Según Maquiavelo indicaba que por
medio de la división de grupos el estado se hace fuerte y no tiene que dar
signos de debilidad, como así también si es posible usar el engaño para lograr
sus objetivos. Esta idea podríamos aplicarla perfectamente al 10% más rico de
la sociedad de este País (poder fático) y sus dependientes, quienes han logrado
con distintas acciones psicológicas que el resto de la sociedad se ocupe de discutir
o pelearse por las migajas mientras ellos, sin que la mayoría lo repare, se
llevan el grueso de la torta.
Esta técnica permite a un grupo
minoritario pero poderoso de la población, gobernar y dominar a una población
mucho más numerosa, y de una forma relativamente simple. La característica
típica de esta técnica, consiste pues en crear o alimentar disputas y
controversias entre los distintos sectores sociales. Al proceder de esta
manera, se contribuye al debilitamiento y posterior deterioro de las relaciones
entre las partes, haciendo imposible o dificultando las alianzas entre ellas.
Ellos son actores estratégicos que actúan en la sociedad, con suficiente poder
para alterar el orden público, impulsar o detener el desarrollo económico o, en
general, afectar la marcha de la sociedad, ya sea porque poseen bienes de
producción determinantes, tienen influencia sobre la maquinaria administrativa
del Estado, manejan los medios de comunicación con capacidad de diseminar con
fuerza ideas e informaciones sobre la sociedad.
Aclaremos antes de proseguir, que
muchos de los que hoy nos gobiernan y sus voceros forman parte de ese 10% más
rico y entre ellos se encuentran los dueños de los medios de comunicación hegemónicos
(grupo Clarín y La Nación).
Durante años y a pesar de los
esfuerzos de sectores nacionales y populares, se ha producido una Colonización
Cultural muy profunda y nos han llenado de estúpidos prejuicios, con el fin de
mantenernos divididos y dominados.
Es sorprendente e inquietante
como el “Poder Fático” y sus propaladores, lograron fijar en las mentes de la
mayoría de la clase media y baja también, un discurso e ideas en la que todos
los males de la Argentina son por culpa de los pobres. Es tal la colonización
cultural de la clase media y baja, que defienden a ultranza los intereses de
los poderosos en perjuicio propio.
La instalación de la idea de
meritocracia es algo singular, la que está relacionada con la distribución de
bienes y beneficios basada en el talento y esfuerzo individual, constituyendo
un principio que legitima la distribución desigual de los recursos en
sociedades modernas. Les hacen creer que el ascenso social es tan sólo por
logro y esfuerzo personal, que las políticas de un gobierno y el contexto en
que se aplican, nada tienen que ver. Comienzan a denostar y criticar aquellos
que por distintas razones no han logrado ascender, pero también reniegan de sus
raíces. Nos han hecho creer que cada uno tiene lo que se merece. Nadie elije
donde nacer, no es lo mismo nacer en un hogar pobre que en uno rico.
Nos han vuelto individualistas,
sectarios, xenófobos y clasistas. Nos deshumanizaron cada vez más. El rasgo más
sobresaliente es la pelea de pobres contra pobres. Los de clase media
despotrican contra los pobres, los indigentes y los extranjeros. Siempre nos
hacen posar la mirada sobre aquel que cobra un plan, una AUH o alguna
asistencia social, pero jamás cuestiona a los ricos y sus dependientes, de cómo
adquirieron esa riquezas o que hacen con ella, si la invierten en el nuestro
País o si la tienen en Paraísos Fiscales, si pagan o no los impuestos
correspondientes. Nadie habla de quienes se adhirieron al blanqueo de capitales.
Lo que ocurre es que los ricos tienen dinero de sobra para hacer Lobby y los
pobres no.
Nos han puesto en la cabeza, que
todo se consigue con esfuerzo y sacrificio, ahora los ricios, que esfuerzo o sacrifico
hacen, que esfuerzo y sacrificio han hecho para alcanzar la fortuna que tienen.
Solo pensemos los que tienen miles y miles de hectáreas de campos, que los han
logrado tan sólo con financiar la conquista del desierto. No se siembra para
comer, sino para hacer negocios. “El alimento no es propiedad privada –
metámonos esto en la cabeza – el alimento no es propiedad privada, sino
providencia para ser compartida, con la gracia de Dios” Papa Francisco. La
función social de la propiedad (constitución 1949). Todos nos merecemos una vida
digna.
Nos han creado múltiples
enfrentamientos, empleados van en contra de los obreros. Que los obreros faltan
o piden licencia por enfermedad, que se accidentan a propósito. Los
trabajadores no sindicalizados contra los sindicalizados. El empleado o
cuentapropista contra los obreros o maestros porque ganan demasiado por lo que
trabajan, que tienen muchos beneficios, que se la pasan haciendo paro. Los
maestros de escuelas privadas contra los maestros de la escuela pública. Así
podríamos llenar hojas y hojas de dichos llenos de prejuicios y comentarios
sectarios. No está establecido de la
misma manera el concepto de que hay empresarios que por ganar dinero hacen
cualquier cosa, aunque perjudiquen al resto de la sociedad. Explotan a sus
trabajadores, no invierten en seguridad, hacen despidos encubiertos para no
pagar indemnización, no hacen los aportes a la seguridad social, tienen dinero
en paraísos fiscales sin declarar y no le pagan lo que corresponde a los
trabajadores. También es común escuchar que un pobre o de clase media, se queje
que una persona cobra un plan social o una asignación por hijo ($2.652) o que
una mujer se haya jubilado después de trabajar 30 años limpiando casas en
negro, sea un parasito del Estado. Ahora si ladrones disfrazados de empresas
financieras timbean y se roban 17 mil millones de dólares es “corrida
bancaria”, está todo bien.
Otro de los enfrentamientos es
contar los extranjeros, muchos consideran necesarias políticas más duras para
el ingreso de extranjeros al país, porque vienen a quitarnos los puestos de
trabajo a los argentinos, a llenar los hospitales, a vender droga, etc, etc.
Otra creencias muy arraigada es que la mayoría de los jóvenes pobres consumen
drogas y alcohol en exceso y son violentos y que las mujeres pobres deciden
tener hijos para cobrar más planes sociales. La realidad contradice todas esas
creencias. Los datos oficiales muestran que el 51% de las titulares de la AUH
tienen sólo un hijo a cargo (el 28% tiene 2 hijos) y más de la mitad de ellas
trabajan, mientras que cifras del Observatorio de la Deuda Social Argentina
(ODSA) de la UCA indican que solo el 9% de los jóvenes del estrato trabajador
marginal tiene un consumo problemático de sustancias. Este estudio permite ver
el estigma que sufren los pobres y cuáles son los mitos que están más
arraigados y que hay que desterrar. Los especialistas coinciden en que la
pobreza está marcada por carencias materiales y sociales múltiples, pero
principalmente por la falta de oportunidades de las familias para poder salir
de esa situación. Sufren una doble vulnerabilidad: el lugar de nacimiento ya
les cierra muchas puertas y los prejuicios terminan de ponerle llave.
Nos hicieron creer que pagar los servicios
subsidiados no era justo, pagábamos poco. Ahora que dolarizaron las tarifas,
los dueños de las empresas energéticas ganaron fortunas e invirtieron menos de
los que distribuyeron entre sus accionistas, eso no les parece mal. Si
proponemos estatizar los servicios, para que las ganancias sean invertidas
totalmente en el País, te hacen creer
que eso está mal, porque le quitas el negocio a los dueños del “poder”.
Las grandes exportadoras de
cereales y los terratenientes, te venden el cereal en el País a precio
internacional haciendo impagables los alimentos, mientras que muchos de sus
costos son en pesos. Los exportadores venden el cereal al exterior y no
ingresan las divisas al País, generando grandes perjuicios. Porque no crear una
nueva Junta Nacional de Granos, para que el Estado exporte y las divisas queden
en el País para hacer obras. Pero
pondrán el grito en el cielo, porque les quitas el negocio a los terratenientes
de la SRA.
La batalla es cultural y si no
logramos vencer, seguiremos siendo gobernados por los poderes fácticos que sólo
privilegian sus intereses sobre los de la mayoría del pueblo.
Daniel Fernández
Octubre de 2019
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