Según un informe del
Banco Mundial: La desnutrición infantil tiene una serie de consecuencias
negativas como una tasa mayor de mortalidad, bajo desempeño durante la etapa de
aprendizaje de las habilidades cognitivas, sociales y emocionales, bajo desempeño escolar y limitada productividad laboral en la edad
adulta. Este proceso colabora con la transmisión intergeneracional de la
pobreza y la desigualdad en las familias de escasos recursos. En los primeros
mil días pueden definir si la mente de un ser humano alumbrará como un foco de
25 W o como un foco de 200 W y cómo factores como la desnutrición crónica, la
falta de atención en salud y educación, la falta de tiempo para jugar, el
maltrato y el abandono dañan de manera irreversible el desarrollo de un ser humano.
Tristemente, si un niño no desarrolló sus capacidades físicas, cognitivas y
socioemocionales durante los primeros años no logrará desarrollarlas nunca.
Hay un conjunto de ciudadanos que tiene un proyecto de País
individualista y egoísta, que no está basado en los intereses del pueblo sino los propios, o los de su clase o sus
familiares y amigos. El otro, es el pueblo que tiene un proyecto solidario y
comunitario, que es de vida y esperanza, y comparte sus bienes y sus principios.
Una muestra de estos dos proyectos se vio
representados en el mes de agosto, el primero de ellos el 24 de agosto, una marcha
importante en “apoyo” al Presidente y en defensa de la Republica, que por las
expresiones ahí vertidas por muchos de los asistentes (liberaron sin pudor el
enano fascista), fue más que nada “en contra de, autoritaria, clasista, con
rencor y odio” por las mayorías que no acompañó su pensamiento en las urnas, al
igual que lo hizo el “verdadero” Mauricio Macri el día posterior a las
elecciones PASO y el posterior castigo al pueblo por votar como voto. Lejos de
toda autocritica volvió a invocar causas ajenas a sus políticas como las
responsables de este colapso. No se hacen cargo del desastre que han producido
con sus políticas. Desde echar culpas al "kirchnerismo" hasta
responsabilizar al pueblo que "no
supo elegir porque elige el pasado". No solo sigue culpando de su
propia impericia a la "pesada herencia", sino también a quienes no
solo no eligen el pasado, sino que optan por quienes ellos entienden que pueden
ofrecerle un futuro venturoso: sin hambre, con trabajo digno, con educación y
salud para todos, con respeto por el otro, en una patria de la que nadie sea
excluido.
La otra marcha multitudinaria fue el 29 de
agosto, realizada por las organizaciones sociales en pedido de la aplicación de
la emergencia alimentaria, porque en el pueblo hay “HAMBRE”, porque a diario ven llorar a sus hijos de hambre, que
deben recurrir a la solidaridad de organizaciones sociales, iglesias o escuela
pública para que puedan comer un plato al día. No hay nada más devastador para
un padre ver sus hijos con hambre y no poderles dar de comer. Estos seres
humanos salen a la calle para no ser invisibilizados. Esta enorme legión de
desocupados, marginados, cartoneros o changarines, que no logran volver a insertarse
en la vida laboral, porque estas políticas neoliberales – una vez más - les
cerraron las fábricas y todas las posibilidades, sobre todas las cosas quieren
un trabajo. Si el País no ha explotado -como otrora- por el hambre y
desesperación de millones de seres humanos, es por el trabajo solidario de las
organizaciones sociales, iglesias e intendencias, que ha servido de contención donde
el Estado no llega. Ahora la posibilidad de un cambio de Gobierno también actúa
como bálsamo y motor de esperanza.
Sólo ese sector de la sociedad cargado de odio,
intolerancia y prejuicios, puede pedir represión, que los dejen circular
libremente, que son todos vagos, que no quieren trabajar, que sólo quieren
cobrar planes o hasta ponerles una bomba, como lo han manifestado públicamente
y en redes. Son parte de esa sociedad que justifico o aplaudió a los comandos
civiles que pusieron bombas en el 1953 o bombardearon la plaza de Mayo en el
55, los que golpearon – reiteradamente - las puertas de los cuarteles para
derrocar los gobiernos democráticos. Lo hacen desde su inhumanidad, pero además
para no hacerse cargo como sociedad de las políticas individualistas y
mezquinas que han apoyado y alentado. Aquí no existe un problema de adversario
político, sino de enemigo y odio.
Para aquellos que tienen las necesidades básicas
satisfechas, que reclaman por la “República”, digamos que la “República” y su
futuro están en peligro por culpa de las medidas que ha tomado este gobierno y
todos los gobiernos neoliberales que hemos tenido, arrojando a millones de
“seres humanos” a la pobreza y en la indigencia. Aquí está la diferencia
entre unos y otros, entre los que comen todos los días y los que no, los que
tienen un techo digno y los que no, los que tienen acceso a la salud y a la
educción privada y los que “caen” a la pública. Con niños mal alimentados, sin
salud y educación adecuada, retrasan su capacidad de aprender, sin tener
igualdad para aprender tendremos jóvenes con menores posibilidades para
trabajar y progresar y por ende de vivir dignamente, son esos que después – los
reaccionarios – llaman vagos o choriplaneros. Si se genera trabajo digno y
salarios justos, nadie elegirá vivir miserablemente.
Gusto o no nos guste es legitimo que cada sector
se manifieste con libertad, eso es la democracia, lo que sirve es para comparar
que País quiere cada uno.
Toman medidas, que ha tomado el Gobierno, ha sido
para calmar a los mercados financieros e inversores, pero ni una sola para zacear
el hambre de niños y adultos.
Para aquellos que nos queda algo de “humanidad y
sensibilidad”, somos a diario testigos de las lágrimas
y de los dolores de esa gente marginada. De las angustias por no tener pan y
trabajo, por la salud amenazada, por los niños ya no sin futuro sino casi sin
presente, por los ancianos de los que el Estado se desentiende de sus
necesidades básicas – alimentación y medicamentos -.
Tras
las elecciones PASO nuestro pueblo ha ganado la esperanza, en cambio los
poderosos quieren castigar a los pobres y al pueblo todo poniendo en riesgo,
más aún, la estabilidad social y económica.
ESTE ES EL
REAL PELIGRO DE LA REPUBLICA Y SU FUTURO: porque hay miles de chicos que no
comen ….
UNICEF: La
pobreza impide disfrutar de su infancia a millones de niños y de niñas de todo
el mundo. La pobreza les priva de las capacidades que necesitan para
sobrevivir, desarrollarse y prosperar. Les impide disfrutar la igualdad de
oportunidades. Aumenta su vulnerabilidad a la explotación, el abuso, la
violencia, la discriminación y la estigmatización.
Según el Indec en una nueva Encuesta
Permanente de Hogares (EPH) expresa que en Argentina hay una 49.6% de pobreza
infantil, mientras que la indigencia trepa al 11.3%. De esta manera, quedó
demostrado que los mayores afectados por la crisis económica son los menores de
14 años. Con estos números hay que remarcar que en el último año la indigencia
creció un 3.5% y la pobreza escaló 11.4 por ciento. Datos que el gobierno no
quería leer a días de la realización de las PASO. Por otro lado, y entre los
que tienen entre 15 y 29 años, la pobreza aumentó del 30,5 al 40,1 por ciento. Entre
30 y 64 años, subió del 21,1 al 29,4%. Y más de 65 años, de 6,1 al 9,1%.
Con estos porcentajes, uno de cada 2
niños menores de 14 años vive en hogares pobres, con un total de nada menos que
5.000.000 de chicos pobres, de los cuales casi un millón son indigentes. Cuatro
de cada diez niños, niñas y adolescentes bonaerenses se alimentan en comedores
comunitarios, mientras que el 14,5% de los chicos pasaron hambre en el último
año, según un informe revelado por la Universidad Católica Argentina (UCA).
Uno de cada tres niños del conurbano
bonaerense sufre problemas para acceder al agua potable y limitaciones para
acceder a una alimentación que brinde los nutrientes indispensables para el desarrollo,
según un relevamiento realizado por el Observatorio de la Deuda Social
Argentina de la UCA.
Los argentinos que vuelven a comer
solo una vez al día. El hambre de 3,4 millones de personas en un país que
produce alimentos para 400 millones alarma. Los afectados se organizan en
comedores sociales. Además de la caída en los niveles de empleo e ingresos de
los hogares, la pobreza siguió escalando. El 2018 había terminado con una tasa
de 32% y, según los expertos, el número del primer semestre habría ascendido
hasta 34,5%, sin contar la última devaluación después de las PASO, lo que se
estima que la pobreza llegaría cerca del 40%.
Con estos datos implacables, parece una burla macabra la promesa
de pobreza cero que hiciera Mauricio Macri.
Daniel Fernández
Septiembre 2019