viernes, 6 de septiembre de 2019

CHICOS POBRES – ADULTOS LIMITADOS: EL VERDADERO PELIGRO DE LA “REPÚBLICA”











Según un informe del Banco Mundial: La desnutrición infantil tiene una serie de consecuencias negativas como una tasa mayor de mortalidad, bajo desempeño durante la etapa de aprendizaje de las habilidades cognitivas, sociales y emocionales,  bajo desempeño escolar y  limitada productividad laboral en la edad adulta. Este proceso colabora con la transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad en las familias de escasos recursos. En los primeros mil días pueden definir si la mente de un ser humano alumbrará como un foco de 25 W o como un foco de 200 W y cómo factores como la desnutrición crónica, la falta de atención en salud y educación, la falta de tiempo para jugar, el maltrato y el abandono dañan de manera irreversible el desarrollo de un ser humano. Tristemente, si un niño no desarrolló sus capacidades físicas, cognitivas y socioemocionales durante los primeros años no logrará desarrollarlas nunca.
Hay un conjunto de ciudadanos que tiene un proyecto de País individualista y egoísta, que no está basado en los intereses del pueblo sino los propios, o los de su clase o sus familiares y amigos. El otro, es el pueblo que tiene un proyecto solidario y comunitario, que es de vida y esperanza, y comparte sus bienes y sus principios.
Una muestra de estos dos proyectos se vio representados en el mes de agosto, el primero de ellos el 24 de agosto, una marcha importante en “apoyo” al Presidente y en defensa de la Republica, que por las expresiones ahí vertidas por muchos de los asistentes (liberaron sin pudor el enano fascista), fue más que nada “en contra de, autoritaria, clasista, con rencor y odio” por las mayorías que no acompañó su pensamiento en las urnas, al igual que lo hizo el “verdadero” Mauricio Macri el día posterior a las elecciones PASO y el posterior castigo al pueblo por votar como voto. Lejos de toda autocritica volvió a invocar causas ajenas a sus políticas como las responsables de este colapso. No se hacen cargo del desastre que han producido con sus políticas. Desde echar culpas al "kirchnerismo" hasta responsabilizar al pueblo que "no supo elegir porque elige el pasado". No solo sigue culpando de su propia impericia a la "pesada herencia", sino también a quienes no solo no eligen el pasado, sino que optan por quienes ellos entienden que pueden ofrecerle un futuro venturoso: sin hambre, con trabajo digno, con educación y salud para todos, con respeto por el otro, en una patria de la que nadie sea excluido.
La otra marcha multitudinaria fue el 29 de agosto, realizada por las organizaciones sociales en pedido de la aplicación de la emergencia alimentaria, porque en el pueblo hay “HAMBRE”, porque a diario ven llorar a sus hijos de hambre, que deben recurrir a la solidaridad de organizaciones sociales, iglesias o escuela pública para que puedan comer un plato al día. No hay nada más devastador para un padre ver sus hijos con hambre y no poderles dar de comer. Estos seres humanos salen a la calle para no ser invisibilizados. Esta enorme legión de desocupados, marginados, cartoneros o changarines, que no logran volver a insertarse en la vida laboral, porque estas políticas neoliberales – una vez más - les cerraron las fábricas y todas las posibilidades, sobre todas las cosas quieren un trabajo. Si el País no ha explotado -como otrora- por el hambre y desesperación de millones de seres humanos, es por el trabajo solidario de las organizaciones sociales, iglesias e intendencias, que ha servido de contención donde el Estado no llega. Ahora la posibilidad de un cambio de Gobierno también actúa como bálsamo y motor de esperanza.
Sólo ese sector de la sociedad cargado de odio, intolerancia y prejuicios, puede pedir represión, que los dejen circular libremente, que son todos vagos, que no quieren trabajar, que sólo quieren cobrar planes o hasta ponerles una bomba, como lo han manifestado públicamente y en redes. Son parte de esa sociedad que justifico o aplaudió a los comandos civiles que pusieron bombas en el 1953 o bombardearon la plaza de Mayo en el 55, los que golpearon – reiteradamente - las puertas de los cuarteles para derrocar los gobiernos democráticos. Lo hacen desde su inhumanidad, pero además para no hacerse cargo como sociedad de las políticas individualistas y mezquinas que han apoyado y alentado. Aquí no existe un problema de adversario político, sino de enemigo y odio.
Para aquellos que tienen las necesidades básicas satisfechas, que reclaman por la “República”, digamos que la “República” y su futuro están en peligro por culpa de las medidas que ha tomado este gobierno y todos los gobiernos neoliberales que hemos tenido, arrojando a millones de “seres humanos” a la pobreza y en la indigencia. Aquí está la diferencia entre unos y otros, entre los que comen todos los días y los que no, los que tienen un techo digno y los que no, los que tienen acceso a la salud y a la educción privada y los que “caen” a la pública. Con niños mal alimentados, sin salud y educación adecuada, retrasan su capacidad de aprender, sin tener igualdad para aprender tendremos jóvenes con menores posibilidades para trabajar y progresar y por ende de vivir dignamente, son esos que después – los reaccionarios – llaman vagos o choriplaneros. Si se genera trabajo digno y salarios justos, nadie elegirá vivir miserablemente.
Gusto o no nos guste es legitimo que cada sector se manifieste con libertad, eso es la democracia, lo que sirve es para comparar que País quiere cada uno.
Toman medidas, que ha tomado el Gobierno, ha sido para calmar a los mercados financieros e inversores, pero ni una sola para zacear el hambre de niños y adultos.
Para aquellos que nos queda algo de “humanidad y sensibilidad”, somos a diario testigos de las lágrimas y de los dolores de esa gente marginada. De las angustias por no tener pan y trabajo, por la salud amenazada, por los niños ya no sin futuro sino casi sin presente, por los ancianos de los que el Estado se desentiende de sus necesidades básicas – alimentación y medicamentos -.
Tras las elecciones PASO nuestro pueblo ha ganado la esperanza, en cambio los poderosos quieren castigar a los pobres y al pueblo todo poniendo en riesgo, más aún, la estabilidad social y económica.
ESTE ES EL REAL PELIGRO DE LA REPUBLICA Y SU FUTURO: porque hay miles de chicos que no comen ….
UNICEF: La pobreza impide disfrutar de su infancia a millones de niños y de niñas de todo el mundo. La pobreza les priva de las capacidades que necesitan para sobrevivir, desarrollarse y prosperar. Les impide disfrutar la igualdad de oportunidades. Aumenta su vulnerabilidad a la explotación, el abuso, la violencia, la discriminación y la estigmatización.
Según el Indec en una nueva Encuesta Permanente de Hogares (EPH) expresa que en Argentina hay una 49.6% de pobreza infantil, mientras que la indigencia trepa al 11.3%. De esta manera, quedó demostrado que los mayores afectados por la crisis económica son los menores de 14 años. Con estos números hay que remarcar que en el último año la indigencia creció un 3.5% y la pobreza escaló 11.4 por ciento. Datos que el gobierno no quería leer a días de la realización de las PASO. Por otro lado, y entre los que tienen entre 15 y 29 años, la pobreza aumentó del 30,5 al 40,1 por ciento. Entre 30 y 64 años, subió del 21,1 al 29,4%. Y más de 65 años, de 6,1 al 9,1%.
Con estos porcentajes, uno de cada 2 niños menores de 14 años vive en hogares pobres, con un total de nada menos que 5.000.000 de chicos pobres, de los cuales casi un millón son indigentes. Cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes bonaerenses se alimentan en comedores comunitarios, mientras que el 14,5% de los chicos pasaron hambre en el último año, según un informe revelado por la Universidad Católica Argentina (UCA).
Uno de cada tres niños del conurbano bonaerense sufre problemas para acceder al agua potable y limitaciones para acceder a una alimentación que brinde los nutrientes indispensables para el desarrollo, según un relevamiento realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA.
Los argentinos que vuelven a comer solo una vez al día. El hambre de 3,4 millones de personas en un país que produce alimentos para 400 millones alarma. Los afectados se organizan en comedores sociales. Además de la caída en los niveles de empleo e ingresos de los hogares, la pobreza siguió escalando. El 2018 había terminado con una tasa de 32% y, según los expertos, el número del primer semestre habría ascendido hasta 34,5%, sin contar la última devaluación después de las PASO, lo que se estima que la pobreza llegaría cerca del 40%.
Con estos datos implacables, parece una burla macabra la promesa de pobreza cero que hiciera Mauricio Macri.
Daniel Fernández
Septiembre 2019

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