenos Aires estaba militarizada por orden del General Lanusse. Treinta y cinco mil soldados del ejército, apoyados por la policía, cercaron el aeropuerto e hicieron imposible la llegada de los militantes, pero no pudieron impedir una de las mayores movilizaciones de la historia política argentina.

El 24 de enero de 1972, la Dictadura Militar reconoce la personería del Partido Justicialista, incluyendo una clausula, en la cual los candidatos a Presidente deberían residir en el País a partir del 25 de agosto de 1972, pretendiendo condicionar la vuelta de Perón. También establece la condición de una segunda vuelta (ballotage) si no sacan más del  50% de los votos.

En Marzo de 1972 crean FRECILINA – Frente Cívico de Liberación Nacional, Perón propuso como denominación de la alianza de clases.

Mi recuerdo es que me acerco a la Unidad Básica, inducido por mi padre, mi tío y primo (Pedro Fernández, Manuel Fernández y Juan Manuel Fernández), quienes participaban en ella. Por aquel entonces , por medio de un amigo me había acercado a una reunión con el colorado Abelardo Ramos, además unos conocidos del PC que se solían juntar en la Galería de Ciudadela, Aníbal y Echeverry traían material para leer, que me resultaba denso. Fue  entonces cuando me di cuenta que el peronismo era lo mío. Por entonces trabajaba en la Junta Nacional de Granos, en el elevador N° 1 de Puerto nuevo, donde junto a muchos compañeros nos estábamos agrupando para pelear por el Sindicato.

 En la Unidad Básica las cabezas de la conducción más visibles eran Pedro Navia y el “Gordo” Parera, los “muchachos” grandes, junto a Elvio, Antonio Miguez, Garabano, Cal, Volga, Ruiz, Fernández Manuel y Juan Manuel Fernández y muchos otros que con el tiempo transcurrido me cuesta recordar, casi todos eran del Club Unión Argentina, y entre los más jóvenes estaban Juan Carlos Speranza, José Luis (fito) Muñoz, Violeta, Perla, María González, el cordobés, González, también había otro muchacho que el padre tenía una carnicería en Chacabuco y Gaona (hoy parrilla La Nely), Marcos Gentille, era el que siempre donaba la riestra de chorizos para algún festejo u actos,  también había otras chicas y muchachos del barrio que ahora, lamentablemente no puedo recordar y no tengo forma de recabar la información. Una, porque los más grande han fallecido y muchos jóvenes se han ido de Ciudadela, como así también mucho material hubo que hacer desaparecer cuando la sangrienta y genocida dictadura militar se instala en el gobierno el 24 de marzo de 1976 con Videla a la cabeza.

Ruiz y Volga

Sabes, cierro los ojos y escucho la voz y la risa de Pedro, esa voz ronca de tanto faso y tanto tinto. Y se me apareció el Gordo Parera, siempre agitado y transpirando por su gordura insostenible y su corazón que no era de enfermo sino de buena persona, no la cabía en el pecho. Tacita, con su sonrisa eterna bajo su enmarañado pelo blanco. “Carlos Alberto Rajcovich.”

Los compañeros más grandes que fundaron la Unidad Básica que recuerdo, era algo heterogéneo, los unía su peronismo y amor por Perón y Evita. Eran peronistas de la resistencia, podríamos decir que eran peronistas tradicionales ante una nueva oleada de jóvenes proponiendo la “Patria Socialista”. Alguno, incluso, habían tenido un cierto contacto con Alianza Libertadora Nacionalista, con contactos con Sindicatos y viejos políticos. Sus objetivos y de la Unidad Básica, siempre fueron muy claros, estamos aquí por Perón, por la vuelta de Perón y para ganar las elecciones, aquí no nos afiliamos a ninguna líneas o sector, el que quiera activar en alguna de ellas está libre de hacerlo. A pesar de sus raíces, eran abiertos a los cambios de la época y nos otorgaban absoluta libertad para realizar tareas y acciones, aunque siempre con su consentimiento. Ellos entendían que el movimiento era un todo en el que todas las partes, cumplen una función necesaria, son iguales, valen lo mismo, ninguna puede ser privilegiada por sobre otra.

Una de las historias que nos contaban los más grandes, era que “gordo” Parera, que tenía una fundición detrás de los cuarteles de Ciudadela, en los tiempos de proscripción, era el lugar de reuniones y asado. Entrada la madrugada, hacían resonar la marcha peronista y los gritos de “Viva Perón Carajo”, donde todo el barrio escuchaba. Al parecer, los militares que hacían la ronda en el cuartel, hacían la denuncia y todos terminaban la reunión en la comisaria. Como ya los conocían, al otro día cada uno volvía a sus actividades.

El momento que vivía el País era único, los jóvenes buscaban de una forma u otra participar y ser partícipe de ese momento. Había un fervor revolucionario de toda una generación de jóvenes, un fervor que encontraba su cohesión en torno al peronismo y el líder prohibido. El descontento se había transformado en revolucionario y lo que se ambicionaba era una sociedad más justa, esto era lo que importaba. El mundo vivía un momento particular, la Revolución Cubana, la independencia de Argelia, el Mayo Francés, el Che en Bolivia, la guerra en Vietnam, era época de Liberación o Dependencia. Nosotros, lo jóvenes, nos sentíamos protagonistas, sentíamos que debíamos ser parte de la historia y hasta que la estábamos haciendo. La plenitud estaba ahí. Había que ser parte de ella. Dentro de ese clima histórico, bajo el entusiasmo y hasta el deseo de no pasar por la vida sin colaborar con una gran causa, que era, en esos momentos, “para nosotros” la revolución peronista, la de todo lo que esa palabra encerraba, valentía, generosidad, participación y creación de la historia, vivencia de cambio de los tiempos, caída de mundo debió viejo, surgimiento luminoso de lo nuevo, la opción por los pobres, la rebelión del tercer mundo, el mundo de los postergados, la humillación de los poderosos, en medio de este clima nos acercamos y nos fuimos formando y haciendo en la Unidad Básica. Era la liberación del hombre. No era fácil sentir que si no estabas ahí no estabas en ningún lado. Estabas ahí o pasabas a ser parte del mundo de los mediocres, de los cobardes. Sentíamos que nos veníamos a poner al servicio de una gran causa. Aquí no había planes individuales o intereses personales. Nuestra militancia era territorial, se trabajaba en el barrio, los militantes hablábamos con los vecinos, conocidos o desconocidos, nos movíamos en el barrio. Algunos nos aceptaban otros no. Los diálogos eran francos, les explicábamos la coyuntura, nuestro proyecto, lo que estaba en juego, la necesidad de la participación de todos para recuperar una democracia popular. La unidad básica era el ámbito de discusión y formación política, se hablaba del presente y el futuro, se hablaba y se ponía en valor a nuestros caudillos, se elaboraban proyectos y que a decirle a la gente. Se hablaba de los países imperialistas y de los países dominados. Se hacía un trabajo de superficie, territorial, más que nada porque no se disponía de los medios de comunicación. A la casa de las familias el régimen entraba con la televisión, en cambio el pueblo, con el militante, llegaba puerta por puerta, casa por casa, barrió por barrio, esto era la misión y estaba bien pensado. La militancia territorial era poder. Los militantes barriales eran los verdaderos militantes de base. La realidad es que hubo ciento de miles de militantes que ofrecieron lo mejor de sí, que llegaron a ser en la militancia mejores personas.

En los comienzo nos reuníamos los más jóvenes del barrio y dábamos nuestros primeros pasos como militantes. Un día Pedro Navia nos avisa que hay un grupo de jóvenes estudiantes universitarios y que trabajaban en ELMA (Empresa Líneas Marítimas Argentinas), se iban a sumar a la unidad básica. Es cuando se suman Juan Carlos Padín, Carlos Rajcovich, Adriana y otros compañeros de ELMA. La unión con ellos fue una experiencia riquísima y de crecimiento, por el intercambio de vivencias y experiencias que elevo al grupo y lo motorizo a realizar distintas actividades y planteos que hasta ese momento no nos hacíamos. Se puede decir que esta experiencia se dio mucho por aquellos años en todos lados.

Todos aportaban algo para armar la Unidad Básica, fotos de Perón y Evita, carteles y banderas. Aprovechando que mi madre era modista, le hice confeccionar dos banderas argentinas y les puse de cañas tacuaras (como un símbolo de las montoneras). Juan Carlos Padín trajo una bandera de las montoneras: Azul y Blanca con una estrella federal de 8 puntas en el centro.

La bandera montonera, que aportó Juan Carlos Padín, la azul y blanca con la estrella federal roja en el centro, nos fue secuestrada por la policía. Posteriormente (con la asunción de Cámpora) y después de mucho explicar que no era una bandera de los MONTONEROS, sino de las MONTONERAS de nuestros caudillos, la devolvieron. 

Esa bandera se le entrego a Gregorio “Goyo” Peralta – conocido de los muchachos - en una cena que se realizó en el Club Unión Argentina, para que la llevara a Madrid para dársela a Perón. A su vuelta de España, nos trajo una foto de Perón con Goyo, ambos sosteniendo la bandera. De esa foto se hicieron varias copias y se repartieron entre muchos compañeros, pero lamentablemente esa foto desapareció, dado que con el golpe militar del 76 y la violenta y sangrienta represión emprendida por los militares, por temor, algunos la destruyeron o se escondieron tan bien que se perdieron. También creo que hubo una esquela de Perón “como era su costumbre” agradeciendo el regalo, pero eso quedo en poder de los muchachos.

“Aquella bandera; que te recuerdo que el ejército mandó a secuestrar por la policía y tuvimos que ir a la taquería porque nos querían a nosotros y recuerdo con que ceremonia nos la devolvieron cuando Cámpora ganó las elecciones. Decime Juan. A vos o a Daniel no les quedó la foto de nuestra bandera (la que hizo Ángela) y que Goyo Peralta llevo a Madrid ????? y que aparecía Perón, Goyo y no recuerdo quien más ???? Yo recuerdo, con una tristeza enorme, que cuando Ernesto desapareció la quemé. Si la tienen no podrían hacerme una copia con la tecnología que hay hoy ??????. Como quisiera tenerla, en mayor tamaño, enmarcarla y colgarla en la Cofradía, en casa, en ese lugarcito de la planta alta.”

Y la noche que cayó al Club el Coronel Smith y su custodia.(Nos sentamos a la mesa con Pedro juntos frente al milico demente de Smith. En un momento se saca de la cintura el arma en su funda y la pone en el piso y Pedro me dice: "Negro, le vamos a afanar la pistola" y estira la pierna por debajo de la mesa y empieza a tratar de pisar el fierro para arrastrarlo para nuestro lado cuando sin darse cuenta le pega una patada al milico en el tobillo y ahí terminó el intento de afano). “Carlos Alberto Rajcovich.”

Por esos entonces se repetía muchos entre los compañeros la frase de Perón “LA VIOLENCIA DE ARRIBA ENGENDRA LA VIOLENCIA DE ABAJO”. Ya habían proliferado muchas tendencias y agrupaciones que tenían una sector visibles y otro clandestino (organizaciones armadas o como decía Perón formaciones especiales). Hay un incipiente inicio de todo esto en una publicación que es Cristianismo y Revolución. FAP: Fuerzas Armadas Peronistas, FAR: Fuerzas Armadas Revolucionarias. JP: Juventud Peronista. JTP: Juventud de Trabajadores peronistas. Montoneros. AP17: Agrupación Peronista de Base 17 de Octubre. Guardia de Hierro, C. de O.: Comando de Organización. JPL: Juventud Peronista Lealtad. MRP. JAEN. FAL: Fuerzas Armadas de Liberación.

PRT-ERP (trotskistas). ERP 22 de agosto. PC: Partido Comunista. FJC. PO: Poder Obrero. PCR: Partido Comunista Revolucionario. NI: Nueva Izquierda, entre otros.  

Por entonces nos vinieron a visitar e invitar a varias reuniones compañeros del Comando de Organizaciones de Brito Lima, que tenían su sede en Ramos Mejía en la calle Ardoino, Frente a las vías del ferrocarril Sarmiento, cerca de la barrera de Av. De Mayo. Un par de ellos era vecinos de Ciudadela, que vivían cerca de la unidad básica y cada vez que podían se acercaban para convencernos para que nos integremos a ellos. Luego vinieron compañeros de JTP de Santos Lugares con el mismo objetivo. El que fue a ambas reuniones con otros compañeros fue Juan Carlos Speranza. La realidad es que vinieron asombrados por el nivel de organización y la ostentación de armas que tenían ambas organizaciones.

Uno de los hechos más destacados fue la confección de un afiche, que luego tratamos de consensuar con la Unidad Básica de Rubén Darío Novoa (farmacéutico), que estaba en 9 de Julio y hoy Santa Juana de Arco, quien luego iría como candidato a 1° Concejal, pero no hubo acuerdo en hacerlo juntos. El afiche que pegamos por Ciudadela decía:

“Compañeras y compañeros vecinos de Ciudadela, la Unidad Básica doctor Prof. Ramón Carrillo, compenetrado en los momentos trascendentes que estamos viviendo en el País y convencidos que la participación popular es el único reaseguro en el cumplimiento de nuestra revolución en paz.

Como únicos herederos del General Perón tenemos la obligación moral de concretar en realidad sus aspiraciones de hacer una Argentina UNIDA; LIBRE; JUSTA y SOBERANA. Por lo tanto la Juventud Peronista de la Unidad Básica Ramón Carrillo recogerá las necesidades de los habitantes de la zona, evaluará su urgencia y estudiará las medidas necesarias para su satisfacción, elevando sus conclusiones a las autoridades competentes. Además vigilará el uso que se haga de esos estudios y su cumplimiento.

A todos los compañeros de Ciudadela, individualmente o a través de sus unidades básicas los invitamos a trabajar en la coordinación de operaciones en común para fortalecer la unidad del movimiento y custodiar la conducta, patrimonio y lealtad al General Perón que deberán tener todos los actos de gobierno.

Ciudadela 1972.-

Unidad Básica Dr. Ramón Carrillo, Gaona y 9 de Julio 

Por aquellos días salíamos a hacer pintadas: “Luche y Vuelve” la consigna para el acto de Nueva Chicago (28 de julio), al que la JP había convocado para recordar el aniversario de la muerte de Evita y asistió el delegado de Perón, Héctor Cámpora, quién descalifico el GAN.

En agosto del 72 se comentaba que en Ciudadela, en un bar de General Paz y Rivadavia fue detectado por la policía un camión robado que era para una operación de la FAR. Hubo un tiroteo, un militante logro escapar y otro cayó preso.

Luego por esos días (15 de agosto) nos enteramos que veinticinco presos políticos de diversas organizaciones políticas se fugaron del penal de máxima seguridad de Rawson y recorrieron 21 kilómetros hasta llegar al Viejo Aeropuerto de Trelew. El objetivo era llegar hacia Chile, gobernado por Salvador Allende. Solo seis lograron tomar el vuelo hacia el país limítrofe. El resto del grupo no llegó a abordar el avión y se entregó a las autoridades militares, bajo la condición de que los retornaran al penal y que se garantizara la seguridad de los presos. En lugar de llevarlos a Rawson, los trasladaron a la Base Aeronaval “Almirante Zar”, dependiente de la Armada y en la madrugada del 22 de agosto, la guardia los obligó a salir de sus celdas y fueron asesinados.  La noticia nos impactó e indignó.

Septiembre de 1972, la noticia del secuestro y muerte de atletas israelíes por un comando palestina Septiembre Negro en los Juegos Olímpicos de Munich.

17 de noviembre REGRESO DE PERON, el día soñado, ansiado. 35.000 efectivos con armamento pesado, 20.000 bloqueando el acceso al aeropuerto y 10.000 patrullando la ciudad de Buenos Aires. La CGT lanzo un paro general. Lanuse declaro feriado nacional.  El operativo movilizó  La militancia se organizó desde el 16 a la noche. Se vivía un clima de mucha incertidumbre. El centro de la escena estaba en la Autopista Richieri, en el camino a Ezeiza. Era un día lluvioso, complicado, donde las Fuerzas Armadas habían hecho un dispositivo de cierre del Aeropuerto, por lo que desde muchos kilómetros antes no se podía acceder. Además, había que atravesar el río Matanza, por ejemplo, con un día lluvioso, con mucho viento, y la gente fue igual, a pesar del riesgo de vida que suponía tener enfrente a los militares armados hasta los dientes. Fue un acto de entrega, de obstinación, de compromiso absoluto, algo que se expresó claramente aquel día. Muchos compañeros salieron de Ciudadela con ese fin. Intentaron llegar por la Richieri y por campo traviesa pero las fue imposible llegar al Aeropuerto.

Era una alegría estar militando por algo que uno quería, la alegría de saber que pelear por Perón y por Evita en nuestro país era pelear por la patria, por esa cosa linda, algo volátil quizás, que era nuestra historia. Militábamos y peleábamos por los desposeídos, por los que tenían hambre, por los pibes que andaban descalzos, por todos los derechos que se habían perdido. Militar y luchar no se hacía por obligación o en busca de un cargo, se hacía con plena convicción y placer, ser útil al otro.


Fuimos varios y varias veces para ver al General en Gaspar Campos – Vicente López, era hacer el “aguante”. Pasamos horas esperando que saliera el General Perón a saludar. Gaspar Campos era el centro de las actividades políticas del País. Muchos compañeros pasaron noches haciendo la guardia, había que cuidar al General. Por la mañana, los militantes cantaban, desde la calle: “Buenos días General/ su custodia personal” y luego: La Casa Rosada/ cambio de dirección/ está en Vicente López/ por orden de Perón. El 21 de noviembre Perón se reúne con Ricardo Balbin, se dice que tuvo que entrar por casas linderas e inclusos le hicieron saltar una cerca. El 1 de diciembre se reúne con Arturo Frondizi. (https://www.youtube.com/watch?v=6B4IgZpj8vY) (https://www.youtube.com/watch?v=iq9DJQfo7nM ), https://www.educ.ar/recursos/112095/gaspar-campos




 Estuvimos expectante por la reunión que llevó el General en la confitería NINO. Fue un impactante hecho político, inédito hasta ese momento. Los personajes más relevantes de la política argentina desde 1955 sentadas en un rectángulo presidido por Perón y a su lado las figuras más representativas del peronismo en sus diferentes versiones. Finalmente, el frente imaginado por Perón no fue posible. La UCR, junto con otras agrupaciones, declinó el convite y decidió competir por las suyas en la elecciones de 1973.

En noviembre 1972 sale un nuevo diario MAYORIA, peronista. En enero de 1973 Perón le da un largo reportaje y luego de tratar variados tema de actualidad, finaliza diciendo: “EL GOBIERNO SE TOMA A TRAVES DE LAS ELECCIONES. EL PODER HAY QUE TOMARLO EN EL PRIMER MES DE GOBIERNO”.

La constitución del FREJULI tuvo lugar el 5 de diciembre y poco después se aprobaron sus documentos legales y programáticos. Recordemos que el FREJULI, además del Partido Justicialista lo crearon otros partidos como el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), liderado por el expresidente Arturo Frondizi, el Partido Conservador Popular, liderado por Vicente Solano Lima, el Partido Popular Cristiano (PPC) de José Antonio Allende -una de las dos facciones del Partido Demócrata Cristiano-, el Partido Socialista para la Liberación Nacional de Simón Lázara, un sector del Encuentro Nacional de los Argentinos representado por Jesús Porto, el Movimiento Nacional Yrigoyenista que orientaba Alberto Asseff, el Movimiento de la Revolución Nacional del Marcelo Sánchez Sorondo y el Movimiento de Acción Nacional de Mario Amadeo y Basilio Serrano. 

El 14 de diciembre de 1972, el General Perón deja Buenos Aires para una gira Latinoamericana, empezando por visitar a Stroessner en Asunción del Paraguay. Luego fue a Lima – Perú y se entrevistó con el Gral Velazco Alvarado, luego fue a Guayaquil, Bogota, Caracas y, finalmente a, Madrid. Había dicho que no volvería hasta los tramos finales de la campaña electoral. Esa noche, antes de partir, convoca a Juan Manuel Abal Medina (Secretario General del Movimiento Justicialista) a Gaspar Campos y le da instrucciones precisas: el candidato sería Héctor Campora. Pero tenía que informarlo al Congreso del Partido Justicialista, que se iba a desarrollar en el Hotel Crillon de Santa Fe y Esmeralda, el día 15 de diciembre, una vez que él hubiera partido. Cada sector tenía sus candidatos, un sector del sindicalismo proponía a Antonio Cafiero y sectores políticos a Jorge Taiana. Cuando Abal Medina lo anuncia, se dice que algunos quedaron heridos y sorprendidos. Luego la mayoría, como no podía ser de otra forma fue aceptado. La discusión se trasladó al nombre del vice, que definitivamente apoyaron a Vicente Solano Lima, un viejo conservador popular.

Una vez conformada las listas en Tres de Febrero, el candidato a intendente era Roberto Manuel Heredia. Aparentemente las Fuerzas Armadas los buscaban por tener relaciones con la organización armada Montonero. En aquellos épocas era muy común este tipo de acusaciones como para sacar del medio a candidatos. Los compañeros pusieron la Unidad Básica para que diera una conferencia de prensa e hiciera su descargo públicamente. 

Campaña Campora - Solano Lima




En diciembre, una vez que se supo la designación de la candidatura de Héctor J. Campora a Presidente y Vicente Solano Lima a Vice, se comenzó a activar todo para la campaña.

La juventud instalo, si el padre es Perón, Campora es el Tío, así quedo.

Por la tarde nos reuníamos en la Unidad Básica para preparar el engrudo y los carteles, que nos daban los gremios y el partido. Por la noche, más vale tarde, salíamos hacer las pegatinas y pintadas, siempre acompañados de algunos más grandes que hacían la vigilancia por si había militantes de otros partidos pegando carteles. Era muy común tapar los carteles de la oposición y de vez en cuando se armaba alguna gresca, por eso tratábamos de salir tarde para evitar que no tapen nuestros carteles o pintadas. Las consignas más habituales eran “Campora al gobierno, Perón al poder”, “Patria Si, Colonia No”, “Dependencia o Liberación”. También, el partido, entregaban unas gacetillas “Organizarse para Votar” “Votar para Organizarse”, manual de operaciones para la propaganda electoral. La actividad era frenética y el entusiasmo desbordante. Siendo altas horas de la noche nos reuníamos frente a la Unidad Básica, donde había un bar chiquito, sobre Gaona, estimo donde hoy está una casa de lotería o óptica, donde nos juntábamos a tomar café a "filosofar" luego de una larga noche. En ese bar también paraban gente de una fábrica de jamones y embutidos, que quedaba a media cuadra de la Unidad Básica, por 9 de Julio, y andaban con bastante plata. Una de esas noches, dos muchachos entraron a robar, y un habitué del bar, que era policía, empezó a los tiros y los ladrones respondieron mientras escapaban. Fue una noche infernal, recuerdo que con Juan Carlos Speranza y otros, lo primero que atinamos fue tirarnos al suelo y dar vuelta la mesa. Luego llegó la policía y todo el circo, sin que pasara nada. 

Siempre nos organizábamos para ir a los distintos actos de campaña. También en Enero, para reyes, se juntaron juguetes y se cortó la Av. Gaona y se hizo una gran fiesta para los chicos del barrio. Para los grandes, como no podía faltar, había choripán. Lo que no faltaba, todos los días, la marcha peronista.   

Algunos compañeros se anotaron para ser fiscales, para muchos sería su primera vez, al igual para muchos jóvenes, fue la primera vez que votaban. También se preparó choripán para asistir a los compañeros fiscales. 

                                                                 

El 11 de marzo de 1973, el día de las elecciones fue excitante y cargado de entusiasmo. Estábamos todos movilizados y expectantes.  En la tarde, cerrado los comicios, nos concentramos en la unidad básica para palpitar el resultado. Con la llegada de los fiscales, acrecentaba el entusiasmo y los vecinos que se arrimaban a la Unidad Básica. Nos fuimos a dormir con el convencimiento que se había logrado un amplio triunfo, se duplicaban los votos de la UCR, que nos seguían en votos. 

Los resultados fueron: Héctor José Cámpora – PJ - Frente Justicialista de Liberación – Votos 5 899 642 - 49.53 %. Ricardo Balbín – UCR – Votos 2 535 581 - 21.29 %. Francisco Manrique – PF - Alianza Popular Federalista – Votos 1 775 767 - 14.91 %. Oscar Alende – PI - Alianza Popular Revolucionaria – Votos 885 274  - 7.43 %. Ezequiel Martínez – Independiente - Alianza Republicana Federal – Votos 347 262 - 2.92 %. Julio Chamizo – Nueva Fuerza – Votos 235 188 - 1.97 %.  También ganan en la Provincia de Buenos Aires, Oscar Bidegain – Victorio Calabro. En Chaco triunfa Deolindo Bittel, en Salta Miguel Ragone, en la Rioja Carlos S. Menem, en Córdoba Ricardo Obregon Cano, en Mendoza Martínez Baca, entre otros.  Llegaron a felicitarnos Aníbal y Echeverry militantes de PC a felicitarnos, con los cuales habíamos tenido algunas discusiones políticas.

Al reconocer Ricardo Balbín el triunfo de Frente Justicialista de Liberación y la amplia ventaja, no se da la segunda vuelta, que habían especulado los militares. 


 El 25 de mayo es la asunción de Campora – Solano Lima. Desde días anteriores que comenzamos a preparar todo para ir a Plazo de Mayo. Por todo el barrio había compañeros dando vueltas, pintando paredes, pegando carteles. La marcha peronista a resonaba todas las tardes. Ciudadela esperaba en plena acción. El entusiasmo era desbordante. La Unidad Básica puso un micro para llevar a todos a Plaza de Mayo, incluso había un par de muchachos que iban grabando con una filmadora el viaje y haciendo reportajes, quería hacer un documental de ese día. Luego no supimos más nada de ellos. Las calles eran una fiesta, columnas marchaban por todas las calles en dirección a la plaza. La Avenida de Mayo estaba repleta de carteles y banderas. Cuando entramos caminando, a la altura del congreso había fila de soldados formados hasta la Plaza, cosa que excitaba y enervaba mucho, al pasar frente a ellos, resonaba el “5x1, no va a quedar ninguno”, “Asesinos, Asesinos”, incluso se les clavaba panfletos en las bayonetas, los escupían, puteban, empujaban y algunos retrocedían. Otra de las consignas que se escuchaba en las columnas de la juventud, era “Dame una mano,/ dame la otra,/ dame un gorila,/ que lo hacemos pelota!, “Yo te daré,/ te daré patria hermosa,/ te daré una cosa,/ una cosa que empieza con pé,/ ¡Perón!.   La plaza estaba colmada, hacía mucho que el pueblo no podía dar rienda suelta a su alegría. Por un momento se escuchaban griterío y se veían corridas, por la zona del bajo. Los comentarios que llegaban eran que había enfrentamientos con las fuerzas que estaban detrás de la Casa Rosada, incluso que había heridos. En un momento se vio a muchacho, subido a una de las ventas de la casa de gobierno agitando una bandera argentina ensangrentada, lo que hizo exaltar más los ánimos y muchos corrieron hacia el bajo. Pasaba constantemente los helicópteros por la plaza, resonaban los insultos y algunos temores, pensando lo peor, recordando el bombardeo del 16 de junio 1955. Todos esperábamos que llegara Campora del Congreso, que estaba previsto que lo hiciera en auto, pero llegó en helicóptero por la multitud. Luego de toda la fiesta la desconcentración se hizo pasada la tarde, era como que nadie se quería ir, que la fiesta siguiera. Por la noche nos enteramos que una multitud de militantes se hizo presente frente a la cárcel de Caseros reclamando la libertad de los presos políticos, que se hizo efectiva por la firma de un indulto del Presidente Cámpora.                                                                      

                                                                                                                                                                                                                                      

Gaona - Juan Manuel de Rosas; Por aquellos tiempos generamos la idea de cambiar de nombre de la Avenida Gaona por la Brigadier Juan Manuel de Rosas. Hicimos varias gestiones para que se concretara en el Consejo Deliberante. Sin saber el resultado, igualmente hicimos carteles que pegamos en todas las esquinas con el nombre de Av. Juan Manuel de Rosas, desde Av. General Paz a Av. República.

José León Suarez

Recuerdo que el día 7 de junio 1973, habían festejado el día del periodista en la plazoleta donde está el monumento a Mariano Moreno (25 de mayo y Gaona) habían dejado algunas ofrendas florales. El 9 de junio, un compañero levanto una de esas coronas que aún estaba aceptable y la cargo en el micro para dejarla donde ese iba a homenajear a los fusilados.

Llegamos y era un mundo de gente, mucha juventud movilizada como era habitual (Juventud Peronista). Dejamos nuestra ofrenda y nos acomodamos con nuestra gente en la vereda de enfrente del palco. Llego el gobernador y gran emoción. En algún momento surgieron gritos de “Rucci, traidor a vos te va a pasar ….”, sospecho que no había pasado mucho tiempo cuando empezamos a escuchar tiros. Vimos perseguirse a tiros por la calle, iban y venían literalmente. Luego dijeron que fue un enfrentamiento de facciones antagónicas, Montoneros y sectores de derecha y sindicales (Juventud Sindical perteneciente al vicegobernador Víctorio Calabro de la UOM). Lo primero que atinamos fue a cubrir a nuestra gente detrás de los autos. Una vez que paso la balacera, fuimos juntando a nuestra gente y preocupados que ninguno fuera herido. Algunos salían de debajo de los autos donde se habían escondido. Fue un momento de gran angustia. Fueron risas, llanto y asombro, pero era el clima que se vivía. Una vez que nos juntamos todos, nos volvimos al colectivo con una amarga sensación.

(https://www.youtube.com/watch?v=82uNopY6wTY )

Regreso de PerónEzeiza: El definitivo regreso del General Perón a la Argentina el 20 de junio de 1973 dio origen a un acontecimiento que por su magnitud, trascendencia, resultado y derivaciones posteriores, lo proyecta como uno de los hechos más significativos de "la década del 70".

En la Unidad Básica, todos estábamos expectantes al retorno de Perón. Previo a su llegada se iba organizando todo para ir a recibirlo.  Para la fiesta. El día anterior al retorno partimos para Ezeiza, todo era algarabía y felicidad, íbamos a recibir a Perón. Se llevó de todo para pasar la noche y al otro día. Parrilla, bebidas, panes y la infaltable riestra de chorizos. Acampamos en las proximidades del palco, pero no muy cerca. El palco oficial estaba sobre el puente entre el cruce de Autopista Gral. Riccheri y la Ruta Provincial 205.

Mi recuerdo es que yo no pude salir con ellos, así que cuando regrese de mi trabajo, tome una mochila, pose algunas cosas para comer y abrigo y me fui en colectivo, el mismo me dejo en General Paz y Riccheri y de ahí comencé a caminar. Era una infinidad de caravanas fueron arribando a partir del atardecer. Todo era una fiesta popular, a lo largo de la Autopista todo era alegría, los bombos, redoblantes, banderas,  carteles y los canticos que se repetían y hacían eco en cada grupo. Atardecía y ya, por la cantidad de gente, me imaginaba que iba ser imposible encontrarme con mis compañeros de la Unidad Básica. Así que me arrime a uno de los cientos de fogones que había para pasar la noche charlando con compañeros hasta entonces desconocidos, era todo fraternidad y compañerismo, se compartía con el otro lo que cada uno tenía. A la mañana del 20, con el fuego del fogón casi consumido, fui a la búsqueda de mis compañeros, sin mayores esperanzas por la cantidad de gente, eran verdaderos “ríos humanos”. El transitar de gente era incesante. A pesar de haber asistido a muchas marchas, esta era impresionante, había compañeros de todo el País que confluían ahí, con el único objetivo de recibir a Perón, la esperanza de “casi” todo un pueblo. A medida que avanzaba, miraba de un lado a otro de la Autopista a ver si divisaba a los compañeros, en un momento los veo acampando y mi alegría se multiplico, los abrazos y festejos fueron interminables.

Era una jornada única, irrepetible, los más grandes marchaban por “los días más felices”, pero todos caminábamos por el retorno de esos días, que ahora volverían con el retorno de Perón.  

Estaban a cierta distancia del palco, varios compañeros me comentan que por la noche se había escuchado muchos disparos. Pasamos las horas esperando la llegada del avión. Por momentos algunos compañeros se acercaban al palco, pero se hacía casi imposible, dado que era una masa humana compacta en las inmediaciones del mismo.

Según pudimos saber posteriormente, hubo más de tres millones de personas, la mayor concentración humana que se había visto hasta entonces en toda la historia argentina, querían participar de la fiesta.

Desde el improvisado campamento que teníamos en una zona arbolada, a la vera de la Ricchieri, varios, de a ratos, nos íbamos acercando al escenario para vivir el clima. En un momento llegan unos compañeros que nos dicen que había tiroteo y que se veía caer gente herida. Fue un momento de alarma. Todos nos quedamos expectantes. Pasado el mediodía comenzaron a vivirse momentos tensos y luego, a la tarde temprano comenzaron a ocurrir sucesivas estampidas de gente corriendo que se venía para donde estábamos nosotros acampando y lo único que atinábamos era protegernos detrás de los árboles para que no nos atropellaran. Esto ocurrió en varias oportunidades. Todo era un descontrol, no entendíamos que estaba pasando. 

A eso de las 16 se recibe una comunicación que detalla que el avión presidencial estaba sobrevolando Ezeiza, pero que no se sabía si iba a aterrizar ahí por los grandes disturbios que había, y en Morón. Los festejos comenzaron a empañarse por las balaceras y las corridas. Por hechos ocurridos nos enteramos que el avión tuvo que dirigirse finalmente a Morón y no bajó en Ezeiza como estaba previsto. El presidente Cámpora dio un mensaje a todo el País, que el General Perón pisaba nuevamente suelo de su patria y estaba perfectamente bien y que al día siguiente el General Perón se dirigirá al País a las 21hs.

Todo fue una gran desilusión, la fiesta no pudo ser. El regreso fue una larga caminata, a pesar de que por momentos cantábamos y gritábamos consignas, todo era de una gran tristeza y desconsiento, porque a pesar de haber visto y vivido todo lo que pasaba, no lo entendíamos. La sentíamos como una derrota y no daba bronca suponer la felicidad que debían sentir los gorilas y militares, por este hecho desgraciado. Entrada la noche llegamos, después de la larga caminata cargando las mochilas llenas de bronca y amargura, a la estación de Morón, para tomarnos el tren de regreso a Ciudadela. En un quiosco, en Morón, vimos en televisión, parte de los hechos y cuando Perón bajaba con la comitiva que lo acompañaba, posteriormente las palabras de Cámpora. Nos quedamos uno momentos más y para nuestra sorpresa, Perón dirigió un breve mensaje; donde señalo su complacencia por el retorno definitivo al país y expreso su sentimiento de pesar por las circunstancias que impidieron su contacto directo con el pueblo, y reitero lo que dijo el presidente Cámpora que al día siguiente se iba a dirigir a todos los argentinos. 

 https://www.educ.ar/recursos/112163/ezeiza

El 21, nos juntamos para discutir lo que había pasado y escuchar el discurso del General que hizo por cadena nacional. https://www.youtube.com/watch?v=i8PXWD36FDI.

Según algunos comentarios decían: “Ya desde la madrugada se habían sucedido incidentes violentos, incluso armados, si bien menores. Según la lógica de la época, muchos creían que la concentración de Ezeiza desequilibraría, ante los ojos de Perón, la pugna que los enfrentaba. Cuando el General observara la capacidad de movilización de "la Jotapé", que había forzado al régimen castrense a conceder elecciones, se pronunciaría en su favor y le haría un lugar a su lado en la conducción. Por su parte, los sectores antagónicos a las "formaciones especiales" participaban de la misma lógica y sacaban conclusiones equivalentes y encontradas. Lo cierto es que cuando intentó ingresar por la parte de atrás del palco la columna Sur de la Jotapé se produjo un terrible tiroteo entre ésta y los custodios del palco, causando gran cantidad de muertos y heridos. Fue un verdadero combate, con una organización detallada y un visible despliegue de armamentos poderosos, frente a una multitud que, sin entender lo que ocurría, pugnaba atónita para ponerse a resguardo del caos.”
                                                             


Varios compañeros asistimos a la Marcha de las antorchas, un 26 de julio en conmemoración del fallecimiento de EVITA, en el Parque Saavedra. Una particularidad de esas marchas era que muchos usaban el poncho salteño de Martín Miguel de Güemes, Rojo y Negro. 

Padre Múgica. (Carlos Francisco Sergio Mugica Echagüe)

Entre los más jóvenes resolvimos realizar un festival con fines benéficos, la idea era traer al Padre Carlos Múgica y juntar ropa y  alimentos no perecederos y entregárselos a él para ayudar a la gente del barrio Comunicaciones - la “Villa 31” donde tenía su capilla. Se habló con los muchachos más grandes, quienes estuvieron de acuerdo, arreglaron todo para que se hiciera en el Club Unión Argentina.

Lo primero que teníamos que conseguir era que al Padre Múgica. Así que combinamos con Juan Carlos Speranza para que pasara por mi trabajo (Puerto Nuevo, Unidad I de la Junta Nacional de Granos) frente a la “Villa”. Era habitual, los que trabajábamos ahí (JNG), ir de vez en cuando a comprar comida. Nos juntamos y entramos por las callecitas angostas en busca de la capilla Cristo Obrero, donde ejercía su máxima actividad pastoral entre los que llamo “mis hermanos villeros”. Estaba cerrada, estuvimos hablando con gente del lugar y nos dijeron que el padre iba a estar por ahí un día determinado. Les explicamos nuestras intenciones y para que lo queríamos ver. Confirmamos que íbamos a volver.

En el día que nos dijeron que iba a estar, fueron Juan Carlos Padín y Juan Carlos Speranza, quienes hicieron todas las gestiones para que viniera. El Padre Múgica confirmo su presencia.

La organización del festival fue frenética, preparar el salón principal con el escenario, las mesas y la propaganda. Además conseguimos que se proyectar la película de Juan Shoereder “Una mujer, un pueblo” (de 1970 – estreno 1974).

El salón estaba lleno de familias, vecinos y compañeros, la excitación y la expectativa era mucha. Nos quedamos en la puerta esperando la llegada del Padre Múgica. Cuando lo vimos bajar de su “Renoleta” bastante desvencijada por cierto. Ingresamos por una de las puertas del costado del Club, había un pasillo que nos llevaba al fondo, donde estaba el bufet, aparte del salón de actos. Ahí había una mesa especial donde estaban los muchachos más grandes y algunos de nosotros. Nos turnábamos de un lado a otro para atender todo lo del festival, pero estar con el padre Múgica, para nosotros era único, tenía un carisma increíble. En el festival, Juan Carlos Padín hizo un sentido homenaje a Evita, sus palabras conmovieron. Luego Carlos Mujica subió al escenario y se dirigió a todo los presentes, dando un discurso encendido (llamas). Todos los presentes quedaron impactados, un momento imborrable e inolvidable. Hay imágenes que no se pueden olvidar, Carlitos Mujica sentado en la mesa rodeado por todos nosotros comiendo empanadas y tomando vino, luego revisando las cajas con ropa que se había juntado para ver si estaba esa ropa limpia y sin roturas. Por último, agradeciendo por todo y cargando todo en la Renoleta y partiendo. Quedo grabado todo en el corazón. 

https://www.youtube.com/watch?v=BK8rjihJvMY&t=6s

El tiempo impiadoso me ha robado nombres de la memoria y algunos hechos que se desdibujan, como cuando fuimos a copar una noche una clase, en un colegio religioso (del profesorado el Elizalde) y que nos tuvimos que ir entre el alumnado porque los curas algo se olieron al vernos ahí sentados y llamaron a la policía. Juan Carlos Padín.

Te acordas cuando íbamos a buscar a la imprenta del gordo “MELE o LEME” (era ese el apellido ????) en la calle Moreno, creo, las cajas con miles de papelitos chicos impresos que se volanteaban (mariposas). Un día fui a buscar una caja enorme para llevar a Ciudadela y la llevé a casa en Cangallo. No me puedo olvidar que al entrar al ascensor se me desfondó y cayeron dentro y fuera del ascensor y era imposible juntarlas. Inolvidable, porque Don Francisco, el Portero del edificio que era un gran tipo, era un gorila feroz y no puedo hasta hoy olvidar su cara cuando me ayudaba a poner en la caja esos millones (así parecían) de volantitos. Carlos A. Rajcovich.

La presidencia de Cámpora resultó un complicado intento de ejercicio de la autoridad pública, con el agravante de que la estructura del Estado fue terreno de disputa por el control de recursos y niveles de decisión entre las organizaciones de izquierda, los sindicalistas y los cuadros partidarios del peronismo.

Desde la asunción de Cámpora, hubo significativos hechos que marcaron cierto desorden institucional, la libertad de los presos políticos antes que el Congreso aprobase la ley de amnistía, la ola de ocupaciones de edificios públicos y particulares en todo el país y, en parte, los hechos de Ezeiza fueron las variadas expresiones de una exacerbación de los espíritus que ganó las calles y no pudo o no supo ser contenida por el Gobierno.  Todos estos hecho, los conflictos internos, más aquella consigna “Cámpora al gobierno, Perón al poder”, provocan la renuncia de Cámpora y Solano Lima el 13 de julio de 1973. Apartándose de la línea sucesoria al presidente provisional del Senado, Agustín Díaz Bialet, en una súbita misión oficial al extranjero, la investidura recayó en Raúl Lastiri, presidente de la Cámara de Diputados.  


El 26 de julio, el Congreso Metropolitano del Partido Justicialista se apresura a lanzar la fórmula Perón-Perón. Se comentaba que Perón se había manifestado en contra de que su conyugue lo secundara. Se mostró inclinado a creer que aún existían posibilidades de que Ricardo Balbín aceptara acompañarlo. Cosa que no pudo ser.  El 4 de agosto se aclamo la formula, la señora María Estela Martínez de Perón pidió tiempo para consultar con su marido. El 18 de agosto el Congreso partidario, que había pasado a un cuarto intermedio, se reunión con la presencia de Perón en el teatro Cervantes, quedo confirmada. Se dice; que no había sido la formula querida por Perón ya que había sido impuesta (Rucci y sindicalistas) y, considerando su precaria salud, sólo podría proporcionar algún rédito político al círculo íntimo de López Rega. En su extenso discurso de aceptación de la candidatura, el líder justicialista leyó el informe médico sobre su estado de salud firmado por los profesionales (Cossio y Taiana) que lo asistían. Este informe señalaba que la futura actividad  del viejo conductor debía contemplar y ajustarse a la situación física vinculada a su edad y a su afección crónica.      

Campaña Perón - Perón.

La campaña para las elecciones no difirió mucho de la de Cámpora- Solano Lima, el frenesí y el trabajo era el mismo. Todo volvía a repetirse. Sólo que ahora Perón el que encabezaba la formula.

Muchos pensamos que nuestro General, con su salud tan desgastada, se lo había empujado a la muerte.

Una noche de pintada en la estación de Ciudadela, que cuando llegamos ya había sido totalmente copada por los Montoneros y que casi nos cagan a tiros. Carlos A. Rajcovich.

Concurrimos a los distintos actos de campaña. Estuvimos en la Plaza de San Martín, fuimos al Acto de Atlanta, organizado por Juventud Peronista 22 de agosto 1973.  

(https://www.youtube.com/watch?v=K4rk731dLvM)

También asistimos al acto que realizó la CGT y acompaño la Juventud Peronista el 31 de agosto, fue un interminable desfile de compañeros, se calcula que duro casi 8 horas, primero desfilaron todos los gremios y cerró la marcha, la juventud. Perón a pesar de su precaria salud se mantuvo en pie saludando a todos los compañeros que fervorosamente lo victorianos.




                                                                                                                                          

Nuevamente fue anotarse para ser fiscales, preparar todo para el 23 de septiembre y los infaltables choripán para los compañeros que fiscalizaban y luego para los festejos.

Abelardo Ramos con el Frente de Izquierda Popular, llevo la boleta de Perón-Perón, su opción era votar a Perón desde la izquierda.

El 23 de septiembre de 1973 el Justicialismo llevó a Perón a su tercera presidencia.

Juan Domingo Perón-María Estela Martínez de Perón - Frente Justicialista de Liberación 6.469.525 - 54,38 / Frente de Izquierda Popular - 889.727 - 7,48 - Total Perón – Perón 7.359.252          - 61,86

Ricardo Balbín - Fernando de la Rúa - Unión Cívica Radical - 2.905.719 - 24,42

Francisco Manrique - Rafael Martínez Raymonda - Alianza Popular Federalista - 1.450.996 - 12,20

Juan Carlos Coral - José Francisco Páez - Partido Socialista de los Trabajadores - 181.474 - 1,53.

Entrada la noche, se comenzaron a conocer los resultados de las elecciones, la Av. Gaona y la unidad básica se llenó de compañeros y vecinos. Todo era algarabía y felicidad. La marcha no dejaba de resonar una y otra vez. Algunos luego fueron para el barrio de Palermo, Oro y Santa Fe, donde estaba el local partidario y centro de campaña.  


El 12 de Octubre de 1973, Perón asume su tercera presidencia. La plaza desbordaba de gente y entusiasmo. Era todo una fiesta.  

Asunción de Perón (https://www.youtube.com/watch?v=J04WAMUhR3U )

                                                                                             







Conmoción por el Asesinato de Rucci: 

Conmoción por el asesinato de Rucci: El 25 de septiembre de 1973, nos enteramos que un "supuesto" comando montonero había matado a José Ignacio Rucci, líder de la CGT y hombre de confianza de Perón dentro del sindicalismo. En su momento nadie se adjudico el atentado. Realmente fue un momento confuso y de mucha preocupación por lo que vendría. Recordamos los canticos de “Rucci Traidor, a vos te va a pasar lo mismo que a Vandor”. Fue un golpe muy duro para Perón. Marcó la ruptura de Juan Domingo Perón con el ala izquierda del peronismo, y fue el inicio de una escalada de violencia que ensombreció a su gobierno y a su partido.

https://www.educ.ar/recursos/112157/la-muerte-de-rucci

Vuelta de Obligado 20 de noviembre de 1973: Para conmemorar esta gesta de los patriotas, donde el general Lucio Norberto Mansilla al mando de las fuerzas nacionales de la Confederación Argentina, le hicieron frente a la escuadra anglo-francesa, que pretendía avanzar por el Río Paraná. Gran Bretaña y Francia querían establecer relaciones comerciales directas con esas provincias sin pasar por Buenos Aires ni reconocer la autoridad de Juan Manuel de Rosas. Para recordar esta fecha se organiza un viaje a la vuelta de obligado, San Pedro, Provincia de Buenos Aires. La idea era pasar la víspera y hacer la vigilia para del 20 de noviembre. Es así que el 19 de noviembre por la tarde partimos con colectivo alquilado con todos los pertrechos para pasar la noche, lechón incluido. Una vez instalados a la vera del Río Paraná, donde se había llevado la heroica batalla, se hizo un fogón, se aso el lechón, entre guitarreada, canto, vino y alegría se esperó el amanecer. Al salir los primeros rayos del sol, se levantaron las banderas y se cantó el himno nacional, para luego pegar la vuelta. Juan Carlos Speranza. 

El 1° de mayo de 1974: El 1° de mayo de 1974, Como era costumbre, nos preparamos desde el día anterior para ir a la plaza. Nos movilizamos en micro, que nos dejó cerca Once. Desde ahí caminamos hasta la plaza. Era una multitud de trabajadores, había algarabía y entusiasmo para celebrar el Día del Trabajador. La pica entre la izquierda y el sindicalismo se vivía. Los canticos “Perón, Evita la patria Socialista”, se contra ponía con el “Ni yanquis ni marxistas PERONISTAS”. Las columnas de Montoneros y la Juventud Peronista, se ubicaron a la izquierda frente a la Catedral (Rivadavia) y los gremios a la derecha (Hipólito Yrigoyen), y nosotros estábamos en el centro de la plaza, casi al final sobre la calle Bolivar. La izquierda entonaba cantos de crítica, “que pasa, que pasa general, que está lleno de gorilas, el gobierno popular”. El discurso de repudio de Juan Domingo Perón (Imberbes) desde la Casa Rosada motivó la retirada de Montoneros. La compleja relación entre Perón y la juventud de su movimiento se rompió entonces definitivamente. El mayor líder y conductor del pueblo argentino enfrentó en duros términos a esos “irreverentes imberbes” que gritaban y silbaban y que después, sin mediar orden alguna, abandonaron la Plaza sellando su destino. Creyeron que le vaciaban la Plaza a Perón; y sin embargo, estaban vaciando su propia construcción política con el pueblo peronista que los cobijó todos esos años. Eso sí, nadie los echó de la Plaza; tampoco Perón. La conducción política de la Jotapé, ofendidos y tristes por los insultos del balcón de la Casa Rosada, emprendieron la retirada sin aceptar contraorden orgánica ni bajada de líneas que atemperen ese enojo colectivo. Cantaban los pibes y las pibas: “Aserrín, aserrán es el pueblo el que se va” mientras llovían sobre sus cuerpos los gruesos palos de madera dura que les tiraban los que se quedaban al grito de “Ni yankys ni marxistas, peronistas”. Todo mal en esa tarde de fractura del campo popular. “Conformes, conformes, conformes General, conformes los gorilas, el pueblo va a luchar”, se marchaban cantando sin reflexionar, todavía, que ese pueblo con el que se identificaban, era el mismo pueblo de Perón.

Se había roto la Plaza, comenzaron a tambalear los sueños de construir la patria justa, libre y soberana que veníamos acunando. La Plaza rota era el Frente roto, el Movimiento roto, el pueblo roto, el proyecto nacional y popular roto. La juventud quiso demostrar de manera insolente sus razones, sin medir ni sentir el costo de las heridas que el choque fratricida empezaría a provocar. Los dolores vinieron después, cuando ya era demasiado tarde.

Para entonces ya había sucedido la masacre de Ezeiza y la muerte de José Ignacio Rucci. Ya había sucedido la rotura primera. Ya había sucedido la muerte de muchos militantes y el ataque a tiros y bombazos a nuestras Unidades Básicas. Seguía sucediendo López Rega, Villar y Margaride y la triste triple A. Ese día ninguna de las partes supo conducir al conjunto.

(https://www.youtube.com/watch?v=6A2uyqTlKzw )

https://www.educ.ar/recursos/112158/peron-los-montoneros-y-la-plaza




Muerte de Perón :

https://www.educ.ar/recursos/112159/los-funerales-de-peron











  
                   







































SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...