viernes, 24 de noviembre de 2017

REFORMA LABORAL Y PREVISONAL:

DIRIGENTES QUE HAN EXTRAVIADO EN EL CAMINO LAS BANDERAS CUYA CUSTODIA LES FUE CONFIADA.
Ante la inminente aprobación en el Congreso Nacional de la Reforma Previsional y Laboral, y el consentimiento del Triunviro de la CGT, me sentí profundamente traicionado y vendido por estos dirigentes gremiales. Seguramente estos señores que acordaron con el Gobierno empresarial – neo liberal la pérdida de derechos, saben que nunca más volverán a una fábrica, que jamás volverán a ser obreros, porque han resuelto económicamente su futuro, el de sus hijos y nietos, por lo tanto han olvidado la condición de trabajadores y se han puesto el traje de empresarios y por eso traicionan por igual a trabajadores y jubilados.
Quería escribir sobre la condición de estos pseudos “dirigentes obreros”, y buscando en mi biblioteca, encontré un texto que cabe muy bien en este momento y expresa mucho mejor lo que siento y quiero de los dirigentes gremiales. Los invito a leerlo con detenimiento y reflexionar. El tiempo pasa pero hay ciertas cosas que tienen vigencia a pesar de los años, esto es una de ellas: Parte del texto: La hora de la Verdad – Congreso Normailzador de la CGT Amado Olmos 1968:
"Empezaron sintiendo vergüenza por sus ropas de obreros, trataron de ponerse a tono con los despachos y antesalas ministeriales y poco a poco de representantes obreros frente al poder se convirtieron en representantes del poder frente a los obreros."
"Se enriquecieron, adquirieron hábitos y vicios incompatibles con sus cargos de dirigentes sindicales, burocratizaron sus sindicatos, los transformaron en maquinarias sin contenido, se limitaron —en el mejor de los casos— a la acción social, el tanto por ciento de aumento en cada nuevo convenio, los hoteles de turismo, las colonias de vacaciones."
"Olvidaron que los trabajadores no pueden ni deben mantenerse al margen de los problemas fundamentales de la vida nacional."
"Olvidaron que la política del gobierno contraría los intereses de la clase trabajadora."
"Toleraron los avances incesantes de los monopolios que rigen la economía del país, arruinando a las empresas nacionales, especulando con la desocupación que abarata la mano de obra, envileciendo los salarios."
El texto que transcribo parcialmente más abajo es nada menos que de Ricardo Carpani,  quien puede ignorar, su compromiso, sus dibujos y sus obras de arte. Pero también escribiendo era un inmenso artista. Espero que sirva de inspiración y reflexión a dirigentes y trabajadores.
Para no quitarle peso a su escrito, paso a trascribir parte del texto para la CGT de los Argentinos; Abril de 1973. Lo subrayado y en negrita me pertenece.
“A partir del golpe contrarrevolucionario de setiembre de 1955, la lucha de la clase obrera argentina ha estado jalonada por una serie de momentos culminantes, que determinaron cambios sustanciales en la continuidad de su accionar político.
Inmediatamente después de la restauración oligárquica del 55, la militancia obrera peronista, lejos de resignarse ante la derrota momentánea, inicia una larga lucha por la recuperación popular del poder. Masacres y fusilamientos, tortura y prisiones, serán las respuestas sistemáticas del régimen vende-patria.  Cambiarán los hombres y los ropajes —"constitucionales" o "de facto"—, pero no cambiarán sus métodos represivos ni la esencia reaccionaria, burguesa, dependiente y pro-imperialista que lo caracterizan.
Sin embargo, la represión no será su única respuesta. Habrá también otra más sutil y efectiva: la corrupción y el soborno, directos o indirectos, de las direcciones sindicales. Muchos dirigentes entrarán en el juego, transformándose en burócratas y traicionando a su clase. Para quienes permanezcan fieles a ella y para el resto de la militancia revolucionaria peronista la lucha se planteará en el futuro en un doble frente: contra el régimen y contra la burocracia sindical y política del Movimiento, objetivamente aliados en la defensa de sus bastardos intereses coincidentes.
Sobre la base de esa lucha y respondiendo a la voluntad crecientemente combativa de los trabajadores, la tendencia revolucionaria del peronismo obrero consigue desplazar a los burócratas traidores en el mencionado Congreso Normalizador. Estos, con el apoyo gubernamental, desconocen el Congreso y dividen al movimiento obrero. Nace así la CGT de los Argentinos y con ella comienzan a escribirse a través de su periódico las páginas de esta recopilación.
Destaco en primer término el lúcido reconocimiento de que nuestra lucha de liberación nacional contra el imperialismo es inseparable de la lucha de clases, ya que éste ejerce su dominio expoliador a través de sus socios subordinados: la gran burguesía nativa y un ejército supuestamente nacional, pero, en los hechos, mero brazo armado de esa burguesía y los monopolios internacionales.
Siendo la lucha de liberación nacional una lucha de clases, sólo a los trabajadores unidos y organizados corresponde la dirección hegemónica del proceso, que no podrá por lo tanto detenerse en la simple expulsión de los monopolios imperialistas, sino que implica también el desplazar simultáneamente del poder a todos los sectores de la burguesía nativa —esencialmente dependiente— destruyendo el sistema capitalista e iniciando la construcción del socialismo en nuestra Patria.
Cabe señalar, además, el carácter eminentemente político revolucionario y, por lo tanto, antiburocrático, que imprimió a su accionar la CGT de los Argentinos desde sus orígenes: "El movimiento obrero no es un edificio ni cien edificios; no es una personería ni cien personerías; no es un sello de goma ni es un comité; no es una comisión delegada ni es un secretariado. El movimiento obrero es la voluntad organizada del pueblo y como tal no se puede clausurar ni intervenir".
Concretamente, la lucha sindical adquiere real sentido revolucionario tan sólo si se la considera como un aspecto de la lucha política contra el imperialismo y el sistema capitalista. De ese modo, toda argumentación tendiente a justificar la inactividad política o la conciliación con el sistema en aras de preservar una supuesta defensa sindical de los trabajadores, demuestra su verdadero carácter reformista; mera argucia de burócratas amarillos cómodamente instalados en dicho sistema. Frente a ella la CGT de los Argentinos afirma: "Preferimos honra sin sindicatos que sindicatos sin honra". Así: "La lucha por mejores condiciones de vida es inseparable de la lucha por el poder". Y esa lucha por el poder es para el movimiento obrero el factor fundamental al cual todos los otros deben estar subordinados.
En el segundo caso afirmando que no puede haber unidad con los enemigos del pueblo ni con los traidores a la clase obrera; que la única unidad posible y deseable sólo puede darse en la lucha constante y efectiva contra el sistema; que sólo de esa lucha puede surgir una auténtica organización revolucionaria de la clase obrera peronista; y que esa organización no habrá de resultar de la aplicación mecánica, hecha desde arriba, de modelos abstractos, sino de la experiencia concreta y viva de las bases, templadas en la diaria pelea.
Está claro que ya no podrá reeditarse la misma experiencia que llevó a la derrota del 55. Está claro que no bastará con el control del aparato gubernamental burgués, pues ese control será siempre necesariamente condicionado y neutralizado por todos los reaseguros para el sistema, derivados del propio carácter burgués del aparato estatal. Está claro, entonces, que lo único que puede garantizar el desarrollo y cumplimiento de nuestra lucha de liberación no es ya el control —obligadamente relativizado— del gobierno, sino el poder real y efectivo de los trabajadores organizados, como punto de arranque hacia la construcción de un socialismo nacional de proyección latinoamericana.
Ello implica necesariamente el desmantelamiento de la vieja maquinaria gubernamental burguesa y su reemplazo por otra, en la cual ese poder de los trabajadores y el pueblo pueda realizarse en forma directa, pasando éstos a ser los verdaderos constructores de su propio destino. Tal es la perspectiva de lucha que se abre en esta nueva etapa al peronismo revolucionario y a la que podemos caracterizar como de lucha abierta y definitiva contra todo tipo de reformismo. Revolución o reformismo, constituye el dilema fundamental que deberán resolver los trabajadores argentinos, y de que se imponga uno u otro depende la realización o frustración de nuestra liberación nacional y social en el corto o mediano plazo.
Se abren así nuevas perspectivas de lucha que pueden permitir el paso de la etapa de resistencia al régimen militar vende-patria a una ofensiva creciente y definitiva contra el sistema burgués-imperialista. Pero el acceso del peronismo al gobierno no significa todavía la derrota del sistema, ya que éste tiene sus representantes en las propias filas y puestos directivos del Movimiento; simplemente polariza las opciones fundamentales y clarifica la lucha. Las clases dominantes no abandonan pacíficamente la escena política; mucho menos si detrás de ellas se encuentran intereses de tal magnitud como son los del capital financiero internacional capitaneado por el imperialismo yanqui.
La derrota definitiva del sistema implica, pues, la construcción de un ejército del pueblo, el ejército peronista, capaz de oponerse y derrotar al ejército del sistema. Implica también la organización revolucionaria de la clase obrera peronista, como dirección natural de ese ejército y de todo el proceso. Y ello es inalcanzable sin el desplazamiento simultáneo de los burócratas conciliadores, sindicales y políticos, que pululan en puestos directivos del Movimiento. La lucha por concretar este proceso se inserta en lo que el Gral. Perón definió como "etapa de derrota y persecución del enemigo".
Los postulados y las acciones de la CGT de los Argentinos en su breve y fecunda historia prefiguraron cualitativamente las características de la lucha futura. La nueva etapa implicará un aumento cuantitativo y una profundización y enriquecimiento de esos postulados y acciones. Se cumplirá así con la mayor aspiración de los trabajadores argentinos: "CON PERÓN Y ELPUEBLO AL PODER -POR LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PATRIA JUSTA, LIBRE Y SOBERANA -LA PATRIA SOCIALISTA". La ruta que conduce a ella se encuentra en la verdad fundamental de aquella consigna que dice: "SOLO EL PUEBLO SALVARÁ AL PUEBLO".
Héctor Daniel Fernández
Noviembre 2017


miércoles, 8 de noviembre de 2017

CUARTO CICLO - NO SUBESTIMAR AL GOBIERNO

Desde el regreso de la democracia, hoy podríamos decir que estamos atravesando el cuarto ciclo, comenzó con el alfonsinismo, luego vino el menemismo y el kichnerismo, y ahora se afianza el macrismo. El macrismo forma parte de esos ciclos por errores, fragmentación, vanidad y mezquindad de la oposición. Algunos se han presentado como oposición, pero son parte del mismo proceso y su fin es dividir y así favorecer al macrismo - radicalismo. Ese sector de la oposición es "colaboracionista" y cómplice del oficialismo.
La oposición real, no supo o no quiso aglutinar, sintetizar y representar, bajo propuestas programáticas, todas las demandas y protestas sociales y laborales existentes.
Después de dos años en los que el gobierno aplicó políticas muy distintas de las que había prometido en la campaña de 2015, Cambiemos ha recibido un respaldo electoral cuya relevancia política no puede menospreciarse.
Su capacidad de comunicación y la concentración mediática han sido apoyos cruciales. Sin embargo, de ninguna manera han sido el único factor.
Uno de los logros del gobierno es su éxito del relato macrista, identificando el período de gobierno anterior con un plan de corrupción y desmanejo económico.
Pero no se debe subestimar o quedarse con el solo reproche de que la gente que lo voto está siendo manejada por los medios y la efectiva comunicación.  Las ideas habituales en 2016, de que “este gobierno choca en seis meses” o que “terminan como el 2001” minimizaban la capacidad política de  Cambiemos. La idea de una debacle, que incluso sostuve en anteriores escrito, es parte de la experiencia en nuestro país y la suposición de que el neoliberalismo no es económica y políticamente sustentable. Pero también esta tesis puede tener sus errores, dado que en muchos de los países del mundo, donde esas políticas se aplican llevan décadas sin estallidos. Las situaciones económicas y políticas dependen de una multiplicidad de factores. Nada es automático. Macri y Cambiemos tienen el plan de aplicar su proyecto y darle sustentabilidad económica y política. Eso es lo nuevo.
Este gobierno logro ganar las elecciones de medio término, como lo han hecho los gobiernos que lo precedieron desde el regreso de la democracia, excepto De La Rua, anunciando ajustes, aumentos, seguir con el acelerado endeudamiento externo y modificaciones en lo laboral, provisional y fiscal. Han logrado convencer a sus votantes que todo ello es por culpa del anterior gobierno y la necesidad de ordenar las cuentas. Cosa que no es así, dado que ellos aplicaron políticas económicas que claramente beneficia a su sector social: poderoso y que todos los demás debemos pagar los beneficios que ellos se están adjudicando. Una vez más los jubilados y los trabajadores cubrirán con la disminución de sus haberes, el abultado déficit fiscal y no los que más tienen. El problema es que las consecuencias de las políticas regresivas pueden derrotar a las resistencias que se le oponen y también pueden generar expectativas e ilusiones. Podemos estar en presencia del Síndrome de Estocolmo en masa.
Pero lo otro novedoso de esta nueva etapa neoliberal que estamos viviendo, en comparación con las anteriores, Martínez de Hoz, Dagnino Pastores, Alemán, Caballo, López Murphy entre otros, es que la política está manejando lo económico. Entonces este gobierno tiene bien evaluado a quienes beneficia, y a quienes les puede hacer creer que se están beneficiando, logrando un piso de apoyo como para ser la primera minoría. Mientras usa, mas desenfadadamente la chequera y el látigo con gobernadores e intendentes de la "oposición", además de aprietes o hostigamientos judiciales o "carpetazos" sobre dirigentes opositores devenidos a colaboracionistas (Bossio, Pichetto, Massa), para aprobar sus políticas.
También, como muestra del manejo político, siguen manteniendo fuertemente el asistencialismo, con los planes sociales a pesar del elevado déficit fiscal. Compran la paz social y cuidan su caudal de votos.
El triunfo de las elecciones legislativas le ha dado al Gobierno y a Macri, un impulso fenomenal, envalentonados han ido por todo. Exultante y contundente, el presidente Mauricio Macri dijo que podemos “cambiar para siempre”. En la cresta de la ola amarilla, en su mejor momento, puede olvidar que las olas suben y bajan, que nada es “para siempre” y que los momentos pasan. Además cuentan con una "justicia" que se ha transformado en el brazo ejecutor de las decisiones del poder real, representado por este gobierno. Hoy tenemos jueces parciales, con un estado de derecho suspendido y una democracia de baja intensidad. Se ponen presos a ex funcionarios y opositores sin respetar el derecho de inocencia, sin indagatoria ni juicio ni sentencia. Se los condena y escracha públicamente y en general los jueces actúan “presionados” por los grandes medios y funcionarios. Ni los genocidas de la dictadura fueron tratados de igual forma. Mientras que los funcionarios actuales, familiares y amigos denunciados, tampoco se los trata de igual forma, con mayor posibilidad de entorpecer la investigación, según la doctrina Irurzum. Hay más de 50 funcionarios imputados: Panama Papers, Blanqueo de Familiares, Memorándum de Qatar, Correo Gate, Dólar Futuro, Compra de gas a Chile sin Licitación a Shell, Etc. Cada día aparecen más cuentas offshore de funcionarios evasores, pero eso está bien visto en la City, no son acusados como estafadores sino como inteligentes financistas, la ética pública queda por el suelo. La doble vara con que todo se mide según el poder que se tenga. Esto me hace recordar a la dictadura militar, donde había una mayoría silenciosa que callaba por miedo o justificaba todas las aberraciones y una minoría activa que lo denunciaba con los riegos que ello tenía. Ahora también usan el miedo para las políticas que vienen.
Es bueno tener en cuenta todo este proceso y el uso que están haciendo de los distintos poderes e instituciones de la republica, para actuar de la misma forma con ellos cuando abandonen el poder.
Una reflexión: El Pro llegó al gobierno gracias a la estructura del Radicalismo, ahora recuerdo cuando El Dr. Raúl Alfonsin dijo que su límite era Macri. Me parece increíble que los radicales de Alem, Yrigoyen, Illia y Alfonsín no hayan creado una alternativa progresista y se hayan quedado pegados al conservadurismo del ala de Alvear, de la Rúa, Saens y de los neo liberales del Pro, por algunos cargos.
La oposición no puede pensar en hacer política creyendo que es inevitable una crisis como la de 2001. Es subestimar la capacidad del poder, que ha demostrado que ha aprendido de errores anteriores. No se puede depender solo de las propias convicciones y abandonar la vocación política por convencer a otros. No se saldrá del encierro si creemos que uno tiene razón y quitarle importancia a una parte de la sociedad cree que estás equivocado. No se puede quedar en el mero reproche, en la revancha y ofuscados, hay que alejarse de la derrota y la frustración. Debemos dedicar más tiempo a la creación, pensar y hacer cosas nuevas en política. Crear nuevas esperanzas fundadas en la solidaridad, en un país más justo y equitativo, de respeto a las instituciones, conectarnos con lo mejor que tenemos individual y colectivamente. Saber que solo no se puede, hay que sumar otros actores sociales y políticos, fundamentalmente bajo la premisa de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política. Pensar por todos. Un cambio cultural profundo es necesario para derrotar esta cultura del individualismo. Necesitamos más política. Las calles y las paredes deben reflejar la realidad que el poder y sus medios nos quieren esconder. Ganar la calle.
La oposición tiene el desafío de comprender este proceso que llevan varios años y generar nuevas alternativas positivas y creativas, si quiere derrotarlo. O quedarán condenados a repetir sus actuales estrategias con iguales resultados, o sea ocho años de Macrismo. De ser así, costara mucho cambiar el rumbo que le están imprimiendo y nos dejaran un país desquiciado del cual será difícil volver.
Héctor Daniel Fernández
Noviembre 2017


SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...