viernes, 15 de mayo de 2009

REFLEXIONES SOBRE LA DESOCUPACIÓN

Agosto 1995

El día domingo me senté a leer el diario, no siempre uno encuentra buenas noticias, por el contrario generalmente son deprimentes, quizás yo no sea una de esas personas optimistas por naturaleza o que tenga muy por encima su autoestima, como dicen ahora, los años fueron aplacando mis ansias de triunfo, los gobiernos me robaron la esperanza y los hombres la confianza en ellos, aunque uno aún cree en las utopías que cultivó en su juventud, con el tiempo ve tanta hipocresía y falsedad, donde las ideas se subordinan al poder económico y se puede estar de acuerdo en un santiamén con su oponente ideológico, reacomodando y retorciendo los fundamentos de su ideología con tal de no perder lo alcanzado o ante la posibilidad de un puesto; o acaso no vemos a políticos, periodistas, gremialistas o gente común que defienden la idea del que les paga y renuncian a la que siempre tuvieron ?.
Pero volviendo a mi lectura, uno de los artículos hablaba de la desocupación, un tema que me golpea de cerca, casi diríamos ya es una obsesión, no porque yo tenga un trabajo, quiero hacer como el avestruz e ignorar a aquellos que lo padecen, nunca actué así, traté de ser coherente con mi pensamiento, por ello estuve en contra de los militares o del gobierno de Alfonsín a pesar de que fue cuando económicamente estuve mejor, solo trate de ser solidario y aportar ideológicamente al bien común sin pensar en mi conveniencia, la misma forma de pensar me sucedió dentro del partido en el cual militaba y del cual absorbí su doctrina, el PERONISMO, sí el peronisno y no el justicialismo, siempre pensé y sentí igual, pero resulta que según la posición de los dirigentes de turno que conducían el partido a nivel nacional a los representantes barriales y las épocas, por momentos estaba a la derecha, luego en el centro y en otras ocasiones a la izquierda, cosa que nunca me pude explicar, si nunca cambié mi forma de pensar, o sería que eran ellos los que cambiaban o negociaban sus ideales ?, muy probablemente sería esto, porque no tenía ningún interés en particular, ni puesto que defender. Comencé a leer y me di cuenta que en cualquier momento puedo estar entre los que describen esas peripecias, porque sin llegar a tanto ya las padecí, uno no tiene grandes pretensiones, solo quiere ejercer el derecho a trabajar, un trabajo digno y en el cual pueda mantener a su familia y darle educación a sus hijos. Pero esto es una presión psicológica intolerable, uno vive con el temor de perder lo que tiene, aunque no es mi caso, hay gente que se debe resignar a dejarse explotar o quitarle horas a su familia e hijos, no poderse encargar de la educación de los chicos porque debe trabajar todas las horas que pueda para que ellos tengan algo de lo que antes tenían, siempre se dijo que el capital es insensible, pero llegar a la barbarie, a la explotación sin el menor signo de convivencia es terrible, estamos a las puertas del siglo XXI, en la era de la tecnología, pero me pregunto antes de desarrollar tanta maquinarías, no sería conveniente desarrollar primero al ser humano, perfeccionarlo en la convivencia, en los valores éticos y morales, y luego poner la tecnología a su servicio.
Uno vive, escucha y vee los sacrificios que se deben hacer para poder subsistir y lo más importante es que nadie quiere que lo mantengan o le regalen nada, aquellos que nos educaron dentro de la cultura del trabajo, esa que estos nuevos políticos e ideólogos quieren destruir, sólo queremos trabajar, porque el seguro de desempleo no sirve, sirve el trabajo, lo que se gana con el esfuerzo, la limosna compra almas y voluntades, eso es lo que hacen estos gobernantes para perpetrarse en el poder, cualquier método o argucia son válidas para engañar a la gente, eso sucede con los sin trabajo o los jubilados, total ellos viven bien. Acaso no se ven la cantidad cada vez más alarmantes de chicos pidiendo en las calles, el aumento de robos, violencia, drogadicción y alcoholismo, el crecimiento de enfermedades que son producto de la miseria, acaso estos señores no sabían que batieron hace rato el récord argentino de desocupados y subocupados, que la recesión está alcanzado graves niveles, que los quebrantos de empresas son los más altos, luego vienen a engañarnos o a tomarnos el pelo, como el Ministro de Economía que dice que "la desocupación es mundial, o que la desocupación es producto de que hay más gente buscando trabajo", pero este señor no tiene vergüenza, al igual que los que defienden sus fundamentos, la desocupación en este país es por el cierre de empresas y no por el avance tecnológico como en otros países, que socialmente han tomando medidas preventivas, acá las meditan y cuando las tomen, si las toman, van a ser obsoletas e inservibles. Se justifican diciendo que hay más gente que busca trabajo, pero por supuesto, porque para poder sobrevivir si consiguen un puesto tienen que trabajar el padre, la madre y el hijo que termina la primaria, esta situación se agrava y crea un futuro incierto, que disgrega a la familia y conduce al debilitamiento de la sociedad. Lo que no entiendo es como hay gente que no despierta, que piensa que el país es la Capital o los centros del Gran Buenos Aires, no quieren ver los suburbios, la Argentina oculta, total mientras a que a ellos no les toque seguirán pensando así.
A mi me preocupa mucho, perder mi trabajo y saber que encontrar otro me será muy difícil, primero por mi edad, luego por los conocimientos, uno no puede evolucionar por muchos motivos a la velocidad que lo pueden hacer los más jóvenes, ante la cantidad de ofertas se dan el lujo de elegir al joven con experiencia y profesional, aunque sea para manejar una máquina de sumar, la vida útil de un trabajador en este tipo de sociedad que nos impusieron y que por inoperantes y desidia aceptamos, es de los 25 a los 35 años, no tengo pretensiones, solo quiero trabajar en lo que conozco, pero al parecer hoy solo puedo pretender un puesto de vigilancia, con un arma, sin experiencia, con un salario bajo, jornadas prolongadas y la cesión de derechos por miedo a perderlo.
Es necesario para poder vivir decorosamente sin mayores pretensiones, tener que trabajar 14 horas todos los días o tener otro trabajo o changas hasta los fines de semanas, cuándo tenemos tiempo para compartir con nuestra familia sus cosas, sus problemas, el estudio de los chicos, sus amistades, etc. etc., uno no pide poder salir todo los fines de semana, ir a cenar afuera o hacer cada dos por tres un viaje de placer, si ni podemos soñar con ir unos días de vacaciones. Como se puede educar a los hijos si los padres están una pocas horas en casa y en esas pocas horas uno está muerto, porque le dedico todas sus energías al patrón, además de bancarse todas las cabronadas e injusticias para no perder el trabajo, tiene que poner mucha fuerza de voluntad para escuchar los problemas de los hijos. No es justo vivir con tan tremenda presión, no nos permite vivir las cosas mínimas de la vida, pero para colmo vemos que los que tienen que hacer algo se hacen los distraídos o intentan cortinas de humo para distraer y sacarnos del problema, o será que "Los Pueblos tienen los Gobiernos que se merecen".
Héctor Daniel Fernández

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