Este año nuevamente habrá
elecciones presidenciales, donde se deberá elegir entre dos modelos de País.
Uno es el actual – neoliberal o sea un modelo para pocos - el de la coalición
de Cambiemos que encabeza Mauricio Macri, quien reafirmo este rumbo de volver a
ser elegido, nada más que hará todo más rápido. El otro, de la coalición
llamada del campo Popular y Nacional – Frente Patriótico - con Alberto
Fernández y Cristina Fernández. Podrá haber una tercera y cuarta fuerza
auspiciada por algunos gobernadores “peronistas”, radicales desencantados, socialistas
y alguna que otra fuerza de menor relevancia, que no se animan a competir en
una gran PASO opositora y en definitiva serán funcionales a las aspiraciones
del Neoliberalismo o el poder real.
Lo concreto que hay dos modelos
en pugna. EL QUE VOTE A LA COALICIÓN DE GOBIERNO, SEA MACRI O CUALQUIER OTRA
OPCIÓN SIMILAR APOYADA POR EL PODER ECONÓMICO, MEDIÁTICO Y EL DEPARTAMENTO DE
ESTADO DE LOS EE.UU., DEBERÁ HACERSE CARGO DE LA POBREZA, EL HAMBRE Y LA
MISERIA DE UNA PARTE IMPORTANTE DEL PUEBLO. QUE LOS TACHOS DE BASURA SEA CADA
VEZ MAS EL COMEDOR DE LOS INDIGENTES.
QUE LOS PORTALES DE LOS BANCOS, CAJEROS AUTOMÁTICOS, CINES O NEGOCIOS
SEAN LOS NUEVOS DORMITORIOS Y BAÑOS AL AIRE. DE LA FALTA DE MEDICAMENTOS, SALUD
Y SALARIOS MISERABLES PARA LOS JUBILADOS. PAGAR LAS TARIFAS DOLARIZADAS Y
COBRAR LOS SALARIOS EN PESOS. LA FALTA DE TRABAJO, CIERRE DE EMPRESAS Y
COMERCIOS. DEL TRABAJO PRECARIO. DE LOS SALARIOS POR DEBAJO DE LA INFLACIÓN.
PERDIDA DE BENEFICIOS LABORALES. AMPLIACIÓN DE LA EDAD JUBILATORIA. LA ENTREGA
DE LOS RECURSOS NATURALES A EMPRESAS EXTRANJERAS. ESTA COALICIÓN PROPONE
PROFUNDIZAR EL ACTUAL MODELO RECESIVO, ESPECULADOR Y REPRIMARIZADOR, CON
DESTRUCCIÓN DE LAS INDUSTRIAS NACIONALES, ENDEUDAMIENTO EXTERNO NO SOSTENIBLE,
DESTRUCCIÓN DE LAS ECONOMÍAS REGIONALES Y PROVINCIALES. EL SACRIFICIO DE LA
MAYORÍA DEL PUEBLO PARA BENEFICIAR A UN SECTOR MINORITARIO.
NO EXISTE CONDENA PARA ESTE TIPO
DE CALAMIDADES, PERO CADA CIUDADANO QUE OPTE POR ESTA OPCIÓN NO SERA DIGNO DE
VIVIR EN UN COMUNIDAD CON ASPIRACIONES DE SER MEJOR, MAS SOLIDARIA Y CON
ESPERANZA EN EL FUTURO. LA CONDENA SOCIAL DEBERÁ SER EL CASTIGO. Se dice que la
mayoría de la sociedad no vota por ideología. Cada tanto cambia de la cultura
solidaria a la cultura individualista. Es posible que, “algunos desprovistos de
ideología”, la primera vez los hayan votado creyendo en todas las promesas que
hicieron y no cumplieron, la segunda vez que lo hayan votado pensando en darle
una nueva oportunidad, pero ya no queda alternativa, si lo vuelven a votar es
porque privilegian vivir en un mundo donde impera el consumismo y el egoísmo,
la frivolidad, el materialismo, la insolidaridad y la indiferencia, donde los
valores éticos del ser humano son constantemente violados día a día y la
generosidad y solidaridad priman por sus ausencias.
Debemos destacar que hay un
sector de la sociedad incorregible, que todo lo que huela a popular, nacional o
peronismo le genera odio, rencor y rechazo. Sin fundamentos sólidos denostan,
agravian, ofenden y rebajan a todo lo que provenga de ese sector. Es como
revivir constantemente aquello de “Civilización o Barbarie”. Como si los
cultos, instruidos y honestos fueran propiedad de este sector social (está
probado históricamente que no es así) y que el resto son los ignorantes, la
chusma, los fanáticos y la corrupción. Nada más ignorante, soberbio e
irrespetuoso que esta apreciación. Grietas, en la historia argentina hubo
siempre. Desde nuestros albores como nación y aún antes hubieron ideas
contrapuestas y en pugna. Los hechos de mayo de 1810 estuvieron signados por esas
ideas contrapuestas. Y esas desavenencias de nuestros próceres provocaron
sin duda la primera grieta de cierta
importancia en nuestra historia. Le seguirían otras de mayor importancia y
magnitudes ya bastante estudiadas: federales y unitarios, porteños y
provincianos, irigoyenistas y antipersonalistas, peronistas y anti -peronistas,
kirchneristas y no kirchneristas, y así vamos. Pero recordemos que desde el
fusilamiento de Dorrego, la semana trágica (talleres Vasena), los trágicos
hechos en la Patagonia, los bombardeos de Plaza de Mayo, los fusilamientos de
José León Suarez, las persecuciones, cárceles y exilios, la masacre de Trelew,
los 30.000 muertos y desaparecidos de la sangrienta dictadura militar del 1976,
siempre los muertos y perseguidos los puso el campo nacional y popular que
buscaban un País más justo y digno para todos.
Cuando hay procesos que le
permiten a un sector de la sociedad ascender socialmente, estos comienzan a
cambiar. Cambios positivos y negativos. A los chicos lo sacan de la escuela
pública y la mandan a una privada. A los hijos mayores les solventan los gastos
para que estudien una carrera universitaria. Dejan la salud pública o la obra
social sindical y se pasan a una pre paga. Primero se van de vacaciones a los
hoteles sindicales y luego optan por irse de vacaciones por su cuenta o fuera
del País. Se compran su primer auto o lo cambian por uno de menos años. Se
compran un departamento más grande o amplían la casa. Cuando se estabilizan
socialmente, comienzan los cambios culturales. Todo comienzan sosteniendo que
todo lo que lograron lo hicieron por su esfuerzo y sacrifico, que no deja de
tener una parte de cierto, pero no reconocen que todo ese esfuerzo y sacrifico
que les permitió ascender socialmente, fue fruto de políticas que propiciaron y
estimularon ese ascenso. Entonces es cuando comienzan a renegar y desconocer de
donde provienen. Comienzan a criticar a los más desprotegidos, a los que
necesitan ayuda. Creen que el Estado les está sacando su plata para darle a los
vagos de los planes, que el sindicato les cobra y no les da nada (aunque aceptan
los beneficios de los acuerdos convencionales), que él mantiene a los empleados
públicos, se queja de aquellos que se manifiestan en reclamo de mejores
salarios, por trabajo o mejores condiciones laborales. Que los extranjeros –
sólo los sudamericanos – vienen a sacarnos el trabajo, aunque también en su
permanente contradicción dicen que los argentinos somos vagos. Sobre los
extranjeros (sudacas) también dicen, entre sus contradicciones, que llenan los
hospitales, que ellos no usan. Olvida que ellos también vienen de los barcos, pero…
sus descendientes era europeos, aunque famélicos pero de otra calidad social
que nuestros hermanos latinoamericanos. Ni unos ni otros son malos, todos construyeron
y construyen este País. No olviden que la alta sociedad criolla, combatió y
persiguió a socialistas y anarquistas europeos que traían
ideas progresistas. La culpa siempre la
tiene la víctima, nunca el victimario. Todo cambia cuando se privilegia sobre
todas las cosas a la propiedad privada a la condición humana. Se olvida con
facilidad de donde proviene, que el también en su momento fue beneficiado por
políticas públicas, pero ahora como está más cerca de los que están más arriba
de su nivel social, comienza a querer parecerse y copiarles lo peor de ellos.
Entonces vota un cambio, según ellos: para terminar con el abuso de los
sindicatos y sindicalistas, que no permitan más manifestaciones y las repriman,
que es más importante transitar que pedir salarios justos, trabajo o
directamente poder comer o curarse. Que terminen con los planes, que esa gente
vaya a trabajar (aunque no haya trabajo para ellos). Que haya menos empleados públicos, que en las
escuelas los maestros son vagos, que los médicos y enfermeras de los hospitales
son – también – vagos. En fin, un rosario de quejas de escaso fundamentos,
inoculadas en su mente por los medios de comunicación pertenecientes o
dependientes de un sector poderoso de la sociedad, que quiere desunir a los de
abajo, para beneficiarse ellos. La famosa pelea de pobres contra pobres, la
colonización cultural. Todo esto se termina, cuando los votan y en poco tiempo
les hacen nuevamente morder el polvo. Con una batería de medidas, los hacen
bajar, como por un palo enjabonado, de nivel social. De pobres a indigentes, de
clase media a clase baja o pobres. De clase media alta a clase media - media,
aunque estos nunca cambian de pensar, su soberbia nos les permite ver la
realidad, viven con carencias pero mostrando bienestar. No tienen empatía por
el que sufre o padece. La clase alta son los dueños del poder.
Es por ello que sigo insistiendo
en un profundo cambio cultural, de concientización y de formación, porque es la
única posibilidad de un cambio de paradigma de País y sociedad.
Mayo de 2019
Daniel Fernández