martes, 28 de julio de 2009

A LAS PUERTAS DEL 2001

Un panorama sombrío
Este pretende ser un modesto análisis – desde mi óptica - después de las elecciones del 28 de junio. Para iniciarlo voy a repetir una frase con que inicie uno de mis escritos anteriores a las elecciones: Los políticos son el espejo de nuestra sociedad, como el País es un espejo de los partidos políticos. Si pretendemos mejores políticos o mejores partidos, deberíamos ir pensado también, en cambiar nosotros. Es muy sencillo echarle la culpa a los demás sin asumir nuestras propias responsabilidades.
Quizás no este habilitado para hacer ningún análisis políticos, dado que suponía que este gobierno podía ganar las elecciones. Más como un hecho de esperanza y temor a lo que estaba enfrente, que por un minucioso estudio de factibilidades y estados de ánimo. El resultado ha producido en mi una profunda desmoralización y observo un panorama muy sombrío en un futuro próximo, principalmente para los sectores de los trabajadores y de los que menos tienen. Por el bien de la mayoría, deseo equivocarme. Igualmente intentare volcar mi visión de las circunstancias, como siempre digo, para dejar asentado aquello que pienso.
Hoy, después de hacer una lectura de los acontecimientos y ver que sectores sociales fueron “votados” en estas elecciones (Unión Pro – Acuerdo Cívico y Social) y su comportamiento, puedo decir que: en un futuro no muy lejano nos podemos encontrar en un pre 2001, al menos en lo institucional. Que esto no ocurra, sólo depende de la unidad de las fuerzas nacionales y populares y algunos sectores con vocación institucional. Hubo muchas voces antes de las elecciones que preanunciaban una “caída” (golpe) del gobierno si perdían las elecciones. Tampoco es para olvidar las manifestaciones de algunos representantes del campo que apoyaron económica y políticamente a los partidos de la oposición (Unión Pro – Acuerdo Cívico y Social) y que ahora exigirán su resarcimiento. De Angelis: “no vamos a aflojar, vamos por todo”. Buzzi: "Hay un solo camino: ganar o ganar, no hay lugar para otra cosa", “desgastar al gobierno donde se pueda”. Chemes: "Como en la guerra hay que ir matando a los de la primera fila; hay que barrer a la mayoría, a la mugre, para después sí empezar a remar". Néstor Roulet: “El ruralista había dicho que se debía volver al viejo esquema de poder entre la Iglesia, el Ejército y el campo”. En diálogo con Hugo Biolcati, presidente de la Rural, (Mariano) Grondona manifestó sus dudas. “No sé qué va a pasar después del 28 de junio”, deslizó antes de ironizar: “Hay un señor que se llama Cobos, ¿no?… Si al sector agroexportador que claramente manifestó su interés de voltear a este Gobierno y volver al pasado, le sumamos los sectores civiles y militares reaccionarios y conservadores, la burguesía apátrida y sumado a todo este combo esta Duhalde y Barrionuevo “Si apuramos la normalización del PJ, podemos precipitar el fin del Gobierno”, no quedan muchas dudas. El proceso está en marcha, por más dialogo que se reclame o se llame. Lo ocurrido en Honduras no nos debe ser ajeno, después de Diciembre de 2009 algo similar puede ocurrir en nuestro País.
Estoy convencido que el País hoy no está peor que del 1998 al 2006, por lo menos todos los indicadores económicos y sociales así lo manifiestan, crisis internacional por medio. Tampoco creo que todos los ciudadanos, en particular aquellos que votaron en contra de este gobierno (Unión Pro-CCyS), lo hayan hecho en contra del modelo en si, sino en contra de un estilo de conducción, de una forma de decir o hacer las cosas. El llamado voto castigo es por ciertos hechos puntuales y no porque la política general sea un desastre, como lo fueron en 1998 o 2001. Igualmente el resultado no deja de ser extraño y en cierta forma confirma el criterio que se voto en contra de una forma de hacer política, porque se castigo a quienes han posibilitado un crecimiento como nunca tuvo nuestro país.
Aunque muchos quieran minimizar el papel de los medios y quieran convencernos que la ciudadanía vota por convencimiento propio, no lo creo. Aquí hubo una apuesta muy fuerte de los medios de comunicación en contra del gobierno, es una verdad innegable y probada que los canales de televisión y cable de todo el país, las cadenas de radios que llegan a las más importantes ciudades del país, los diarios de mayor tirada en las principales ciudades, importantes revistas y portales de internet oficiaron de oposición, criticando cada medida o acto de gobierno o omitiendo aquellos temas u opiniones que lo podían favorecer. Dando amplio espacio a los dichos – ciertos o no – de los referentes de la oposición. Solo tres monopolios de multimedios absorbe más del 84% de la demanda comunicacional del país. No es casualidad – últimamente - que en cada intento o concreción de golpes institucionales en Latinoamérica; como ser en Venezuela, Bolivia o Honduras, los medios estuvieron como difusores y parte del asunto. No es casualidad, tampoco, si de influencia se habla, que el mayor dueño del imperio mediático de Italia es el que la gobierna. El proyecto de la nueva ley de radiodifusión tuvo mucho que ver en esta postura, los tres poderosos monopolio informativo del país estaban en peligro. Igualmente no hay que olvidar que el gobierno de Kirchner fue quien al principio coqueteo con el grupo Clarín, prorrogándole las licencias. Más allá de cualquier acontecimiento, la ley de radio difusión debe ser enviada y tratada en el Congreso si se pretende una verdadera democracia informativa.
Hay realidades que no se pueden soslayar, no hubo un ganador excluyente y abrumador, como tampoco fue el gobierno el único perdedor. Siete de cada diez bonaerenses le dijeron NO a Kirchner. Siete de cada diez bonaerenses le dijeron NO a De Narváez. Siete de cada diez porteños le dijeron NO a Macri. Ocho de cada 10 porteños le dijeron NO a Solanas. Ocho de cada diez porteños le dijeron NO a Carrio. Nueve de cada diez bonaerenses le dijeron NO a Sabbatella. Ocho de cada diez bonaerenses le dijeron NO a Stolbiser. Siete de cada diez cordobeses le dijeron NO a Juez. Tres de cada diez ciudadanos NO fueron a votar.
Lo que si es innegable que hay un sector social que gano, que es la derecha asociada con Macri, De Narvaez, Cobos, Duhalde, Reuteman, Sola, Juez y los agroexporadores. Gano la restauración conservadora, el país para unos pocos, el país de los 90. Es aquí que no entiendo el voto de algunos sectores más pobres o de trabajadores, está bien pretender llamar la atención del gobierno por la incipiente pérdida del poder adquisitivo de sus salarios producido últimamente, aumento de la pobreza e indigencia y el desempleo (minimizado por el INDEC), pero buscar en la derecha una solución me parece fatídico y suicida.
Es aquí donde me pregunto: el 60% de los que votaron quieren volver a los 90 como todos estos “ganadores” manifestaron solapadamente? O votaron sólo en contra de un estilo de hacer política (como digo más arriba).
Realmente votaron en contra de la idea de una Argentina industrial, productiva, científica, inclusiva y distributiva?. Votaron en contra de la defensa de los derechos del trabajador, de paritarias libres, de aumento de salarios con producción?. De la construcción de viviendas, escuelas, cloacas, agua corriente?. De intentar una patria libre, al no permitir la ingerencia en las políticas económicas del país del FMI y otros organismos de crédito internacional?. O votaron en contra de los Kirchner porque no los quieren a ellos?.
No los voto y los critico la misma clase media “veleta” e individualista que se beneficio con este gobierno, que estaba semi en ruina en el 2001 y hoy recupero su poder adquisitivo, duplico su capital y en algunos casos lo saco del País. Esos mismos que votaron a Menem porque podían viajar a Miami y traer productos importados, sin importarles realmente que estaba pasando en el País.
Es muy llamativo el odio de ciertos sectores que ha generado este gobierno, odio que no me asombra viniendo de algunos sectores como ser: militares y civiles que justifican y defienden el terrorismo de estado, la oligarquía terrateniente, ganadera - sojera, la jerarquía católica, los grupos monopólicos de información y empresariales, la burguesía sin intereses nacionales y representantes políticos afines con estos sectores. Odio revanchista a la ideología de la generación de los 70. Odio de aquellos que en definitiva siempre lograron derrotar todo intento de liberación nacional e hicieron que el “pueblo” perdiera su oportunidad de ser feliz. Salvando las distancias y los nombres, los mismos del bombardeos del 55 y la posterior caída de Perón.
Odio que también se manifiesta en algunos sectores “peronistas”, quizás aún influenciados por esa lucha ideológica de los 70. Pero es injustificado apoyar o sumarse a las criticas de sectores netamente anti populares y oligárquicos, únicamente que provengan de sectores neoliberales menemistas. Por cierto a este gobierno hay mucho para criticarles desde el peronismo, pero jamás pueden asociarse a las criticas que hacen las fuerzas conservadoras ganadoras de las elecciones. Este Gobierno no es lo mejor que nos pudo suceder, pero lo que está en frente es la desintegración, el caos y la ruptura institucional.
"Si se observa el panorama de la República se ven perfectamente divididos los dos bandos, que, naturalmente, surgen de nuestra lucha por la consecución de un futuro mejor para los trabajadores. De un lado está claramente determinada la oligarquía que se había entronizado en el país durante tantos años, esa oligarquía que había conseguido explotar en el país todo lo explotable, y había llegado en sus extremos de explotación hasta explotar la miseria, la ignorancia y la desgracia de nuestra clase trabajadora. Esos hombres que jamás tuvieron escrúpulos ni frente a la desgracia, ni frente al dolor, ni frente al sacrificio de nuestras masas, se sienten hoy humanizados por un sentido de democracia que nunca sintieron sino para provecho. Así como antes la oligarquía explotó esa democracia en su provecho con la secuela de fraudes, coimas y negociados de que está llena nuestra historia política; así como explotó a la democracia en su provecho y en perjuicio de la clase trabajadora, hoy pretende levantar la bandera de la democracia que no siente, para servir a sus futuros intereses políticos, que han de transformarse, como siempre, en pesos y más pesos succionados a los pobres trabajadores, que son los que menos tienen, pero son los más capacitados para trabajar, para sufrir y para producir. Juan Domingo Perón"
Nunca antes los había votado, pero así y todo me pone mal ver tanto odio, tanta crítica conservadora que pretende volver a un pasado en que la mayoría del pueblo perdió. No es una critica hacia adelante, en profundizar el modelo distributivo y de inclusión, solidario e industrial. Todo eso que este gobierno enuncio y no concretó.
Se pretende abrir una puerta de esperanza en el dialogo, pero la oposición conservadora, más que un dialogo procura condicionar y cogobernar y de última una claudicación. En cada reunión – la oposición conservadora - irá subiendo la valla de sus pretensiones cada vez más alto, como para no alcanzar ningún acuerdo y así concretar su única aspiración, que no es el bien del conjunto del País, sino de su sector y la sentir la satisfacción de “voltear” a otro gobierno – “peronistas”.
Estos sectores pretenden un nuevo endeudamiento con el FMI, Banco Mundial, rebajar o derogar las retenciones agropecuarias, libertad de precio, un dólar más alto, más subsidios a empresas, baja de impuestos, rebajar o congelar salarios. Pero nadie pide un impuesto a la renta financiera, recuperación de la renta petrolera y minera, blanqueo de los trabajadores, eliminación del trabajo infantil, salarios justos y dignos, inclusión laboral de los marginados y una mejor distribución de la riqueza. Reclaman que el estado se ocupe de los pobres, educación, seguridad, salud, pero sin que ningún sector privilegiado – de los mencionados – que son los que más ganan, contribuyan proporcionalmente para cumplir con ese cometido. De aceptarse estos condicionamientos, de donde provendrán los fondos para las cuentas públicas para pagar a los jubilados, hacer obras públicas, salud, educación, investigación, seguridad, y eliminar la pobreza que algunos de esos sectores ahora dicen preocuparse... Buscan la claudicación del Gobierno referente al modelo socioeconómico de industrialización, crecimiento y inclusión social.
“No estamos en contra del capital, sino queremos que desaparezca de nuestro país la explotación del hombre por el hombre, y que cuando ese problema desaparezca, igualemos un poco las clases sociales, para que no haya, es este país, hombres demasiados pobres ni demasiados ricos.
Desde los venturosos días de Mayo en ningún momento la República ha necesitado tanto de ciudadanos libres y honorables que sepan jugar su vida por el futuro de la Nación, como en nuestros días. Es indiscutible que hay fuerzas antagónicas que luchan por otros ideales que no son los nuestros y sabemos también que el problema de nuestra Nación puede resolverse rápidamente si nos decidimos a vender lo que se puede vender de este país. Pero no creo que estas generaciones de argentinos puedan desertar ante la historia y no se levanten, siquiera sea, por respeto a los que murieron por darnos libertad y autonomía, para oponerse firmemente a toda posible claudicación frente a propios y extraños que no sientan la tierra de su Patria como propia.” Juan Domingo Perón
Es indudable que en el justicialismo, luego de esta derrota, se producirán cambios y una nueva conducción, se abre una nueva etapa, la incógnita será que tipo de peronismo surgirá, si el nacional y popular o neoliberalismo del menemato. Aunque la pregunta es: existe en la dirigencia actual el peronismo que nos dejo Perón en su doctrina, en la actualización doctrinaria, en su ejemplo de gobierno, en los dichos de Perón y Evita, en poner la economía al servicio del pueblo o que la participación en el PBI se por partes iguales para el trabajo y el capital. O solo se los utiliza como símbolos.
Quizás no sea tan importante recuperar el partido, lo que si hay que reconstruir es el Movimiento, con los sectores nacionales y populares que aún perduran y siguen vigentes, con las organizaciones sociales, con la fuerza de los trabajadores y los sectores progresistas. La lucha no será sencilla ni fácil, hay que reagruparse y hacerse fuerte – una vez más - ante el poder de los intereses conservadores neoliberales y la corporación mediática.
Trabajemos para que ondeen en el corazón del pueblo las tres banderas del Peronismo y así construir la Patria Grande que nos propuso Perón:
Justicia Social: se postula una política redistributiva del estado, que integra a sectores marginados y semimarginados de la sociedad, a condiciones de vida más justas y dignas.
Independencia Económica: El Justicialismo es nacionalista y propicia la nacionalización de los resortes básicos de la economía como base fundamental para asegurar la concreción de la idea fuerza con esta última afirmación.
Soberanía Política: se basa en la facultad del pueblo, como cuerpo orgánico o comunidad organizada, de autodefinirse.


Héctor Daniel Fernández
Julio de 2009

jueves, 25 de junio de 2009

POSTULADOS PERONISTAS

Junio de 2009
En esta campaña electoral (2009) nuevamente el Peronismo vuelve a ser el eje central. En base a él se generan muchas discusiones, donde aparecen peronistas, peronistas disidentes, pro-peronistas y otras yerbas, como así también para algunos faltos de memoria y para otros que se avinieron al Justicialismo por conveniencia, es bueno recordar parte de la doctrina y pensamiento de Eva Perón y sobre todo del General Perón, creador e ideólogo del partido que hoy está en el Gobierno. El fin de todo esto es comparar lo que se hace, se dice y proponen unos y otros con la doctrina y los hecho del Gral. Perón, como para saber donde está lo más cercano al Peronismo y quién nos quiere “vender” otras ideas en pos del modernismo o globalización. Seguramente nada nos satisfacerá plenamente, porque Perón ha sido único, pero procuremos buscar aquel que más cerca ideológicamente este y por ende sea útil al País en su conjunto.
El peronismo rescato al hombre y lo dignifico, dotándolo de leyes para que el poder del capital no se abusara de ellos, le posibilito el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda propia, al trabajo, a la igualdad de oportunidades, en fin, a una vida digna, lo hizo crecer espiritualmente y en una conciencia solidaria.
Históricamente el Peronismo fue la fuerza que defendió y privilegio al ser humano, dado que es una doctrina eminentemente cristiana y humanista.
Identifiquemos y no aceptemos a los fariseos, si ellos se sienten identificados con las ideas conservadoras, de derecha o neo liberales que cambien de partido, pero que no se llamen peronistas de ningún tipo, no nos quieran cambiar la doctrina. Una cosa es adecuarla a las circunstancias o a la época y otra muy distinta deformarla, como pretenden aquellos seguidores del primer deformador de la doctrina como lo fue Carlos Menem. El caballo de Troya dentro del Peronismo.
“ Cada ciudadano argentino tenía lo suficiente para vivir con dignidad y con felicidad, porque sólo un pueblo en la dignidad y felicidad puede ser prospero para labrar la grandeza de los países”. Juan Domingo Perón .


Héctor Daniel Fernández

EL GENERAL PERON DIJO:
Peronista, para mí, como conductor del Movimiento, es todo aquel que cumple la Ideología y la Doctrina Peronista

Con la Justicia Social se postula una política redistributiva del estado, que integra a sectores marginados y semimarginados de la sociedad, a condiciones de vida más justas y dignas.
La Independencia Económica se complementa con la teoría de la tercera posición, y formula la intención de construir un estado sin dependencia de los imperialismos que rigen el mundo. El Justicialismo es nacionalista y propicia la nacionalización de los resortes básicos de la economía como base fundamental para asegurar la concreción de la idea fuerza con esta última afirmación.
La Soberanía Política se basa en la facultad del pueblo, como cuerpo orgánico o comunidad organizada, de autodefinirse.
Comunidad Organizada, expresa la idea de un todo orgánico en la que el individuo puede realizarse y realizarla al mismo tiempo. Y en la que se debe producir la armonía y el equilibrio cono síntesis de todo los conflictos sociales.
Perón sostenía que la Comunidad Organizada posibilita una armonía de los fines espirituales y de los materiales (capital y trabajo), a través del equilibrio en la logro de ambos. Sintetizando, sostiene que la Comunidad Organizada permite la solución de todos los conflictos con las ideas de proporción, armonía y equilibrio. Estos conceptos están dirigidos a eliminar la influencia de la lucha de clases, posibilitada por el individualismo capitalista que basa su filosofía en el afán de lucro y en el egoísmo. La organización de la riqueza y su explotación tiene por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden económico conforme a los principios de la justicia social.

Los puntos básicos que tomamos eran los más - diremos - los más "groseros", los más elementales, como la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. Esas fueron nuestras tres banderas.
Tres banderas que aún hoy sostenemos, y que representan el trípode de toda solución para la República Argentina, en el presente y en futuro.

La revolución quiere llevar al ámbito de los trabajadores argentinos el orgullo de pertenecer a una patria fuerte y generosa, donde la justicia y la ecuanimidad reinen soberanas, y donde el temor a las influencias espurias no pueda desnaturalizar la alegría de vivir y de crear.

El Presidente de la Nación Argentina (Juan Domingo Perón), haciéndose intérprete de los anhelos de justicia social que alientan los pueblos y teniendo en cuenta que los derechos derivados del trabajo, al igual que las libertades individuales, constituyen atributos naturales, inalienables e imprescriptibles de la personalidad humana, cuyo desconocimiento o agravio es causa de antagonismos, luchas y malestares sociales, considera necesario y oportuno enunciarlos mediante una declaración expresa, a fin de que, en el presente y en el futuro, sirva de norma para orientar la acción de los individuos y de los poderes públicos dirigida a elevar la cultura social, dignificar el trabajo y humanizar el capital, como la mejor forma de establecer el equilibrio entre las fuerzas concurrentes de la economía y de afianzar, en un nuevo ordenamiento jurídico, los principios que inspiran la legislación social.

Queremos un partido idealista, con profundo sentido humanista.

Es necesario también tender a la riqueza espiritual, hacia eso que constituyen los únicos valores eternos y que son los que unirán, si es necesario, a los millones de argentinos, en la defensa de la patria, a costa de cualquier sacrificio.

EVA PERON DIJO:
"Soy peronista, entonces, por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo, vivificando y actuante otra vez por el renacimiento de sus valores espirituales y la capacidad realizadora de su Jefe, el General Perón. Mi dignidad de argentina y mi conciencia de ciudadana se sublevó ante una Patria vendida, vilipendiada, mendicante ante los mercaderes del templo de las soberanías y entrega, año tras año, gobierno tras gobierno, a los apetitos foráneos del capitalismo sin patria y sin bandera."

La doctrina peronista es una creación viva, que puede evolucionar a base de hechos y de realizaciones, pero que no puede ser alterada ni renovada por hombres distanciados de la realidad y mucho menos por hombres rutinarios, egoístas, inhumanos.

DE LA DOCTRINA PERONISTA - DEL GENERAL PERON
En "La Comunidad Organizada" toma la ideología; en "La Doctrina Peronista" toma la forma de ejecución de esa ideología; y la forma de conducción de ambas cosas las toma en "La Conducción Política". Son los tres libros fundamentales del peronismo.
De eso, no tengo yo nada que modificar.

Derecho de trabajar: El trabajo es el medio indispensable para satisfacer las necesidades espirituales y materiales del individuo y de la comunidad, la causa de todas las conquistas de la civilización y el fundamento de la prosperidad general; de ahí que el derecho de trabajar debe ser protegido por la sociedad, considerándolo con la dignidad que merece y proveyendo ocupación a quien la necesite.

Derecho a una retribución justa: Siendo la riqueza, la renta y el interés del capital frutos exclusivos del trabajo humano, la comunidad debe organizar y reactivar las fuentes de producción en forma de posibilitar y garantizar al trabajador una retribución moral y material que satisfaga sus necesidades vitales y sea compensatoria del rendimiento obtenido y del esfuerzo realizado.

Hay que poner el capital al servicio de la economía, y la economía al servicio del bienestar social.

Derecho a condiciones dignas de trabajo: La consideración debida al ser humano, la importancia que el trabajo reviste como función social y el respeto recíproco entre los factores concurrentes de la producción, consagran el derecho de los individuos a exigir condiciones dignas y justas para el desarrollo de su actividad y la obligación de la sociedad de velar por la estricta observancia de los preceptos que las instituyen y reglamentan.

Derecho al bienestar: El derecho de los trabajadores al bienestar, cuya expresión mínima se concreta en la posibilidad de disponer de vivienda, indumentaria y alimentación adecuada, de satisfacer sin angustias sus necesidades y las de su familia en forma que les permita trabajar con satisfacción, descansar libres de preocupaciones y gozar mensualmente de expansiones espirituales y materiales, impone la necesidad social de elevar el nivel de vida y de trabajo con los recursos directos e indirectos que permita el desenvolvimiento económico.

Es muy triste el mundo de la injusticia para obligar a los hombres a vivir en él.

Un deber nacional de primer orden, que hoy es ya un postulado universal, exige que la organización económica se transforme en un organismo al servicio del pueblo. Esta será la verdadera función social de la democracia. Si la industria no admite ser puesta en condiciones de pagar remuneraciones que permitan al trabajador comprar y utilizar los artículos producidos con su trabajo, experimentará una regresión considerable y volveremos a las antiguas crisis del subconsumo. Si la industria no se aviene voluntariamente a que los trabajadores salgan del estado de necesidad y se oponen rotundamente a la acción conciliadora que incumbe irrenunciablemente al Estado, se enfrentará con una de las más aciagas contingencias que pueda imaginar. Y no será ciertamente, el Estado argentino el que no habrá hecho todo lo posible para evitarlo.

El salario es la base y el punto de partida de todo el ordenamiento económico social, porque la salud y el estómago no admiten economías. Nadie debe, en estos tiempos, pretender competir en precios a base de salarios de hambre. La competencia ha de buscarse, en el orden interno y en el internacional, por la perfección orgánica, la mejor mano de obra, la maquinaria moderna y la nobleza de la calidad.

Para la Secretaría de Trabajo y Previsión es sagrado conservar el material humano de trabajo. El obrero debe gozar de descanso suficiente para reponer sus energías consumidas por la fatiga. Ya están limitados los espacios de trabajo. Nosotros vigilaremos los espacios del descanso sean diarios o hebdomadarios, semestrales o anuales. Y pensamos que hay que tomar medidas para asegurar el disfrute del descanso, para lo cual estamos empeñados en crear centros de esparcimiento para los trabajadores, lugares de alojamiento y turismo.

Derecho a la protección de su familia: La protección de la familia responde a un natural designio del individuo desde que en ella generan sus más elevados sentimientos afectivos y todo empeño tendiente a su bienestar debe ser estimulado y favorecido por la comunidad, como el medio más indicado de propender al mejoramiento del género humano y a la consolidación de principios espirituales y morales que constituyen la esencia de la convivencia social.

El Estado no puede ser testigo silencioso e inoperante en la angustia que conmueve primero al hombre, luego a su hogar y, finalmente, destruye la comunidad. Debe intervenir rápida, eficaz y enérgicamente, si quiere ser decisivo. Debe compenetrarse del dolor humano y buscar remedios apropiados para los males de la sociedad, cuyo destino rige. Ha de realizar una política de seguridad social y encauzarla por vías que vayan directamente a las necesidades propias de la actividad que la previsión ampara.

Nuestra Revolución tendría poca razón de ser si no pudiésemos cumplir lo que nos propusimos al ponerla en marcha. Uno de los postulados sobresale por su importancia de todos los demás: la justicia social. Consideramos que los mandatarios que en esta hora no realizaran una acción de justicia social y se dedicaran a la simple obra administrativa de gobierno, pasarían a la historia como algo intranscendente e indigno de ser recordado. Las revoluciones deben ser profundamente innovadoras en sus finalidades; y en el caso nuestro, la innovación fundamental radica en llevar a las masas trabajadoras a un bienestar superior al que actualmente gozan; y en unir por ese medio a todos los argentinos en forma de plasmar la nacionalidad, de modo que no pueda romperse ante ningún embate.

Sobre el dolor y la miseria nada se construye. El ideal, forjado en los siglos de la historia, se nutre con el noble afán de ensanchar el cauce fecundo de la solidaridad social.

Nosotros queremos que las futuras generaciones argentinas sepan sonreír desde la infancia... Bajo los gloriosos pliegues de nuestra bandera, no puede ni debe haber niños argentinos que no puedan ir a la escuela, o que tengan que ir a ella mal alimentados. Tampoco los debe haber que vivan desnutridos, en hogares sin luz y sin calor. Luchamos, los hombres de este gobierno, por que vosotros, los niños, podáis vivir despreocupados del presente, entregados a vuestros juegos y a vuestros estudios, amparados en una familia cristianamente constituida, seguros del porvenir. De ese porvenir sin sombra que se os habrá de entregar en custodia mañana: y del que tendréis que responder ante vuestros hijos, como nosotros respondemos ahora.

Antes de fijar las bases, que, a nuestro juicio, deberán orientar la tarea legislativa y la acción del gobierno en materia social, es conveniente efectuar un análisis sucinto de los métodos legales empleados con anterioridad para proteger a la clase trabajadora. Las realizaciones en esta materia, acusan tal interdependencia con la evolución industrial y con las posibilidades económicas de los pueblos que, sin duda, ellas no pueden ser obra exclusiva de un gobierno o de una generación, sino la resultante de una coincidencia de elementos vinculados con la producción de riqueza, con el progreso de la ciencia y con la evolución de las ideas. Por eso no debe sorprender que el mundo, en este orden de cosas, haya progresado en las últimas décadas en concordancia con un paralelo avance en lo científico y técnico. El encuentro de las ideas viejas con las ideas nuevas, la resistencia que opone nuevamente la tendencia conservadora frente a los impulsos renovadores, provocó y provoca aún, el antagonismo de los que luchan por un bienestar social que se les niega y los que se aferran en conservar sus antiguos privilegios. De allí que el proceso legislativo haya sido retardatario con respecto al proceso social y económico, y la norma jurídica, más que una consecuencia de principios doctrinarios, sea producto de exigencias sostenidas por la actividad gremial, después de muchos años de injusticia e iniquidad.

No estamos en contra del capital, sino queremos que desaparezca de nuestro país la explotación del hombre por el hombre, y que cuando ese problema desaparezca, igualemos un poco las clases sociales, para que no haya, es este país, hombres demasiados pobres ni demasiados ricos.

Si se observa el panorama de la República se ven perfectamente divididos los dos bandos, que, naturalmente, surgen de nuestra lucha por la consecución de un futuro mejor para los trabajadores. De un lado está claramente determinada la oligarquía que se había entronizado en el país durante tantos años, esa oligarquía que había conseguido explotar en el país todo lo explotable, y había llegado en sus extremos de explotación hasta explotar la miseria, la ignorancia y la desgracia de nuestra clase trabajadora. Esos hombres que jamás tuvieron escrúpulos ni frente a la desgracia, ni frente al dolor, ni frente al sacrificio de nuestras masas, se sienten hoy humanizados por un sentido de democracia que nunca sintieron sino para provecho. Así como antes la oligarquía explotó esa democracia en su provecho con la secuela de fraudes, coimas y negociados de que está llena nuestra historia política; así como explotó a la democracia en su provecho y en perjuicio de la clase trabajadora, hoy pretende levantar la bandera de la democracia que no siente, para servir a sus futuros intereses políticos, que han de transformarse, como siempre, en pesos y más pesos succionados a los pobres trabajadores, que son los que menos tienen, pero son los más capacitados para trabajar, para sufrir y para producir.

Nuestra política social... tiende, ante todo, a cambiar la concepción materialista de la vida en una exaltación de los valores espirituales. Por eso aspiramos a elevar la cultura social. El Estado argentino no debe regatear esfuerzos ni sacrificios de ninguna clase para extender a todos los ámbitos de la Nación las enseñanzas adecuadas para elevar la cultura de sus habitantes.

La organización obrera es para nosotros la base de nuestros procedimientos; pues no podemos ir a preguntar a cada uno de los obreros cuáles son sus necesidades y cuál la obra que nosotros debemos realizar. Para ello necesitamos la organización obrera. Y que estas organizaciones estén representadas por auténticos trabajadores.
La oligarquía se opuso siempre a la formación de sindicatos y los combatió abiertamente; los hizo funcionar al margen de la ley; a la oligarquía no le convenía el sindicato, porque era su enemigo nato. ¿ Qué hemos hecho nosotros ? Hemos ayudado, hemos propugnado y defendemos la formación de asociaciones profesionales; estamos con la necesidad imprescindible de formar sindicatos, de protegerlos, de darles un régimen de seguridad absoluta y de llevarlos adelante.

Dividimos al país en dos categorías; una, la de los hombres que trabajan, y la otra, la que vive de los hombres que trabajan. Ante esta situación, nos hemos colocado abiertamente del lado de los hombres que trabajan.

Los pueblos pueden labrar su riqueza; el patrimonio privado agrandarse con el trabajo y la protección del Estado; pero es necesario comprender también que ha llegado la hora de humanizar el capital. Pensamos que el capital se humaniza de una sola manera; haciendo que se transforme en un factor de colaboración para la felicidad de los semejantes; y ya no es posible en esta hora que vivimos lo que dijera el Divino Maestro: "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el reino de los cielos".
Aspiramos a que en nuestra tierra no tenga razón de ser aquella sentencia evangélica; y que los capitales, en lugar de ser elementos de tortura que conspiran contra la felicidad de los pueblos, sean factores que coadyuven al bienestar de lo que, necesitándolo todo, nada tienen. Queremos que el capital y el trabajo en estrecho abrazo labren la grandeza de la patria, mientras el estado vela por el bien de unos y otros, asegurando la justicia para el rico y para el pobre, para el poderoso y para el débil; para el que manda y par el que obedece.

La Libertad hay que asegurarla a fuerza de trabajo, dando primero al hombre la libertad económica, que es fundamental. Nosotros no somos partidarios de la libertad unilateral que se tienen desde hace tiempo, dentro de la cual el rico tiene libertad para hacer todo lo quiera y el pobre una sola libertad: la de morirse de hambre.

La libertad debe arrancar desde el punto en que haya sido afianzado definitivamente la seguridad social, la familia y la defensa nacional. Una libertad sin seguridad de vida, de trabajo, de educación y vivienda digna, es una falsa libertad. Poseer la libertad para morirse de hambre es un sofisma que constituye materia de engaño, para quienes trafiquen, haciendo cortinas de humo para ocultar intenciones. Recién, después de obtener par los hombres de esta tierra la fe en los destinos individuales y colectivos, una porción efectiva de bienestar material y una parte real de justicia, se puede alcanzar la libertad. La Revolución no ha venido a cercenar libertades populares, sino a ordenar valores, armonizar los derechos del individuo y los derechos de la Nación.

El principio de libertad económica que he proclamado no puede, pues, evitar que el Estado realice esta acción tutelar para coordinar las actividades privadas hacia una finalidad colectiva nacional, condicionadas, consiguientemente, a ciertos preceptos que le son consubstanciales. Si una Nación quiere ser económicamente libre, y políticamente soberana, ha de respetar y exigir que le sean a ella respetados los principios básicos que rigen la vida de los hombres y de los pueblos: el derecho y la moral. Y si una Nación no quiere ser o no se esfuerza en mantenerse económicamente libre y políticamente soberana, merecerá el escarnio y la befa de los contemporáneos y la condenación de la historia.

Desde los venturosos días de Mayo en ningún momento la República ha necesitado tanto de ciudadanos libres y honorables que sepan jugar su vida por el futuro de la Nación, como en nuestros días. Es indiscutible que hay fuerzas antagónicas que luchan por otros ideales que no son los nuestros y sabemos también que el problema de nuestra Nación puede resolverse rápidamente si nos decidimos a vender lo que se puede vender de este país. Pero no creo que estas generaciones de argentinos puedan desertar ante la historia y no se levanten, siquiera sea, por respeto a los que murieron por darnos libertad y autonomía, para oponerse firmemente a toda posible claudicación frente a propios y extraños que no sientan la tierra de su Patria como propia.

miércoles, 24 de junio de 2009

POLITICOS, EL ESPEJO EN QUE SE MIRA LA SOCIEDAD

Cada vez las elecciones son más extrañas, falta de contenido ideológico y autenticidad, por lo menos para aquellos que hemos tenido la suerte de haber podido participar del 1973 para aquí.
Todas han tenido su particularidad y se han hecho uso de todos los instrumentos a su alcance para tratar de convencer a los ciudadanos.
Pero desde hace – más o menos - 20 años atrás hay una cantidad de factores insólitos que se han ido introduciendo a las campañas que fueron variando la esencia de lo que es una elección, parecería que todo se trastoca, siendo lo más superficial lo más importante y la verdaderamente importante lo más superficial. Se produjo una pérdida valores que regía la vida del Hombre, como así también la pérdida de objetivos elevados y las organizaciones de hoy no responden a las necesidades, aspiraciones y voluntad de los ciudadanos, sino a sus propios intereses personales y sectoriales
De los noventa para aquí, es como que todo se enmaraño, la política se farandulizo y degrado, como si quisieran demostrar o imponer al pueblo el fin de las ideologías. Todo pasa por la comunicación y el marketing y no por lo político. No se discuten ideas ni propuestas, los partidos dirimen sus elecciones internas o diferencias directamente en las elecciones nacionales, convirtiéndose estas en una gran interna nacional de los partidos políticos.
Los políticos se pasean de un partido a otro según la oferta o puesto que le otorguen, como así también las posibilidades de alcanzarlo. No está en juego como antes la identidad ideológica o los sentimientos hacia el partido, se han despojado de ellos con tanta facilidad como algunos se mudan de ropa. Incluso cambian de partido una vez que son electos. Son escogidos por un partido para un cargo y al momento de asumir ya se pasaron a otro, traicionando a sus electores como si nada ocurriera.
Se postulan candidatos a cargos que ya poseen, aunque le falte un período para que venza su mandato. Renuncia o pide licencia para presentarse de nuevo para ese mismo cargo, en busca de prolongar su mandato más allá de lo que era originalmente.
Candidatos que renuncian a su cargo para el cual fueron elegidos para ocupar otro puesto en una lista. Candidatos que se sabe de ante mano que no van asumir a los cargos que están propuestos.
Candidatos que fingen mostrándose como no son. Actúan y se guían sólo por lo que le dicen sus asesores de campaña y de imagen y no por su personalidad o tendencia ideológica. Candidatos que se la pasan discutiendo de temas intrascendentes, acusándose entre ellos o haciendo vaticinios improbables en lugar de expresar sus ideas y propuestas. Candidatos que cambian a mitad de la campaña su posición o pensamiento porque las encuestas le dan mal. Candidatos que se prestan a la farandulización de su imagen y de la política. La mayoría padece del síndrome Menem, “si decía lo que iba hacer no me hubieran votado”, por lo tanto la generalidad de los candidatos no dicen nada, para no comprometerse o rendir cuentas ante los ciudadanos si son elegidos.
Encuestas totalmente dispares o tendenciosas, donde manipulean la realidad según quien las paga o encarga. Encuestas que son pagadas por los candidatos y que se hacen en barrios o zonas donde saben que le son más favorables. Pero luego cuando se efectúan las elecciones, queda demostrado que en general estaban muy lejos de la realidad. Periodistas que toman estas encuestas como si fueran el oráculo de la verdad y sobre ellas se explayan y realizan “serias” conjeturas. Si fueran tan acertadas como sostienen algunos, no se necesitaría hacer las elecciones.
Programas cómicos con imitadores de los candidatos que tienen mucha más repercusión y llegada que los programas periodismos “supuestamente” políticos y serios. Medios y periodistas que se dicen serios, independientes y objetivos pero que en definitiva no lo son, simplemente tratan ocultar detrás de esa seriedad o independencia sus preferencias o intereses corporativos hacia ciertos candidatos que les favorece y criticando permanentemente a los demás. Es la primera vez que un grupo empresario periodístico ocupa el principal rol de opositor, más importante que los mismos candidatos de la oposición.
Es realmente o por lo menos da toda la sensación que todo lo que acontece alrededor de las elecciones es ficticio, armado, preparado para engañar en algo al elector, por lo menos aquel que no está politizado (la gran mayoría). Es como si nos estuvieran “vendiendo” a un candidato, lo tratan como algo banal, superficial, como quien vende un electrodoméstico, zapatillas o perfumes. Cuando debería ser algo mucho más profundo y responsable porque esta en juego el destino del País. Incluso los mismos candidatos deberían asumir cierta responsabilidad, porque este tipo de comportamiento hace al descrédito que los ciudadanos tienen de la política, que en definitiva la política no tiene la culpa sino los políticos. Un candidato no puede ser elegido porque tiene una linda sonrisa, porque es simpático, sale bien en las fotos o si tiene aspecto de serio o inteligente. Tienen que mostrarse tal cual son, sin retoques, sin maquillaje, naturales, expresar sin tapujos sus pensamientos y gestión, no deben parecer lo que no son, porque es así como nos engañan.
Lo más grave de todo esto, es que muchos – pareciera – que se dejan engañar y en ocasiones les gusta que los engañen, comprando toda esa porquería. Sólo escuchan lo que quieren escuchar. No existe un espíritu critico, no se interesan en la política más allá de una elección, no se informan más allá de lo que los medios “les venden”, no les interesa averiguar que hay detrás de cada candidato, periodista o medio que lo apoya o le es complaciente. A cuantos le importa saber que intereses hay detrás de cada uno de ellos y que objetivos tienen. Es tanta la despolitización que una importante mayoría acepta que lo induzcan a quien votar y no ponerse a “perder tiempo” en pensar y razonar por si solos. Muchos son los que votan pensando solo en sus intereses personales o sectoriales y no en lo que es más conveniente para el País. El proceso de egoísmo e individualismo ha ido creciendo, dejándose de lado el bien o el interés común. Eso si, esos son los que después despotrican contra los políticos y hablan peste de la política, ahora comprometerse jamás, no destinan ni un minuto a participar en alguna organización social, aunque sea en el club del barrio.
Lo más grave de todo esto es que no hay castigo social a los candidatos nómadas, a los simuladores, a los que trastocan la realidad, a los que nos dicen una cosa y hacen otra. A los que hacen encuestas irreales, a los medios y periodistas que simulan ser justos e imparciales y terminan apoyando solapadamente a sus preferencias políticas o sectoriales.
Si como ciudadanos, no nos prestáramos a este juego perverso y exigiríamos permanentemente la verdad, fuere de la ideología que fuere, esto no ocurriría y no estaríamos como estamos. Si nos causa fastidio todo este comportamiento, si las campañas nos hartan por la falta de seriedad y propuestas, si por lo general el ciudadano no participa o no se compromete porque repudia todo eso, por qué lo soportamos y no nos revelamos ante tanta mediocridad y patetismo. Acaso no será que la sociedad tiene algo de todos eso que criticamos. Pero algo esencial para recordar, todos los candidatos son salidos del seno de esta sociedad, lo que quiere decir que la gran mayoría de la ciudadanía tiene algo de ellos. Nos guste o no, los políticos son el espejo donde se mira la sociedad.

Héctor Daniel Fernández
Junio 2009

viernes, 12 de junio de 2009

SOCIALIZAR LAS PERDIDAS COMO LAS GANANCIAS.

Junio de 2009
Una vez más los trabajadores debemos pagar los desatinos de un sistema capitalista que en nada nos beneficia y solo protege los intereses de los sectores más poderosos de la economía.
El proyecto neoliberal de los años 90, motorizado por las grandes corporaciones económicas y financieras, como así también por los empresarios, sostenía la minimización del Estado, como así también la eliminación de todo intento de regulación de la actividad financiera y económica por parte de éste. El mercado por si solo podía regular todo. La consigna era: todo aquello que era público debía pasar a ser privado.
Este nuevo orden económico fue aplicado minuciosamente en nuestro País y puesto en marcha por el Gobierno de Carlos Menem. Se hizo una gran campaña – en los medios - de desprestigio de todas las industrias y servicios en manos del Estado (YPF, Somisa, Aerolíneas Argentinas, Junta Nacional de Granos, Junta Nacional de Carnes, Flota Mercante, Telefónica, Ferrocarriles, Gas del Estado, etc., etc,) Comenzó la fiesta de la privatizaciones, el Estado “saneaba” las empresas (con despidos masivos) y luego las privatizaba a precios y condiciones muy beneficiosas para sus compradores, incluso con casi ningún tipo de control sobre ellas, con que hoy seguimos padeciendo, porque los ente reguladores poco pueden controlar o cambiar. Las empresas privatizadas y los grupos financieros giraban sus suculentas ganancias al exterior invirtiendo ínfimamente en el País. Muchos eran sólo ave de paso (Buitres).
Los trabajadores pagamos estas políticas, donde un solo sector se beneficio, el especulativo y las empresas privatizadas. Aumento de la desocupación, flexibilización laboral, pérdida de las conquistas sociales y laborales, regímenes de trabajo cercanos a la explotación, negativa al aumento de salarios, anulación de las discusiones paritarias, perdida de mano de obra especializada y de oficios, expulsión de grandes masas de trabajadores de pueblos y ciudades pequeñas a las grandes urbes en busca de algún tipo de subsistencia. Crecimiento de villas y asentamientos, pérdida de la capacidad laboral y de la cultura del trabajo. Corrupción y farandulización de la política. Todo un verdadero cambalache, con la pérdida de valores importantes para la vida institucional de un País.
Las empresas cerraban o eran vendidas a capitales extranjeros. No quedaron casi Pymes en pie. Se hacía imposible competir con la libre importación de productos desde el exterior. Aumento aún más la desocupación. Pero era la ley del mercado, así que los industriales, financistas y productores agrícolas acataban obedientemente y sin protestar. Era época de las relaciones carnales, del poder viajar a EE.UU o Europa con el “famoso” uno a uno y el déme dos. Mientras unos pocos se beneficiaban, millones se hundían cada vez más, la plata de las privatizaciones solo servia para sostener un peso irreal.
En el comienzo del derrumbe asume un gobierno – De la Rúa - inoperante e incapaz, intenta manotazos de ahogado y abandona el poder dejando al País a la buena de Dios. Incertidumbre y temor.
En el 2001, este País de las fantasías, exploto. Una crisis financiera profunda que no pagaron los beneficiarios del sistema “Bancos y Financieras”, sino el pueblo. Una descomunal tasa de desocupación, mayor pérdida del poder adquisitivo del salario por la desvaluación (los salarios perdieron un 30%, más lo que se venía arrastrando de los 90). Un verdadero vaticinio de la crisis mundial que estamos viviendo ahora.
Por una serie de medidas “proteccionistas” del Estado y un cambio (dólar-pesos) acorde a la realidad y a las necesidades del País, se fue dando una recuperación lenta pero continua, muchos sectores comenzaron a recuperarse, subió la ocupación, abrieron nuevas empresas, comenzaron las discusiones paritarias, el poder adquisitivo del salario comenzó a subir, aunque jamás alcanzo los niveles perdidos. Se recuperaron algunas conquistas laborales y mejoras en las condiciones de trabajo. Eso si, ningún órgano financiero internacional (FMI, BM, club de Paris, etc.), que aplaudían y supervisaban las políticas del Estado en los 90, previeron la hecatombe del 2001, como tampoco esta crisis mundial. Catalogaron al País como no confiable, por lo que nadie nos presto un solo peso, hubo que arreglarse con lo que se podía recaudar en el País y eventualmente alguno que quería comprar nuestros bonos – caso “Venezuela”. Todo los poderosos que nos ponían como ejemplo – como era lógico - nos dieron la espalada, ninguno asumió sus errores de imponer políticas recesivas, anti obreras y arrastrar al País al desastre. El que nadie nos quisiera prestar, evito que esta crisis nos golpeara más fuerte.
Como correlato de todo este proceso, tenemos hoy empresas y medios de comunicación más poderosos que el propio Estado. Empresas de apariencias nacionales, pero controladas por capitales e intereses internacionales. La mayor brecha entre aquellos muy pocos que tienen mucho y los muchos que tienen muy poco. Además de una masa critica de ciudadanos – principalmente los jóvenes - que han perdido la cultura del trabajo y son excluidos sociales.
Esta Crisis mundial, nacida en EE.UU., en seno del capitalismo, se inicia con una crisis hipotecaria, rápidamente afecta a los bancos y empresas financieras que se creían sólidas y solventes, alcanzó a las grandes automotrices insignias, pero ahora no se sabe donde concluirá. El Estado tuvo que salir a socorrer a bancos, financieras y empresas para que no entren en la bancarrota y dejen un mayor tendal de desocupados. Aquí si sirve la intervención del Estado, en las perdidas, pero no en las ganancias. En definitiva con la ayuda que le proporciona el Estado, termina siendo el propio ciudadano quien acude en salvaguarda de las empresa privadas responsables de la crisis. Lo publico asiste a lo privado, lo que no genero el mínimo de pudor o retractación en los defensores del libre mercado. Lo que si se sabe, es que la economía de las empresas podrán tardar un año en recuperarse, pero al empleo le llevara entre cuatro y cinco años alcanzar los niveles que tenía.
Este proceso de salvataje de las empresas por parte del Estado (ciudadanos), de socializar pérdidas, nos recuerda a otro hecho de nuestro generoso País, que fue la nacionalización de la deuda privada (Domingo Cavallo - 1.982). A lo que jamás accederán – las empresas - es a socializar las ganancias, proponer algo así sería descabellado o dictatorial, incluso podría causar la caída de un gobierno democrático.
En general, el sector empresario de nuestro País, está utilizando esta crisis mundial, para hacer pagar a los trabajadores sus errores e incapacidades, como así también poner a salvaguarda sus ganancias.
Durante todos estos años han tenido importantes ganancias, que por lo general no fueron reinvertidas en el País, sino que fueron desviadas a paraísos fiscales, sólo en lo que va del año han sacado 23.000 millones de dólares.
Abiertamente solicitan una mayor devaluación para ser mas competitivos, pero sin ajuste de salarios. Administran “erróneamente” las empresas y luego solicitan la participación del Estado para no ir a la quiebra o cerrar. Dónde quedó la minimización del Estado que proclamaban?. Pero si les molesta y sobre manera, que como contrapartida al aporte de fondos provenientes de la recuperación del dinero de las AFJP, el Estado ponga directores en sus empresas, porque no quieren que les controlen el destino que le dan al dinero.
Ante la crisis, vemos – nuevamente - el accionar de las patronales que pretenden o imponen condiciones laborales desfavorables a los trabajadores ante la amenaza del despido o cierre. Suspensiones, adelanto de vacaciones, eliminar turnos, rebaja de salarios, no aplicación de las convenciones colectivas de trabajo, en fin, un sinnúmero de medidas que nos hará retrotraer a la famosa flexibilización laboral.
Una vez más el trabajador – el más vulnerable - debe salir a solucionar el problema del poderoso empresario, so pena de quedar en la calle y no tener recursos para mantener su familia. Una vez más la confrontación es desigual e injusta. Los trabajadores no deben amedrentarse ante estas chicanas empresarias, debe defender con toda su fuerza sus derechos . Además si se deben dar concesiones, el trabajador debe tener el poder de controlar el destino que la empresa da al dinero que ellos generan.
El que hoy despide personal, si la situación se revierte, difícilmente vuelva a incorporar la misma cantidad trabajadores, la tendencia de las empresas modernas tienden en general a incorporar mayor tecnología y desplazar el trabajo humano, si no se encuentra pronto una salida, el panorama será bastante complejo y negativo. Más gente sin trabajo, mayor marginalidad, mayores conflictos sociales, mayor inseguridad.

Héctor Daniel Fernández

martes, 26 de mayo de 2009

SI EL PUEBLO ES BUENO, EL GOBIERNO NO PUEDE SER MALO

Mayo de 2009

Los políticos son el espejo de nuestra sociedad, como el País es un espejo de los partidos políticos. Si pretendemos mejores políticos o mejores partidos, deberíamos ir pensado también, en cambiar nosotros. Es muy sencillo echarle la culpa a los demás sin asumir nuestras propias responsabilidades.
En Junio se llevarán a cabo elecciones legislativas, como en todas las últimas campañas electorales, estas son puramente marketineras. Cada candidato pone en juego todo tipo de artilugios, lícitos o no, para descalificar a sus contrincantes y no asumir ninguna postura ideológica u ofrecer alguna propuesta que lo pueda condicionar. No hay propuestas ni debate de ideas. Esto no es novedad, como tampoco es novedad que la oposición vea mal aquello que se hizo o propone el que está gobernando, pero no son capaces de jugarse en decir que haría o que modificaría. Cuanto menos posibilidades tenga de alcanzar un cargo, más utópicas , radicales o incumplibles serán sus propuestas. Por lo general todo es vago o difuso. Como dice el refrán: de muestra sirve un botón: Carlos Menem, luego de ser electo y haber hecho todo lo contrario a lo propuesto dijo: “Si decía lo que iba a hacer, nadie me hubiera votado”.
Lo más llamativo es que la oposición critica las medidas o el manejo que hace del poder el gobierno, pero llegada la oportunidad de estar en ese lugar, hacen exactamente lo mismo al que critican. Lógicamente que en defensa del sector a quien representan y con las justificaciones del caso. Este es el viejo juego de la política: hipócrita. Mostrarse como no son.
El que gana las elecciones y obtiene la mayoría, hace uso discrecional del poder. En caso de ganar y no obtener la mayoría, éste debe negociar con otras fuerzas, lo que lo muestra más “dialoguista”o “conciliador” porque no le queda otra que reconoce su debilidad. Este es el juego de la política.
Sin llegar a ser tremendista o apocalíptico, en estas elecciones se juega mucho más de lo que es habitual en elecciones legislativas, más que nada por la postura de ciertos sectores, por lo general encubiertamente reaccionarios. Llama la atención el “odio” que algunos manifiestan en sus declaraciones y las actitudes golpistas que otros asumen.
Intentan instaurar – junto a ciertos medios – una soñada idea de un “golpe” institucional, que no es sólo un invento de alguna mente oficialista. Hay hechos y dichos concretos. La violencia ejercida y la reivindicación encendida a la última dictadura militar que hicieron algunos “productores” en Laguna Paiva cuado atacaron al Diputado Rossi, además a una serie de acontecimientos “desestabilizadores” y que pretendieron instalar una suerte de inseguridad institucional en el País. Fue desagradable la justificación que hizo la FAA ante este hecho de violencia y sobre la toma de un banco por parte de los ruralistas, pero no fueron los únicos actos de subversión: “ahora vamos a ir por los legisladores”, “no vamos a aflojar, vamos por todo” (De Angelis). "Hay un solo camino: ganar o ganar, no hay lugar para otra cosa", “desgastar al gobierno donde se pueda” (Buzzi). El reportaje de Mariano Grondona a Hugo Biolcati presidente de la Sociedad Rural, donde dicen que el gobierno de perder las elecciones legislativas no va a terminar su mandato. Ya no es la mera expresión del antagonismo ideológico, sino rencor y odio, que no me cabe ninguna duda, de haber sido otrora, estarían golpeando las puertas de los cuarteles y ofreciendo patrióticamente sus servicios. Lo grave es que cierto sectores lo vivirían con algarabía y otros serían peligrosamente indiferentes (por algo será?). Como esa época – supuestamente - quedo atrás, ahora especulan con golpes institucionales-económicos, el más reciente del 2001, donde algunos dirigentes “peronistas” - que se dicen retirados - tienen bastante experiencia en el tema. No hay un castigo social para estos personajes, se reciclan y su palabra se sigue escuchando como si aún tuvieran autoridad moral y ética. Lo que pareciera demostrar – aún - la debilidad institucional del sistema.
Está probado que aquellas organizaciones políticas que se oponen a lo más representativo de la clase obrera y los humildes (el peronismo), siempre hayan fracasado en el uso de las facultades que le ha otorgado el pueblo por medio del voto. Ya sea por elecciones democráticas 1983 – 1991 y que no llegaron a feliz termino o aquellas inconstitucionales con el peronismo proscrito.
Sin querer hacer una comparación de valor, el odio que hoy demuestran algunos sectores de la sociedad tiene cierta similitud con aquellos que enfrentaron, bombardearon y derrocaron a Perón en 1955. Sectores oligárquicos, burgueses y medios, la prensa, la iglesia, la sociedad rural y un amplio arco político que abarco de la derecha a la izquierda. Se acusaba al gobierno de déspota, autoritario, de no dialogar, falta de libertad de prensa, etc. Algo similar a lo que ocurre hoy, aunque sobre los medios de comunicación, el 80% son oposición. También hay similitud en la forma despectiva de trataba a los obreros y pobres, antes “cabecitas negras” o “alubión zoológico”, hoy son negros de mierda o villeros.
Ayer molestaba el ascenso social de las clases más desposeídas y olvidadas. Molestaba la mayor participación en la riqueza de los humildes, que tuvieran acceso a la educación, salud, vivienda, trabajo digno y la fortaleza de los gremios. Durante estos últimos años que se pudieron recuperar algunas reivindicaciones laborales y sociales perdidas en los 90. Hoy ante la crisis mundial, nuevamente pretenden hacérsela pagar a los obreros, aplicando medidas recesivas y anti obreras.
Muchos de la clase media y alta que reniegan del peronismo, lo miran con desprecio y lo discriminan por estar formados por obreros, pobres y marginados (negros), (aunque hay muchos intelectuales sobresalientes), pretenden desconocer que fue Perón quien permitió que los hijos de los trabajadores tuviera acceso a una universidad gratuita y pudiera transformarse en profesionales.

LA CLASE MEDIA, NO VA AL PARAÍSO
Pero no solo asombra la actitud de ciertos profesionales, sino también de muchos empleados-oficinistas (clase media - baja) hacia los simples obreros. Como si ser empleado en una oficina los elevara de categoría y les diera cierto “estatus” social. Tanto a profesionales o empleados, la política de este País les otorgo posibilidades que a otros se la negó. Nos quebraron la unidad solidaria que existía, “trabajadores éramos todos”, donde cada uno cumplía su rol en una comunidad organizada. Se perdió la visión de que los obreros fueron los más castigados, desprotegidos y perjudicados por aquellas políticas destinadas a favorecer la acumulación de riquezas en manos de unos pocos: privatizaciones, endeudamiento, especulación financiera, desindustrialización, importación irrestricta, un país solo de servicios. El País del uno a uno, viajes a Europa, Miami o déme dos. Los trabajadores pagaron los vicios y las suculentas ganancias de unos pocos, que exploto en el 2001, con 21,5% de desocupados, igual a 3 millones de seres humanos. Parecería que nadie se detiene a pensar que paso con los pobres y marginados, por qué llegaron a esa triste situación, que ha provocado su “expulsión del circuito social”, por qué hoy son mal visto. Ningún ser humano desea vivir en la pobreza o marginalidad, sino que les negaron todas las posibilidades de progreso cultural, laboral y social, solo se los marginó y trato de esconder. Nada más que han crecido tanto que ya no se puede ocultar y sólo se atina a escaparles o usar, en lugar de darle una solución definitiva, “integrarlos”. Agradezcamos su pasividad y resignación para asumir este destino injusto que le han impuesto algunos sectores económicos-sociales y dirigentes políticos, gremiales y empresariales, porque si reaccionaran por justicia, muchos la pasarían muy mal.

CUANDO LA “CORBATA” ESCLAVIZA
La clase media, por lo general, tienen ese prurito de ver como villano al obrero y victima al empresario. Generalizan calificando “a los obreros” de vagos, mal intencionados, abusadores, prepotentes, que arruinan las herramientas o máquinas para no trabajar o por revancha.
Ahora lo más sorprendente es que no tienen conciencia de clase, porque no dejan de ser trabajadores, trabajan bajo dependencia o cuenta propistas y cuando su patrón los deja en la calle o no les pagan el trabajo, se sienten desprotegidos y abusados. Si asumirían su verdadero rol, estarían más cerca de los obreros y de sus reclamos.
Pocos se ponen en la piel de un obrero, ser obrero no es fácil, largas horas de viaje hacinados, extensas jornadas laborales, sueldos magros y condiciones desfavorables. Ahora si vivís en un asentamiento, villa o complejo, difícil que puedas ser obrero, porque no cualquiera te da trabajo.
Tratemos de entender quién ha instalado esta división obreros – empleados en la sociedad y quienes son los beneficiados.

LOS RICOS “QUIEBRAN”, LO POBRES SE MUEREN
Ningún obrero, por más mal comportamiento que tenga, logra quebrar a una empresa para clasificarlo como “el villano”, en cambio – históricamente - son muchos los empresarios que quiebran, funden o vacían – malintencionadamente - sus empresas perjudicando a cientos de trabajadores. Sin profundizar demasiado en la historia, recordemos las matanzas en la patagonia o los hechos de la semana trágica derivados del conflicto en la fábrica Vasena, tan sólo como para nombrar un par de hechos deplorables. Recodemos los subsidios de la promoción industrial dispuesta por los militares, créditos a tasas bajas impagos al BANADE, estatización de los pasivos contraídos en el exterior realizado por Cavallo y que todos los argentinos estamos pagando. Tampoco debemos olvidar que en la última dictadura militar – algunos empresarios - informaban sobre aquellos obreros o delegados rebeldes, para que estos los escarmentaran o “chuparan “. Y sin ir a hechos tan repudiables, cuántos son los empresarios que se quedan, se quedaron, especulan o especularon con los aportes de la seguridad social, sindical o obra social de los trabajadores. Cuantos son los empresarios que han tenido suculentas ganancias y no invirtieron ni un peso en sus empresas, remitieron esas ganancias a paraísos fiscales o incrementando obscenamente su patrimonio personal. Cuantos empresarios no cumplen con las mínimas normas de seguridad e higiene poniendo en riesgo la vida de los trabajadores o contaminan irresponsablemente el medio ambiente. Cuantos se beneficiaron con las leyes de flexibilización laboral, haciendo trabajar extensas jornadas laborales sin reconocimiento de horas extras, ni beneficios convencionales, todo por la necesidad de trabajar. Aún el trabajo en negro sigue siendo elevado, como así también la explotación infantil. Se niegan a ceder una mayor participación en las ganancias a sus trabajadores. Cuando un empresario cierra su empresa puede seguir viviendo de la renta, el obrero no tiene resto. Un mal o deshonesto empresario pude hacer mucho más daño que un mal obrero. Convengamos que históricamente las víctimas fueron los obreros y no los empresarios, por lo tanto no se justifica esta descalificación. La idea es que cada uno cumpla con su rol con honestidad y eficiencia, sin querer sacarse ventaja uno u otro según de que lado este la fuerza.
Se esta exacerbando las divisiones, recreando viejas fobias y antagonismos que se creían superados. Nos han introducido en la lucha de pobres contra pobres. “blancos contra negros”. Los que tienen algo (clase media – media baja) obreros, empleados, cuentapropistas, profesionales, etc., que por suerte y esfuerzo pueden tener algún patrimonio, miran con desconfianza a los pobres, carenciados y marginados, como si estos quisieran arrebatarles sus pertenencias.
Los pobres, carenciado y marginados ven con recelo a los que tienen algo, porque creen que estos le están quitando la posibilidad de una vida digna. Sin darse cuenta unos y otros, que hay muchos que comprenden las necesidades de unos y comprenden los bienes bien habidos que otros tienen. Lo que es obligación de los que más tienen, es comprender la desesperación y necesidades de los que menos tienen, y sobre todas las cosas, la falta de oportunidades que se les negó por años. Hay que luchar para igualar para arriba e integrar y no marginar o desplazar.
Esta es la insidia que nos han metido los que si tienen el poder económico, los que no quieren repartir algo de sus millonarias ganancias y quienes tienen el deber de distribuir la riqueza con justicia.

SIN EL PERONISMO, NO SE PUEDE GOBERNAR
Mientras los pobres nos miramos con desconfianza, los poderosos económicamente no se preocupan, es más, disfrutan porque sus bienes están asegurados. No les importa la mortalidad infantil, la desnutrición, la miseria, las enfermedades de la pobreza, para ellos eso son solo estadísticas.
La historia lo ha marcado, el peronismo es quien ante la debacle de otros partidos o los mismísimo militares, fue el que ha tomado las riendas del País y lo ha conducido. Nadie ha podido gobernar sin el peronismo, por ende sin su columna vertebral, el sindicalismo. El peronismo no es de por si , un partido que se pueda decir “políticamente correcto”, como le gustaría a establisment o a la mayoría de los sectores conservadores. Excepto los 10 años de Menem, pero eso no fue peronismo sino puro neo-liberalismo digitado desde el norte. El caballo de Troya dentro del peronismo. L0 que no pudieron los militares y la oposición – entrega y vaciamiento - lo logro Menem. Aún hoy debemos soportar a sus seguidores como De Narváez, Sola, Reutemann, Scioli, Barrionuevo y Cia. Hoy muchos de estos personajes son manejados desde las sombras por un Duhalde impresentable. En que se puede sentir representado o identificado un obrero o un “militante peronista” con un millonario, un terrateniente sojero, un ex F1 terrateniente sojero o un ex corredor de motonáutica (obediente oficialista), sin pasado y militancia peronista.
Radicales, Coalición Cívica, algunos socialistas e izquierda, (ex alianza), paradójicamente conforman casi la misma alianza que motorizo y apoyo el golpe que derroco al gobierno democrático del Presidente Juan D. Perón. Tienen el mismo rumbo, se oponen a todo, pero no proponen nada superador, sólo tienen para mostrar los fracasos anteriores. Pero algo si está claro, que trataran por todos los medios obstruir cualquier intento de profundizar este modelo, que apenas llega a ser reformista.
Nadie puede dudar de su anti peronismo, lo tratan de disimular pero es evidente su intolerancia a lo popular y sobre todas las cosas a no poder dominar a esa masa de pueblo que sigue fiel a una idea con la que se siente identificada y que hace a nuestra idiosincrasia. Lo sienten, lo viven, se hace carne esa discriminación, el desprecio y menoscabo a su condición de pobres y obreros, para ello son “esos negros”. Brote del viejo gorilismo racial.
De perder – el oficialismo - la mayoría en las cámaras en manos de este cúmulo de fuerzas anti obreras que compiten, procuraran y seguramente intentaran hacer retroceder las conquistas laborales y sociales restituidas. Es evidente su desprecio por las organizaciones sindicales peronistas, deploran a sus dirigentes sindicales y siempre estuvieron más cerca de los poderosos intereses económicos. El 80% de la oposición ya ha dado muestra al tomar posición – cuando fueron parte del gobierno o en el parlamento – sobre que intereses defienden, que no son precisamente el de los trabajadores. No debemos olvidar que desde Menem y la Alianza no existieron aumentos ni paritarias para los trabajadores. Más de 10 años en que la flexibilización de las tareas y la rebaja de los salarios fueron la constante.
Igualmente todas estas alianzas son efímeras, circunstanciales y electorales, lo que marca su debilidad y de ninguna manera les permitiría gobernar.
Sólo algunos sectores peronistas (no pro menemistas o duhaldistas), de izquierda y sociales van por la profundización del modelo, pero como siempre divididos por sus celos ideológicos y actitudes individuales.
Si alguna alternativa fuerte y masiva, propusiera profundizar el modelo: Pleno empleo, salarios dignos, vivienda digna para todos, acceso a la educación y salud gratuita e igual para todos. Los Ferrocarriles como un bien social y de crecimiento de los pueblos del interior. Los servicios esenciales en manos del Estado. Mejorar el reparto de la riqueza, bajar los años de jubilación. Mayor control a las multinacionales cerealeras, mineras y petroleras. Recrear la Junta Nacional de Granos, Carnes e YPF, restringir la venta de tierras a extranjeros en zonas estratégicas. Reforma agraria. La tierra en mano de mucha más gente, bajaría la pobreza y la indigencia. Resumiendo Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política. Esas no son ideas extremas, delirantes o inalcanzables, esto se llama Revolución PERONISTA, no estaríamos hablando de que peligra el modelo. Pero si desesperaría a todos los sectores de derecha que hoy acaparan el espectro eleccionario y que por mucho menos quieren defenestrar a este gobierno.
Acaso la Revolución Justicialista o la Comunidad Organizada del General Perón, hoy han pasaron a ser una utopía o idealismo?
Algo que se suele dar: todo proceso de cambio que permite el asenso de las clases más bajas y medias, estas se vuelven conservadoras, trabando la profundización del cambio. Toda mejora es inversamente opuesta a los cambios.

¿CUÁNDO LOS “MEDIOS” SERÁN “ENTEROS”?
Los medios de comunicación - en todo este proceso – merecen un párrafo a parte, en general o los de más llegada a la gente, dado que están jugando un papel importantísimo en contra del gobierno, sectores gremiales y populares. Los “medios de comunicación” son empresas de comunicación que pertenecen a grupos económicos y es evidente que están haciendo campaña.
Si nuestro objetivo es estar informado, es preciso saber quien nos informa, que sector social o interés representa.
Es más que evidente, que el más importante multimedio se siente afectado ideológicamente ante la posibilidad de perder su millonario e influyente poder, por la nueva ley de radiodifusión, que permitirá que exista libertad de prensa. Aunque no es el único interés afectado, pero si el más poderoso. Por lo tanto ha puesto todos sus medios para hacer campaña en contra del gobierno y hacer “lobby” a favor de la oposición.
Desde la monopolización de los medios de comunicación social, verdaderos formadores de opinión, trasmiten sus “verdades” desde su propia óptica, que no es otra que la de sus intereses de grupo económico.
Cuando nuestras familias o nosotros mismos leemos un diario, vemos un programa de TV o escuchamos un programa de radio, creemos que nos estamos informando, cuando en realidad lo que estamos consumiendo es la versión interesada de grupos económicos que dicen sólo lo que a ellos les conviene, mientras esconden las verdades más importantes.
Es decir que debemos saber “leer, escuchar o ver” lo que ellos jamás no dirán, porque no les conviene que el pueblo esté debidamente informado.
Se ha puesto muy de moda, que periodistas a los cuales se le han creado el aura de “serios y objetivos” nos digan que y como debemos pensar. Nuestra vida se ha hecho tan veloz, que ya no nos detenemos ni un minuto a pensar que nos están diciendo o nos quieren decir, que intenciones tienen o porque quiere que pensemos como ellos, consumimos lo que nos dicen como si fuera la única verdad. Además, cuanto más breve mejor. Cuando la realidad tendría que ser que tan sólo nos den la información y cada uno saque sus propias opiniones de los hechos. Cuando nos dicen que nos están “informando” , en realidad nos están “formando” una opinión favorable a sus propios intereses.
Grupos empresariales asociados, controlan estos medios para evitar que el común de la gente pueda decidir por si misma el rumbo de sus vidas. Han reemplazado las dictaduras por un medio más sutil de dominación y “embrutecimiento” masivo.

LO QUE MATA ES LA INGENUIDAD
Soy critico de este gobierno, tampoco soy defensor de la mayoría de los encumbrados o renombrados dirigentes gremiales, pero mal que mal, pueden ser el resguardo de los logros alcanzados y avanzar hacia la tan ansiada Justicia Social.
Considero que en el modelo actual hay muchas falencias, que se quedaron a medio camino con los cambios necesarios, la distribución de la riqueza es magra y lenta, no se produjeron los cambios en la política tal como prometieron, siguen aliados a la vieja política, pero como “trabajador” no veo la solución en escapar hacia la derecha o volver a probar políticas neoliberales o empresariales, que ya hemos padecido. Si creo que debemos exigir, actuar y participar para profundizar los cambios e ir hacia un Estado de mayor igualdad, dignidad, justicia social, independencia económica y honestidad, que sólo el PERONISMO verdadero y fuerzas nacionales pueden darnos, sin todos estos equilibristas o saltimbanquis de la política, que su única ideología es satisfacer sus apetitos personales.
Las fuerzas políticas de derecha, que hoy le están discutiendo el poder al gobierno, siempre criticaron o trataron de ponerle límites al movimiento obrero, porque no lo pueden dominar, por lo tanto intentan dividirlo y debilitarlo, para así cumplir con los designios de quienes representan, lo que más tienen y quieren un país, dominado, pobre, ignorante y endeudado.
En definitiva, hoy por hoy este gobierno, con todas sus falencias y errores, podríamos decir que es la opción Peronista. Aunque hay otra opción nacional y popular, Pino Solanas, aunque mucho más idealista.
Se puede estar en contra, no opinar de igual forma, pero lo que se ha generalizado es el odio, la intolerancia, la critica constante, por más que haya cosas que se puedan hacer bien.
Estas últimas elecciones además están marcadas por alianzas ocasionales y sin basamento ideológico, se ha hecho vulgar el cambiar de partido o no cumplir con el mandato por conveniencias o por un mejor puesto en la lista, poner a la mujer, hija o cualquier pariente o como las candidaturas falsas, porque no asumirán. No existen políticos nuevos, ni nueva política, solo se reciclan. La política se farandulizo y todo se hace según el marketing y el asesor de imagen. Nada es verdad, todo es ficción. Esto suma al desprestigio de la política y aleja al ciudadano común de aquello que le debe importar como la vida misa, porque en la política esta en juego su futuro y de sus hijos. No es poca cosa.
Para reflexionar: A pesar de que este Gobierno tiene rasgos peronistas, uno no le dará más crédito por el riesgo que representan los que hoy son oposición que por mérito propio?
Si hay tanto rechazo y aprensión por las medidas moderadas redistributivas tomadas por este gobierno, que pasara si pretende profundizarlas? Es un Gobierno condicionado? Hacen lo que pueden?
Si el oficialismo gana, todos estos destituyentes o golpistas que pululan por los medios y en algunas calles y rutas, aceptaran el veredicto de las urnas o buscaran algún otro tipo de revancha?
No defiendo a los políticos, sino a la política y a la democracia, si queremos vivir dentro de ella. La peor crisis no es la económica, sino la de nuestra sociedad, intolerante e individualista, así este País seguirá sumergido. Sólo se salvaran los de siempre, los que acumulan riqueza expandiendo la pobreza.
Héctor Daniel Fernández

martes, 19 de mayo de 2009

INTOLERANCIA

Febrero de 2009

Es preocupante el hecho de violencia (eso no fue un escrache) ocurrido en Laguna Paiva perpetrado por un grupo de “productores” contra el Diputado Rossi. Considero que estamos - al menos- ante una serie de acontecimientos “desestabilizadores” y que ponen en riesgo la vida institucional del País. Es desagradable la justificación que hace la FAA ante la violencia, pero no es el primer acto de subversión: “ahora vamos a ir por los legisladores”, “no vamos a aflojar, vamos por todo” De Angelis, "Hay un solo camino: ganar o ganar, no hay lugar para otra cosa", “desgastar al gobierno donde se pueda” Buzzi. Creo que cierto sector intolerante pretende dar un golpe institucional - económico. Por más perjuicio económico que padezcan no se puede justificar o incitar a la violencia, como muchos lo están haciendo, incluso algunos medios de comunicación, esto nos pude llevar a un espiral peligroso y que ya vivimos. Que les queda a los miles de marginados y pobres, a los que deben revolver los tachos de basura para comer algo, a los cientos de trabajadores que se están quedando sin trabajo, “volver a los saqueos”, agredir a quienes lo empobrecieron toda la vida. No defiendo a los políticos sino a la democracia, si queremos vivir dentro de ella. La peor crisis no es la económica, sino la de nuestra sociedad, intolerante e individualista, así este País seguirá sumergido. Sólo se salvaran los de siempre, los que acumulan riqueza expandiendo la pobreza.

Héctor Daniel Fernández

CRISIS

Diciembre de 2008

¿UNA CRISIS SOCIAL PRODUCTO DE LA CRISIS FINACIERA – O – UNA CRISIS FIANCIERA PRODUCTO DE UNA CRISIS SOCIAL?

El comportamiento social ha sufrido una degradación que nos debe preocupar. No solo se ha degradado y es creciente el descreimiento entre representantes y representados, sino que también afecta la observancia de las leyes, el funcionamiento de las instituciones e incluso en el comportamiento diario en la calle.
En la década de los noventa se alcanza el cenit de los cambios sociales y culturales que hacia años se venían gestando, está época estuvo marcada por el fundamentalismo de mercado que trajo aparejado una caída profunda en los valores que eran el basamento de la sociedad. Se instalo en casi todo el mundo el neo-liberalismo o capitalismo salvaje, perdiendo la economía la ética y la equidad. A consecuencia de ello surgieron factores como la desocupación, eliminación de las pequeñas empresas, salarios inmóviles, privatizaciones, recicladotes de basura, trabajos informales, etc., que hicieron que cambiara el comportamiento general. Pero uno de los hechos más grave fue la perdida de la cultura del trabajo, debilitando las bases sociales y poniendo en riesgo las instituciones, comenzando con la familia, forjadora de valores éticos y morales.
La degradación social que estamos viviendo es el reflejo de la degradación de la familia. Los valores morales surgen primordialmente en el individuo por influencia y en el seno de
la familia, y son valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la lealtad, el trabajo, la responsabilidad, etc. Algunas de las causas, son los conflictos familiares, intolerancia y la situación económica, ésta ha traído aparejado que tanto la madre como el padre tengan que salir a trabajar, quedando los hijos al cuidado de familiares o extraños, doble escolaridad o cuando no en la calle. Cuando los padres regresan al hogar luego de una larga jornada de trabajo, están agobiados y cansados, escasamente pueden contener o atender las demandas de sus hijos, produciéndose un relajamiento de la autoridad, pérdida de disciplina y de respeto, lo cual se refleja en el comportamiento en el colegio y ante la sociedad. En definitiva la formación queda en manos de terceros, que no siempre tienen el mismo celo e interés que los padres, quienes además tiene la obligación de esa labor.
La resignación, el conformismo y el desaliento se instalan en vastos sectores de la sociedad adulta y el desinterés y descreimiento en la juventud, doblegados ante un discurso aplastante que predica que el destino de hombres y mujeres se juegan en el terreno del mercado - donde impera la ley del más fuerte y el "sálvese quien pueda" - y no en el ámbito de la sociedad, política y el Estado. Gran parte de la Juventud descreen de todo y no quiere participar en nada, porque suponen que serán usados y nada podrán cambiar. Algunos sectores expresan su rebeldía con violencia, violencia en las canchas, en los recitales o simplemente en las calles, otros se hunden en el alcohol y las drogas o caen en la marginación al no vislumbrar un futuro. Quizás todas estas reacciones sean una forma inconsciente de revelarse contra este sistema que los expulsa y abandona y a la vez serle inservible al mismo.
Nos hemos convertido en una sociedad individualista, intolerante y agresiva, la única verdad es la nuestra, el único reclamo valedero es el nuestro, el de los demás sólo molesta. No hay respeto por espacio público ni conciencia por el bien común. Así vemos como automovilista se quejan porque manifestaciones de trabajadores o desocupados cortan las calles reclamando en defensa de su fuente de trabajo, pidiendo trabajo o mejores condiciones de vida. Pero esos mismos automovilistas que reclaman por su derecho a transitar libremente, toman la calle y la cortan para reclamar que no levanten más edificios, para que ponga un semáforo, pero les es indiferente si se cortan avenidas y calles por un corso, un recital, un partido de fútbol, una maratón o cualquier otra acontecimiento. Se está obstruyendo en once una calle por cuatro años, que nada tienen que ver con el dolor y legitimo reclamo de justicia, pero se está perjudicando a vecinos, comerciantes y usuarios de colectivos sin que a nadie convoque o utilice el sentido común. Se corta indefinidamente un puente internacional como protesta contra una empresa en un País vecino porque supuestamente nos va a contaminar. Se cortaron las rutas del País en reclamo de beneficios a un sector de la producción, perjudicando a otros sectores con desabastecimiento y aumento de precios en los alimentos. Pareciera que solo es valedero nuestro reclamo o del sector al que pertenecemos.
Sin ir muy lejos, en pleno 2001, el fulgor de las asambleas populares y la caída estrepitosa a nivel social de la clase media, con alta tasa de desocupación, corralito y saqueos incluidos, los hizo acercarse a los más pobres, y como gran acontecimiento los vecinos de Caballito recibieron a los pobres de La Matanza (luego piqueteros), con D´elía a la cabeza, en su marcha hacia Plaza de Mayo, con agua y comida, en un gesto de solidaridad y comunión social. No hace mucho, los vecinos de Caballito cortaron la Av. Rivadavia pidiendo que saquen un “asentamiento” de cartoneros que se encuentra sobre las vías del Ferrocarril Sarmiento, porque dicen que ellos provocan la ola de delitos que padecen. No se congregaron porque viven en condiciones inhumanas, sino porque supuestamente “los marginados” son generadores de inseguridad.
La inseguridad es un serio problema, pero no es independiente del problema social que vivimos, sin inclusión no habrá seguridad. Aquellos a quienes se les da la espalda, hoy nos piden, mañana reclamarán y luego, nos quitaran con violencia lo que ellos creen que les corresponde de una mala distribución de los bienes.
Es positivo que los ciudadanos se manifiesten y movilicen por aquellas cosas que lo afectan y no son atendidas, pero se tiene que tener un criterio para analizar que es lo relevante o lo que no lo es tanto, que es prioritario y lo que no lo es, de acuerdo a esto debe ser nuestro comportamiento en la calle con manifestaciones o manifestándonos.
También es permanente la queja sobre la suciedad y el tránsito, pero los que generamos la suciedad somos los mismos ciudadanos, los que violamos las reglas de tránsitos somos los automovilistas. Es indudable que hay una profunda incultura ciudadana y falta de ejemplos. Por lo general aquellos que deben hacer cumplir disposiciones, ordenanzas o leyes, son lo primeros en violarlas o individuos omnipotentes que no les toca las generales de la ley. Estamos colapsando como sociedad y no sumergimos en una crisis muy peligrosa.
Declamamos por las dirigencias corruptas, inmorales, comportamientos mafiosos, ineficientes, etc. Pero no podemos negar que esos dirigentes nacieron del ceso de nuestra sociedad. No se hicieron corruptos, mafiosos o ineficientes con el solo hecho de arribar a un cargo político.
Además pareciera que la sociedad le gustara suicidarse, cuando asume un gobierno democrático –cualquiera su signo político - y con el cual no se esta de acuerdo, queremos inmediatamente que fracase. Cuando fracasar significa que nos ira mal a todos o casi todos. Sectores de poder comienzan a operar en su contra para debilitarlo y desgastarlo. Se apoya a cualquier sector o persona que critique o ataque al gobierno, sin importarnos que ideas sustenta o si esta a las antípodas de nuestro pensamiento. Se producen las alianzas más sorprendentes, carentes de coherencia y sustento ideológico, aquellos a quienes criticaron o descalificaron, hoy son sus nuevos aliados. Nadie analiza la información, de donde proviene o que intereses tiene, se la consume tal cual se da. Aún existen conductas con reminiscencia golpistas. Así cuesta mucho crecer, como País y como sociedad.
En definitiva es una actitud egoísta de esta sociedad, privilegiamos nuestros intereses por sobre los del conjunto, no importa si el País se hunde, lo importante es salvarnos únicamente nosotros.
Se tiene una visión muy escueta de País, producto de un trabajo planificado que viene de muchos años atrás que tuvo por objetivo crear esta sociedad individualista y destruir los valores solidarios que existían. Hoy suponemos que “el País” es sólo el ámbito que nos desenvolvemos o el sector social al que pertenecemos o tenemos contacto.
Nuestra sociedad olvida rápidamente ciertos acontecimientos, no recuerda lo duro que fue superar anteriores crisis y cuanto nos costo salir de ellas, principalmente la más reciente del 2001. Como en toda crisis el trabajador y los pobres son los que más pierden y deben pagarla con una alta cuota de sacrificio.
Ahora cuando hablamos de sociedad, por lo general nos referimos a ámbito que nos rodea. Pero en realidad la sociedad está conformada por distintos estamentos sociales. Entre esos estamentos se encuentran los pobres y marginados, quienes no especulan, no se preocupan por la caída de la bolsa o si sube el dólar, sólo pueden preocuparse en comer ese día y estos son millones de ciudadanos. Así que cuando se dicen, “la sociedad esta preocupa por ....” no es toda la sociedad. Parecería que para algunos solo cuenta aquellos de cierto poder adquisitivo.
Si el reparto de la riqueza fuera más eficaz y equitativo y se invirtiera en educación, salud y trabajo digno, no habría tantos marginados y pobres, se recuperaría la cultura del trabajo y se eliminaría muchos de los males que hoy nos aquejan, entre ellos la violencia, seguramente no habría que invertir tanto dinero en policías, cárceles, barrios cerrados, guardias privados de seguridad, etc. La acumulación de riquezas en manos de unos pocos, trae aparejado la acumulación de pobreza en la mayoría de la población.
Estamos ingresando a una nueva crisis mundial, iniciada en Estados Unidas y que no se sabe a ciencia cierta, cuando o como terminará. Algunos vaticinan el final del fundamentalismo del mercado, ese que por si sólo todo lo arreglaba. En EE.UU el mismísimo Estado, conservador y defensor del libre mercado, “intervino” para que no se les derrumbara todo el sistema. No se puede distinguir si es una maniobra más de la economía capitalista para bajar los precios de las materias primas, congelar y bajar salarios, ajustar las plantas permanente de trabajadores y flexibilizar las condiciones laborales. Una historia ya vivida o se les pincho la burbuja financiera especulativa improductiva, que se apropiaba de la riqueza creada por el trabajo. Mientras la producción este en manos de grupos inversores, financistas o accionistas, donde las ganancias son el único criterio, en lugar de los productores o industriales con intereses propios, solo prevalecerá la especulación. Mientras existan empresas con más poder que un Estado, no existirá una democracia verdadera y mucho menos se podrá pensar en una economía social. La falta de equidad del capitalismo, genero que el trabajador produzca riquezas para otros, mientras producía su propia pobreza material y moral.
Toda crisis trae cambios, estamos ante la posibilidad histórica de producirlos, se requiere una transformación económica, social y política, enfocada en la producción y no en la especulación, reparar los profundos daños en el tejido social y una democracia verdadera apoya sobre la base de una mayor participación y consenso.


Héctor Daniel Fernández

DONDE VA NUESTRA SOCIEDAD

Mayo de 2008

Recientemente se entablo una discusión entre la Iglesia, el Gobierno y algunos oportunistas opositores, que ofende a la condición humana, peleándose para ver cuantos pobres hay. Se nos quiere distraer la atención con números, cuando esos números son seres humanos, hombres, mujeres, niños, ancianos y jóvenes, que necesitan políticas integrales, eficientes y directas, que no pueden ni deben esperar más. Ningún dirigente político o social con ingerencia en la política actual esta libre de culpa, este flagelo viene desde hace tiempo y todos, con mayor o menor responsabilidad tuvieron su participación y no hicieron nada para remediarlo, esperaron que la política del derrame los alcanzara, que si la recaudación o si reactivación, que una bolsa de comida o un plan social solucionara por si sólo el problema, incluso algunos trataron de esconderlos desalojándolos de un lado a otro, pero ahí estaban y ahí están.
Es ofensivo y denigrante entrar en una discusión así, aquí no hay nada que discutir, sino cada uno de los que tienen una porción de poder deben ponerse a trabajar efectivamente para que desaparezca la pobreza, para que en este País, esencialmente productor de alimentos, no haya personas con hambre, seres humanos abandonados a su suerte, pobres de toda pobreza.
Lo que está sucediendo en nuestro País es muy grave, se está degradando el futuro. Dos hechos recientes marcan una realidad de la cual solo algunos que viven en una burbuja o se hacen los distraídos no pueden vislumbrar. Dos criaturas de 7 y 9 años que vivían en un ámbito de pobreza extrema asesinaron a una niña de 2 años. Cinco chicos murieron calcinados al incendiarse la “casilla” donde vivían. Si a esto le sumamos la cantidad de niños de la calle que deambulan día y noche por los centros urbanos, librados a su suerte. La cantidad de niños que acompañan a los padres en la tarea diaria de recolectar cartones o los chicos que son utilizados para trabajar porque abaratan sus costos. La mayoría de estos chicos, al igual que sus padres, viven en condiciones indignas para cualquier ser humano, en ranchos o casillas, sin acceso a la salud, a la educación, sin agua potable, sin red cloacal, o en asentamientos paupérrimos y hacinados. Por su condición, son los más vulnerables a flagelos como la droga, alcohol y violencia. Se les reclama conducta social y ciertos valores y principios éticos, pero no olvidemos que a ellos se los margina permanentemente por su condición y no se les brinda la posibilidad de cambio, han sido privados de toda condición digna de vida e ignorados sus derechos constitucionales.
Algunos pretenden cambiar el enfoque de la cosa y hacernos creer que los marginados, piqueteros, cartoneros, niños de la calle, sin techo, etc., etc., están en esta situación por que ellos quieren o que se han generado por generación espontánea, pero han sido generados por deficientes o mal intencionadas políticas de Estado.
Todos lo saben, todos los ven, pero medidas concretas nadie toma y no se habla de hacer caridad o asistencialismo, eso es un paliativo nada más. En todos estos años, ningún dirigente u organización promovió un paro, una marcha, un corte ruta o medidas directas, tan proclives para defender sus intereses sectoriales pero no para exigirle a un gobierno cambiar el destino de estos seres humanos.
Existen organizaciones sociales y personas que trabajan esforzadamente para darles una posibilidad para que escapen de esta situación, pero no basta, es el Estado con todo su aparato el que debe ocuparse.
Igualmente ésta es la sociedad que hemos construido, donde todos, quien más quien menos tenemos algo que ver.
Tristemente debemos pensar en el futuro que le espera a nuestro País, con la cantidad de niños con distintas deficiencias irreversibles, problemas sociales y secuelas que no podrán revertirse, ellos formaran una inmensa legión de adultos con todo tipo de problemas, que seguramente muchos políticos aprovecharan para usar en provecho propio.

Héctor Daniel Fernández

1º DE MAYO – DÍA DEL TRABAJADOR

Mayo de 2008

El 1º de Mayo se recuerda como un hito de las luchas obreras. Todo comienza en EE.UU., con los mártires de Chicago, militantes obreros que habían sido condenados y ahorcados en 1886, por manifestarse en defensa de las 8 horas de trabajo. Aquí también se acompaño esa conmemoración y los obreros padecieron represión, persecuciones violentas, condenas, fusilamientos y todo tipo de atropellos, por reclamar condiciones más digna de trabajo. La semana roja, la huelga de los inquilinos, la Semana Trágica (empresa Vasena), Santa Cruz (la Patagonia Rebelde) o La Forestal (Chaco – Santa Fe), entre algunos de los hechos represivos más conocidos
El movimiento obrero argentino, y su organización sindical, tiene una larga y compleja historia. Nació prácticamente a mediados del siglo XIX y pasó por diferentes y variadas circunstancias históricas que motivaron su devenir.
La primera inmigración que recibió el Argentina en aquel entonces, fue el cimiento sobre el que comenzó a edificarse el sindicalismo nacional.
Durante las décadas del 80 y el 90 se formó una gran cantidad de sindicatos de oficio y la realización de huelgas se multiplicó.
A principio del siglo XX comenzaría el proceso de unificación nacional de varios sindicatos pasando a conformar las federaciones. Y si bien la unión entre sindicatos anarquistas y socialistas no sería duradera la presión que, en forma conjunta o separada, ejercían sobre el gobierno de turno si sería efectiva. Ni la violencia propuesta desde los círculos de poder detendría el movimiento ya que, por ejemplo, cuando un acto de la Federación Obrera Regional Argentina ( FORA, de tendencia anarquista) fue severamente reprimido por la policía (doce obreros murieron) la respuesta de todas las centrales – solidariamente - fue convocar a una huelga general por tiempo indeterminado. Otros hechos de violencia afectarían al movimiento obrero, por aquellos tiempos los huelguistas solicitaban la reducción de 11 a 8 horas de trabajo, aumentos escalonados de jornales, la vigencia del descanso dominical y la reposición de los delegados obreros echados por la empresa al iniciarse el conflicto, cosas - que en algunos cosos - no difieren en mucho a lo que ocurre hoy.
Durante 1929 se había conformado una agrupación llamada Federación Obrera Poligráfica Argentina (FOPA), diseñada por los linotipistas, que tenía como objetivo la unidad de las tres centrales principales la Unión Sindical Argentina (USA) constituida por Telefónicos y Marítimos , la Confederación Obrera Argentina (COA) integrada por la Unión Ferroviaria, la Fraternidad, Comercio, Municipales, Estatales y la Federación Obrera Regional Argentina del V Congreso (FORA V anarquista). Los comunistas, que irrumpieron con fuerza después de la revolución Rusa de 1917, se refugiaron en los llamados Comités de Unidad Sindical Clasista y se mantenían al margen, siguiendo las directivas de la Tercera Internacional.
En el año 1927, nace el primer sindicato papelero - la SOCIEDAD de MEJORAMIENTO de los OBREROS PAPELEROS, con sede Bernal, provincia de Buenos Aires.
En 1930 se funda la Confederación General del Trabajo - CGT – con la fusión de las centrales obreras (COA y USA).
El nuevo modelo productivo – sustitución de importaciones – generaría cambios en el esquema sindical. Se generó la readaptación mas trascendente de los trabajadores por sus futuras implicaciones, especialmente en la década del cuarenta. El desplazamiento de obreros rurales hacia los centros urbanos en busca de un puesto de trabajo en las fabricas y emprendimientos emergentes de la crisis, modifico el paisaje laboral. Este proceso, supuestamente de transición, se afianzo y produjo un cambio inédito en las relaciones laborales y en la dirigencia sindical.
El 17 de septiembre de 1937, al tomarse conciencia de que el crecimiento no podrá estar asegurado hasta que no se constituya una entidad que defienda a todos los trabajadores papeleros del país, se produce la fundación de la FEDERACIÓN OBRERA PAPELERA ARGENTINA (F.O.P.A.), que se integra con los sindicatos de BERNAL, BECCAR, AVELLANEDA, CAPITAN BERMÚDEZ, y ZARATE.
La aparición del peronismo dio nuevas energías al movimiento obrero y sindical organizado, transformándolo en un actor más y con suficiente poder como para influir fuertemente en el experto político nacional. Uno de hitos más trascendentes de este nuevo movimiento obrero y sindical, fue el 17 de octubre de 1945, que permite la liberación del general Perón de su reclusión en la isla Martín García. La movilización de miles de trabajadores, organizada por los líderes sindicales, pidiendo por la libertad del que se había constituido en su protector y futuro guía.
Los papeleros no son ajenos de este cambio ideológico en el movimiento obrero, lo que motiva divisiones sobre la concepción del sindicato, produciéndose la creación de una Federación paralela, la que constituiría su sede en Beccar, provincia de Buenos Aires, hasta arribar al 3 de abril de 1948, fecha ésta en que se reúnen en la sede de la C.G.T., calle Moreno 2033 de Capital Federal, la FEDERACIÓN de OBREROS PAPELEROS, CARTONEROS, QUÍMICOS y AFINES, con asiento en la Capital Federal y la FEDERACIÓN OBRERA PAPELERA, QUÍMICA y AFINES, con asiento en Beccar, provincia de Buenos Aires, lográndose la unidad del gremio papelero y se funda la FEDERACIÓN DE OBREROS Y EMPLEADOS DE LA INDUSTRIA DEL PAPEL, CARTÓN Y QUÍMICOS y se nombra Secretario General por aclamación Cro. Juan A. Rivero.
En los gobiernos del General Perón, se lograron avances importantes en lo que hace a la legislación laboral y social, como ser: "estatuto del peón", "los derechos del trabajador", "los derechos de la ancianidad", "los convenios colectivos de trabajo", "la ley de previsión social", "la ley de accidentes de trabajo", "la ley de vivienda obrera", "sueldo anual complementario", "la mutualidad sindical", "las escuelas sindicales", "la ley de creación de la justicia del trabajo", "los regímenes de jubilación", "las reglamentaciones de las condiciones del trabajo y del descanso", "las proveedurías sindicales", etc. En febrero de 1947, al cumplirse el primer aniversario de la victoria electoral, Perón entregó al Secretario General de la C.G.T., el original de la Declaración de los Derechos del Trabajador, incorporados luego a la Constitución Nacional, sancionada en marzo de 1949. La declaración comprendía los siguientes aspectos:
1. Derecho a trabajar; 2. Derecho a una retribución justa; 3. Derecho a la capacitación; 4. Derecho a condiciones dignas de trabajo; 5. Derecho a la preservación de la salud; 6. Derecho al bienestar; 7. Derecho a la seguridad social; 8. Derecho a la protección de su familia; 9. Derecho al mejoramiento económico; 10. Derecho a la defensa de los intereses profesionales.
Luego de 1955, el golpe militar que se hace llamar “Revolución Libertadora” derroca al gobierno constitucional del General Perón, derogando todas las leyes laborales y la constitución de 1949, se intervienen los sindicatos, se persiguen dirigentes y obreros.
Desde entonces los trabajadores vienen luchando – ante gobierno de facto o democráticos - por reconquistar, sostener y hacer cumplir aquellos beneficios. Esa lucha ha costado sacrificio y sangre obrera.
Hoy a pesar del tiempo, las luchas y las pérdidas humanas, se sigue tolerando el accionar anti sindical de las empresa, que no permiten la afiliación de los trabajadores a sus sindicatos. Además persisten viejas prácticas como son el trabajo en negro, trabajo infantil, salarios miserables, jornadas extensas, sitios de trabajo insalubres e inseguros, entre otras cosas. Grandes empresas que utilizan a los pobres como brazos baratos para productos baratos.
El poder económico está más monopolizado que nunca, pero los países y las personas compiten en lo que pueden: a ver quién ofrece más a cambio de menos, a ver quién trabaja el doble a cambio de la mitad. A la vera del camino están quedando los restos de las conquistas arrancadas por siglos de luchas obreras.
Las libertad del dinero exige trabajadores oprimidos y sumisos. El miedo al desempleo, sirve a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la productividad.
Nos queda entonces la obligación de reflexionar –aunque más no sea brevemente- sobre lo que representa este 1° de Mayo para los trabajadores argentinos: Habitando una tierra que muestra un notorio crecimiento económico, pero no es aún capaz de distribuir esa renta entre sus habitantes de manera justa; que sigue pariendo pequeñas elites de privilegiados mientras que para ello deja en la más absoluta exclusión del campo laboral a casi 5 millones de compatriotas. Estamos hablando de una Argentina que cada día abre más la brecha que separa a los ricos de los pobres; hablamos de un país que pareciera no tener tiempo ni siquiera para mirar de reojo a los indigentes; estamos diciendo en definitiva, que habitamos un país rico, pero demasiado injusto.
Los trabajadores argentinos en general y los papeleros en particular, deberán saber que en cada lucha, en cada reivindicación justa, siempre encontrarán a esta Federación presta para que juntos recorramos los senderos que nos conduzcan a la justicia.
En ese convencimiento pues: ¡Feliz Día del Trabajo!

Héctor Daniel Fernández

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...