09 de junio 1956.- José León Suarez: El golpe de Estado autodenominado como “Revolución
Libertadora” había derrocado a Perón e instaurado un régimen cívico militar, y
desde noviembre de 1955 estaba encabezado por Pedro E. Aramburu y el almirante
Isaac Rojas, quienes aspiraban a profundizar la desperonización del país. Las
garantías consagradas en la Constitución de 1949 quedaron eliminadas y se
aplicó el decreto 4161, que prohibía mencionar a Perón y exaltar los símbolos
del justicialismo depuesto. Se persiguió a todo el movimiento obrero y se
obligó a los trabajadores a aumentar la producción mientras se congelaban sus
salarios. En esta situación ilegal, se produce la rebelión que encabezarían los
generales Juan José Valle y Tanco, secundados por los coroneles Oscar Cogorno,
Alcibíades Cortínez y Ricardo Ibazeta. Mientras la sublevación comenzaba en
distintos puntos del país, en una casa de la localidad bonaerense de Florida,
en el Gran Buenos Aires, fueron detenidos varios civiles, que se aprestaban a
facilitar respaldo operativo a la rebelión.
El gobierno decreta la Ley Marcial contra los detenidos, impuesta un día
antes y que dio luz verde a la dictadura para aplicar la pena de muerte y los
fusilamientos clandestinos. En la madrugada el teniente coronel Desiderio
Fernández Suárez, al mando de la Policía de la provincia de Buenos Aires, le
ordenó al comisario Rodolfo Rodríguez Moreno fusilar a los detenidos de
Florida, que se encontraban en una comisaría de San Martín. Los 12 detenidos
fueron llevados a los basurales de José León Suárez, donde cinco fueron
asesinados por las balas policiales y los otros siete lograron escaparse. En la
mañana, un tribunal militar realizó un juicio sumario a militares sublevados. Mario
Brión, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Lizaso y Vicente Rodríguez
fueron asesinados en el lugar, mientras que Reinaldo Benavidez, Rogelio Díaz,
Horacio Di Chiano, Norberto Gavino, Miguel Ángel Giunta, Juan Carlos Livraga y
Julio Troxler pudieron escaparse o sobrevivir allí mismo del fatal destino. Aramburu
y su gobierno, entonces, firman el decreto 10.364 que detalla la lista de once
militares que deben ser fusilados. El 12 de junio, Valle decide entregarse a
cambio de que se detuviera la represión a su movimiento y se le respetara la
vida. El 11 en la madrugada fueron fusilados tres militares" en la vieja
penitenciaría de la Av. Las Heras. Ese 12 de junio, a las 22:20, Valle fue
fusilado por un pelotón cuyos nombres se clandestinizaron como secreto de
Estado. No hubo orden escrita ni decreto de fusilamiento, ni registro de los
responsables.
Recuerdo 9 de Junio de 1973 – Unidad Básica Dr. Ramón Carrillo: Era un fin de semana. Se conmemoraba un
nuevo aniversario de los fusilamientos en José León Suarez, iban a hablaban el
Gobernador de la provincia Oscar Bidegain y el general retirado Raúl Tanco. Los
muchachos más grandes (Pedro Navia, Parera, Elvio, Miguez, Garavano, Cal, Volga
y algunos otros que me estoy olvidando su nombre) de la Unidad Básica “Ramón
Carrillo” donde militábamos, de Gaona y 9 de Julio consiguieron un colectivo
para ir al acto. Los más jóvenes (Juan Carlos Padín, Adriana, Carlos Rajcovich,
Perla, Violeta, Juan Carlos Speranza, el Cordobés, Gonzalez y varios otros que
ahora se me escapan los nombres) comenzamos a convocar a los vecinos para
asistir. Recuerdo que el día 7 de junio habían festejado el día del periodista
en la plazoleta donde está el monumento a Mariano Moreno (25 de mayo y Gaona)
habían dejado algunas ofrendas florales, algún muchacho levanto alguna que aún
estaba aceptable y la cargo en el micro para dejarla donde ese iba a homenajear
a los fusilados.
Llegamos y era un mundo de gente, mucha
juventud movilizada como era habitual (Juventud Peronista). Dejamos nuestra
ofrenda y nos acomodamos con nuestra gente en la vereda de enfrente del palco.
Llego el gobernador y gran emoción. En algún momento surgieron gritos de
“Rucci, traidor a vos te va a pasar ….”, sospecho que no había pasado mucho
tiempo cuando empezamos a escuchar tiros. Vimos perseguirse a tiros por la
calle, iban y venían literalmente. Luego dijeron que fue un enfrentamiento de
facciones antagónicas, Montoneros y sectores de derecha y sindicales (Juventud
Sindical). Lo primero que atinamos fue a cubrir a nuestra gente detrás de los
autos. Una vez que paso la balacera, fuimos juntando a nuestra gente y
preocupados que ninguno fuera herido. Algunos salían de debajo de los autos
donde se habían escondido. Nosotros no pertenecíamos a ningún sector, sólo
éramos peronistas que íbamos a conmemorar un hito en la resistencia. Hacía 18
años que sufríamos proscripciones, persecuciones, cárcel y no poder festejar en
absoluta libertad, pero este hecho – sin darnos cuenta - fue un preludio de
Ezeiza. Una vez que nos juntamos todos, nos volvimos al colectivo con una
amarga sensación, que volveríamos a vivir en Ezeiza.
Daniel Fernandez
Junio 2020
Junio 2020
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