viernes, 25 de octubre de 2013

ANALISIS PREVIO A LAS ELECCIONES GENERALES 2013


Según el desarrollo de los acontecimientos, más allá de alguna operación mediática, estas elecciones de medio término no tendrán, en su resultado, mucha diferencia de las PASO.
Un análisis más pormenorizado lo podrá encontrar en mi anterior publicación antes de las PASO  (Elecciones de medio término - PASO)
Existe una disputa que está planteada, que se la ve, que es mediática, de sectores que están muy enojados con el Gobierno Nacional. Sectores del poder económico a los que no les gusta el gobierno, sectores que se oponen a diversas políticas de gobierno; que no es la primera vez que vaticinan un fin de ciclo. El kirchnerismo está a dos años de terminar el mandato de Cristina, y aún no está claro quién o quiénes serán sus alternativas en el oficialismo. No se visualizan en estas primarias cuáles pueden ser sus alternativas de este ciclo. Tampoco surge del cuadro de ganadores y perdedores que presentan los medios de comunicación, quién podría ser el que encabece el otro ciclo.  La oposición sigue teniendo complicaciones territoriales, con el diferente nivel de presencia.
Ya llegando a esta altura de la campaña, la gente en general, está algo saturada y espera que pasen las elecciones lo antes posible. Habría que preguntarse qué tan importante son estas elecciones de medio término para aquellos sectores menos politizados. Es como que todo entro en una meseta y existe una indiferencia marcada en la campaña y los votantes ya han elegido hacer rato su voto y descuentan que no habrá grandes modificaciones en las tendencias del voto. Esos sectores no politizados eligen su voto más por la imagen o referencias que por las propuestas o ideológicamente, que en muchos casos no conocen.  Votan más con el sentimiento que con la razón.
Según Artemio López en su blog Ramble Tamble (http://rambletamble.blogspot.com.ar/) hace el siguiente análisis:   
Si bien tenemos experiencia de una sola PASO, y era ejecutiva, los antecedentes indican que se replica con alguna exactitud el escenario que a posteriori se consolida en las elecciones generales. Con lo cual, salvo en el margen, no habría que suponer grandes modificaciones en el sistema de preferencia. Sí se van a develar algunas incógnitas, como qué sucede en algunas provincias específicas, Neuquén por ejemplo, y San Juan. También hay que ver si (Daniel) Flimus logra retener la banca, que es algo inestimable, porque va a tener que ver con el corte de boleta respecto a la opción (Pino) Solanas–(Elisa) Carrió. Y luego, finalmente, el nivel de diferencia entre Massa e Insaurralde en provincia de Buenos Aires, que tampoco se puede estimar con precisión; así que no me parece serio hacerlo. Pero, básicamente, hay que pensar en la referencia de las PASO.
Como esta vez no se cuentan ni votos en blanco ni nulos, cuando hagamos la lectura del distrito único, es decir a nivel nacional, probablemente estaremos en el 30% para la primera minoría, que es el FpV; después, el 14% para el Frente Renovador, por el impacto que tiene Buenos Aires a nivel nacional; la tercera es el Frente Progresista Cívico y Social, que estará en torno al 9% de los votos; la Unión Cívica Radical con el 6%, el Frente de Izquierda en el quinto lugar con el 4,5% y por arriba del PRO, que va a estar en torno al 4%, es decir con menos de 950 mil electores; y luego, por último, Francisco de Narváez.

Ahí tenés las siete fuerzas nacionales, y el FpV sigue siendo la primera, lejos. Hay que tener en cuenta que esta es la sexta elección que gana en diez años, tres de medio mandato y tres ejecutivas, además de las dos PASO. No hay nadie en toda la historia electoral que haya ganado 8 elecciones en diez años. Con altibajos, pero esta es la verdad.
Lo que también es cierto es que la oposición sigue fragmentada y que la segunda fuerza, la de Massa, por ahora es "distrital" y veremos cómo se despliega nacionalmente. Yendo a la pregunta, la verdad es que yo no veo por qué hay un clima tan adverso al resultado electoral para el Gobierno… Probablemente esto tiene un componente de oposición mediática importante, de hacer aparecer al oficialismo como perdedor; y también, seguramente, al mismo tiempo hay una sobreestimación de los resultados electorales por el oficialismo, que creía que era una elección que ya tenía ganada.
Se construye una derrota electoral para el Gobierno, que no hay: no es mi opinión, lo dicen los números. Ocho elecciones ganadas en diez años es una performance electoral sin antecedentes. Lo mismo que los 14 puntos de diferencia con la segunda fuerza: es la segunda diferencia más importante desde 1983 en elecciones de medio mandato. La primera fue en 2005, que fue de 20 puntos. Si tomamos el mapa de hoy, el panorama es satisfactorio.
Así serían las cosas de mantenerse los guarismos de las PASO, en la Cámara Alta de las 24 bancas que se renovarán este año, el oficialismo pone en juego 12 y estaría obteniendo 10 según las PASO, por lo que perdería dos plazas aunque la banca de Daniel Filmus aún no se puede afirmar que se pierda, aunque la oposición se juega todo en esta posibilidad. La correlación de fuerzas en el Senado no sufrirá modificaciones.
En la renovación parlamentaria en Cámara baja, diputados el FPV pone en juego 34 diputados pero se estima según las PASO que obtendría 39, con lo que el bloque que liderará Juliana Di Tullio ascendería a 116.
De repetirse los resultados de las PASO, con los votos que obtengan los aliados en todo el País, dejaría al kirchnerismo con algunos legisladores por sobre el quórum de 127.
Una vez más, en el plano general, se utilizan las elecciones generales para dirimir una disputa entre sectores peronistas, el gobierno con su Frente para la Victoria por un lado, Massa con el Frente Renovador por el otro, después están también el Momo Venegas, Moyano con De Narváez, Rodriguez Saa, Piumato y otros dispersos en el Pro y otros partidos. 
De darse así las elecciones generales, el panorama no sería tan contrario como el 2009, donde la oposición tenía la mayoría, pero por su propia incapacidad, ambiciones personales y diversidad ideológica no pudieron concretar sus aspiraciones de manejar al Poder Ejecutivo y proyectarse como firmes candidatos para el 2011. Hoy pretenden “contener” al oficialismo, aunque hay otros como Oscar Aguad (UCR) que vaticinó que después de octubre “la ingobernabilidad va a aumentar” y otros intolerantes y destituyentes esperan –como en el 2009 – que este gobierno termine anticipadamente su mandato. Generalmente estas expresiones anti democráticas son expresadas por aquellos que no pueden llegar al gobierno por medios de las elecciones, aunque si tienen fuertes ligazones con el poder económicos – financieros.
En estas elecciones legislativas, los votantes expresan su malhumor, sin tener que pensar “quién va a gobernar”, lo importante es registrar que hay cierto malhumor que se muestra en los resultados, es más un castigo de funcionamiento o de forma, más que por problemas ideológicos o de fondo. La gente quiere que le solucionen los problemas con el transporte, con la electricidad, inflación o seguridad, temas cotidianos. Pero igualmente como en el 2009, cuando fue derrotado por de Naráez, el gobierno hizo una buena lectura de lo que ocurrió y reacciono políticamente, cambiando la historia en el 2011.
También no se puede desconocer que existe un sector de la sociedad que esta crispada, y necesitan que la provean de material nuevo para indignarse todos los días. Es increíble el nivel de odio y rechazo que expresan, casi comparable al que le tenían a Perón y Evita en las años 50, pero no así con las dictaduras. También es curioso como muchas de esas críticas son de género, incluso las mismas mujeres expresan su resentimiento a la Presidenta en cuestiones que hacen a su condición de mujer y no por asuntos ideológicos. Otra curiosidad que se da en estos momentos, es que políticos o personalidades públicas dan opiniones críticas sobre hecho político, y se molestan sobre manera cuando son criticadas o rebatidas sus opiniones. El criterio sería criticar pero sin ser criticados. Condicionar el derecho a opinar. Mi opinión es la que vale, la tuya es una chicana.     
Vuelvo a insistir en lo que dije el escrito anterior a las PASO, esta votación tiene como principal objetivo modificar la composición parlamentaria y no el ejecutivo. Una mirada a la historia demuestra que muchas veces quienes emergían como los principales ganadores de la elección legislativa y favoritos a llevarse el premio mayor dos años después, no siempre dieron la talla y culminaron siendo convidados de piedra. El caso de Antonio Cafiero que gana en la provincia y posteriormente pierde las elecciones internas con Carlos Saúl Menem. Meijide gana las elecciones en la provincia y junto a Chacho Alvares pierden las elecciones internas con De la Rúa.  2009 Nestor Kirchner pierde las elecciones con De Narvaez y se habla del fin del ciclo, la oposición es mayoría en el Congreso, pero en las elecciones presidenciales de 2011 Cristina Fernández de Kirchner saca el 54%. La evidencia electoral es clara al respecto: los ganadores de la elección legislativa no han llegado a la presidencia.
Sobre el casi seguro ganador en la provincia de Buenos Aires e instalado candidato al 2015, hoy podemos decir que Massa no es solo Massa, es la suma de un grupo de intendentes, sindicalistas, políticos insatisfechos con la gestión municipal, algunos dirigentes que han estado en el kirchnerismo desde el 2002 al 2009, además de aliados políticos de indisimulada concepción anti peronistas, lo que lo hace un frente bastante heterogéneo y que predice enfrentamientos internos. Hoy por hoy también cuenta con todo el apoyo de los medios de comunicación opositores, relegando a otros candidatos. El “massismo es el agrupamiento de los sectores conservadores y menemistas del peronismo – que no son pocos (E. Duhalde, De la Sota, Puerta, Busti, Barrionuevo, Graciela Camaño, Reuteman, Das Neves, entre otros)  y otros aliados externos de igual pensamiento, que se mantuvieron agazapados durante el éxito del kirchnerismo esperando el momento del resurgimiento en pos de revivir la alianza con sectores dominantes” (Redrado, Pérez). Massa no es el “líder o conductor” del grupo, es tan sólo el de mejor imagen, el políticamente correcto, ofrece un clima menos de conflictividad, el que dice lo que un sector de la ciudadanía quiere escuchar y no muestra mucho más. El problema que tiene el proyecto es que tienen socios inter pares que son el resto de los intendentes y con poder propio. Además no hay que perder de vista que el peronismo es muy dinámico, lo que hoy están en un lado, mañana pueden estar del otro, no olvidemos que para fin de año hay elecciones internas en el peronismo de la provincia y veremos cómo se hacen las alianzas, quienes entraran y quienes querrán ir por afuera del partido en el 2015. También hay que tener en cuenta que Massa pasara de un cargo ejecutivo a uno legislativo, donde se pierde exposición y ejecutividad, sus posibilidades estarán atadas a los medios de comunicación que lo proyectan. Un dirigente de la CGT decía, “Massa va a ser apenas un diputado y al Gobierno le quedarán dos años más de gestión”. Otro dirigente agregó: “Seríamos muy boludos si nos aliásemos con un diputado mientras Cristina sigue siendo la Presidenta”. Queremos gobernabilidad, no otro 2001.
Para ver si se va a construir el massismo o no hay que esperar a fines de 2014, principios del 2015, cuando se reorganice el PJ o lo que le suceda al PJ y se den las PASO. Hasta ese momento el massismo no existe. No sería extraño que muchos de los que hoy están con Massa, mañana le ofrezcan cargos dentro de la estructura del PJ, y lo abandonen.
Igualmente y con vista al armado futuro de este sector conservador - neoliberal, es conveniente tener en cuenta las siguientes declaraciones de Massa y Redrado. Massa habló – ante importantes empresarios - de abrir espacio para que el sector privado maneje algunos fondos de pensión, mayores niveles de desregulación, establecimiento de una política de metas de inflación, la vuelta al endeudamiento, entre otros puntos. Pero en público, poco y nada dijo de esto. Eso no es todo, su principal asesor económico, el ex presidente del Banco Central Martín Redrado, le dijo esta semana: “México es un país que está haciendo reformas estructurales en sectores que eran prácticamente intocables, como el energético. También anunciaron “reformas laborales” que marcan una voluntad de ingresar no sólo en un período de solidez macroeconómica sino de avanzar en hacer más competitivas nuestras economías”. Creo que ya antes hemos escuchado estas ideas, son las que nos llevaron al 2001.
Por el lado del Frente para la Victoria, después de la derrota en las PASO, prácticamente Daniel Scioli se hizo cargo de la campaña, el casi desconocido Martin Insaurralde (de escaso carisma político) batallo para hacerse conocido, pero con pocas o nulas posibilidades de revertir el resultado, aunque podría acortar en algo la diferencia. La enfermedad de Cristina, hizo que la sacara de la escena (quizás también la preserve de la derrota), que será acarreada por el candidato y Scioli. Con este protagonismo, Scioli trata de posesionarse de cara al 2015, como el candidato del oficialismo, pero seguramente deberá batallar con otros gobernadores con idénticas aspiraciones, pero también controlo lo que podría haber sido un importante paso de algunos oportunistas (que abandonan el barco) del oficialismo al Massismo triunfante. Creo, personalmente, que la derrota en la provincia de Buenos Aires se da – por un lado - por el cansancio de los vecinos con algunos intendentes y su pobre gestión, porque los que se le oponen son un “rejuntado” de políticos que deambularon por otros partidos (De Narváez, Pro, peronismo disidente) y algunos otros que se fueron del calor del poder por sentirse relegados o desplazados. Estoy convencido que los que llegaran no son mejores de los que se van. Igualmente su trabajo no podrá visualizarse, porque ocuparan cargos legislativos y en muchos casos en minoría, los cargos ejecutivos estarán en manos de los actuales intendentes, que tendrán que tomar nota y producir los cambios que la gente le reclama. Tanto para la provincia como a nivel nacional, faltan 2 años y es mucho tiempo para hacer predicciones.
Dentro del peronismo existe una generación que creció junto con el kirchnerismo, que tienen entre 40 y 50 años, como son Capitanich, Urribarri, Scioli, Urtubey y Massa, no tienen discursos ideologizados ni hacen de la ideología el soporte de su política, se basan más en la imagen, gestión, buenas relaciones con los factores de poder y buenos modos, lo que lo hacen estar bien visto por las clases medias. Para ellos no forman parte de su esquema o discurso: derecha, izquierda, liberación o dependencia. Es una generación formada políticamente durante los 80 y 90, provienen de familias de clase media, mayormente sin historia de militancia en la resistencia peronista o en la lucha contra la dictadura,  que los diferencia sustancialmente con aquellos que lo hicieron en los 60 y 70, que se están yendo.  Scioli llega a la política de la mano de Menem y Massa afiliado en su juventud al partido de Alsogaray llega por Eduardo Duhalde. Igualmente estos comportamiento no bastan para gobernar, y mucho menos cuando haya que enfrentar los fuertes intereses de las corporaciones de todo tipo.
Ahora la nueva juventud alumbrada a la militancia por el kirchnerismo, deberá construir su propio poder si quiere tener relevancia en la futura vida política.  
Por fuera del peronismo, los que hoy aspiran a una posible sucesión en el 2015, se anotan Binner y Cobos, pero como decíamos antes con complicada representatividad en todo el País. La mayor posibilidad la podría tener Cobos si detrás de él se alinea la UCR. Macri quiere anotarse pero no creo que pueda llegar, tiene fuertes competidores en el Peronismo con su mismo perfil, pero más confiables y capaces. Carrio puede querer postularse, pero la gente que la sigue la puede votar como legisladora, pero no para conducir un País, ya tuvo su experiencia en 2011 que saco 1,82%.  
El voto te puede castigar o premiar pero generalmente no te destruye, siempre tenés posibilidades de recuperarte. Las famosas recuperaciones de Néstor y Cristina fueron cada vez que tuvieron un revés electoral, corrigieron y volvieron.
Hoy, aun faltando dos años para las elecciones de 2015 y las experiencias vividas en el 2009 - 2011,  hay muchos que plantean el fin de un ciclo, quizás más como una expresión de deseo que de la realidad. La idea de que el Gobierno está en un fin de ciclo está siendo impulsada por los mismos que plantean eso desde el principio. La Nación, dijo que el gobierno de Néstor Kirchner sólo duraría un año.  No hay indicio objetivo que la mayoría de la sociedad, los votantes, lo rechace como un todo, aunque algunas políticas y figuras sean más impopulares que otras. Existe cierto consenso social alrededor del modelo económico, y quienes se postulan – anticipadamente – con ciertas posibilidades no reniegan de él sino de algunas cuestiones puntuales derivadas de éste. El kirchnerismo tuvo la virtud de liderar un tiempo político y dejar al país con una serie de transformaciones y leyes que serán históricas, dejando la vara bastante alta para los que vendrán, a menos que la inflación, la recesión o ambos no golpeen con fuerza a la economía argentina, será muy complicado que no se vuelva recurrentemente a reclamar por este ciclo. Si la Presidenta logra de acá hasta el 10 de diciembre de 2015 manejar la situación, entregar más o menos prolija la cuestión económica, aunque después haya algún que otro conflicto que estallen, tiene por delante, ella personalmente, una década más de actividad política y de fuerte incidencia.  
Para aquellos que nos formamos políticamente en los 70, entendemos que el gobierno debe profundizar el modelo retomando las banderas del 45, consideramos que este es el camino para realizar transformaciones más profundas. Sabemos a dónde queremos ir, sabemos a dónde no queremos ir, es por ello que los posibles candidatos formados en los 80 y 90 no nos convenzan ideológicamente.
Igualmente de aquí al 2015, para la política y principalmente en nuestro País, es mucho tiempo y cualquier cosa puede pasar.
Héctor Daniel Fernández
 21/10/2013
 






 

Massa: ¿el viento frío del Pacífico?


Jueves 24 de octubre, 2013

Me llamaron la atención algunas definiciones públicas del líder del Frente Renovador, Sergio Massa, en las últimas semanas. Definiciones que no parecen del todo dirigidas a un electorado que lo vio, al menos desde lo discursivo, en la mayor parte de la campaña que ya llega a su fin, hablar de “mantener lo bueno y corregir lo malo”.
Antes de las primarias, el candidato se había presentado ante algunos de los más importantes empresarios del país y, sin cámaras de televisión a la vista; habló de abrir espacio para que el sector privado maneje algunos fondos de pensión, mayores niveles de desregulación, establecimiento de una política de metas de inflación, entre otros puntos. Pero en público, poco y nada había dicho con ese tono.
Días atrás, en el coloquio de IDEA, Massa elogió al presidente mexicano Enrique Peña Nieto por impulsar las “reformas estructurales que en América Latina hacen falta”.
La idea no es improvisada. De hecho, el principal asesor económico de Massa, el ex presidente del Banco Central Martín Redrado, le dijo al diario El País esta semana: “México es un país que está haciendo reformas estructurales en sectores que eran prácticamente intocables, como el energético. También anunciaron reformas laborales que marcan una voluntad de ingresar no sólo en un período de solidez macroeconómica sino de avanzar en hacer más competitivas nuestras economías”.
¿De qué se hablan Massa y Redrado?
La Reforma laboral mexicana es una modificación a la Ley Federal del Trabajo sancionada el año pasado. Con esta nueva legislación, por primera vez en casi un siglo se permite la contratación de empleos que implican una jornada reducida, autoriza contratos a prueba y, según algunos especialistas, facilita el los despidos. De acuerdo a la norma, un trabajador puede estar a prueba por hasta medio año y si el empleado no le renueva el contrato, puede ser despedido sin pago de indemnización. La iniciativa fue de hecho propuesta por el centroderchista Felipe Calderón, pero contó con el respaldo del PRI, de Peña Nieto. La norma fue avalada por las principales organizaciones de empresarios y sindicatos -ambos sectores muy vinculados al Estado en México-. Pero hay voces disonantes. El investigador de la Universidad Obrera de México Marcos Tello le dijo a la BBC: “(la ley) estimula todas las formas de trabajo informal porque debilita la contratación colectiva, uno de los principales mecanismos de defensa de los trabajadores. Esta reforma pone en el centro el interés de los patrones”. A su vez, María Xelhuantzi, académica y profesora de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, especialista en relaciones laborales y sindicalismo, le dijo al sitio Animal Político: “Esta reforma dejaría al empleo y al salario a merced de la oferta y la demanda y como hay una demanda excesiva de empleo y una escasa oferta, esto va a determinar el salario de los trabajadores”. Para la doctora en ciencia política, “es un hecho” que la Reforma Laboral precarizará el empleo.
Entre las “reformas estructurales” de Peña Nieto, también tuvo gran impacto una modificación de normas en la educación, que motivó fuertes protestas de los gremios del sector. La llamada Ley del Servicio Profesional fue rechazada por sectores de los sindicatos que la calificaron de “punitiva” y consideraron que desconoce las distintas realidades regionales. La norma fija reglas para la asignación de cargos docentes e incluye una evaluación obligatoria a los maestros, con sanciones para quienes resulten reprobados. También establece, entre otros puntos, que el personal docente que, sin justificación, falte al trabajo más de tres días en un periodo de un mes será dado de baja.
Por otra parte, Peña Nieto también impulsó una reforma energética, que apunta a reestructurar Pemex, la empresa estatal petrolera del país norteamericano, y a permitir una mayor participación del sector privado participe en el negocio. Recibió críticas de distintos dirigentes de izquierda.
Además, el actual mandatario mexicano planteó una reforma en el sector de telecomunicaciones, que permite la inversión extranjera directa hasta en 100% en empresas del sector, así como en comunicaciones vía satélite.
Y se aprobó una reforma financiera, que según la actual gestión facilitará el crédito a familias y pymes, al tiempo que la actual gestión mexicana avanza una reforma tributaria y otra de la seguridad social.
Las modificaciones legales provienen en su mayoría del llamado “Pacto por México”, que incluyó la firma de Peña Nieto (PRI), pero también de los líderes nacionales del PAN (centroderecha) y del PRD (centroizquierda). La iniciativa promueve también acciones para fortalecer el área de “Justicia y Seguridad”, tema que viene de causar una situación crítica en los últimos años de florecimiento del narcotráfico en distintas regiones del país.
Más allá de los detalles, la centralidad de México en el pensamiento de Massa parece significar un viraje desde la mirada sobre todo puesta en el Mercosur y en la Unasur, que primó en los últimos años en el país. De hecho, su asesor Redrado consideró que “a los países del Pacífico les está yendo muy bien”. Se sabe: la Alianza del Pacífico incluye a México, Colombia, Perú y Chile y es el bloque económico regional que más entusiasma a las elites de Estados Unidos por su sesgo favorable al libre comercio, la exportación de commodities y las facilidades a la inversión extranjera directa.

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...