Este Gobierno, envalentonado por el triunfo en
las últimas
elecciones, ya ha llevado adelante, con la ayuda de los Gobernadores y algunos
legisladores “opositores”, la reforma provisional que castiga a
jubilados y trabajadores por igual. Aprobó también una
reforma tributaria dañina para
gran parte de la población. La
reforma laboral les quedó en el
tintero por la oposición de un “sector” del sindicalismo y ante la posibilidad de no contar con el apoyo necesario,
decidió dejarla en
suspenso y realizar otras maniobras “aprietes” para
sacarla, porque no es el mismo poder que tienen los jubilados que los
dirigentes sindicales. Ante este inconveniente han ido, con complicidad de la
justicia, por las organizaciones gremiales, principalmente por aquellas más combativas u opositoras. Si el gobierno
tiene esperanzas de sacarla, es porque hay dirigentes gremiales que son una
deshonra para aquellos que tienen real vocación y los trabajadores en general. Estos dirigentes
(corruptos) han privilegiado sus intereses personales que los de sus compañeros, como lo hemos podido comprobar con
aquellos que el gobierno ha mostrado públicamente como su gran trofeo, pretendiendo mostrar ante la sociedad -
con la complicidad de la prensa oficialista, que todos son iguales. Tristemente
hoy funciona más la
condena mediática que la
justicia. Seguramente que hay unos cuando más que deben tener la cola entre las patas, por negociados turbios y
esos son los que está tratando
de hacer equilibrio o aquellos eternamente oficialistas, gobierne quien
gobierne. Recordemos que hay 3.259 Sindicatos, donde la mayoría no son corruptos.
Además de intentar la reforma laboral que les pide el Fondo Monetario y las
grandes corporaciones (donde gran parte de los Ministros pertenecen), pretenden
poner tope a las paritarias y modificar condiciones laborales. Ya han reducido
los salarios vía devaluación, inflación y aumentos de los servicios e impuestos. Aduciendo
una vez más que los
salarios generan inflación y quita
competitividad, cuando cualquiera sabe que ello nos es cierto, lo que genera
inflación y quita competitividad
son los costos internos, los que han aumentado exponencialmente. Los salarios
generan consumo interno y crecimiento. No solo van por las condiciones de
trabajo, los salarios y los convenios colectivos de trabajo, sino van por las
organizaciones sindicales, porque saben, que hoy como esta tan atomizada y
condicionada la oposición política, puede ser el único obstáculo a sus políticas de ajuste, entrega y endeudamiento, como lo han sido en
anteriores ocasiones con gobiernos militares, anti obreros y neoliberales como
este.
Ante esta amenaza, recordemos que la argentina es
el país con mayor
afiliación en las
estructuras sindicales, tiene un modelo único por rama de actividad, ha sido pilar a lo largo de la historia en
la lucha contra las dictaduras militares y los procesos democráticos anti obreros, convirtiéndose en una valla a los planes nacionales
e internacionales (FMI) de flexibilización laboral, impulsado por el neoliberalismo. Repasemos el programa de
Hurta Grande y La Falda de los años 57 y 62, en el se encontrara un movimiento obrero dispuesto a salir
a la calle en defensa de los interés nacionales. Las memorables luchas de la CGT de los argentinos
enfrentando a la dictadura. Ubaldini con los 26 y las regionales, puso de pie
al movimiento obrero en plena democracia controlada por el Consenso de
Washington, donde comenzó a regir el
Mercado como ordenador social, dando una batalla al cambio propuesto del modelo
sindical argentino y a la negociación por empresas, donde pretendían niveles de competitividad con salarios deprimidos y un marco
laboral flexible que abarate costos empresariales a los fines de
"estimular las conversiones".
Ante
este avance del Gobierno y Empresarios, en la reducción de planteles o cierre
de empresas, sean estas porque no se pueden sostener por la apertura
indiscriminada de las importaciones, la caída del consumo interno y el alto costo
de los servicios, principalmente en las Pymes, en las empresas grandes echan
personal efectivo, para tomar luego contratados o terciarizar las tareas. En el
caso del Gobierno es el achicamiento del estado (despidiendo a miles de
trabajadores de distintas áreas ver: http://lzrsocialypopular.blogspot.com.ar/2018/01/otra-vez-sopa-el-arte-del-engano.html)
para hacerlo ineficiente y así poder privatizar o terciarizar aquellos
servicios o funciones que dan ganancias, entregándolo a amigos o parientes,
como viene ocurriendo y ha ocurrido. El sindicalismo – comprometido – trata de
parar este atropello, con lucha, resiste, toman fábricas, se movilizan, pero a
la larga, sabemos que ellos salen con la suya. Porque gobiernan, porque tienen
el poder y porque el Ministerio de Trabajo está al servicio del poderoso y en
contra del más débil y si no te reprimen y meten miedo. Esta es su política. Lo
único que deben entender los gremialistas, que estas luchas se ganan desde la
política y eso se debe hacer.
Hay
muchos dirigentes sindicales que han apoyado y votado a este Gobierno, por diferencias
con el gobierno anterior, pero sin ver el perjuicio y daño que le han acarreado
a los trabajadores, los casos más resonantes de Moyano, Barrionuevo, Momo
Venegas, pero también hay otros no tan conocidos o desconocidos de
Federaciones, Sindicatos y Uniones, que apoyaron e hicieron campaña para este
gobierno por rencor y odio, sumiendo a los trabajadores en esta angustiante
situación y hoy, algunos, aparecen rechazando la reforma laboral o las medidas
que implementan sin la menor autocritica. Estos errores no se pueden volver a
cometer y se deberían pagar, como también se debe esclarecer a los compañeros
trabajadores, porque todos tiene que tener en claro donde esta nuestro enemigo,
principalmente el dirigente, “porque el que no lo tiene claro, no se sabe donde
se está parado como dirigentes” y sólo busca el beneficio personal o aferrarse
a su sillón, como ocurre con algunos. Como dijimos antes, hay sindicalistas que
luchan y otros que negocian todo. En cada etapa el sindicalismo tuvo dos
caras que se vuelven a expresar en esta hora de la Patria, sin duda horas difíciles de avance neoliberal sobre las
conquistas y ampliación de
derechos conseguidos. Este es el momento crucial para decidir con cuál de esas caras se va a estar.
Los trabajadores debemos comprender que nosotros
y nuestras organizaciones sindicales deben disputar las políticas. No nos podemos quedar simplemente
en lo domestico o en el sólo ámbito de nuestro gremio, debemos discutir
la política
nacional, participar activamente y definir nuestra postura de que País queremos, en ello va nuestro destino y
de nuestra familia. No podemos seguir pensando en ser ajenos a la política o actuar circunstancialmente, porque
la solución a todos
nuestros problemas pasa por la política y en ellos nos debemos comprometer y participar activamente. Los
sectores empresariales y de poder, pretender que nos quedemos en la discusión chiquita, que discutamos sólo salarios o algunas condiciones de
trabajo, cuando la realidad pasa por discutir la política nacional, por donde pasa toda la
realidad, nos solo el trabajo, sino la educación, la salud, la economía, la distribución de la riqueza, los intereses nacionales
e internacionales, etc. Debemos involúcranos y ser parte de la disputa política si queremos construir un verdadero poder y
bienestar para todos los que trabajamos y el pueblo en general.
Daniel Fernández
Febrero 2018