"Dicen que la historia se
repite, pero lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan, porque cometemos
los mismos errores, pues bueno, el gobierno de Alberto Fernández, si no produce
ya un cambio de timón, tanto político como económico, avanza aceleradamente
hacia un final similar al Alfonsinismo, cometiendo los mismos errores de
Juan Carlos Pugliese cuando se reunión con los “mercados”, “les hable con
el corazón y me contestaron con el bolsillo”. Es un gobierno que se siente y se
muestra débil, y las aves de rapiña revolotean a su alrededor saboreando su
presa.
Es el momento de la reacción de
las organizaciones sociales, políticas y gremiales, de salir a la calle y
reclamar con fuerza por sus derechos, y que su esfuerzo no se lo lleven un
puñado de especuladores y sinvergüenzas.
En un horizonte muy cercano, se
muestra con todo su esplendor una opción como fue el Menemismo, ahora
encabezado por Macri y sus aliados, que vienen con mayor voracidad, expeditivos
y represivos desde el día uno. Vienen a terminar de saquear las riquezas que
quedan, ampliar la brecha distributiva y hacer un país para pocos. Aplicaran
los cambios estructurales que anuncian sin tapujos ni eufemismos: cambios en la
jubilación, derogación de leyes laborales, empleo precario, reducción al máximo
del empleo público, entrega de empresas del estado, nada que no hayamos visto,
pero más rápido.
De triunfar terminaran con la
Republica, se apoderan de dos de sus tres poderes, el Ejecutivo, Legislativo, y
el tercero, el Judicial ya responde a ellos. También cuenta con el total apoyo del
poder económico y financiero, los medios de comunicación, los Estados Unidos,
el FMI, el Banco de Paris y los inversores privados (buitres). Estamos a un
paso de ser una colonia. Aquellos que se atrevan a oponerse o reclamar, aplicaran
el dicho “el fin justifica los medios”, se verá en gran escala lo que hicieron
en los 4 años que gobernaron, persecución, represión y cárcel, todo con el fin
de que quede allanado su camino de apropiarse de todas las riquezas del País.
El desenlace pude ser peor que el
2001, hoy las organizaciones sociales son un dique de contención para que no
explote el casi 50% de la población en situación de pobreza e indigencia, pero
si se les exige más, nadie podrá contener nada, la violencia contra la
propiedad privada se desatara y será una pelea de pobres contra pobres, porque
los que han provocado esto siempre estarán protegidos o fuera del país. Ninguno
estar a salvo, ni en los barrios pobres, ni en los medios o cerrados. Sera una
lucha por la supervivencia. Es loable el trabajo de las organizaciones
sociales, pero no sólo deberían ayudar a conseguir el sustento de cada día,
deberían concientizar y adoctrinar para que se planten en exigir derechos que
se le niegan a diario. Si hubieran estado en la calle reclamando y
presionando por derechos más allá de un trabajo o un sustento, sino por cambios en las políticas, como lo hacen los del “campo”, empresarios, exportadores, no estarían
hoy pasando por la que pasan. También los dirigentes gremiales, siempre
cuidando su quinta, los más poderosos sacando un tajada para sus afiliados que
les permite seguir viviendo regularmente, los otros peleando por un salario que
apenas alcanza y los informales rascando el fondo del tacho. No se puede salir
a pelar cuando el adversario nos tiene maniatados, la pelea es antes y preparar
las bases para ella, tener la visión de lo que se viene, y no ser comentaristas
de la realidad, sino ser ejecutivos.
Presiento que si no hay cambios
inmediatos, se viene tiempos muy aciagos y del cual será muy difícil salir.
Marzo 2021
Daniel Fernández
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