viernes, 26 de noviembre de 2010

LOS CAMINOS ABIERTOS

Los caminos abiertos
Un artículo de Jorge Rachid

La Argentina ha encontrado un rumbo certero, dejando atrás un laberinto de búsquedas desesperadas alentadas por el éxito hoy, que llevaban siempre a la claudicación, el desamparo social y la posterior crisis recurrente de fórmulas aplicadas según intereses externos –en especial financieros– ordenados por los organismos internacionales de crédito.
Hoy la Patria está de pié, puede que a algunos compatriotas los incomode el proceso de confrontación política al cual se desacostumbraron en las etapas del discurso único. Puede ser que haya compatriotas de buena fe que crean en otro camino. Incluso pueden existir quienes se consideren mejor dotados para desarrollar el mismo sendero. Pero ninguno podrá decir si es leal con su pensamiento, que no estamos recorriendo la reconstrucción de la Argentina, no sólo de su capital económico, sino su capital simbólico que es su pueblo con su cultura, su conciencia colectiva, su esfuerzo trabajador y su protagonismo activo.
No ha sido casualidad ni viento de cola lo que nos trajo aquí, a este tiempo de realizaciones, donde se puede pensar y planificar en lo estratégico después de décadas de gestión ejecutiva presentada en forma artera, supuestamente sin ideología ni objetivos, como forma perversa de despolitizar, denigrando las ideas y posibilitando el tráfico ideológico en nombre de los nuevos tiempos.
Hemos llegado aquí por el coraje del pueblo argentino y de un liderazgo combatido y mancillado hasta límites desconocidos, por haber herido intereses concretos de los dueños del poder. Un escenario político que recuperó la capacidad de decisión nacional, la soberanía popular y el interés nacional, como forma de recrear la identidad perdida en las mesas de negociaciones internacionales, en el endeudamiento perverso como herramienta de control político y en la hegemonía de los sectores reconcentrados del poder económico –en especial financiero y transnacional– en las empresas privatizadas de carácter monopólicas.
Quienes pretendan confrontar en elecciones con el actual esquema de construcción política, deberán demostrar cuál será el eje de acumulación del modelo social y productivo de ingeniería futura que proponen, si es que la oposición es por las medidas estructurales que se han desarrollado para debilitar el neoliberalismo pálidamente vigente, después del cimbronazo de la eliminación de las AFJP, la Ley de Medios, la AUH, las políticas activas proempleo y el UNASUR como marco estratégico.
Esa explicación merecerá también el detalle de cómo afectarán esas medidas –contrarias al actual proceso– al conjunto del pueblo argentino, porque de algo estamos seguros: se debe terminar con las mentiras en campaña que después producen ingenierías sociales de marginación, angustia y caída de grandes sectores de la población. La década del 90 es un claro ejemplo de eso y el fracaso posterior aún lo estamos pagando todos los argentinos.
Quizá algunos sólo expresen que son las formas las que condicionan su adhesión al modelo, que los métodos de conducción son poco horizontales, que la convocatoria es escasa, entre otras críticas a las conductas antes que a los fines. Es legítimo que lo expongan y se diferencien hasta en términos electorales, pero no es lógico que lo hagan desde el campo de los enemigos del movimiento nacional, repitiendo eslóganes de aquellos que desde lo visceral desprecian todo lo que tenga que ver con la justicia social, los que no están dispuestos a ceder nada a favor de un modelo solidario más justo, los que son capaces de conspirar con embajadas extranjeras para debilitar el Gobierno o alentar a los fondos buitres contra el Estado nacional.
Viene bien recordar estas conductas ante la instalación de la epopeya de la Vuelta de Obligado como feriado nacional conmemorativo de una de las hazañas patrióticas escondidas por la historia oficial.
Es bueno recordar que en los buques ingleses y franceses venían argentinos que combatían a Rosas, que estaban acompañando a las tropas enemigas para resolver problemas domésticos y lo siguieron haciendo hasta la Batalla de Caseros donde lo pudieron derrotar sólo recurriendo a tropas brasileras que así lavaron la derrota infligida en Ituzaingó, posibilitando entronizar la política británica en el Río de la Plata y preanunciando la Guerra de la Triple Infamia que ocasionó un millón de muertos a la hermana República de Paraguay.
Esos mismos descendientes de aquellos títeres del imperio, escribieron la «historia oficial», como pretenden escribirla hoy desde una visión sesgada por sus propios intereses, lastimados por las políticas autónomas adoptadas desde el Ejecutivo Nacional, desde sus propias cañoneras como son los medios de comunicación.
Son quienes proclaman a los cuatro vientos su compromiso con el país, siempre y cuando el movimiento obrero sea oveja de esquila o carneo, pero nunca protagonista de la historia, desnudando así su verdadero perfil. Los mismos que cuando las crisis internacionales golpean las puertas corren presurosos al amparo del Estado exigiendo soluciones crediticias, pero incapaces a la hora de la distribución de la riqueza o la obligación fiscal tributaria, que permite la respuesta del Estado a las garantías constitucionales de todos los argentinos, desde la salud a la educación, desde la energía a la vivienda, desde el crédito a la alimentación.
Esos personajes que hoy como ayer en nombre de las libertades y la democracia son capaces de inventar golpes de Estado supuestamente constitucionales, como en Honduras, Ecuador o Bolivia, o procesos destituyentes como en nuestro país con la 125.
Son los mismos que claman por seguridad jurídica cuando evaden impuestos, triangulan operaciones de exportación estafando al fisco, mantienen salarios en negro debilitando la estructura de la seguridad social. Plantean estos mismos sectores supuestas reivindicaciones sobre la pobreza y las jubilaciones, en maniobras desfinanciadoras antes que de compromiso social, que no clamaron ni tuvieron durante décadas de congelamientos y descuentos salariales, exclusión social, desempleo y colapso industrial.
Pero el pueblo sabe que los caminos están abiertos y que se están escribiendo los nuevos paradigmas de los próximos lustros, forjados por la conciencia colectiva del pueblo argentino, que supo diferenciar entre la libertad efectiva y el oprobio moral del discurso único. Que sabe que quienes son atacados y demonizados por el poder económico, son los hombres y mujeres que se atreven a la lucha contra esos intocables; sabe también el profundo sentido de discriminación que existe en los sectores acomodados del poder, que se llenan la boca de pueblo, mientras no tenga cuotas partes de poder, ni se siente a la mesa de negociaciones.
Sin embargo se pudieron recuperar las leyes laborales enterradas, se pudo generar empleo junto a la puesta en marcha de las paritarias, que por miles devolvieron dignidad al pueblo trabajador, se restableció el Consejo del Salario y se volvió a la capacitación, la investigación en ciencia y tecnología con un nuevo ministerio, se recuperó recurso humano de investigadores del exterior, como así también el desarrollo de tecnologías de punta. Astilleros del Estado construyendo barcos, la Fábrica Militar de Aviones, la radarización del país, entre muchas otras conquistas, jalonaron un camino todavía abierto.
Los argentinos podemos recuperar un afecto perdido en la medida que el destino común sea reconstruído, la autoestima nacional repuesta después de años de denigración del ser nacional, de humillación del hombre argentino expresado en el manual de zonceras criollas de Jauretche.
El camino abierto nos desafía a la creatividad, a la imaginación, «que florezcan miles de flores» parafraseando a Mao, en una juventud que se abre paso como protagonista y bienvenida sea, porque lo hace con convicción, compromiso, hidalguía y solidaridad social, impensable hace apenas unos años.
Criados los jóvenes en el marco cultural neoliberal han podido sacudirse el posibilismo trepador individual, como lógica de vida, porque encontraron el sentido que da la identidad y la pertenencia a la Patria, recreando nuestras mejores páginas de la historia.
Quienes lo vemos desde el necesario otoño, debemos sembrar, sembrar y sembrar sin esperar cosechas, con la satisfacción de estar viviendo un renacer de la política como herramienta de transformación social, la única en un estado democrático popular, sin condicionamientos de poderes externos ni extorsiones desde adentro.
Animarse a recorrerlo es una aventura apasionante que debería ser asumida por todos aquellos que todavía sueñan con una sociedad más justa, más libre y más soberana para nuestra Patria.

martes, 23 de noviembre de 2010

IMPRESIONES APRESURADAS DE LA MUERTE DE NESTOR KIRCHNER


IMPRESIONES APRESURADAS DE LA MUERTE DE NESTOR KIRCHNER
28/10/2010
La noticia de la muerte de Néstor Kirchner, como a muchos me impacto, sorprendió y me genero una serie de incertidumbres. Lo que primero pensé fue en aquellos que tanto desearon su muerte, no les podía dar esa satisfacción. Al día siguiente, decidí ir a la plaza; quería vivir mi propia experiencia sobre lo que sucedía, como siempre lo hice en cada convocatoria o movilización. Cuando salí del subte en Av. De Mayo y 9 de Julio no entendía nada, asombrado comencé a recorrer cuadras y cuadras donde la multitud hacia cola para darle su último adiós a Nestor Kirchner. Miles de personas caminaba por la Avenida de Mayo o estaban ahí, en la Plaza de Mayo, sin saber bien como expresarse, pero compartiendo ese momento entre el dolor y desazón. No podía dejarme de sorprender, un viejo militante como yo que ha participado en muchas marchas, muchos actos, muchas plazas, la asunción del Tío Campora, Ezeiza, Gaspar Campos o cuando nuestro eterno conductor “el querido viejo” Juan D. Perón asumió la presidencia y en cada una de sus convocatorias. Cuando asistimos a la dolorosa y triste despedida de los restos del General Juan Domingo Perón. De ahí para acá participé en toda manifestación que mis convicciones y sentimientos así me lo dictaban, la del 30 de marzo de 1982 de la CGT - Brasil en la dictadura militar, en la recuperación de la democracia e incluso en Semana Santa en apoyo de la democracia. También a favor de la 125. En fin, podemos decir que uno fue un militante independiente o tan sólo un soldado de Perón, como decían nuestros compañeros mayores de Unidad Básica Ramón Carrillo de Ciudadela. Pero lo que estaba viviendo ( 28 de octubre de 2010), no dejaba de asombrarme y por un momento creí que estaba en aquellos años 70, buscaba inconscientemente con la mirada entre tanta juventud a ver si veía a mis antiguos compañeros de militancia. Solo un ex militante o un militante puede entender lo que pasaba, el corazón latía muy fuerte, los sentimientos salían a flor de piel y no había contención para la emoción. Lo que se vive en la calle y lo que ella transmite no se puede ver por televisión o leer en los diario o revistas, es una vivencia única y que nadie la puede trasmitir, por eso hay que vivirla para poder opinar. Un compañero y amigo Juan Carlos Padín, me acercó esta reflexión: “Acostumbrado a los duelos silenciosos o a los recordatorios militantes con sus “presentes” y aplausos, esta confesión individual multiplicada hasta el infinito de pasión política incontenible, ante una viuda que comandaba el dolor y la respuesta frente a la fragilidad de los doloridos, enarbolando entereza y confortando a sus heridos, me mostró que todavía hay sorpresas en la vida, y qué sorpresa y qué inexplicables sensaciones despiertan esas novedades sobre la militancia política.” Los miles de jóvenes que vi cantando y marchando alegraron mi corazón y me hicieron renacer la esperanza en un futuro mejor, como que estos chicos tomaban la posta de nuestros ideales, de nuestras utopías. Sentí como un resurgir del interés por la política, por la cosa pública, pero sobre todo de la participación como medio para delinear su propio destino. Seguro que no es toda “la juventud” la que estaba ahí, pero eran muchos y si cada uno de ellos son una semilla en poco tiempo se van a multiplicar y puede que la esperanza de hoy sea una realidad dentro de unos años. Es indudable que este cambio se lo debemos a Néstor Kirchner, porque no hace tanto que fue cuando se pedía que se fueran todos. Además esa juventud no eran esos “morochos” que fueron arrastrados a la plaza que la puta oligarquías y la derecha tilinga tienen a flor de boca para denigrar o menoscabar estos movimientos multitudinarios del pueblo. Había de todas las extracciones sociales, pero muchísimos de esa “clase media” que tanto he criticado y renegado, estudiantes, oficinistas y profesionales. Miles de personas se movilizaron solos o en grupos no organizados. Fue algo impensado, porque no se refleja en el andar diario y mucho menos en los medios de comunicación masivo. No dudo que esta expresión popular fue un duro golpe para aquellos que nos muestran o ven un País virtual y que pregonan a diario el Apocalipsis y el caos. Plantean insistentemente que todo está mal y que todo es negativo. Ellos son los intolerantes que vienen intentando desgastar y voltear a este gobierno democrático de cualquier forma. Que falta mucho por hacer es real, pero no se puede negar que para el pueblo en su conjunto este período es mucho mejor que el de Alfonsín, Menem, De la Rúa, Puerta, “El Adolfo” Rodríguez Saá, Camaño y Duhalde. Ahora como sentí satisfacción y esperanza con esa juventud, por un momento me invadió un temor, al ver este despliegue tan importante de gente y jóvenes comprometidos y militando, pensé, que jugada tendrán preparada los poderes nefastos que sistemáticamente destruyeron por distintos medios las ilusiones e incluso la vida de generaciones enteras. Porque este hecho no deja de ser un llamado de atención. También espero que las aves rapaces, principalmente de adentro, no intenten ahora comenzar a tironear para quedarse con un pedazo de poder. Estas peleas podrán dividir y desalentar a esta juventud. Seguramente ahora saldrán voces y algunas no esperaron ni que se enfriara el cuerpo, a sembrar miedo y desconcierto, harán comparaciones maliciosas con Isabel Perón. Dirán que sus ministros e incluso la Presidenta no tenia opinión ni voto, llegaran a compararan a Kirchner con un moderno Rasputín. Machacaran sobre un supuesto vació de poder. Comenzarán las operaciones de los lobbies económicos – financieros para un cambio de rumbo. Otros pretenderán correr al gobierno por izquierda, diciendo que fue duro con los débiles (aduciendo como débiles a la Iglesia, el Ejcercito, los jueces o los grupos hegemónicos locales) y débiles con los fuertes (grupos económicos y financieros internacionales), típico de una izquierda que sabe que nunca llegará al poder. Pero la Presidenta es un cuadro político de relevancia, no es Isabel, tiene trayectoria y conocimiento, además de demostrar carácter y firmeza, pero sobre todas las cosas, cuenta con un apoyo multitudinario. Algo cambio y es mi esperanza que dure. Hay un cambio de mentalidad mucho más fuerte de lo que se piensa, se cree o nos dejan ver a través de los medios, solo se ve en la calle o las redes sociales. Antes usábamos las paredes para escribir nuestras consignas, ahora se estampan en Internet. Existe un pensamiento crítico sobre todo lo que se ve, se lee o se dice de lo que se dice “la opinión pública”, se ha roto con el discurso único, con lo políticamente correcto, hay desfachatez y atrevimiento, propio de la juventud. Nuestra generación tuvo la posibilidad de haber vivido dos hechos que marcaron la historia del país, los 70 con Perón y este. Hector Daniel Fernández 28/10/2010

Milei y “la solución final al problema de los jubilados”

Los jerarcas nazis Reinhard Heydrich y Otto Adolf Eichmann, entre otros, llevaron a cabo la "solución final al problema judío”, con act...