lunes, 18 de mayo de 2009

POR LA UNIDAD DEL PUEBLO

Junio de 2002
Quizás cada uno de nosotros estemos sorprendido con lo que nos está pasando y aún estemos buscando explicaciones, aunque la mayoría sabemos la respuesta.
Los desocupados, indigentes, pobres, marginados, explotados se suman a millones y a medida que pasan los días estas cifras se acrecientan, pero lo más sorprendente es explicarnos como llegamos a esta lamentable situación, por qué "el pueblo" en su mayoría, es testigo indiferentes, sin reacción. Por qué se asumió este trágico destino tan solo con resignación. Nuestro futuro está empeñado, desnutrido, desculturizado y hambreado. Como permitimos llegar a esto?.
Debemos tratar de buscar las coincidencias, actuar todos juntos en base a una unidad de criterio y acción en función de un solo objetivo, un País para la gran mayoría del pueblo, ningún trabajador, vecino o desocupado provocó directamente esta situación, aunque fuimos participes necesarios. ¿Por qué asumir esta realidad como la única posible, si se puede cambiar?
Es hora de asumir con coraje, humildad y dignidad nuestro futuro. Que la unidad del pueblo no sea una utopía. No es muy descabellado pensar, de no lograr una fuerte unión, que el poder económico-finaciero, utilizando a otros sectores, provoque la disgregación total y genere violencia, a la que estamos a la puertas, a los efectos de poder "poner orden" y así defender impunemente sus intereses. No descartar la "ayuda" (intervención) de fuerzas extranjeras para garantizar el "orden".
El pueblo, en sus diferentes fracciones o sectores, se debe unir, identificar y tener en claro quienes son nuestros verdaderos enemigo, juzgarlo, marginarlos y asilarlos para siempre y no permitir que los dirigentes nos sigan separando, porque cada uno de ellos ha privilegiado intereses personales o partidarios, antes que los del pueblo en general, inclusive llegan a la peor de las traiciones sin inmutarse, sino como se explica tanta sumisión. El poder permanentemente dividió para poder perdurar y hacer su voluntad, pero en este tiempo hubo dirigentes que consciente o inconscientemente sirvieron a ese poder. Tener muchos frentes para enfrentar a la vez, desperdiga fuerzas y debilita.
Es indudable que nuestra sociedad adoleció de graves fallas, debemos imponernos una profunda autocrítica y cambiar, si queremos avanzar y revertir esta situación. Nos han impuesto y nos hemos dejado dominar por la indiferencia, individualismo e hipocresía. Mientras algún sector luchaba por no ser perjudicado, otros miraban para otro lado o los criticaba, total, mientras no fuera él el perjudicado, todo estaba bien. Se entrego el País y todo estaba bien, total se podía viajar a Miami para hacer compras. Se permitía el ingreso libre e indiscriminado de productos del exterior, mientras tanto se cerraban nuestras empresas y se engrosaba el ejercito de desocupados, pero a otros no le importaba porque podían comprar esas cosas importadas. Se flexibilizaba el trabajo, rebajaban salarios y aumentaban las horas de trabajo con el acuerdo de muchos dirigentes gremiales, pero no importaba total estabamos entrando al primer mundo. Mientras se entregaban las empresas del estado en su mayoría en manos extranjeras y con contratos vergonzosos, la mayoría aplaudía, porque la propaganda de periodistas "independientes" que representaban y representan el sistema, nos decían que el servicio iba a ser más barato y mejor y fue mentira. Los medios de comunicación fueron copados y monopolizados por "periodistas y economistas" al servicio de los intereses multinacionales que nos estaban saqueando. La mayoría los escuchaba y compartía sus opiniones. Dejamos de pensar y reflexionar, era más cómodo que nos dijeran que hacer y como pensar. Se veía la corrupción, la inmoralidad, el clientelismo de los políticos y los dejábamos, total el dólar estaba barato y había estabilidad, ficticia pero estabilidad. Los jubilados luchaban por una jubilación digna, pero los dejamos solos, abandonamos a nuestros padres, porque nosotros estabamos ocupados. Las calles o rutas eran cortadas por los trabajadores que perdían sus trabajos y eran condenados a la miseria y el hambre; por desocupados pidiendo trabajo, por los chicos de los comedores solicitando comidas, los estudiantes y maestros para que no recorten el presupuesto, los enfermos, médicos y enfermeros reclamaban por la salud pública, etc., etc., y del otro lado muchos reclamaban airadamente porque no podían pasar con sus autos o colectivos para ir a sus casas, sin importarle que muchos de los que estaban en la calle no tenían casa o comida. No olvidemos que después del años 76´ muchos decían "por algo será" y así se permitió la desaparición de 30.000 compatriotas. Vemos en la calle, el barrio o en la televisión a personas como nosotros comiendo de los tachos de basura, criaturas desnutridas, centenares de comedores populares que no dan abasto, infinidad de seres humanos mendigando, mientras que por otro lado se observan fiestas donde se codean encumbrados dirigentes empresarios, políticos, gremiales, banqueros, etc., como así también se muestran en las revistas de moda enormes mansiones de estos mismos dirigentes y pensar que muchos de ellos se quedaron con el esfuerzo y trabajo del pueblo.
Durante todos estos años, muchos encontraron, a flor de boca, un justificativo para no participar (por comodidad o irresponsabilidad) - que esto o que aquello - mientras tanto nos robaron el futuro y otros exigían cambios o proponían acciones, pero jamás tomaron parte en nada. Siempre restamos en lugar de sumar. En definitiva, los mediocres nunca se comprometen ni se juegan por nada ni por nadie.
Convocamos al pueblo a unirse, abandonar sectarismos o prejuicios estúpidos y la soberbia de creer tener la verdad absoluta. Priorizar consignas o objetivos antes que buscar réditos personales o capitalizarlos para un sector. El egoísmo hace que muchos critiquen a sectores que luchan o trabajan por cosas que en definitiva nos compete a todos, inclusive aún hay tanta soberbia (incapacidad) que no son capaces de unirse sectores que trabajan por un mismo propósito. No hemos tenido la capacidad de comprender que cada una de esas luchas es de todos y para todos.
Preferimos escuchar a políticos y periodistas que criticaban las consecuencias de la protesta, pero nunca los motivos. Se reprime violentamente al pueblo y los violentos termina siendo aquel que reclama por sus derechos. Es evidente que el trabajo psicológico desde el año 1976, tuvo sus resultados. Nos impusieron la idea "que otra cosa no se puede hacer", que defender lo nacional y popular es estar fuera del mundo o salir a la calle a reclamar por trabajo, salud, educación es ser violentos. Que son entonces aquellos que han generaron la falta de trabajo, hambre, miseria, marginalidad, mortalidad y entrega. Hemos dejado el País en manos de una clase dirigencial mediocre y gris, falta de ética y moral.
Si se quiere revertir esta situación debemos dejar de hacerle el juego aquellos que provocaron esta situación, no debemos descalificar aquellos que hacen algo por los demás, sino sumarnos, la crisis por la que atravesamos, no contempla si sos de arriba o de abajo, si sos de la izquierda, centro o derecha, joven o mayor, del sur o norte, blanco, mate o negro, el enemigo es el corrupto, el traidor, el que nos roba, nos hambrea, nos deja sin trabajo, sin salud, educación o justicia. Recuperemos el respeto por nosotros mismos y por los demás.
Basta de escuchar a quienes representan los intereses de los monopolios o banqueros. Basta de votar a esta clase política que fracaso y nos destruyo. Basta de la partidocracia inmoral. Basta de la continuidad de este modelo y los dirigentes que lo representan. Basta de comportarnos en forma egoísta, individualista e hipócrita. Basta de pensar en salvadores, Mesías o iluminados, la única salida es una democracia más directa, participativa y realmente representativa de la voluntad popular.
Necesitamos recrear la solidaridad, la cultura del trabajo, pero por sobre todas las cosas, la unidad del pueblo en base a la ética y moral, con honestidad y respeto.
EL CAMBIO ESTA EN MARCHA, SOLO FALTA UNIRNOS DEFINITIVAMENTE
EL CAMBIO ES POSIBLE Y ESTA EN NOSOTROS.

Hector Daniel Fernandez

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