martes, 19 de mayo de 2009

LA VIOLENCIA LABORAL

Enero de 2001

La grave recesión económica se ha traducido en grandes reestructuraciones, que por consiguiente trajeron una desocupación record. Esta desocupación, además de los graves problemas sociales y económicos que ha traído, ha producido otro fenómeno, la violencia laboral. La disparidad de fuerzas entre el trabajador y el empresario y aquellos que imparten órdenes.
No dejemos de tener en cuenta que esa desocupación también trajo aparejado un desequilibrio entre el poder económico y las representaciones de los trabajadores. Los grandes y fuertes gremios de la industria fueron debilitados, las reducciones drásticas de personal de las empresas o el cierre de muchas de ellas, hicieron de aquellos fuertes gremios en simples referentes de un sector de los trabajadores, creciendo los gremios de servicios, pero sin tanta trascendencia.
Para debilitar aún más, las organizaciones y los trabajadores, los empresarios utilizan la violencia laboral como una metodología para, entre otras cosas, los trabajadores no se afilien al gremio o participen en defensa de sus intereses.
En un informe de la OIT, tanto los trabajadores como los empleadores reconocen cada vez más que las agresiones psicológicas son una forma grave de violencia. La violencia psicológica incluye el amedrentamiento de grupo o individual, la intimidación y el hostigamiento psicológico colectivo.
Esta violencia laboral se manifiesta como abuso de poder para doblegar la voluntad del otro mediante el empleo de la fuerza física, psicológica, económica y política. La violencia laboral es toda acción ejercida en el ámbito del trabajo que manifieste abuso de poder por parte del empleador, del personal jerárquico, de quienes tengan la función de mando, de un tercero vinculado directa o indirectamente con él o de quien tenga influencias de cualquier tipo sobre la superioridad.
Esta acción es ejercida sobre el/la trabajador/a, atentando contra su dignidad, integridad física, sexual, psicológica o social, mediante amenazas, intimidación, maltrato, persecución, menosprecio, insultos, bromas sarcásticas reiteradas, discriminación negativa, desvalorización de la tarea realizada, imposición inequidad salarial, traslado compulsivos, acoso y acoso sexual.
El maltrato psíquico y social, que sufren los trabajadores en nuestro gremio, se manifiesta en:
Amedrentamiento: Se trata de todo comportamiento ofensivo de un miembro del personal jerárquico que, mediante actos revanchistas, crueles, malintencionados o humillantes, busque debilitar la condición de un trabajador o de un grupo de trabajadores.
Acoso moral: en el trabajo se define como toda conducta abusiva que atenta, por su repetición o sistematización, contra la dignidad o la integridad psíquica o física de una persona, poniendo en peligro su empleo o degradando el ambiente de trabajo.
Sobre carga de trabajo: La actual situación económica lleva a que el ser humano deba abarcar cada vez más tareas y extensas jornadas, a veces de mayor complejidad que aquella para la que se encuentra capacitado, por lo que, al superar los límites de su propia eficiencia, provocan una mayor tensión y fatiga psíquica.
Alteración de ritmos biológicos: En los trabajos nocturnos, al alterarse los ritmos del sueño el organismo demanda de un alto esfuerzo adaptativo, produciendo disminución en la concentración, trastornos de sueño, fatiga, etc.
Condiciones de trabajo inadecuadas: A la falta de recursos humanos y tecnológicos, no acordes con los requerimientos y exigencias del actual desarrollo, se suma la observancia de la carencia de las elementales normas de higiene y seguridad, que exponen al trabajador a sufrir distintos accidentes, que incrementan sus temores.
El conflicto de roles y valores éticos: Se produce como resultado de la contradicción entre los propios valores y las órdenes que debe cumplir de sus superiores en las empresas. Esto sucede cuando el trabajador trata de respetar sus propios valores que entran en contradicción con los intereses empresarios, lo que puede violentar la libertad moral y las convicciones personales.
Inequidad salarial: La permanente frustración, insatisfacción o angustia que origina la carencia de recursos económicos para el desarrollo de una calidad de vida digna, con aspiraciones y futuro.
Estos son algunos de tipos de violencia laboral, que padecemos en nuestra industria. Quién no sufre a diario las presiones de los empleadores de los que detallamos?
Empresas que consultan al trabajador que supuestamente van a tomar si desea afiliarse al sindicato y si su respuesta es afirmativa, es rechazado. Quién no ha sufrido despido por querer afiliarse al sindicato, vedadamente obstruyen su voluntad y su libertad.
Pero lo más grave es que hay empresas que vigilan a los trabajadores cuando van al baño, no permiten ningún tipo de comunicación entre compañeros, trabajan al mejor estilo carcelario, debiendo estos trabajadores aguantar esta tremenda humillación porque no tienen sostén para sus familias.
Generalmente estos tipos de abusos se dan en empresas poderosas que se instalan en pueblos de las provincias. Se da un juego perverso, son poderosos ante la debilidad de un intendente que prefiere que le paguen los impuestos y no tener desocupados, antes que defender la salud y dignidad de sus habitantes. Además son poderosos porque el poder político nacional o provincial no se anima a investigar y sancionar.
Largas jornadas, que por lo general no se pagan como corresponde o se hace en negro.
Salarios miserables que apenas alcanzan para subsistir, mientras los patrones pasean por el mundo – obscenamente – su fortuna, alcanzada con el sacrificio de los trabajadores.
Trabajadores contratados o amenazados permanentemente con el despido, el trabajo psicológico que ejercen los empresarios, que amedrenta y vulnera la voluntad del trabajador, convirtiéndolo en un nuevo tipo de esclavitud moderna.
La relación entre sindicatos y empresarios en muchos casos es dispar (sindicatos débiles o comprometidos – empresarios poderosos), lo que evita llevar a la humanización de la tareas, provocando que los trabajadores no se comprometan y como contrapartida tenemos el aumento del autoritarismo laboral.
El aumento de la violencia en los lugares de trabajo, siendo especialmente la violencia no física o psicológica, adoptando la misma diferentes máscaras, como se puede observar, propagándose en distintas tácticas operativas.
En la búsqueda de soluciones para el tema de la violencia en el trabajo, los empresarios tienen la responsabilidad de entender que nada bueno puede salir del maltrato y que la única posibilidad es exigir un respeto mutuo. También es importante el papel de la negociación colectiva, mediante conductas responsables de los actores sociales comprendidos, que sin duda actuaran con sentido común, se eliminaría este tipo de violencia. La posibilidad de una agremiación libre, la participación activa y con sindicatos fuertes.
Héctor Daniel Fernández

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