Luego de los hechos ocurridos en Honduras, en Paraguay
(golpes blandos), Brasil (Dilma y Lula), y ahora en Bolivia, me pregunto, basta
con el voto y declamar por la democracia
y el estado de derecho. Basta con darle a la gente crecimiento, una
mejor redistribución de la riqueza, mayores inversiones en infraestructura o que
se mejoren todos los indicadores macro y microeconómicos. Los intereses económicos locales y foráneos,
los medios de comunicación monopólica, la “justicia” oligárquica y el imperialismo jamás aceptaran
a un gobierno que no se ponga al servicio de sus intereses. Se le reclama y
exige a los gobiernos progresistas o populares respeto a las instituciones, a
la republica, a las leyes y ante cualquier transgresión son atacados con
ferocidad e impiadosamente. Ahora si los reclamos vienen de sectores populares,
como en Chile o Ecuador, son desestabilizador y se los reprime con total
violencia (muertos, heridos, violaciones) en nombre de la democracia y las
instituciones, ningún organismo internacional (manejados por EEUU) condena
estas acciones. El golpe de Estado en Bolivia se da con la policía y militares obligando
a renunciar a Evo Morales, pero tiene a la derecha racista y a los poderosos intereses
económicos detrás, que fueron afectados por el gobierno de Evo Morales en su exitosa
política distributiva. Convengamos que hubo errores propios, como la reelección,
pero las principales figuras del golpe son Luis Fernando Camacho encabeza
de un movimiento patronal, clerical, regionalista y racista, es quién perdió sus
empresas de energía estatizadas por “el indio”, Carlos Mesa tiene su propia
productora de noticias (PAT), es uno de los canales de noticias más importantes
del país. Evo Morales además de
estatizar el gas, planeaba con China industrializar el yacimiento de litio del
mundo para industrializar el País. Estados Unidos aplaudió el golpe y amenazo a
Venezuela y Nicaragua, limpia su patio trasero de injerencias extranjeras. La
derecha o los intereses económicos actúan violando todos los derechos y en
forma violenta en defensa de la supuesta “democracia” y está todo bien. Por
medio de los medios de comunicación poderosos que forman parte de los intereses
económicos destrozan la reputación de los líderes populares, inventan causas
que jueces cómplices llevaran adelante (lawfare). Lo que es escandaloso e
intolerable para en los gobiernos progresistas en natural y satisfactorio en
los gobiernos de derecha.
Vayamos sabiendo lo que nos espera después del 10 de
diciembre. El gobierno se lo defiende en las calles, unidos, organizados,
movilizándonos y resistiendo, pero sobre todas las cosas, produciendo el cambio
cultural necesario para vivir en un País, libre, Justo y Soberano. De lo
contrario no habrá futuro.
Daniel Fernández
Noviembre 2019
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