INTERNAS DEL PARTIDO
JUSTICIALISTA - 3 DE FEBRERO
Estimados compañeros/as
Escribo estas modestas líneas
sabiendo que muchos a quien va dirigida no les interesa o subestimaran la
opinión de un militante común. Aclaro que no tengo ningún interés personal ni
busco ninguna centralidad, como dice León Gieco: Sólo le pido a dios, Que el
dolor no me sea indiferente, Que la reseca muerte no me encuentre, vacío y solo
sin haber hecho lo suficiente.
Molesto su atención a los efectos
de hacerles llegar una humilde reflexión y contribución sobre lo que se percibe
en la calle. Considero que las internas son buenas y hace falta una renovación
verdadera y profunda, para revertir la inercia, inmovilidad y escasa representatividad
que hace mucho tiene. Pero también me pregunto es el momento oportuno, los
afiliados, a los cuales no se los ha tenido en cuenta, están interesados o es
más que nada una puja interna. Supongo que sería conveniente conformar, ahora,
una conducción de unidad, sumar a la mayor cantidad de sectores y que sea una
transición para una futura conducción. Siempre he tenido un pensamiento
crítico, pero eso sí, tengo identificado donde está el enemigo.
El peronismo viene sumado muchas derrotas electorales en nuestro distrito,
es evidente que nadie se ha hecho la autocrítica y replanteos necesarios de
porque se sumaron tantos fracasos seguidos, porque la culpa no la tiene el
electorado, sino que no se ha llegado con las propuestas correctas.
Durante el tiempo que lleva
gobernando Valenzuela, veo con mucha sorpresa un aparente pacto de “no
agresión” con el intendente, cosa que él y su partido no tienen con nuestro
gobierno. No ignoro que el oficialismo cuenta con mayoría en el H. Concejo
Deliberante. Hace y dice lo que quiere, sin que nadie lo contradiga
orgánicamente y públicamente. Pareciera que no hay una representación en el Partido.
Considero que se debería tener
una conducción en el Partido Justicialista local que busque la unidad del
“Movimiento” bajo la consigna de Unidad, Solidaridad y Organización, actuar con
la cohesión y la orgánica necesarias para emprender una tarea política que en
el peronismo viene asociada a transformaciones que requieren de un respaldo
efectivo del pueblo en pos de fortalecer el partido y conquistar nuevamente el
municipio, teniendo en claro quién es el adversario real que se busca derrotar.
Lograr esta forma de organización junto a un sistema institucional de
conducción, donde todas las partes se sientan reflejadas, es el gran desafío.
Se debe tener un Partido Justicialista abierto y estrechamente ligado al pueblo
y a sus organizaciones, donde la prioridad sean propuestas claras y directas
orientadas a nuestra gente y sus necesidades y tener dirigentes con los cuales
se sientan identificados y sean verdaderos representantes de lo que ellos
sienten y les pasa. No puede haber dirigentes inalcanzables, que dirijan desde
el olimpo o el pulpito. Tampoco pueden quedar sólo en enunciados o simples
comentaristas de la realidad, se debe pasar a la acción.
Construir mayorías, conducir lo
muchas veces contradictorio, asumir la pluralidad de la comunidad, evitar las
fragmentaciones, estar convencido que la representatividad la da el “todo” y
que las partes por sí solas la pierden, trabajar para el conjunto oponiéndose a
conductas excluyentes o sectarias. Perón privilegió lo común por encima de los
grupos y facciones. La unidad es el eje organizador de su proyecto cultural y
de su pensamiento estratégico.
Se debería expresar claramente a
los afiliados y simpatizantes para que se quiere conquistar el PJ, y asumir un
compromiso escrito de cumplirlo. Construir un proyecto alternativo de acción
común al actual intendente y con fuerte identidad nacional y popular, con el
mayor conceso social posible de las bases y distintos sectores de nuestro
movimiento. Enarbolar con orgullo y firmeza nuestras banderas estratégicas.
Lo que percibe el común de los afiliados
y simpatizantes es que hay una conducción burocratizada y que no existe una
estrategia y una táctica del Frente de Todos (en unidad), en la cual podamos
encolumnarnos para enfrentar a esta política individualista y egoísta cargada
de cosmética que termina por imponerse a la resistencia barrial desperdigada.
No se percibe una conducción unificada, sólo se advierte el esfuerzo individual
y la puja de intereses sectoriales. Cada corriente pretende sumar compañeros a
su proyecto político en lugar de sumar a todos los proyectos. Debería haber una
figura excluyente a nivel local con presencia territorial, dedicada únicamente
para competir y fijar posiciones a las medidas del actual Intendente y exponer
nuestro proyecto. Se debe “caminar” asiduamente los barrios, reunirse con las
fuerzas vivas, vecinos, organizaciones sociales y civiles, colegios, clubes,
comerciantes, industriales, etc, de cada zona “para escuchar a todos”, es estar
en campaña permanentemente. Hay que ir en busca de los problemas cotidianos de
los vecinos, y no esperar que los problemas les lleguen a ellos. Hay que sumar
a todos los compañeros y utilizar aquello que cada uno pueda dar.
Quizás uno viva tras una utopía.
Mi militancia es por un ideal, porque el peronismo es una forma de vida.
Recuperar la política como una herramienta para construir una sociedad más
justa, un modelo más solidario y un futuro mejor y no solo para alcanzar un
cargo. Creo fervientemente en el travasamiento generacional, no como salida
laboral, sino el deseo de no pasar por la vida sin colaborar con una gran
causa, con generosidad, participación y por la rebelión del mundo de los
postergados.
Por el momento solo se ven varias
corrientes dentro del partido que se lanzan a ocupar un espacio, compiten entre
compañeros, aportando tan sólo generalidades. Lamentablemente, en ocasiones –
entre ellos - las agresiones y chicanas suben de tono, olvidando al que deben
enfrentar está a cargo del ejecutivo del Municipio y no un compañero o una
corriente del sector. También suele verse el ego de los que aglutinan cierto
poder, incapaces de poder acordar con las otras corrientes para beneficio de
todos. Juan Domingo Perón decía, Primero la patria, después el movimiento y
luego los hombres, en estos tiempos será tan solo una utopía.
Siguiendo con mi humilde opinión,
pienso que, si se quiere diferenciar de nuestro oponente neo-liberal, no se
puede competir con las mismas armas que nos ofrece el oponente, ellos tienen
todas de ganar. Tampoco se gana sólo con críticas a la gestión. Hay que buscar
opciones superadoras, que no se agote en una votación, sino que el compromiso
debe ser permanente con los intereses de los vecinos. Hay que darles propuestas
y soluciones a los problemas cotidianos, ofrecerles a los vecinos una opción
que esté por encima de la media, programas que vuelvan a enamorar y a recuperar
la esperanza. De nada sirve entusiasmar y convencer a los convencidos, sino a
los indecisos de siempre.
La descentralización de las
funciones estatales, autogestión, delegación de soberanía a unidades menores o
vecinales, descentralización de actividades públicas o modalidades de
representación más próximas a los actores sociales, es un paso adelante y superador.
Es necesario producir formas de organización de la sociedad mucho más
personalizadas y visibles en todos aquellos procesos y decisiones que afectan a
la mayoría de los vecinos. La problemática existe entre la cercanía y distancia
que mantiene el poder con aquellos a quienes demanda obediencia. Ha cambiado la
relación del pueblo con los que dicen ser nuestros representantes. Se hace
necesario un cambio de actitud a los efectos de abrir al ciudadano la mayor
cantidad de canales de participación real y control de gestión. Es necesario
recrear una democracia mucho más participativa y directa, donde la voluntad
popular sea consensuada y respetada.
Como dije antes, y si llegaron
hasta aquí en la lectura se los agradezco y seguro les interesa lo común y no
personal, no tengo mayores expectativas con estas reflexiones y seguramente
serán muchas las críticas, pero creo que más vale encender una vela que
despotricar en la oscuridad.
Les dejo la visión de lo que ve
un vecino que hace 72 años vive en el barrio de Ciudadela, que camina a diario
por sus calles y observa con angustia su deterioro y sus necesidades.
Seguramente mi mirada sea pequeña y sesgada, pero es una realidad que vivo a
diario y comparto con otros vecinos en el territorio.
Tengo ya 72 años y un largo
recorrido, milite en la Unidad Básica Dr. Ramón Carrillo de Gaona y 9 de Julio
desde los años 70, viví activamente todos esos años. También fui delegado
gremial y miembro de la Comisión Directiva del Sindicato de la Junta Nacional
de Granos. Luego de los oscuros años de la dictadura, en 1983 volvimos abrir la
Unidad Básica, esta vez en Gaona y 25 de Mayo. Así mismo tuve un leve paso por
su continuidad en Propuesta Peronista. Posteriormente fui empleado y asistente
del Secretario General de la Federación de Obreros y Empleados de la Industria
del papel, cartón y químicos. Cro. Blas Juan Alari por 26 años. También soy un
miembro más del Cabildo Abierto del Pueblo de Ciudadela, entre otras
actividades sociales. Seguramente a muchos los he molestado haciendo llegar mis
escritos:
http://lzrsocialypopular.blogspot.com/
Les envío un fuerte abrazo a
todos los compañeros/as
Unidos sería mucho más fácil.
Daniel Fernández
Febrero 2022
Algunas ideas sueltas: Proponer una moratoria amplia y generosa para
comerciantes, pequeños industriales y vecinos de Tres de Febrero que se sienten
asfixiados por la falta de trabajo y de ingresos suficientes por culpa de la
pandemia.
El PJ debería ser el enlace con los Ministerios Provinciales y
Nacionales, por donde se canalicen todas las acciones de gobierno.
Dado que hay muchos merenderos, comedores y organizaciones que le dan
de comer a muchas personas que la están pasando muy mal, sería conveniente hacer
un censo para saber las necesidades y buscarle una solución medianamente
decente, porque no se arregla la cosa donando comida nada más, es una cuestión
humana.
También hay decenas de chicos juntando cartones y metales con sus padres,
limpiando parabrisas o pidiendo en las esquinas, esos chicos tienen que estar
en una guardería, educándolos y formándolos si queremos tener un futuro mejor. Nada de esto son grandes gastos, es vocación
y justicia social.