Ante tantos y variados conflictos de tipo gremial, social, vecinal, ecológicos o políticos que de una u otra forma perjudican a otros, pone de manifiesto que hay algo del Estado y de distintos sectores que no funciona. Lo malo radica que los canales de reclamo lógicos no funcionan o no dan solución, es evidente que hay cosas que fallan.
No es lógico que por cualquier problema se deba salir a la calle, protestar públicamente y tomar medidas extremas como hacer marchas, manifestaciones, paros y cortar calles, para lograr una solución que seguramente llegara después de que se tomen medidas de fuerza. Esto ocurre porque aquellos que tienen que dar una solución miran para otro lado hasta que el problema le estalla en las manos. Siempre van detrás de los problemas o conflictos, especulan con que la protesta se diluyan sola o la gente se canse o decepcione de no hallar respuesta de los que deben darla. Esto ocurre desde la necesidad de vecinos por inseguridad, falta de iluminación, asfalto, inundaciones o cualquier otra cosa inherente a temas municipales. A nivel zonal o nacional se puede dar en defensa de las fuentes de trabajo o por trabajo, por salud, educación o seguridad. Los trabajadores por la recomposición salarial o trabajo más digno y sino hasta para estar a favor de alguno, conmemorar algún acontecimiento, recital o partido de fútbol, para todo hay que salir a la calle, cortarla y procurar salir en los medios para que trascienda y se logre los objetivos.
En este tipo de actividad social, vecinal, política o gremial, muy seguido se contradicen posiciones que se toman, todo depende del lado que nos encontremos. Si somos perjudicados por algún motivo que amerita salir a la calle y cortarla para reclamar una soluciones, lo hacemos y nos parece legítimo esa forma de reclamo y hasta el corte. Ahora si el que reclama es otro y nos perjudica para transitar por esa calle o tomar un medio de transporte, protestamos y reclamamos medidas.
La mayoría de estos problemas se evitarían si aquellos responsables de encontrar una solución, negociar y acordar, actuaran con total dedicación y responsabilidad antes que se precipiten los hechos y estalle el conflicto, no es cuestión de provocar una pulseada de fuerzas, para evaluar el poder de cada uno. Porque acarrear tantos problemas sin – en general – se puede solucionar antes.
Héctor Daniel Fernández
No es lógico que por cualquier problema se deba salir a la calle, protestar públicamente y tomar medidas extremas como hacer marchas, manifestaciones, paros y cortar calles, para lograr una solución que seguramente llegara después de que se tomen medidas de fuerza. Esto ocurre porque aquellos que tienen que dar una solución miran para otro lado hasta que el problema le estalla en las manos. Siempre van detrás de los problemas o conflictos, especulan con que la protesta se diluyan sola o la gente se canse o decepcione de no hallar respuesta de los que deben darla. Esto ocurre desde la necesidad de vecinos por inseguridad, falta de iluminación, asfalto, inundaciones o cualquier otra cosa inherente a temas municipales. A nivel zonal o nacional se puede dar en defensa de las fuentes de trabajo o por trabajo, por salud, educación o seguridad. Los trabajadores por la recomposición salarial o trabajo más digno y sino hasta para estar a favor de alguno, conmemorar algún acontecimiento, recital o partido de fútbol, para todo hay que salir a la calle, cortarla y procurar salir en los medios para que trascienda y se logre los objetivos.
En este tipo de actividad social, vecinal, política o gremial, muy seguido se contradicen posiciones que se toman, todo depende del lado que nos encontremos. Si somos perjudicados por algún motivo que amerita salir a la calle y cortarla para reclamar una soluciones, lo hacemos y nos parece legítimo esa forma de reclamo y hasta el corte. Ahora si el que reclama es otro y nos perjudica para transitar por esa calle o tomar un medio de transporte, protestamos y reclamamos medidas.
La mayoría de estos problemas se evitarían si aquellos responsables de encontrar una solución, negociar y acordar, actuaran con total dedicación y responsabilidad antes que se precipiten los hechos y estalle el conflicto, no es cuestión de provocar una pulseada de fuerzas, para evaluar el poder de cada uno. Porque acarrear tantos problemas sin – en general – se puede solucionar antes.
Héctor Daniel Fernández
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