Estamos ante una nueva elecciones presidenciales, luego de las paso, nos quedó un cuadro de
posibilidades muy complicado. El horizonte se presenta muy negro, aunque no
todos lo vislumbren. Estamos ante una disyuntiva límite, no solo en lo
económico, sino también en lo democrático, que hace 40 años supimos conseguir. Estamos a una elección de volver al pasado más oscuro y siniestro
de la Argentina.
Entiendo a los enojados,
defraudados y a los cansados de tantas frustraciones, porque yo con 74 años
largos y de haber vivido los acontecimientos más diversos, siento lo mismo,
porque lo políticos (Nacional y Popular) en estos años nos fallaron, estuvieron
más ocupados en peleas internas, en cuidar su reducto (Gobernación o
Intendencia) en lugar de pensar en la gente. Cierta militancia, siempre tan valorada
y efectiva, últimamente la ha tomado como una salida laboral. También reconozco
que la ultra derecha supo recoger el hartazgo de muchos con la política, porque
no les soluciona su problema. Tampoco les importa que quiten derechos, porque
ellos no tienen ninguno, así que no les importa que destruyan lo poco bueno que
nos queda del País y se apropien de sus riquezas. Esta colonización del pensamiento,
individualista y egoísta que les introdujeron, no les deja razonar que no es
cuestión de que como "yo" no tengo derechos se los quiten a todos, sino lo
contrario, todos juntos debemos luchar para reconquistar los derechos para todos.
Emparejar hacia arriba y no hacia abajo como proponen algunos. Quitando
derechos, si no afectan directamente a uno,
siempre van a perjudicar a algún familiar, amigo o conocido cercano.
El plan político - económico de
este engendro de Frankenstein, neonazi – neoliberal, no cambia mucho del programa
de 1976 o 1990, con más persecución, represión, desocupación y privatización. Pero
también sé que nos enfrentamos a un proceso que no es solo en nuestro País,
sino global, el avance de las ultras derechas violentas, que reivindican al
fascismo y al nazismo en la política y en lo económico a lo más rancio del
capitalismo salvaje y depredador.
El votar es un compromiso con el
destino del País y con toda la sociedad, porque no es solo ir a poner el voto o
no votar y luego desentenderse de todo o lavarse las manos a lo Pilato. En cada voto está en juego el futuro del
País, de la sociedad y el personal. Es “HACERSE CARGO” de tu voto, porque en
ello va el destino de millones de ciudadanos. No se puede votar bajo emoción
violenta, rencor u odio. Aquí no vale eso de que no me interesa la política,
son todos iguales, yo siempre voy a tener que trabajar igual o yo me la rebusco
solo. En esta oportunidad aún se puede perder mucho más, porque vienen para
exterminar el último vestigio del estado de bienestar y a todo aquellos que se
les opongan, o sea que podes perder hasta la vida. Esto no es meter miedo por las
elecciones, esto es la realidad porque te lo dicen, la ceguera, el odio y los
prejuicios nos pueden llevar a un conflicto social en el que solo se verán
perjudicados los de siempre, de la clase media para abajo. Ingenuos, para ser
suave, aquellos que creen que el ajuste lo va a pagar la casta política, la
judicial, la empresarial o sus aliados los monopolios periodísticos, ellos serán
los únicos beneficiados.
Cuando se postuló Mauricio Macri se sabía lo que iba hacer. Luego siendo presidente hizo todo lo contrario de lo que dijo que no iba hacer. Gobernó para sus amigos y nos dejó una deuda brutal que condiciono política y económicamente al País. Cuando fue postulado Alberto Fernández, sabíamos lo que era, término gobernando con la gente de Florencio Randazo, 6% de votos. Termino siendo el Alberto Fernández que todos suponíamos y no queríamos creer. El Kirchnerismo quedo marginado siendo la fuerza más importante dentro de la coalición. Ahora se postula por el sector nacional y popular, Sergio Massa y sabemos lo que es. Pareciera que casi toda la política se corrió a la derecha. Lo único es que estará más condicionados por algunas organizaciones sindicales, sociales y políticas – que integran Unión por la Patria - que presionaran para que el ajuste sea menos traumático para las clases bajas y medias, y puede que no reprima. Y si, la realidad que nos quedó –lamentablemente– es que debemos votar al que puede hacer menos daño y el único con sanidad mental. Aunque el ajuste es el común denominador de todos, unos más violentos que otros. Lo que ocurre que enfrente, entre Libertarios y Cambiemos, quedo la violencia política, la reivindicación al terrorismo de estado, a los represores y genocidas, los apropiadores de bebes, los que desaparecían y tiraban personas al río o mar y que aún no nos dijeron dónde están, los que violaban y asesinaban, los que eliminaban a los que pensaban diferente. Los que ostentando el poder del Estado y el monopolio de la fuerza, no buscaron la verdad ni la justicia, sino aniquilar. Son los mismos que hoy quieren y han intentado hacer desaparecer política y físicamente al que piensa diferente, kirchnerismo y a la izquierda (excrementos humanos). No buscan la verdad, quieren la impunidad.
Si hoy hay dos opciones factibles a presidentes de ultra derecha, copias berretas de Hitler, Le Pen, Trump o Meloni pero del sub desarrollo, es porque el campo popular y nacional (Peronismo, socialistas, radicales, izquierda y otros de este lado del río) han hecho las cosas muy mal. La izquierda argentina, también, debería hacerse una profunda autocritica, si ellos no supieron captar el descontento de muchos de la clase baja y trabajadora, que pudo la ultra derecha, es que han fallado rotundamente. Es evidente que existe una nueva crisis política como la del 2001. Una vez más la política, o mejor dicho los políticos, nos vuelven a fallar. Venimos de ocho años que no le han dado respuesta a un amplio sector de la sociedad. Si hay casi un 39% de pobreza y cerca de un 9% de indigencia, es evidente que la política no le ha dado respuesta a un vasto sector de la sociedad, que han perdido la esperanza.
A Javier Milei lo consideran lo nuevo, pero de nuevo no tiene nada, mucho menos sus ideas. Lo nuevo puede ser la escenografía y algún que otro actor, pero los productores son los mismos de siempre. El reivindica al Menemismo y tras él están los economistas del primer y segundo gobierno de Menem. El final de esa aventura termino en el 2001, con devaluación, incautación de ahorros, caos y muertos. Por otro lado esta Patricia Bullrich, con un discurso similar, de sudor, lágrimas y sangre. Contrato para elaborar su plan económico a Carlos Melconian, de la Fundación Mediterránea, donde está el poder económico concentrado, donde digitan nuestra economía. Son los mismos que pusieron a Domingo F. Cavallo en el gobierno de Menem y De La Rua, donde surgieron los “piqueteros”. Solo se beneficiaron los grandes empresarios, los bancos y los creadores de una miseria planificada.
Lamentablemente tenemos cierto
periodismo, aliados del poder económico, que han creado un ejército de lumpen e
idiotas que los manejan a discreción. Esta parte de la sociedad han perdido todo
concepto de pensamiento crítico, solo repiten lo que escuchan. Los han
colonizado ideológicamente, los convencieron de que los pobres tienen la culpa de todo lo que nos pasa y no los empresarios,
oligarquía agraria (SRA), exportadores, financistas y especuladores, que han
hecho fortunas, imponen condiciones económicas y se niegan redistribuir un poco
mejor la riqueza.
El problema es que estamos a una elección
de que se genere un conflicto social de proporciones, donde solo se esparcirá
la sangre de pobres, porque la pelea será de pobres contra pobres. Los ricos y
poderosos lo miraran desde Uruguay, Europa, Miami o algún lagar confortable,
sentados arriba de sus millonarias fortunas.
HACETE CARGO DE TU VOTO!!!
Daniel Fernández
Septiembre 203