lunes, 18 de mayo de 2009

CORTE DE RUTAS

Mayo de 1997

Cultra - Có, Tartagal, el Gran Rosario, Jujuy, Mendoza y Córdoba, puebladas, manifestaciones y cortes de rutas, la intifada criolla es el nuevo tipo de lucha que usan los excluidos, para reclamar su ingreso al sistema. No piden otra cosa que no sea trabajo; sólo cosas concretas, no hay otro motivo. Por más que de un lado y otro del arco político pretendan echarse culpas, la gente no cree en ellos; es más, los rechaza o ignora. Si vemos una reciente encuesta, la confianza en los políticos es de solo 11% y en los sindicalistas del 13%.
Trabajo, por estos días es más un mito que una realidad, al cual nos aferramos desesperadamente. Se llega a mendigar un puesto de trabajo, a cualquier precio y tipo, se acepta hasta la explotación antes de sentir el oprobio de la exclusión. Los gobernantes prometen alegremente la creación de nuevos puestos de trabajo, que solo cabe en su imaginación, para tranquilizar a los desocupados, como ocurrió en la primera pueblada de Cultra - Co - Plaza Huincul. También puede ser cierto la creación de algunos nuevos puestos, pero estos son precarios e ínfimos ante los miles de desocupados, que quizás nunca más en su vida puedan tener otro trabajo estable, destruyendo su pasado, undiéndolos en miseria, alejándolos de la consideración social y la auto estima.
La gente salió a la calle por las suyas cansada de la situación, superando a políticos y gremialistas. Lo que hace descartar todo justificativo de tipo político, con lo que el Gobierno quiere esconder sus propias fallas, por su insensibilidad e inflexible interés de aplicar un modelo económico deshumanizado, donde lo más importante es que las cuentas les cierren. La gente no habla de estabilidad, evasión fiscal, globalización o de imperialismos o multinacionales, solamente reclaman una vida digna.
En lugar de atacar los problemas que se vienen generando desde hace mucho tiempo, como la desocupación, pobreza, caída del salario, precarización del trabajo e injusticia en la distribución de los ingresos, aplicaron más ajuste, más flexibilización; la solución más fácil fue crear una comisión de seguridad interior, y equipar a los gendarmes para reprimir a los pueblos en sus legítimos reclamos y así seguir sosteniendo un sistema injusto, que solo favorece a unos pocos, en lugar de crear soluciones estructurales.
Es normal escuchar criticas desde el poder acusando a los intendentes y concejales de no saber manejar los conflictos, aparte de sus propias incapacidades, olvidando que ellos fueron quienes obligan a las provincias que les cierren los números, sin importar el costo social. Buenos son aquellos que con dinero acallan los reclamos y compran conciencias de justicia. Otra de las medidas, ante un año electoral, es enviar ante la posibilidad que se extienda la tensión a otros puntos tan afectados como estos, partidas de dinero para otorgar subsidios (red protectora). Una vez más el Gobierno demuestra su vocación de bombero, actuando cuando la gente estalla, harta de reclamar en forma pacifica, sin ser escuchada. De acuerdo con las últimas estadísticas oficiales y de las Naciones Unidas establecen que tanto Catamarca, Salta, Jujuy, La Rioja, Santiago del Estero, Formosa, Chaco y Corrientes padecen estancamiento, miseria y exclusión social como en países tales como Suriname, Botswana, Belice, Namibia, República Dominicana, Filipinas y China. Una parte del interior del país tuvo desde la convertibilidad un retroceso económico absoluto, como Tierra del Fuego, Jujuy, Salta y Corrientes, otras crecieron poco, por debajo de lo que aumentó la población, como Río Negro, Catamarca, y Chaco. Un tercer grupo tuvo un crecimiento leve, como San Luis, Santa Fe, Tucumán y Formosa. A este ritmo, será una casta muy reducida la que pueda ver ingresar el país en el primer mundo.
Acaso los gobernantes no manejaban las estadísticas que informaban el crecimiento de la desocupación, de la pobreza, de la reconversión o cierre de las empresas, acaso pensaron porque no había todos los días muertos de hambre por las calles, con en Ruanda o ex Zaire, aquí no pasaba nada. Pensaban que con el discursos prometedor de los políticos, empresarios, economistas y periodistas del establishment, que aparecen habitualmente por los medios de comunicación, de que en algún momento esto se va a revertir, se iban a quedar en sus casas, por tiempo indefinido, esperando mansamente el milagro, mientras ven por los medios un despliegue obsceno de riquezas y derroches de estos lúcidos gobernantes y sus fervientes seguidores, cuando ellos padecen hambre, humillación y vergüenza, ven desvanecer la posibilidad de una vida digna y para colmo, avizoran un peor futuro para sus hijos.
Muchos son los que critican las formas y modos del reclamo, políticos, economistas, empresarios, hasta periodistas, pero seguramente ninguno en lo que llevan de vida, pasó un día como viven ellos todos los días, seguramente sus hijos no padecen ni una hora las necesidades, que los hijos de ellos padecen todos los días. Es muy fácil decir que está bien o que está mal, que se debe hacer o que no, como o cuando, si el rumbo está bien o mal, cuando se está delante de un suculento plato de comida y sabiendo que él no faltará nunca en su mesa; que sus hijos tendrán todas las posibilidades de ser lo que quieren. Creo que hay que ser menos hipócritas y ponerse junto a ellos. No olviden que por más que no vean televisión, no compren los diarios o no escuchen la radio, el problema seguirá estando y el día menos pensado puede golpear a su puerta, entonces, con el estómago vacío, desmoralizado por las injusticias, discriminado y con sus hijos pasando necesidades, no recapacitará cual es la más razonable y justa forma de reclamar. Estos que se atreven a juzgar a los desempleados, también pretenden hacerlos responsables de su situación y en muchos casos se los convence de su supuesta incapacidad y únicos provocadores de la situación que les toca vivir. La indiferencia y la insensibilidad es la más cruel de las infamias que un ser humano le puede dispensar a otro.
Lo peor que puede hacer el Gobierno es reeditar viejas recetas de los Gobiernos Militares: la represión indiscriminada y violenta ante reclamos justos. Es hora que las autoridades tengan la capacidad suficiente para saber escuchar la voz del pueblo.
El problema de la desocupación no se solucionará, por el contrario, seguirá empeorando. Los avances tecnológicos no se detendrán, las empresas los seguirán incorporando, produciendo cada día más desocupados. La desocupación aumenta en el mundo y llegará el momento en que la gran producción no podrá ser consumida por la gente, dado que no contará con recursos. Los subsidios no solucionan nada, es pan para hoy y hambre para mañana; nadie puede programar un futuro en base a subsidios. Es la hora de la solidaridad, de cambios estructurales de fondo, de replantearse y cuestionarse todo, de poner la tecnología al servicio del hombre y desbaratar este consumismo caníbal.

Hector Daniel Fernández


No hay comentarios:

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...