Este 24 de marzo de 2022, en
conmemoración del golpe genocida de 1976, donde millones han dicho “NUNCA MAS”,
no pude dejar de asombrarme por la cantidad de jóvenes movilizados, y por un momento
me perdí en el tiempo y espacio, y me
sentí transportado en aquellos años 70, buscaba inconscientemente con la mirada
entre tanta juventud a ver si veía a mis antiguos compañeros de militancia.
Solo un ex militante o un militante puede entender lo que pasaba, el corazón
latía muy fuerte, los sentimientos salían a flor de piel y no había contención
para la emoción. Lo que se vive en la calle y lo que ella transmite es una
vivencia única y que nadie la puede trasmitir, por eso hay que vivirla. También me mostró que todavía hay sorpresas en la vida, y qué
sorpresa y qué inexplicables sensaciones. despiertan la militancia política
Para un viejo militante, que ya está
de vuelta, y que siempre tiene como consigna una parte de la canción de León
Gieco que dice “Que la reseca muerte no me encuentre, vacía y sola sin haber
hecho lo suficiente…” Ver esos miles de jóvenes cantando y marchando alegró mi
corazón y me hicieron renacer la esperanza en un futuro mejor, estos chicos
tomaron la posta de nuestros ideales, de nuestras utopías, también esperando
que la dirigencia no los defraude. Ellos saben que la participación es el medio
para delinear su propio destino. Seguro que no es toda “la juventud” la que
estaba ahí, pero eran muchos y si cada uno de ellos es una semilla en poco
tiempo se van a multiplicar y puede que la esperanza de hoy sea una realidad
dentro de unos años.
Daniel Fernández
24 de marzo 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario