lunes, 7 de septiembre de 2020

Tres de Febrero - Oposición - Oficialismo

 

Estimados compañeros/as

 Molesto su atención y ocupación a los efectos de hacerles llegar una humilde reflexión de un militante que ya está de vuelta en estas lides, sobre lo que se percibe en Tres de Febrero y del Frente de Todos (peronismo). No tengo pretensiones políticas, como único objetivo como dice León Gieco: Sólo le pido a dios, Que el dolor no me sea indiferente, Que la reseca muerte no me encuentre, vacío y solo sin haber hecho lo suficiente.

Luego de otra derrota en las elecciones en nuestro partido de Tres de Febrero, veo con mucha sorpresa un aparente pacto de “no agresión” con el intendente reelecto, cosa que él y su partido no tienen con nuestro gobierno. No ignoro que el oficialismo cuenta con mayoría en el H. Concejo Deliberante. También que, con la pandemia, se hace complicado hacer política y quizás por ello, se haya estableció un tipo de acuerdo para hacerle frente al virus. Pero el Sr. Intendente siempre ha resuelto por las de él. Se guía y aplica en Tres de Febrero las normas que adopta su aliado de CABA, el “amigo” Horacio Larreta. Aquí nadie controla nada y cuando comerciantes se quejaron por no poder abrir, ha dicho que son órdenes de Axel Kicillof “la provincia”. Por lo que sabemos los que estamos en el llano, no accedió en formar un comité de crisis. Impuso, compulsivamente, cobrar el alumbrado público en las boletas de Edenor, sin que se conociera ninguna acción firme para oponerse. Aplico el Estacionamiento medido en los barrios, en un momento muy difícil, sin mayores problemas ni reacciones. Tampoco conocemos que alguien haya propuesto una moratoria amplia y generosa para comerciantes, pequeños industriales y vecinos de Tres de Febrero que se sienten asfixiados por la falta de trabajo y de ingresos suficientes por culpa de la pandemia. Sólo hemos visto a compañeros, que solitariamente se quejaron y expresaron en las redes y medios a su alcance nuestra oposición. Sentimos que estamos solos.  Lo que percibe el común de los vecinos es que no existe una estrategia y una táctica del Frente de Todos (en unidad), en la cual podamos encolumnarnos para enfrentar a esta política clasista que termina por imponerse sin resistencia barrial. Estas medidas, algunas unipersonales y otras consensuadas con su partido, terminan afectándonos a todos. No se percibe una conducción unificada, sólo se advierte el esfuerzo individual y la puja de intereses sectoriales. No se ve unidad de criterio y de acción en el trabajo de base en nuestro distrito. Tampoco se nota públicamente que contemos con una figura a nivel local o nacional con presencia territorial y fuerza para competir y fijar posiciones a las medidas del actual Intendente, que cuando es entrevistado en medios locales y nacionales, oficiales y opositores, se muestra como un gran dialoguista y que aporta a la convivencia. Además, expresando que su municipio es un ejemplo, cosa muy alejada de la realidad. En cada entrevista, Valenzuela siempre deja sentado la postura de su partido y no repudia a los violentos ni condena a los desestabilizadores. Se hace propaganda con la ayuda que le dan el Gobierno Nacional y Provincial. Tampoco es cuestión de contestar chicana por chicana, sino llevar a una discusión política elevada.  De seguir así, en mi modesta opinión, ganara las próximas elecciones. 

Ellos juegan a dos puntas. Los que ocupan cargos de gobierno, caso Valenzuela, se hacen los dialoguistas y negocian para sacar benéficos que usan para su favor. Mientras los que no tienen cargos gubernamentales juntos a los medios de comunicación aliados, van constantemente al choque, son arbitrarios e intolerantes creando un clima de caos y abatimiento, con el fin de desgatar y esmerilar la imagen del presidente Alberto Fernández y del gobierno. Juegan a policía bueno y policía malo, esperando recoger sus frutos en 2021 y 2023. Ellos van a usar todo a su alcance para trabar todas las acciones de gobierno y las leyes que el Gobierno quiera aplicar, como lo hacen en diputados. Han llamado a la desobediencia civil y ahora “pario la abuela” la “Bonaerense” sale a la calle y se manifiesta. ¿Debemos seguir poniendo la otra mejilla? El PJ dónde está?  

Creo, modestamente, que debemos tener dirigentes que se ocupen de lleno a los problemas de Tres de Febrero, que sean una verdadera contra figura. Se debe “caminar” en la “medida de las posibilidades” los barrios o usar las nuevas tecnologías para reunirse con las fuerzas vivas de cada zona “para escuchar”. Los concejales que “puedan” deben estar en los barrios, reunirse con los vecinos, como lo hacían en la campaña. Los concejales son representantes de los vecinos principalmente, no de una corriente interna o un partido, deben actuar en unidad. En campaña los aspirantes a cargos recorren los barrios, se reúnen con organizaciones civiles, sociales, comerciales, empresariales, vecinales, etc.  Ahora pasada las elecciones somos nosotros los que tenemos que ir a buscarlos cuando tenemos problemas. Quizás uno sea utópico, pero siempre creí que se militaba por un ideal y no para alcanzar un cargo. Los cargos son tan solo un elemento para lograr mejorar la vida de los demás y no la propia. Creo fervientemente en el travasamiento generacional, no como salida laboral, sino el deseo de no pasar por la vida sin colaborar con una gran causa, con generosidad, participación y por la rebelión del mundo de los postergados.

Siguiendo con mi humilde opinión, pienso que, si se quiere recuperar el Municipio, no se puede competir con las mismas armas que nos ofrece el oponente, ellos tienen todas de ganar. Tampoco se gana solo con críticas a la gestión. Hay que buscar opciones superadoras, propuestas y soluciones a los problemas cotidianos, ofrecerles a los vecinos una opción que esté por encima de la media y sobre todo que esté junto a ellos cuando lo necesitan. De nada sirve entusiasmar y convencer a los convencidos, sino a los indecisos de siempre.  

Todo es discutible y mejorable. Nosotros propusimos llevar la política al barrio. La constitución de Consejos Vecinales Barriales, integrado por todas las fuerzas vivas de cada barrio, donde sean ellos quienes marquen sus necesidades y prioridades. Que se gobierne escuchando a los vecinos y no de espalda a ellos. http://lzrsocialypopular.blogspot.com/2019/06/llevar-la-politica-al-barrio.html

Decíamos en nuestro documento: “Creemos que la descentralización de las funciones estatales, autogestión, delegación de soberanía a unidades menores o vecinales, descentralización de actividades públicas o modalidades de representación más próximas a los actores sociales, es un paso adelante y superador. Es necesario producir formas de organización de la sociedad mucho más personalizadas y visibles en todos aquellos procesos y decisiones que afectan a la mayoría de los vecinos. En nuestros días, se encuentra generalizada la percepción de que cuando los gobiernos locales deciden lo hacen desde niveles demasiado lejanos y poco visibles para el vecino común. Decrece la legitimación o esta se convierte en una aceptación pasiva. La problemática existe entre la cercanía y distancia que mantiene el poder con aquellos a quienes demanda obediencia. Ha cambiado la relación del pueblo con los que dicen ser nuestros representantes y aquel que no entendió el mensaje puede pagarlo muy caro.” Que esto no suene a amenaza. Simplemente que ayude a ganar las próximas elecciones.  “Se hace necesario un cambio de actitud a los efectos de abrir al ciudadano la mayor cantidad de canales de participación real y control de gestión, de lo contrario los daños a la sociedad y credibilidad serán irreparables y traerán aparejados conflictos muchos más serios.  Es necesario recrear una democracia mucho más participativa y directa, donde la voluntad popular sea consensuada y respetada.”

Participe en algunas reuniones en Ciudadela en las que estuvo Juan Debandi y otros compañeros, en el Foro de Políticas Públicas, exponiendo lo mismo, teniendo mucha aceptación entre los participantes, también le ofrecimos toda la experiencia de nuestro trabajo social en Ciudadela. No he visto que alguna propuesta presentadas se tuviera en cuenta. Quizás sean descabelladas o no sea políticamente correcto. También puede que seamos unos delirantes, alejados de la real política que se maneja en las internas. 

No tengo mayores expectativas con estas reflexiones. Algunos amigos y compañeros han leído esta carta, en general están de acuerdo, pero todos coincidieron que es sembrar en el desierto. Creo que más vale encender una vela que despotricar en la oscuridad. 

Les dejo la visón de lo que ve un vecino que hace 71 años que vive en el barrio, que camina a diario sus calles y observa con angustia su deterioro y sus necesidades. Seguramente mi mirada sea pequeña y sesgada, pero es una realidad que vivo a diario y comparto con otros vecinos en el territorio.

Tengo ya 71 años y un largo recorrido, milite en la Unidad Básica Dr. Ramón Carrillo de Gaona y 9 de Julio desde los años 70. Luego en Gaona y 25 de Mayo en 1983 y un leve paso por su continuidad en Propuesta Peronista. Fui delegado gremial y miembro de la Comisión Directiva del Sindicato de la Junta Nacional de Granos en los años 70. Luego fui empleado y asistente del Secretario General de la Federación de Obreros y Empleados de la Industria del papel, cartón y químicos. Cro. Blas Juan Alari por 26 años. También soy un miembro más del Cabildo Abierto del Pueblo de Ciudadela, entre otras actividades sociales. Seguramente a muchos los he molestado haciendo llegar mis escritos:   http://lzrsocialypopular.blogspot.com/

 Les envío un fuerte abrazo a todos los compañeros/as

Unidos sería mucho más fácil.

 Daniel Fernández

Septiembre 2020

 

 

 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

LA DERECHA REACCIONARIA

 En Argentina, luego que la coalición Juntos por el Cambio perdió las últimas elecciones, se observa en parte de su dirigencia una constante radicalización, en sintonía con lo que ocurre con otras extremas derechas en el mundo. Con ideólogos como Steve Bannon, Alexandr Dugin, Olavo de Carvalho o Robert Mercer.  

Esta derecha, que en el centro es la conducida por su prensa, recoge lo que estos poderosos medios de comunicación opositores siembran a diario en la sociedad: odio, rencor, intolerancia y frustración. Llamado por ellos “periodismo de guerra.”

Todo que diga o haga el gobierno, que lleva apenas siete meses y con una pandemia impensada, es rechazado por esta facción. La estrategia es que nada que proponga el gobierno será discutido o evaluado ideológicamente, programáticamente o con aporte de ideas, será rechazado y se establecerá un estado beligerante contra el gobierno, con expresiones descalificativas, buscando la deslegitimación del Gobierno y esmerilar la imagen de Alberto Fernández. Se potencia un caldo de cultivo muy complicado. 

La gente tiene derecho de manifestarse como quiera, como así también expresarse libremente. Incluso defender los intereses de un sector minoritario y poderosos, en perjuicio de sus propios intereses de sector. Lo que no se puede aceptar el discurso destituyente y anti democrático. Hay un fanatismo “anti”, cargado de violencia e intolerancia, como no se veía después del 1955 hasta 1970 – 1974 donde muchos hijos de “gorilas” se hicieron peronistas. La violencia y la intolerancia se retomó en 1976 con Videla y Cía. Luego se diluyo en 1983 hasta el conflicto con Clarín y el campo, que lo exacerbaron nuevamente. Los manifestantes que mueve esta derecha, en plena pandemia y en el pico de contagios y muertes, son anti peronista viscerales, además de anti cuarentena, anti vacuna, defensores del patriarcado, o sea anti ideología de género, los anti barbijo, la suma de todos los anti. Pero no es lo mismo el sujeto social legítimamente cansado que el objeto desestabilizador de unos dirigentes y medios furiosos. Son comunes estas manifestaciones de grupos de derecha en América Latina las que se tornaron tan regulares como visibles. Tendría que ser la dirigencia quien debe marcar cierta coherencia, responsabilidad y razonabilidad, pero son ellos los que se montan en esa ola, aumentando la apuesta. Como viene ocurriendo en el mundo con estas derechas reaccionarias, el poder de ellos radica en profundizar las divisiones y la confrontación, además del uso eficiente de la tecnología.  

Algunos dirigentes y seguidores de esta derecha, son hijos o nietos de aquellos comandos civiles que pusieron bombas en una manifestación en Plaza de Mayo, los que escribieron Viva el Cáncer a la muerte de Evita, los que marcharon en Corpus Christi 1955 y los posteriores bombardeos a Plaza de Mayo, aquellos civiles que aportaron su apoyo y funcionarios a la Revolución fusiladora y repitieron en 1962, 1966.  Los que desaparecieron y violaron los restos de Evita. Así podemos seguir enunciando distintos actos reaccionarios y cargados de odio y rencor tras los años hasta llegar a 1976, con el más sangriento de los golpes cívico – militares. Nada cambió, tan solo se han adaptado a estos tiempos. Sus reacciones y actitudes son las mismas, tan sólo y por ahora, los militares están al margen, a su pesar. Será porque no quieren volver a pagar el costo solo ellos.

Es una oposición destituyente: sus manifestaciones son elocuentes; Ernesto Sanz se preguntó: "¿Cuánto tiempo demora esto en explotar?". López Murphy: "El 17A fue un aviso, si no prestan atención a los vientos, tendrán tempestades". Patricia Bullrich y Ernesto Sanz celebraron el escenario “histórico” de ser una oposición que le “sopla la nuca” al peronismo en el poder. Tengamos en cuenta que antes que asumiera Alberto Fernández los «Defensores de la República» (ligados a Coalición Cívica), un ignoto grupo de productores rurales, terratenientes en su mayoría, publicó en redes sociales un video que constituye una verdadera amenaza al presidente recién electo.

No asumen que han sido derrotados, pretenden imponer al gobierno –como sea - su agenda y condiciones. No aceptan el funcionamiento de la democracia. Además asesoran y opinan como si no hubieran gobernado los últimos cuatro años, donde dejaron los índices económicos y sociales más malos de los historia reciente. Ahora quieren imponerle medidas que ellos no tomaron cuando gobernaron. Un ejemplo: rebajaron las jubilaciones y ahora exigen aumentarlas. Vaciaron el fondo de garantía de sustentabilidad y ahora lo quieren defender. Hablan de la Justicia y la República, cuando quisieron poner jueces supremos por decreto, pusieron jueces a dedo sin aprobación del senado y Macri dijo: echará a quienes no piensen como Cambiemos. Los que antes toleraban todo del anterior gobierno, ahora exigen soluciones urgentes, mientras el gobierno con aciertos y errores trata de encausar el País en medio de una pandemia que hundió todas las economías del mundo.

Se habla mucho de la existencia de “halcones y palomas” en esta coalición. Un ala dura, que no tiene funciones de gobierno y un ala más negociadora o blanda, que son aquellos gobernadores o intendentes. Hasta ahora siempre impone sus condiciones el ala más reaccionaria. Igualmente funcionan como un equipo, el fin es desgastar al gobierno, los reaccionarios golpean y los “moderados” esperan su oportunidad para recoger los beneficios.   Bullrich al respecto dijo: “Uno es igual al espacio al que pertenece hasta que no manifiesta lo contrario”.

Lo que no entienden es porque perdura en el tiempo el PERONISMO, después de mil batallas que le han dado con prohibiciones, persecuciones, censuras, cárcel y muertes. Perdura por todo aquello que ellos no le han sabido dar al pueblo y la patria, dignidad, trabajo y sobre todo felicidad.  

 

Al respecto de las derechas reaccionarias, hay un muy buen artículo de Esteban Magnani, que les invito leer íntegramente: https://nuso.org/articulo/por-que-avanza-la-extrema-derecha/?utm_source=email&utm_medium=email

Esteban Magnani dice: La tarea de comprender a la nueva extrema derecha no es fácil, porque más allá de cierto eje común que reúne el racismo, el antisemitismo, el antifeminismo o el uso de delirantes teorías conspirativas y de datos e inteligencia artificial, la derecha se adapta con facilidad a los miedos y frustraciones particulares de los olvidados de cada país.

La capacidad de manipular a las poblaciones por medio de la nueva potencia de los datos, algoritmos e inteligencia artificial hizo su brutal entrada en la escena gracias al escándalo de Cambridge Analytica, pero su diversidad se manifiesta en las grietas que proliferan en las sociedades occidentales.

Sobre Steve Bannon dice: Director del sitio de noticias de ultraderecha Breitbart News (famoso por sus brutales ataques contra quienes se interponen en el camino de sus protegidos y por el uso de noticias falsas), fue despedido de la Casa Blanca en agosto de 2017 por sus posiciones extremas, sobre todo las contrarias a la globalización. Desde entonces se dedicó a asesorar a buena parte de los sectores más radicalizados y racistas de Europa y América Latina. En este personaje particular, afecto a usar dos camisas superpuestas, se catalizan las ideas de una derecha que perdió la vergüenza de decir lo que piensa y que cuenta con una gran capacidad tecnológica para cultivar los discursos de odio en el fértil estiércol neoliberal.

Por eso vale la pena detenerse en el recorrido del hombre que estuvo detrás de las campañas, en general exitosas, no solo de Trump, sino también del Brexit en Reino Unido, de Jair Bolsonaro en Brasil, de Viktor Orbán en Hungría, de Matteo Salvini en Italia, del partido Vox en España y de Marine Le Pen en Francia (quien luego rechazó trabajar con él), entre otros. En esos años fundó El Movimiento, una organización pensada para ayudar a los partidos nacionalistas europeos en sus campañas políticas. También, según puede verse en el documental Nada es privado (Karim Amer y Jehane Noujaim, 2019), colaboró con la campaña de Mauricio Macri en Argentina y trabajó para Guo Wengui, un exiliado chino multimillonario opositor al régimen de su país.

Para Bannon, en ese panorama se hacía necesario un populismo nacionalista liderado por alguien dispuesto de patear el tablero, un vengador que llamase las cosas por su nombre. Un hombre como Trump. Sin ese contexto, no es posible comprender el éxito de las campañas de desinformación brutales que fueron sembradas intencionalmente, pero que echaron raíces y florecieron en una población enfurecida que veía al poder financiero, a los demócratas y a los republicanos, la corrección política, el feminismo y a los movimientos por los derechos de las minorías como un combo indistinguible que los empobrece y humilla. No solo deben endeudarse para sobrevivir, sino que se los acusa de machistas, xenófobos, racistas y contaminadores, quitándoles cualquier reserva de dignidad, sobre todo a los varones (las mujeres también votan a la derecha, aunque Trump exagera los porcentajes).

A principios de este año salió el libro War for Eternity, del etnomúsico Benjamin Teitelbaum, quien lleva años estudiando a oscuros pensadores de derecha (anteriormente escribió Lions of the North, sobre el nacionalismo en Escandinavia). Al escuchar a Bannon en sus entrevistas, Teitelbaum elaboró una hipótesis: él, al igual que algunos otros pensadores de la derecha, es un tradicionalista.

El tradicionalismo es una corriente filosófica de comienzos del siglo XX con fuertes vínculos con el fascismo y que establece que la historia es cíclica, con cuatro periodos que se repiten. Cada uno de estos periodos se vincula a una clase que tiene el poder: los filósofos, los guerreros, los mercaderes y los esclavos (siempre varones, por supuesto). La fase final, la de los esclavos, marca la descomposición del sistema hasta el inicio de un nuevo ciclo.

Las redes sociales, que carecen por completo de una «responsabilidad editorial», son el espacio ideal para que surjan, se testeen, desarrollen y florezcan posiciones extremas sin fundamentos argumentativos. Bannon explica en su entrevista cómo se consolidó la usina de noticias falsas que dirigía: «Fue la sección de comentarios la que comenzó a construir algo del poder de Breitbart, además de que nosotros éramos más inteligentes (...) Teníamos una increíble optimización para aparecer en las búsquedas. Fue la unión de tecnología y contenido.

Los Trump y los Bolsonaro son los candidatos ideales para una campaña basada en la destrucción de los contrincantes sin necesidad de apelar a la verdad. Como en un judo discursivo, la fuerza del contrincante se utiliza para irritar aún más a los propios y hacerlos reaccionar.

Si bien las grandes líneas del descontento social son perceptibles por cualquier analista político, al mirar a las personas de cerca surgen matices particulares que requieren una comunicación segmentada, como la que llevaron adelante Cambridge Analytica o los numerosos trollcenters del mundo que activan a los sectores más radicalizados a tomar las calles como nunca antes. Eso es lo que permiten las redes sociales: poner en juego las noticias, verdaderas o falsas, y encontrar las que se instalan en la sociedad para utilizarlas como encuadre de las noticias futuras que continúen abonando una mirada sobre el mundo. Como dice Teitelbaum: «El tipo de activismo apoyado por Cambridge Analytica fue una forma innovadora y potenciada de algo que la extrema derecha llama metapolítica. La estrategia implica hacer campaña no a través de la política, sino a través de la cultura, a través de las artes, el entretenimiento, los intelectuales, la religión y la educación. Esos son los lugares donde se forman nuestros valores, no en una cabina de votación». Los militantes deberán insertarse en todos los espacios, sobre todo los apolíticos, y comenzar a bajar su mensaje de a poco, buscando crear un nuevo sentido común, no ya con ancianos aburridos hablando pausado sino de una manera atractiva, seductora y con herramientas que permitan medir en tiempo real la circulación de los mensajes, como hacen los influencers y youtubers de derecha. Como decía el fallecido Andrew Breitbart, el creador del sitio que luego dirigió Bannon, «la política se encuentra corriente abajo de la cultura».

Esa lucha cultural se está transformando en algo brutal, con campos enfrentados que perciben la realidad desde lugares distintos y sin puntos de contacto. El gran éxito de la nueva derecha en Estados Unidos ha sido construir un solo enemigo que condensa al capital financiero, globalizador, exportador de trabajo, centrado en los derechos humanos, de los homosexuales, feminista, ecologista, etc. La prueba de que son lo mismo, como dice Bannon, es que «el presidente más progresista de la historia de Estados Unidos, el presidente Obama, salvó a los ricos». Esa desconfianza contra todos es la que le permite a Trump señalar a los periodistas y decirles en la cara «ustedes son las noticias falsas» sin ruborizarse.

En el mismo lodo

En cada país la derecha supo adaptarse a los contextos. En Brasil, por ejemplo, parte del éxito de gobiernos extremistas como el de Bolsonaro puede entenderse por las limitaciones del Partido de los Trabajadores (PT) para producir cambios estructurales, pero también por el constante ataque de los medios del establishment cuando efectivamente el PT intentaba producirlos. Buena parte de la sociedad, cocinada a fuego lento en el odio destilado por los medios tradicionales, estaba preparada para absorber las más delirantes noticias falsas o teorías conspirativas que se pudieran inventar y testear desde la derecha a través de Facebook, Twitter o, como ocurrió en Brasil, Whatsapp. Contexto, dinero y tecnología permitirían desarrollar ese potencial para que Bolsonaro ganase en las urnas.

Estas líneas permiten trazar algunas respuestas sobre el avance de la derecha global, pero es mucho lo que queda por responder. ¿Alcanza el rechazo de amplios sectores del establishment para no considerar a estos nuevos populismos de derecha simplemente como otra «vuelta de rosca» neoliberal? ¿Son sostenibles estos gobiernos basados en mantener irritadas a sus bases de apoyo y en neutralizar a sus adversarios? ¿Qué lugar tiene la realidad material, como expone brutalmente la pandemia, para socavar sus discursos anticientíficos y antiiluministas? Hasta ahora la receta ha sido duplicar la energía de cada ataque, pero ¿hay un límite? ¿Podrán sobrevivir al nivel de descomposición social que ellos mismos potenciaron? Y, sobre todo, ¿qué viene después de sus cada vez más evidentes fracasos para satisfacer las expectativas de las bases electorales?

 




 


Daniel Fernández

Septiembre 2020

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...