Ante ésta violenta e increíble arremetida del Gobierno sobre la flexibilización laboral, la cual quiere implantar de cualquier manera, o por lo menos endurecer su posición luego del exitoso paro organizado por la CGT y el apoyo de la oposición política, para luego negociar otro tema muy caro para los trabajadores y las organizaciones sindicales, que es la desregularización de las Obras Sociales.
Pero vayamos a lo que hoy se pretende implantar que es la flexibilización, por lo que podemos ver en el mundo se están intentando producir cambios en este sentido, con la oposición de los trabajadores y sus organizaciones, así como también, preferentemente en Europa se procura no perder el sentido protector del Estado, sobre los posibles excluidos y de no precarizar el empleo, ellos tratan de brindarle una cobertura social que contenga no solo al trabajador, sino también a su familia, lo que se contrapone con lo que se pretende hacer en los países no industrializados. Todos apuestan a quitarle beneficios a los trabajadores para crear mayor empleo, o sea, que se pretende atacar el problema desde un solo sentido, el del trabajador. Nadie asume la responsabilidad de atacar el problema desde la gran presión tributaria que se ejerce desde el Gobierno, de no seguir favoreciendo el negocio financiero, de condenar a los corruptos, de cambiar una justicia de dudosa ecuanimidad que desalienta a los inversores y castiga al más débil, de no tener un Estado austero y acorde a la situación que vive el país, el dinero se gasta en el pago de funcionarios o extravagancias del presidente y sus acompañantes en lugar de hacerlo en seguridad, salud y educación, nadie sabe como se despilfarro el dinero de las ventas de las empresas públicas o de la plata que no se paga de los deficit que estas producían, en que se invirtió el récord de deuda externa que tenemos, no se contempla seriamente la situación de los pequeños y medianos industriales, agricultores y comerciantes, que son desagrados y absorbidos por los finacistas o los más poderosos. Sobre todo esto nadie hace nada, solo se castiga al de más abajo. El Gobierno, economistas, banqueros o influyentes que tienen acceso a los medios de periodísticos aprueban el ajustes sobre los trabajadores como única salida, avasallando indiscutidamente el derecho al trabajo, engendrando teorías fantasiosas sobre que bajara el desempleo, que se eliminara el trabajo en negro y otros, los más pesimistas, sostienen que tenderemos desempleo por años, pero que hay que seguir con esta política sin importar el costo. Por otro lado no dicen que las grandes inversiones que podrían ingresar al país ya lo hicieron, lo que significaría que al no ingresar capitales no se creará más empleo, luego leemos que mes tras mes se baten los récord de quiebras, dejando trabajadores en la calle y por último, si la precarización que de hecho existe por el trabajo en negro y quieren blanquearlo con estas medidas, están demostrado su intención de querer convalidar una situación injusta. Por qué en lugar de emparejar hacia abajo, no atacan ese problema sin generalizar la situación. Es evidente lo que no hay es voluntad de solucionar los problemas reales del país, sin caer en la fácil opción de hacerle pagar a los que menos tiene y más sacrificio vienen haciendo desde tiempo inmemorial y que nada tienen que ver con los malos manejos de funcionarios y empresarios.
Como llego la globalización a la economía y la aplicación de métodos parecidos en todo el mundo, es hora de que las organizaciones sindicales internacionales se pongan de acuerdo y se reúnan para crear un convenio mínimo para todos los trabajadores del mundo, en que se defienda su condición humana sobre todo los material y económico, se proteja su salud, la integración de la familia, la igualdad de oportunidades, el descanso necesario, una justa remuneración, etc. Conformar un frente social y político, buscar el apoyo a las organizaciones mundiales defensoras de los derechos humanos y reclamar el cumplimiento de ese convenio a todos los estados del mundo y aquellos que no estén dispuestos a cumplirlo o lo violen en cualquiera de sus items, aplicarles recargos a los productos que ingresen a cada país que si lo cumple, equivalente al costo laboral que este podría generar, de esa forma se igualaría las condiciones laborales. A partir de este piso, cada organización podrá luchar o negociar mejores condiciones para los trabajadores.
Pero vayamos a lo que hoy se pretende implantar que es la flexibilización, por lo que podemos ver en el mundo se están intentando producir cambios en este sentido, con la oposición de los trabajadores y sus organizaciones, así como también, preferentemente en Europa se procura no perder el sentido protector del Estado, sobre los posibles excluidos y de no precarizar el empleo, ellos tratan de brindarle una cobertura social que contenga no solo al trabajador, sino también a su familia, lo que se contrapone con lo que se pretende hacer en los países no industrializados. Todos apuestan a quitarle beneficios a los trabajadores para crear mayor empleo, o sea, que se pretende atacar el problema desde un solo sentido, el del trabajador. Nadie asume la responsabilidad de atacar el problema desde la gran presión tributaria que se ejerce desde el Gobierno, de no seguir favoreciendo el negocio financiero, de condenar a los corruptos, de cambiar una justicia de dudosa ecuanimidad que desalienta a los inversores y castiga al más débil, de no tener un Estado austero y acorde a la situación que vive el país, el dinero se gasta en el pago de funcionarios o extravagancias del presidente y sus acompañantes en lugar de hacerlo en seguridad, salud y educación, nadie sabe como se despilfarro el dinero de las ventas de las empresas públicas o de la plata que no se paga de los deficit que estas producían, en que se invirtió el récord de deuda externa que tenemos, no se contempla seriamente la situación de los pequeños y medianos industriales, agricultores y comerciantes, que son desagrados y absorbidos por los finacistas o los más poderosos. Sobre todo esto nadie hace nada, solo se castiga al de más abajo. El Gobierno, economistas, banqueros o influyentes que tienen acceso a los medios de periodísticos aprueban el ajustes sobre los trabajadores como única salida, avasallando indiscutidamente el derecho al trabajo, engendrando teorías fantasiosas sobre que bajara el desempleo, que se eliminara el trabajo en negro y otros, los más pesimistas, sostienen que tenderemos desempleo por años, pero que hay que seguir con esta política sin importar el costo. Por otro lado no dicen que las grandes inversiones que podrían ingresar al país ya lo hicieron, lo que significaría que al no ingresar capitales no se creará más empleo, luego leemos que mes tras mes se baten los récord de quiebras, dejando trabajadores en la calle y por último, si la precarización que de hecho existe por el trabajo en negro y quieren blanquearlo con estas medidas, están demostrado su intención de querer convalidar una situación injusta. Por qué en lugar de emparejar hacia abajo, no atacan ese problema sin generalizar la situación. Es evidente lo que no hay es voluntad de solucionar los problemas reales del país, sin caer en la fácil opción de hacerle pagar a los que menos tiene y más sacrificio vienen haciendo desde tiempo inmemorial y que nada tienen que ver con los malos manejos de funcionarios y empresarios.
Como llego la globalización a la economía y la aplicación de métodos parecidos en todo el mundo, es hora de que las organizaciones sindicales internacionales se pongan de acuerdo y se reúnan para crear un convenio mínimo para todos los trabajadores del mundo, en que se defienda su condición humana sobre todo los material y económico, se proteja su salud, la integración de la familia, la igualdad de oportunidades, el descanso necesario, una justa remuneración, etc. Conformar un frente social y político, buscar el apoyo a las organizaciones mundiales defensoras de los derechos humanos y reclamar el cumplimiento de ese convenio a todos los estados del mundo y aquellos que no estén dispuestos a cumplirlo o lo violen en cualquiera de sus items, aplicarles recargos a los productos que ingresen a cada país que si lo cumple, equivalente al costo laboral que este podría generar, de esa forma se igualaría las condiciones laborales. A partir de este piso, cada organización podrá luchar o negociar mejores condiciones para los trabajadores.
Hector Daniel Fernández
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