viernes, 26 de julio de 2019
viernes, 12 de julio de 2019
EL MIEDO Y EL ODIO COMO POLÍTICA
QUE ESTA EN JUEGO EN LAS PROXIMAS ELECCIONES
Quizás como pocas veces, desde la
recuperación de la democracia, hay dos modelos bien definidos en pugna. Uno de
los modelos los encara la coalición de “centro izquierda Frente de todos” o sea
la oposición y el otro, el oficialismo,
una coalición de centro derecha “Juntos por el cambio”.
Estos modelos se diferencia
claramente, el Frente de Todos: a priori y en grandes rasgos remarca la importancia
de un Estado presente, regulador de los intereses en conflicto, redistribución
de la riqueza, promotor del ascenso social,
industrialización, sintéticamente enarbola las tres banderas del
peronismo tradicional, independencia económica, la soberanía política y justicia
social. Apoyado en los trabajadores, los pobres y las
clases medias y los jóvenes progresistas. Sostiene que la política es la
herramienta de transformación de las sociedades y la democracia la mejor manera
de canalizar demandas. Por eso cree que la política es la que tiene que
resolver la demanda de un país mejor.
Juntos por el cambio: Es la
tradicional derecha – conservadora que va mutando y reconvirtiéndose, más
moderna y actualizada. Pretende un Estado pequeño, asienta su base en un
economía agroexportadora, desregulada y aperturista. Asienta su poder en el anti-peronismo
acérrimo de la gente de los barrios acomodados de las grandes ciudades, sumando
el conservadurismo de los adultos mayores.
Hay una realidad de la cual el
gobierno tratara de ocultar y es nada más ni nada menos que la realidad económica y social. Para ello
apelara a profundizar la grieta y a desarrollar poderosamente una política del
odio y miedo. Hoy por hoy dominan la
agenda política y cultural, sin que la oposición haya logrado poner en agenda
la consigna dominante, su proyecto como así tampoco que se juega en Octubre.
EL gobierno especula con que para
un sector importante de la sociedad la economía no es lo central, como así
también sostiene que a la gente la política le interesa menos de lo que se
cree, por eso apuestan a la anti política, como en una época se hablo del fin
de las ideologías, en todos los casos es una política o ideología en sí misma. Están
por el individualismo, su relato se basa en que el destino de cada persona no
está atado a la política. En esa visión individualista, proveniente de la
creencia de que su desarrollo personal se deben sólo a su propio esfuerzo y no
a la acción del Estado, en los que los gobiernos populares tuvieron, por el
contrario, mucho que ver mejorando la distribución de los ingresos e impulsando
la actividad productiva. Y no hablamos sólo de aumentos salariales u otros
beneficios sino de lo que eso significó para comerciantes e industriales, a
través de un aumento de la demanda y de otros estímulos y por esa vía de la
producción y los intercambios.
Como decía más arriba, el
gobierno basara su campaña – principalmente - en el odio y el miedo, porque es
su sustento de existir. Necesita del enemigo y el miedo para tapar la crisis y
poder seguir aplicando su plan. Al no poder mostrar realidades positivas para
el conjunto de la sociedad y ante las promesas incumplidas del 2015 - 2017,
ahora apelan a la violencia verbal, a la confrontación, la agresión y la
descalificación, no discuten programas, ideas o proyecto de país, el tema es
confrontar, generar odio al otro, rencor y miedo en la sociedad. Para ello
cuentan con todos los medios de comunicación monopólicos – que defienden sus
intereses – haciendo periodismo de guerra, manipulando la opinión pública, escondiendo
la realidad y lo más grave, generando noticias falsas (fake news) sin el menor
pudor ético y moral. Se puede decir al respecto que Joseph Goebbels vive en
muchos comunicadores del gobierno. (https://culturizando.com/los-11-principios-de-la-propaganda-nazi/
). Se ataca a los sindicalistas, porque van por la reforma laboral y
previsional prometida al FMI para quitarles sus derechos a trabajadores y
jubilados. También volverán sobre la corrupción del anterior gobierno, que aún
– por más que han hecho y con jueces adictos – no pudieron probar en la mayoría
de los casos y cada vez que buscaron, encontraron al presidente, ministros o
amigos del gobierno involucrados.
Exacerbaran ese odio
antiperonista, anti kirchnerista y a todo lo popular. Estimulan en aquellas
personas propensas la venganza, el rencor y el resentimiento que habita en su
interior. Respaldan la idea de que el interés personal está por encima de las
necesidades de la masa. Convencen que la meritocracia es lo correcto. Alimentaran
aún más el enano fascista que muchos tenían reprimido y que con su discurso y
hechos han logrado sacarlos a flor de piel y expresan sin la menor vergüenza
sus sentimientos racistas y xenófobos, odian al extranjero, al pobre, al
empleado público, al marginado, al sindicalista, a los movimientos sociales,
entre otras muchas cosas. Pensar que la mayoría son hijos, nietos o bisnietos
de inmigrantes, que recibieron salud, educación, viviendas, en muchos casos
tierras para que se radiquen, créditos, etc. Pero claro, dicen que no hicieron
villas o asentamientos para vivir, como si acaso los conventillos de principios
de siglo (algunos se mantienen) no fueran las villas de entonces, como si las
tierras en las colonias del interior donde se afincaron con créditos casi
simbólicos para su compra y producción no fueron los subsidios o planes de
aquellos años, como si ellos mismos y sus hijos (nuestros padres) no se
hubieran atendido en hospitales públicos ni estudiado en escuelas del estado.
Claro, muchos de ellos eran rubios y de ojos claros a diferencia de esa nueva
corriente migratoria.
También inyectaran miedo, con el
relato de la vuelta al pasado, cuando en realidad ellos son el pasado, ellos
son – reconvertidos y modernizados – los Roca de la conquista del desierto, los
Varela de las matanzas de Patagonia, los de La Forestal en Santa Fe, los de los
talleres Vasena, los Krieger Vasena, Pastore, Martínez de Hoz, Cavallo, por
nombrar algunos. Ahora son los Macri, Gonzalez Fraga, Michetti, Iglesias,
Vidal, ellos son los que les dicen al trabajador, a la clase media o al pobre:
que el ascenso social no nos corresponde, “Vivíamos sobre nuestras
expectativas”, “Hay que pagar la fiesta”, “los pobres no van a la universidad”,
vivir dignamente era una “fantasía”.
Hay una realidad que no podrán
ocultar, que son los desastrosos resultados socio – económicos, aumento de la
pobreza (35%) e indigencia, desocupación, inflación, recesión, cierre de
empresas, caída de la producción industrial, caída del consumo de leche y
carne, uno de cada dos chicos son pobres, caída del poder adquisitivo de los
salarios y jubilaciones, endeudamiento, fuga de divisas, etc. Pero ante esta
dura realidad, ahora el relato es ponernos la zanahoria más lejos, en ese
futuro venturoso que nunca llega, esa lluvia de inversiones o la luz al final
del túnel, podría ser el acurdo con la Comunidad Europea o un tratado de libre
comercio con EE.UU.
El campo popular y nacional no
odia, no persigue, es siempre el que ha puesto los muertos, los hechos que
detallo antes – Varela, La Forestal, talleres Vasena, las bombas de los
comandos civiles en Plaza de Mayo el 15 de abril 1953, el bombardeo del 16 de
junio de 1955, fusilamiento en José León Suarez, desaparición y ultraje de los restos de Eva, persecuciones, cárcel y proscripciones, y
soportar a la última dictadura genocida, los vuelos de la muerte, los nietos
apropiados, los fusilamientos enmascarados en enfrentamientos. Se odiaba a
Evita, se odiaba a Perón, se odia a Cristina, hasta hoy se odia al Papa o a Juan Carr. A Macri no se lo quiere, pero no se lo odia, es la gran diferencia. El campo
popular y nacional no tiene enemigos si adversarios, no se creen los dueños de
la verdad y aceptan todos los cuestionamientos racionales, objetivo, respetuosos, sin chicanas y sin malas intenciones, no son fanáticos si apasionados y sobre todas las cosa, tiene amor
por el país y esperanza en su futuro. Ser peronista es una forma de vida.
Para derrotar en las urnas a este
modelo, debemos proponer algo distinto a lo que ellos proponen, exponer claramente
el programa de gobierno y el modelo de país que se quiere, dejar en claro lo
mucho que se juega en octubre, plantear el aquí y ahora, imponer consignas
dominantes, la unidad real de los argentinos aunque sea en el disenso. Proponer
una democracia más directa y participativa. No responder las agresiones.
Rescatar lo bueno del pasado y corregir lo malo, pero siempre hemos sido el
futuro. Seducir y convencer al que piensa distinto, poner el foco en la
credibilidad y legitimación y cada uno ser garantía de que se va a cumplir con los objetivos y
programas expuestos.
Daniel Fernández
Julio 2019
11 principios de la
propaganda nazi creados por Joseph Goebbels
1.- Principio de simplificación y del
enemigo único. Adoptar una única idea, un único Símbolo; Individualizar al
adversario en un único enemigo.
2.- Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; Los adversarios
han de constituirse en suma individualizada.
3.- Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el
ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que
las distraigan”.
4.- Principio de la exageración y
desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza
grave.
5.- Principio de la vulgarización.
“Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de
los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a
convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva
de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad
para olvidar”.
6.- Principio de orquestación. “La
propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas
incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero
siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí
viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba
por convertirse en verdad”.
7.- Principio de renovación. Hay que
emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que
cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las
respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente
de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados
globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación.
Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular
las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la
ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por
regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente,
ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios
tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes
primitivas.
11.- Principio de la unanimidad.
Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando
impresión de unanimidad.
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