Abril de 2004
El título nos propone identificar cual es la pobreza más perjudicial, yo creo que todas las pobrezas son perjudiciales y tendríamos que plantearnos los caminos necesarios para erradicar la pobreza de espíritu, de valores, de sentimientos. La pobreza de nobleza y cultural, pero la pobreza más vergonzante es la pobreza humana. La pobreza es hambre y la falta de un techo para guarecernos. La pobreza es estar enfermos y no poder curarnos. Pobreza es no poder ir a la escuela, no tener las mismas oportunidades y no tener futuro. Pobreza es no tener trabajo, ver morir un hijo de enfermedades curables y no tener agua potable. Pobreza es no tener LIBERTAD.
Ante esta aberración, ante esta calamidad no hay que ponerse a seleccionar o a determinar cual es más o menos perjudicial, sino que debemos tomar consciencia que responsabilidad nos compete a cada uno para que esto ocurra.
En los países pobres por lo general la pobreza es funcional a los intereses políticos-económicos, a la corrupción y a la bajeza moral. Pero no debemos olvidar que los países ricos tampoco hacen nada para erradicarla. Esto pone de manifiesto las miserias humanas, el egoísmo y la voracidad sin limites por adquirir cada día más riquezas, en perjuicio de los que nada tienen, nada se derrama sobre los pobres de toda pobreza, tan sólo algún acto de beneficencia.
Pablo VI afirmaba que no se trata de que los individuos ricos ayuden a los individuos pobres, sino que se trata de que los pobres dejen de ser pobres.
Solidaridad no es simplemente dar dinero o bienes que no usamos, sino es involucrarse, participar y tomar conciencia.
Considero que esto se revierte si cambiamos el enfoque del problema, la economía y la tecnología deben estar al servicio del hombre, se debe buscar el equilibrio entre lo material y espiritual, rechazando las actitudes puramente individualistas.
El cambio del hombre debe ser interior y no es cuestión de resolver su problema individual, sino del conjunto, donde debe poner el acento en los valores éticos.
Debemos considerar que “SI” efectiva y sinceramente no estamos haciendo algo eficaz o no participamos - en la medida de nuestras posibilidades - para remediar este estado de injusticia que provoca la pobreza, indirectamente somos cómplices de esa injusticia.
En un momento en que los pobres cada vez se mueren más de hambre y los ricos cada vez son más ricos, no solamente porque las riquezas se reparten en forma desigual, sino porque el tipo de hombre que propone esta sociedad es un hombre que sólo vela por sus intereses, un hombre inhumano, es el hombre consumidor, el hombre que se valora por lo que "tiene" en bienes materiales.
Debemos evitar el consumismo despiadado, enriquecer el espíritu y crecer culturalmente fortaleciendo el concepto de solidaridad e igualdad.
Como sociedad no debemos criticar o hacer apreciaciones desde nuestra comodidad o desde nuestros intereses individuales, sino que se debe hacer desde los valores "humanos y cristianos" que es la eliminación de las injusticias del hombre e igualdad de oportunidades para todos.
Determinar si tal o cual pobreza es más perjudicial es simplificar el tema, la consigna debe ser luchar contra todos los tipo de pobreza, pero para ello debemos tomar consciencia cada uno de nosotros, cambiando nosotros podremos revertir este mal.
Héctor Daniel Fernández
Ante esta aberración, ante esta calamidad no hay que ponerse a seleccionar o a determinar cual es más o menos perjudicial, sino que debemos tomar consciencia que responsabilidad nos compete a cada uno para que esto ocurra.
En los países pobres por lo general la pobreza es funcional a los intereses políticos-económicos, a la corrupción y a la bajeza moral. Pero no debemos olvidar que los países ricos tampoco hacen nada para erradicarla. Esto pone de manifiesto las miserias humanas, el egoísmo y la voracidad sin limites por adquirir cada día más riquezas, en perjuicio de los que nada tienen, nada se derrama sobre los pobres de toda pobreza, tan sólo algún acto de beneficencia.
Pablo VI afirmaba que no se trata de que los individuos ricos ayuden a los individuos pobres, sino que se trata de que los pobres dejen de ser pobres.
Solidaridad no es simplemente dar dinero o bienes que no usamos, sino es involucrarse, participar y tomar conciencia.
Considero que esto se revierte si cambiamos el enfoque del problema, la economía y la tecnología deben estar al servicio del hombre, se debe buscar el equilibrio entre lo material y espiritual, rechazando las actitudes puramente individualistas.
El cambio del hombre debe ser interior y no es cuestión de resolver su problema individual, sino del conjunto, donde debe poner el acento en los valores éticos.
Debemos considerar que “SI” efectiva y sinceramente no estamos haciendo algo eficaz o no participamos - en la medida de nuestras posibilidades - para remediar este estado de injusticia que provoca la pobreza, indirectamente somos cómplices de esa injusticia.
En un momento en que los pobres cada vez se mueren más de hambre y los ricos cada vez son más ricos, no solamente porque las riquezas se reparten en forma desigual, sino porque el tipo de hombre que propone esta sociedad es un hombre que sólo vela por sus intereses, un hombre inhumano, es el hombre consumidor, el hombre que se valora por lo que "tiene" en bienes materiales.
Debemos evitar el consumismo despiadado, enriquecer el espíritu y crecer culturalmente fortaleciendo el concepto de solidaridad e igualdad.
Como sociedad no debemos criticar o hacer apreciaciones desde nuestra comodidad o desde nuestros intereses individuales, sino que se debe hacer desde los valores "humanos y cristianos" que es la eliminación de las injusticias del hombre e igualdad de oportunidades para todos.
Determinar si tal o cual pobreza es más perjudicial es simplificar el tema, la consigna debe ser luchar contra todos los tipo de pobreza, pero para ello debemos tomar consciencia cada uno de nosotros, cambiando nosotros podremos revertir este mal.
Héctor Daniel Fernández
No hay comentarios:
Publicar un comentario