POR UN 3 DE ABRIL PARA CAMBIAR LA HISTORIA
Estimados Compañeros: quiero hacerles llegar, una vez más, mis más sincero saludos para este 3 de abril, día del TRABAJADOR PAPELERO y que este saludo se traslade a todos los trabajadores/as. A pesar de no poder seguir en actividad, como lo hice durante 26 años en la Federación, estoy totalmente identificado con el gremio y los trabajadores papelero y me siento uno más de ustedes.
No es nuevo para los trabajadores y para el pueblo
en general, que nos esperan años difíciles, otra vez tenemos al FMI dentro del
país y la derecha que lo introdujo, juntos a los empresarios pidiendo cambios
estructurales, entre ellos flexibilización laboral, trabajo precario, despidos
sin indemnización, cambios en la edad jubilatoria y en el sistema de
jubilación, y muchas otras cosas que castigan al pueblo trabajador y unas de
las claves para aplicarlo es el debilitamiento de los sindicatos, su
desmovilización y dejarlos afuera de su influencia en la política. La derecha condiciona
y condicionó a un gobierno “popular” debilitado por sus propios errores y
peleas, falto de movilización de sus fuerzas, además condicionado por la
correlación de fuerza. Son momentos en que se requiere de los dirigentes el
mayor desafío y compromiso.
Ya comenzaron hablar de dolarización, el fin es
instalar el tema de la necesidad de aplicar políticas de shock, como las de Martínez
de Hoz o Ricardo López Murphy, pero con el espíritu de Mauricio Macri, “por la
misma dirección pero más rápido”. La
derecha tiene una gran capacidad para fragmentar el campo popular. El resultado
lo podemos ver aquí nomas, si miramos un poco hacia atrás, en el 2001.
Es una realidad que el trabajador fue perdiendo su
identificación política y simbólica, sin
tomar conciencia debida de que fuera de la red protectora de los
sistemas de seguridad de los sindicatos, se arriesgan a ser absorbidos por el régimen
de trabajo que impone patrón (pago en negro, extensas jornadas, sin cobertura
social, etc). Todo está organizado de
tal modo que los trabajadores no se encuentren entre sí (descansos breves,
turnos rotativos). Además hace muchos años que se vienen desvalorizando el
trabajo del obrero. Empobrecimiento material, descenso en la jerarquía social y
desmovilización del grupo.
Para salir de esta encerrona hay una sola opción,
unidad y participación, movilización y acción, en defensa de trabajo digno y
salarios justos. Los dirigentes deben estar a la altura de la circunstancia y
conducir a los trabajadores a objetivos superadores, no solo defender un
salario que compite con la pobreza y condiciones de trabajo “posibles”, es
momento de crear conciencia para ir por más. Trabajar en contra del desaliento
en general. Volver a la politización de la clase obrera. Asimilar y reconocer
los cambios en la sociedad. Recuperar la conciencia de clase, romper contra el
aislamiento, principalmente en la juventud. Adecuar a los cambios la
funcionabilidad de los dirigentes, deben llevar el sindicato a las fábricas. La
presencia genera confianza y credibilidad. Dejan de ser algo lejanos y sospechados.
Adecuar los sindicatos con las nuevas tecnologías y medios de movilidad, a los
efectos de estar muchos más comunicados y tener una respuesta rápida a cada
problema.
Nada mejor que recordar e imitar al gran dirigente
sindical Saúl Ubaldini, a 40 años de la movilización que marcó el principio del
fin de la dictadura. “Paz, pan y trabajo”. El 30 de marzo de 1982 –tres días
antes del desembarco de las tropas argentinas en las Islas Malvinas– decenas de
miles de personas nos movilizamos contra la dictadura y fuimos reprimidas
brutalmente.
Les dejo un fuerte abrazo y quedo a vuestra disposición - humildemente
- para trabajar para cambiar esta realidad.
FELICIDADES
A TODXS TRABAJADORXS PAPELERXS
3 de abril de 2022
Daniel
Fernández
1991
– 2017