martes, 28 de julio de 2009

A LAS PUERTAS DEL 2001

Un panorama sombrío
Este pretende ser un modesto análisis – desde mi óptica - después de las elecciones del 28 de junio. Para iniciarlo voy a repetir una frase con que inicie uno de mis escritos anteriores a las elecciones: Los políticos son el espejo de nuestra sociedad, como el País es un espejo de los partidos políticos. Si pretendemos mejores políticos o mejores partidos, deberíamos ir pensado también, en cambiar nosotros. Es muy sencillo echarle la culpa a los demás sin asumir nuestras propias responsabilidades.
Quizás no este habilitado para hacer ningún análisis políticos, dado que suponía que este gobierno podía ganar las elecciones. Más como un hecho de esperanza y temor a lo que estaba enfrente, que por un minucioso estudio de factibilidades y estados de ánimo. El resultado ha producido en mi una profunda desmoralización y observo un panorama muy sombrío en un futuro próximo, principalmente para los sectores de los trabajadores y de los que menos tienen. Por el bien de la mayoría, deseo equivocarme. Igualmente intentare volcar mi visión de las circunstancias, como siempre digo, para dejar asentado aquello que pienso.
Hoy, después de hacer una lectura de los acontecimientos y ver que sectores sociales fueron “votados” en estas elecciones (Unión Pro – Acuerdo Cívico y Social) y su comportamiento, puedo decir que: en un futuro no muy lejano nos podemos encontrar en un pre 2001, al menos en lo institucional. Que esto no ocurra, sólo depende de la unidad de las fuerzas nacionales y populares y algunos sectores con vocación institucional. Hubo muchas voces antes de las elecciones que preanunciaban una “caída” (golpe) del gobierno si perdían las elecciones. Tampoco es para olvidar las manifestaciones de algunos representantes del campo que apoyaron económica y políticamente a los partidos de la oposición (Unión Pro – Acuerdo Cívico y Social) y que ahora exigirán su resarcimiento. De Angelis: “no vamos a aflojar, vamos por todo”. Buzzi: "Hay un solo camino: ganar o ganar, no hay lugar para otra cosa", “desgastar al gobierno donde se pueda”. Chemes: "Como en la guerra hay que ir matando a los de la primera fila; hay que barrer a la mayoría, a la mugre, para después sí empezar a remar". Néstor Roulet: “El ruralista había dicho que se debía volver al viejo esquema de poder entre la Iglesia, el Ejército y el campo”. En diálogo con Hugo Biolcati, presidente de la Rural, (Mariano) Grondona manifestó sus dudas. “No sé qué va a pasar después del 28 de junio”, deslizó antes de ironizar: “Hay un señor que se llama Cobos, ¿no?… Si al sector agroexportador que claramente manifestó su interés de voltear a este Gobierno y volver al pasado, le sumamos los sectores civiles y militares reaccionarios y conservadores, la burguesía apátrida y sumado a todo este combo esta Duhalde y Barrionuevo “Si apuramos la normalización del PJ, podemos precipitar el fin del Gobierno”, no quedan muchas dudas. El proceso está en marcha, por más dialogo que se reclame o se llame. Lo ocurrido en Honduras no nos debe ser ajeno, después de Diciembre de 2009 algo similar puede ocurrir en nuestro País.
Estoy convencido que el País hoy no está peor que del 1998 al 2006, por lo menos todos los indicadores económicos y sociales así lo manifiestan, crisis internacional por medio. Tampoco creo que todos los ciudadanos, en particular aquellos que votaron en contra de este gobierno (Unión Pro-CCyS), lo hayan hecho en contra del modelo en si, sino en contra de un estilo de conducción, de una forma de decir o hacer las cosas. El llamado voto castigo es por ciertos hechos puntuales y no porque la política general sea un desastre, como lo fueron en 1998 o 2001. Igualmente el resultado no deja de ser extraño y en cierta forma confirma el criterio que se voto en contra de una forma de hacer política, porque se castigo a quienes han posibilitado un crecimiento como nunca tuvo nuestro país.
Aunque muchos quieran minimizar el papel de los medios y quieran convencernos que la ciudadanía vota por convencimiento propio, no lo creo. Aquí hubo una apuesta muy fuerte de los medios de comunicación en contra del gobierno, es una verdad innegable y probada que los canales de televisión y cable de todo el país, las cadenas de radios que llegan a las más importantes ciudades del país, los diarios de mayor tirada en las principales ciudades, importantes revistas y portales de internet oficiaron de oposición, criticando cada medida o acto de gobierno o omitiendo aquellos temas u opiniones que lo podían favorecer. Dando amplio espacio a los dichos – ciertos o no – de los referentes de la oposición. Solo tres monopolios de multimedios absorbe más del 84% de la demanda comunicacional del país. No es casualidad – últimamente - que en cada intento o concreción de golpes institucionales en Latinoamérica; como ser en Venezuela, Bolivia o Honduras, los medios estuvieron como difusores y parte del asunto. No es casualidad, tampoco, si de influencia se habla, que el mayor dueño del imperio mediático de Italia es el que la gobierna. El proyecto de la nueva ley de radiodifusión tuvo mucho que ver en esta postura, los tres poderosos monopolio informativo del país estaban en peligro. Igualmente no hay que olvidar que el gobierno de Kirchner fue quien al principio coqueteo con el grupo Clarín, prorrogándole las licencias. Más allá de cualquier acontecimiento, la ley de radio difusión debe ser enviada y tratada en el Congreso si se pretende una verdadera democracia informativa.
Hay realidades que no se pueden soslayar, no hubo un ganador excluyente y abrumador, como tampoco fue el gobierno el único perdedor. Siete de cada diez bonaerenses le dijeron NO a Kirchner. Siete de cada diez bonaerenses le dijeron NO a De Narváez. Siete de cada diez porteños le dijeron NO a Macri. Ocho de cada 10 porteños le dijeron NO a Solanas. Ocho de cada diez porteños le dijeron NO a Carrio. Nueve de cada diez bonaerenses le dijeron NO a Sabbatella. Ocho de cada diez bonaerenses le dijeron NO a Stolbiser. Siete de cada diez cordobeses le dijeron NO a Juez. Tres de cada diez ciudadanos NO fueron a votar.
Lo que si es innegable que hay un sector social que gano, que es la derecha asociada con Macri, De Narvaez, Cobos, Duhalde, Reuteman, Sola, Juez y los agroexporadores. Gano la restauración conservadora, el país para unos pocos, el país de los 90. Es aquí que no entiendo el voto de algunos sectores más pobres o de trabajadores, está bien pretender llamar la atención del gobierno por la incipiente pérdida del poder adquisitivo de sus salarios producido últimamente, aumento de la pobreza e indigencia y el desempleo (minimizado por el INDEC), pero buscar en la derecha una solución me parece fatídico y suicida.
Es aquí donde me pregunto: el 60% de los que votaron quieren volver a los 90 como todos estos “ganadores” manifestaron solapadamente? O votaron sólo en contra de un estilo de hacer política (como digo más arriba).
Realmente votaron en contra de la idea de una Argentina industrial, productiva, científica, inclusiva y distributiva?. Votaron en contra de la defensa de los derechos del trabajador, de paritarias libres, de aumento de salarios con producción?. De la construcción de viviendas, escuelas, cloacas, agua corriente?. De intentar una patria libre, al no permitir la ingerencia en las políticas económicas del país del FMI y otros organismos de crédito internacional?. O votaron en contra de los Kirchner porque no los quieren a ellos?.
No los voto y los critico la misma clase media “veleta” e individualista que se beneficio con este gobierno, que estaba semi en ruina en el 2001 y hoy recupero su poder adquisitivo, duplico su capital y en algunos casos lo saco del País. Esos mismos que votaron a Menem porque podían viajar a Miami y traer productos importados, sin importarles realmente que estaba pasando en el País.
Es muy llamativo el odio de ciertos sectores que ha generado este gobierno, odio que no me asombra viniendo de algunos sectores como ser: militares y civiles que justifican y defienden el terrorismo de estado, la oligarquía terrateniente, ganadera - sojera, la jerarquía católica, los grupos monopólicos de información y empresariales, la burguesía sin intereses nacionales y representantes políticos afines con estos sectores. Odio revanchista a la ideología de la generación de los 70. Odio de aquellos que en definitiva siempre lograron derrotar todo intento de liberación nacional e hicieron que el “pueblo” perdiera su oportunidad de ser feliz. Salvando las distancias y los nombres, los mismos del bombardeos del 55 y la posterior caída de Perón.
Odio que también se manifiesta en algunos sectores “peronistas”, quizás aún influenciados por esa lucha ideológica de los 70. Pero es injustificado apoyar o sumarse a las criticas de sectores netamente anti populares y oligárquicos, únicamente que provengan de sectores neoliberales menemistas. Por cierto a este gobierno hay mucho para criticarles desde el peronismo, pero jamás pueden asociarse a las criticas que hacen las fuerzas conservadoras ganadoras de las elecciones. Este Gobierno no es lo mejor que nos pudo suceder, pero lo que está en frente es la desintegración, el caos y la ruptura institucional.
"Si se observa el panorama de la República se ven perfectamente divididos los dos bandos, que, naturalmente, surgen de nuestra lucha por la consecución de un futuro mejor para los trabajadores. De un lado está claramente determinada la oligarquía que se había entronizado en el país durante tantos años, esa oligarquía que había conseguido explotar en el país todo lo explotable, y había llegado en sus extremos de explotación hasta explotar la miseria, la ignorancia y la desgracia de nuestra clase trabajadora. Esos hombres que jamás tuvieron escrúpulos ni frente a la desgracia, ni frente al dolor, ni frente al sacrificio de nuestras masas, se sienten hoy humanizados por un sentido de democracia que nunca sintieron sino para provecho. Así como antes la oligarquía explotó esa democracia en su provecho con la secuela de fraudes, coimas y negociados de que está llena nuestra historia política; así como explotó a la democracia en su provecho y en perjuicio de la clase trabajadora, hoy pretende levantar la bandera de la democracia que no siente, para servir a sus futuros intereses políticos, que han de transformarse, como siempre, en pesos y más pesos succionados a los pobres trabajadores, que son los que menos tienen, pero son los más capacitados para trabajar, para sufrir y para producir. Juan Domingo Perón"
Nunca antes los había votado, pero así y todo me pone mal ver tanto odio, tanta crítica conservadora que pretende volver a un pasado en que la mayoría del pueblo perdió. No es una critica hacia adelante, en profundizar el modelo distributivo y de inclusión, solidario e industrial. Todo eso que este gobierno enuncio y no concretó.
Se pretende abrir una puerta de esperanza en el dialogo, pero la oposición conservadora, más que un dialogo procura condicionar y cogobernar y de última una claudicación. En cada reunión – la oposición conservadora - irá subiendo la valla de sus pretensiones cada vez más alto, como para no alcanzar ningún acuerdo y así concretar su única aspiración, que no es el bien del conjunto del País, sino de su sector y la sentir la satisfacción de “voltear” a otro gobierno – “peronistas”.
Estos sectores pretenden un nuevo endeudamiento con el FMI, Banco Mundial, rebajar o derogar las retenciones agropecuarias, libertad de precio, un dólar más alto, más subsidios a empresas, baja de impuestos, rebajar o congelar salarios. Pero nadie pide un impuesto a la renta financiera, recuperación de la renta petrolera y minera, blanqueo de los trabajadores, eliminación del trabajo infantil, salarios justos y dignos, inclusión laboral de los marginados y una mejor distribución de la riqueza. Reclaman que el estado se ocupe de los pobres, educación, seguridad, salud, pero sin que ningún sector privilegiado – de los mencionados – que son los que más ganan, contribuyan proporcionalmente para cumplir con ese cometido. De aceptarse estos condicionamientos, de donde provendrán los fondos para las cuentas públicas para pagar a los jubilados, hacer obras públicas, salud, educación, investigación, seguridad, y eliminar la pobreza que algunos de esos sectores ahora dicen preocuparse... Buscan la claudicación del Gobierno referente al modelo socioeconómico de industrialización, crecimiento y inclusión social.
“No estamos en contra del capital, sino queremos que desaparezca de nuestro país la explotación del hombre por el hombre, y que cuando ese problema desaparezca, igualemos un poco las clases sociales, para que no haya, es este país, hombres demasiados pobres ni demasiados ricos.
Desde los venturosos días de Mayo en ningún momento la República ha necesitado tanto de ciudadanos libres y honorables que sepan jugar su vida por el futuro de la Nación, como en nuestros días. Es indiscutible que hay fuerzas antagónicas que luchan por otros ideales que no son los nuestros y sabemos también que el problema de nuestra Nación puede resolverse rápidamente si nos decidimos a vender lo que se puede vender de este país. Pero no creo que estas generaciones de argentinos puedan desertar ante la historia y no se levanten, siquiera sea, por respeto a los que murieron por darnos libertad y autonomía, para oponerse firmemente a toda posible claudicación frente a propios y extraños que no sientan la tierra de su Patria como propia.” Juan Domingo Perón
Es indudable que en el justicialismo, luego de esta derrota, se producirán cambios y una nueva conducción, se abre una nueva etapa, la incógnita será que tipo de peronismo surgirá, si el nacional y popular o neoliberalismo del menemato. Aunque la pregunta es: existe en la dirigencia actual el peronismo que nos dejo Perón en su doctrina, en la actualización doctrinaria, en su ejemplo de gobierno, en los dichos de Perón y Evita, en poner la economía al servicio del pueblo o que la participación en el PBI se por partes iguales para el trabajo y el capital. O solo se los utiliza como símbolos.
Quizás no sea tan importante recuperar el partido, lo que si hay que reconstruir es el Movimiento, con los sectores nacionales y populares que aún perduran y siguen vigentes, con las organizaciones sociales, con la fuerza de los trabajadores y los sectores progresistas. La lucha no será sencilla ni fácil, hay que reagruparse y hacerse fuerte – una vez más - ante el poder de los intereses conservadores neoliberales y la corporación mediática.
Trabajemos para que ondeen en el corazón del pueblo las tres banderas del Peronismo y así construir la Patria Grande que nos propuso Perón:
Justicia Social: se postula una política redistributiva del estado, que integra a sectores marginados y semimarginados de la sociedad, a condiciones de vida más justas y dignas.
Independencia Económica: El Justicialismo es nacionalista y propicia la nacionalización de los resortes básicos de la economía como base fundamental para asegurar la concreción de la idea fuerza con esta última afirmación.
Soberanía Política: se basa en la facultad del pueblo, como cuerpo orgánico o comunidad organizada, de autodefinirse.


Héctor Daniel Fernández
Julio de 2009

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...