El día 2 de Mayo de 2011 se produjeron serios incidentes con formaciones del ferrocarril del ex Sarmiento en Haedo, Ramos Mejía y Ciudadela, incluido el incendio de vagones. Desde ya es reprochable cualquier acción violenta o vandálica, como así también el incendio de los vagones, dado que en definitiva los únicos perjudicados somos los usuario.
Pero a nadie puede escapara – que viaje a diario en este ferrocarril - que la reacción de los pasajeros era de esperarse, no la violencia, pero si las quejas, hasta airadas por el maltrato que nos dispensan a diario. No olvidemos que no es la primera vez que ocurren hechos similares.
Realmente viajar en el ex Sarmiento fue y es un calvario. Mucho anuncios de renovación de formaciones, trenes de doble piso, aire acondicionado, etc., pero el servicio en general es un desastre. Desde el verano viajamos en chatarras, porque no se los puede calificar como “trenes”, no cumplen los horarios, todos los días hay un problema distinto, que suspende o cancelan trenes, se averían y te dejan a mitad de camino. No se tiene la menor contemplación por los usuarios, ni los responsables desde el Gobierno, desde la Concesionaria y de los trabajadores ferroviarios. Auque mal nos pese, como trabajadores, ver la desidia y la falta de solidaridad de nuestros pares ferroviarios, lastima.
Esta bien que quieran mejorar sus salarios y luchen por sus reivindicaciones, pero que para lograr sus propósitos nos tomen de rehenes a los miles de trabajadores que usamos el servicio público, no es solidario ni “clasista”. Las medidas de acción directa como el “trabajo a reglamento” o paro, deben ser la última de las ultimas instancias.
Desde el Gobierno y la Empresa argumentan sabotaje, como en otras oportunidades nada pudieron probar. Creo que ello incitan a la violencia, por el pésimo servicio que prestan. Que casualidad que después de la reacción de los pasajeros el servicio mejora.
Algún día se le iluminara la mente algún “dirigente” y entenderá que mejorar la calidad de las prestaciones de los servicios públicos es también una mejora para el trabajador. Hoy los servicios públicos los padecemos y perjudica nuestra calidad de vida. Los funcionarios del Gobierno y TBA este problema no les afecta, porque no usan estos medios, sino que viajan en auto y en general con chofer.
Pero a nadie puede escapara – que viaje a diario en este ferrocarril - que la reacción de los pasajeros era de esperarse, no la violencia, pero si las quejas, hasta airadas por el maltrato que nos dispensan a diario. No olvidemos que no es la primera vez que ocurren hechos similares.
Realmente viajar en el ex Sarmiento fue y es un calvario. Mucho anuncios de renovación de formaciones, trenes de doble piso, aire acondicionado, etc., pero el servicio en general es un desastre. Desde el verano viajamos en chatarras, porque no se los puede calificar como “trenes”, no cumplen los horarios, todos los días hay un problema distinto, que suspende o cancelan trenes, se averían y te dejan a mitad de camino. No se tiene la menor contemplación por los usuarios, ni los responsables desde el Gobierno, desde la Concesionaria y de los trabajadores ferroviarios. Auque mal nos pese, como trabajadores, ver la desidia y la falta de solidaridad de nuestros pares ferroviarios, lastima.
Esta bien que quieran mejorar sus salarios y luchen por sus reivindicaciones, pero que para lograr sus propósitos nos tomen de rehenes a los miles de trabajadores que usamos el servicio público, no es solidario ni “clasista”. Las medidas de acción directa como el “trabajo a reglamento” o paro, deben ser la última de las ultimas instancias.
Desde el Gobierno y la Empresa argumentan sabotaje, como en otras oportunidades nada pudieron probar. Creo que ello incitan a la violencia, por el pésimo servicio que prestan. Que casualidad que después de la reacción de los pasajeros el servicio mejora.
Algún día se le iluminara la mente algún “dirigente” y entenderá que mejorar la calidad de las prestaciones de los servicios públicos es también una mejora para el trabajador. Hoy los servicios públicos los padecemos y perjudica nuestra calidad de vida. Los funcionarios del Gobierno y TBA este problema no les afecta, porque no usan estos medios, sino que viajan en auto y en general con chofer.
