Ante la posibilidad de aprobarse
la nueva Ley de Abastecimiento, empresarios (G-6 - AEA), bancos privados y
poderosos sectores campestres (SRA), se oponen a su aprobación, supuestamente
temen ser controlados y viniendo de ellos, no está mal, defienden la regulación
del “mercado y la libre empresa” como lo han hecho siempre, sin importar más
interés que el propio.
También es cierto que jamás
pensaron en un País para todos, cuando hubo crecimiento obtuvieron importantes
ganancias que jamás invirtieron en el País, nunca apostaron al crecimiento y
fortalecimiento industrial, sino que sus ganancias las llevaron o las
invirtieron fuera del País. En época de crecimiento pagan salarios normales,
producen todo lo que pueden con la misma capacidad instalada, sin invertir un
peso de más en las empresas, si el mercado exige más prefieren importar antes
que crecer, pero cuando la actividad económica se reciente algo por algún
acontecimiento externo o interno, lo primero que hacen es reducir el personal,
flexibilizar las tareas laborales, aumentar los pecios o crear
desabastecimiento, los productores suelen tiran parte de su producción (hortalizas
y frutas) para que no baje el precio en el mercado y de última quebrar la
empresa para pagar lo menos posible. Recordemos que los banqueros se han
quedado con nuestros ahorros y Ministros de Economía pertenecientes al
pensamiento neoliberal y defensores del mercado, como Domingo Cavallo,
beneficio a los empresarios estatizando la deuda de los privados, que terminamos
pagando todos los argentinos. Puede haber empresas ciertamente deficitarias,
pero jamás hay empresarios empobrecidos.
Ellos nunca pierden, al contrario
siempre ganan, son incapaces de hacer un sacrificio por el País, sino que lo
desangran, son vampiros, con la promisión industrial instalaron galpones en
algunas provincias que les ofrecían beneficios impositivos, pero lo único que
hacían era mover la mercadería y no instalar la fábrica.
Tanto con Martínez de Hoz cuando
fue Ministro de Economía del golpe militar de 1976 y en el gobierno de Menem,
se abrieron las importaciones, hubo exención de los derechos de importación
sobre los insumos importados, exención sobre los derechos de importación de
bienes de capital importado y el dólar estaba muy beneficioso para comprar
tecnología y maquinarias para renovar la industria y hacerla más competitiva, los
empresarios prefirieron importar, dejaron de producir y entrar en la timba
financiera.
En los 90 muchas empresas
debieron cerrar y tanto el sector industrial como el agro pasaron muy malos
momentos, la zonas industriales eran un cementerio de fábricas y había
ejércitos de desocupados, los campos se vendían por monedas y cuando se da
protección a las industria nacional, se regula la importación, ellos sólo
piensan en la especulación.
Los defensores del mercado, han
generado grandes conflictos en épocas que se le dio relevancia a la industria
nacional, caso de desabastecimiento con los gobiernos de Juan Domingo Perón.
Caos económico y financiero a Raúl R. Alfonsín y ahora a este Gobierno.
Anteriormente se aliaron a los militares para producir golpes de estado y
prestaron a sus mejores “economistas” para que aplicaran sus planes económicos
“Krieger Vasena, Martínez de Hoz, Alemán, Danigno Pastore, Cavallo, Roque
Fernández, Manchinea, López Murphy y los chicago boys y la lista sigue hoy día.
Jamás acompañaron la prosperidad de los trabajadores, cada vez que se aplicaron
algunas medidas que beneficiaban a los trabajadores e incluso a ellos aunque
con controles, fueron en contra de esos gobiernos y procuraron
desestabilizarlos con los militares primero y luego con acciones económicas
financieras.
Hay que convencerse que a estos
“empresarios” no les interesa invertir en el país, tampoco les intereso que
vengan inversiones de afuera, son un grupo reducido de poderosos que quieren
mantener su posición dominante y así tener el mercado cautivo y regularlo a su
voluntad, de esta forma pueden ejercer su poder sobre los políticos y hacer que
apliquen políticas que sólo beneficien a sus intereses, de lo contrario
boicotean cualquier proyecto y generan desestabilidad económica y corridas
bancarias. Quieren que el pueblo sea un rebaño de corderos y utilizan a los
medios de comunicación hegemónicos, porque también son parte de esta estratégica
y de estos grupos empresarios, para arriarlos hacia su corral. Los medios no
informan objetivamente, sino por lo general tratan de manipular la información o
imponer agenda para influir en la conciencia de aquellas personas que no tienen
un pensamiento propio o crítico sobre los medios de comunicación. Nada bueno
pude venir de ellos.
Nuestro país ocupa el cuarto lugar dentro de América
Latina en cuanto a la cantidad de habitantes que más dinero poseen sin declarar
fronteras afuera. Se estima
que cerca de cuarenta mil argentinos con cuentas bancarias y sociedades de
diverso tipo buscan un nuevo paraíso fiscal donde poder transferir unos
doscientos mil millones de dólares, que es la cifra, se estima, es el dinero no
declarado que tienen estos individuos en los bancos suizos, país que acaba de
levantar el secreto bancario. Una cifra equivalente al 50% del PBI anual de la
Argentina (o algo parecido). Seguramente no son los trabajadores los que sacan el dinero
del País.
Considero que nuestros
industriales, a diferencia de otros (un ejemplo más cercano Brasil), son lo más
penoso que nos pasó en el País y para colmo tienen la desfachatez de aconsejar
que es mejor para el País, aunque eso mejor nunca involucro a los trabajadores.
Ahora lo más lamentable es que la
gran mayoría de los políticos opositores están a favor de estos sectores y los
tratan de proteger, esto demuestra que es tan poderoso el lobby que hacen, que algunos
les tienen miedo, otros son cómplices de ellos o decididamente son parte de ese
sector.
Sobre esto debemos reflexionar
los trabajadores - consumidores, porque está claro que estos políticos llagado
el caso no van a defender los intereses de los trabajadores – consumidores, por
el contrario como fue histórico, lo van a perjudicar. Un político que pretenda
defender los intereses de la “gente” no puede ponerse decididamente del lado de
estos empresarios, banqueros u oligarcas campestre.
Hay un hecho que deja a las
claras el poder que tienen y la obediencia de algunos políticos, recientemente les
exigieron a las fuerzas políticas se manifiesten sobre la postura que van
asumir ante la Ley de Abastecimiento y les reclamaron a los legisladores que se
abstengan de votarla. Obedientemente la mayoría de los políticos de la
oposición la rechazaron y utilizaron los mismos argumentos de este sector, que
no van a venir inversiones, que el proyecto viola la
propiedad privada, que va en contra de la libre empresa, además de conspirar
contra la generación de empleo, o sea meten miedo a la gente, demostrando que
no tienen una agenda propia, siempre son furgón de cola. Históricamente está
demostrado que nunca vinieron grandes inversiones productivas y que nunca hubo pleno
empleo registrado, o sea que sus argumentos son infundados, nunca hicieron nada
positivo para cambiar la historia. El derecho del trabajador a un salario digno
y condiciones laborales favorables, cosas que cada vez que pudieron lo
desconocieron, ellos defienden la flexibilización laboral, salarios bajos,
personal no registrado y desocupación para tener mano de obra barata, esto ya
lo vivimos muchos años. Ellos pueden aumentar los precios indiscriminadamente.
Aumentan los productos más allá de la incidencia de los salarios en los costos,
aumentan porque el dólar negro aumenta aunque sus productos no tengan componentes
importados, aumentan porque llueve, aumentan porque hay sequía, aumentan porque
puede haber inflación que ellos mismos crean y sino aumentan por las dudas. También
suelen desabastecer o especular, pero eso sí, que nadie los controle, el
trabajador debe ser siempre la variable de todo ajuste y pagar los desatinos de
empresarios y políticos. El error del gobierno fue no haber promovido cambios
sustanciales en la matriz productiva y haber terminado con las estructuras oligopólicas
de las cadenas de valor.
Es lógico que los
sectores políticos de derecha estén de acuerdo con ellos porque los representan
políticamente, pero otros que se dicen progresistas es inadmisible y esto no
quiere decir que estén de acuerdo en un todo con el proyecto del gobierno. No pueden
caer tan bajo de usar el mismo argumento de los empresarios, hagan un proyecto
propio y traten de consensuar para aprobar una ley que les ponga límites a los
que se “sienten” los dueños del País. Desgraciadamente hoy es muy difícil que
se puedan poner de acuerdo porque todos están de campaña y el asunto es
oponerse, no importa si está bien o mal, si beneficia a la gente o no, si el
proyecto es oficial, está todo mal, se llegó a una división tan fuerte que los
intereses particulares - partidistas están por encima de los intereses del
país.
Lo positivo que muchas
organizaciones de defensa del consumidor la defendieron, como así también organizaciones
gremiales, esperemos que sean todas las organizaciones de los trabajadores
defiendan una ley así y que no entren en mezquindades políticas. Seguramente
que la ley puede ser perfectible o mejorarse, pero indudablemente es necesaria
y no como sostienen desde el PRO, que si ganan las elecciones la van a derogar.
En muchos países del
mundo y los más avanzados existen leyes de este tipo, y cada uno la adecua a
los empresarios que tiene.