INJUSTA
PARA LOS TRABAJADORES, INEFICAZ PARA LA ECONOMÍA E INÚTIL PARA EL EMPLEO
Recordemos
que las recientes elecciones P.A.S.O. son tan sólo internas, no se ha ganado
nada aún. Por más que los resultados han sido contundentes, nada está dicho. El
gobierno y Mauricio Macri intentaran todo y volverán a mentir con tal de
mantener el poder, por su “seguridad jurídica” y por los compromisos asumidos con
el Presidente Trump, el FMI, con los fondos de inversión (buitres) y los
“mercados”, entre otros, la REFORMA LABORAL Y PREVISIONAL.
No
perdamos de vista lo que el propio presidente y pre candidato a la reelección,
Mauricio Macri ha dicho que si gana éstas próximas elecciones, ira por la
reforma laboral y previsional, ya acordada con su principal financista, el FMI.
Lo expreso sin rodeos “voy hacer lo mismo, pero más rápido”. “Lo que tenemos que hacer es bajar los costos y los
salarios son un costo más”. La frase la dijo Mauricio Macri en 1999 y
representa una definición doctrinaria del actual Presidente y de los
empresarios.
Los grandes empresarios aprovecharon las
elecciones para salir a marcar la cancha. Buscan dejar en claro que el próximo
gobierno va a tener que tomar en cuenta las medidas que reclaman para
"ganar competitividad", y al mismo tiempo tener la opinión pública de
su lado instalando la idea de que hay demasiados beneficios para los
trabajadores y pocos para las empresas.
Estar
atentos que este gobierno de Mauricio Macri, si logra superar el tras pie de
las PASO por algún medio, intentara ir por los trabajadores convencionales para
precarizarlos. Van por aquellos que por estar contemplados dentro de un
Convenio Colectivo de Trabajo, han podido – según cada Sindicato – defender en
algo sus salarios.
Las
grandes devaluaciones, la súper inflación y la alta desocupación han sido
políticas aplicadas por este gobierno para perjudicar a los trabajadores,
aunque no las haya explicitado por razones obvias. Con las devaluaciones bajaron
fuertemente el costo laboral argentino (El sueldo argentino medido en dólares
perdió 65% su valor durante el gobierno de Macri, de ser el más alto de la zona
en 2015 paso al último lugar en 2019). La inflación pulveriza el poder
adquisitivo de los salarios (En el último año los salarios perdieron por casi
20 puntos contra la inflación de junio 2018 a junio 2019). La apertura
indiscriminada de exportaciones, cierra empresas y genera desocupación,
beneficiando a un reducido sector importador, desaparece la competitividad y
prevalecerán las empresas multinacionales con mayor poder. Por qué generan
desocupación (2.000.000 personas – 10,1%), porque la desocupación es el gran disciplinador de
los trabajadores, genera mayor oferta que demanda. Cuánto más trabajadores
desocupados busquen trabajo, los empresarios pagaran salarios más bajos, habrá
condiciones de trabajo más precarizadas y menos reclamos, porque aumentara el
temor a perder el trabajo y habrá mayor sumisión. El empresario impone las
condiciones y juega con la resignación, angustia y dignidad del trabajador. La
desocupación debilita a los sindicatos y el trabajador pelea por sus derechos
cuando todo está perdido (cuando cierra la empresa). Sólo aquel que estuvo
desocupado puede dimensionar el nivel de angustia, desesperación, depresión y pérdida
de dignidad que lo afecta a él y a su familia.
En
ningún País del mundo que han aplicado la Reforma Laboral, Modernización,
adecuación de los convenios al siglo XXI o cualquier otro título ampuloso y
mentiroso, ha generado mayor trabajo, por el contrario genero siempre mayor
desocupación porque esa es la idea. La
reforma laboral no va a servir para crear empleo; su objetivo es colocar el
mercado de trabajo al servicio de los empresarios y desregular las relaciones
laborales. Lo que ha hecho es ampliar las ganancias de
los grandes empresarios, haciendo una transferencia de recursos de los más
pobres a los más ricos y ampliando obscenamente la brecha entre
ricos y pobres.
También
podemos señalar los errores de las fuerzas progresistas que no gobernaron, que
no supieron concientizar o encarar un profundo y duradero cambio cultural para
que la población no termine defendiendo o votando contra sus propios intereses.
Lo
más grave de todo esto es como han ido conquistando culturalmente a los
trabajadores, se ha llegado a un punto que el trabajador se compadece del
empresario y no me refiero a una pymes pequeña o familiar, sino de importantes
empresas. La pérdida de derechos se ha naturalizado y siempre en beneficio del
empleador. Pago de salarios total o parte en negro, horas extras en negro, pago
de aguinaldo en cuotas, instalación de cámaras “por seguridad” pero es para
controlar al trabajador. Vacaciones fraccionadas. Ir a trabajar enfermo o sin
el alta médica. Extensión de jornadas sin remuneración. Pago de indemnización
en cuotas. No cumplimiento de los beneficios de los convenios colectivos o no
sindicalizarte, entre otras muchas cosas. También los nuevos trabajos de
plataformas, como UBER, Pedido YA, GLOBO, etc. Donde te hacen creer que sos tu
propio patrón. Una aplicación te contrata, vos pones la herramienta, la nafta,
te pagas la obra social, la jubilación, donde debes trabajar largas jornadas
para sacar un sueldo normal, ahora si no
podes ir a trabajar por enfermedad, accidente o lo que fuere, no cobras. Si te
vas de vacaciones, no cobras. Trabajas para ellos pero no se hacen responsables
de nada y además no te permiten sindicalizarte.
El Gobierno con el objetivo de
alcanzar la reforma laboral ha llevado a cabo algunas acciones directas, el
ataque a los abogados y jueces laboralistas, para luego seguir por los
sindicatos y sindicalistas más combativos (mafias, corruptos, etc.). El ataque
selectivo a dirigentes sindicales, no es casualidad. Sabemos que hay algunos
dirigentes sindicales de dudosa honestidad (como los hay políticos y
empresarios), sólo que en este caso el Gobierno generaliza para estigmatizarlos
y degradarlos ante un sector de la sociedad permeable, incluso utiliza a
periodistas y medios de comunicación oficialistas para denostar a los
dirigentes sindicales (El tigre Verón por Canal 13). La idea es debilitar a los
sindicatos, con el objetivo de tener un sindicalismo débil como los de
Latinoamérica o asiáticos y así poder imponer las condiciones de trabajo que
ellos (empresarios y gobierno) pretenden. El sindicalismo argentino aún goza de
fortaleza: mientras en Brasil el 58% de los trabajadores en relación de
dependencia está bajo convenio, la cifra en Argentina llega al 83%. Por encima
también de Colombia (15%) y Chile (10%).
El debilitamiento no sólo se busca con
menos afiliados producto de la desocupación, sino por eliminar total o parcial
de los aportes, si le quitan poder económico, también lo debilitan.
Entre los principales puntos de su
reforma laboral se destacan que las convenciones y acuerdos colectivos en las
empresas prevalecerán por encima de las disposiciones legales, eliminación del
salario mínimo, pagar en base a horas o días y ya no de forma mensual, jornadas
de trabajo de hasta 12 horas con 36 horas ininterrumpidas de descanso,
fraccionamiento de las vacaciones y pausas de descanso, se crea la figura del
empleado autónomo sin vínculo permanente con la empresa, y la no obligatoriedad
de aporte sindical (será voluntario), entre otras normativas no menos
polémicas.
El objetivo de esta reforma laboral es
alcanzar acuerdos por empresas o individuales en lugar de por ramas. Los
acuerdos incluirán la polivalencia (multitareas), adicionales por presentismo
más estrictos, intercambio de planteles entre empresas, el pago por objetivos y
el reemplazo de la mano de obra por máquinas. Las mismas apuntan a disminuir
costos y aumentar la productividad, sin pasar por el Congreso.
Reducción de los tiempos muertos,
evaluaciones de desempeño que miden el rendimiento en lugar de actualizarlos
por inflación. Banco de horas, vacaciones fraccionadas, menor cantidad de
delegados por planta y baja en las cargas sociales. Aumentaría la edad
jubilatoria, eliminaría los aportes a sindicatos y extendería el régimen de
contrataciones temporales. A esto se le suma la sustitución de las
indemnizaciones para los trabajadores que son echados de sus empleos (flexibilización para despedir empleados) por un fondo especial para
desempleados, la creación de la figura del monotributista dependiente y
exclusivo, que es aquel que prestaría servicios para un solo empleador sin un
plazo laboral fijo; así como también la imposibilidad del cobro de horas extras
si no se llega a la productividad deseada. Precarización, al extremo. También
mencionan de desalentar
juicios y un blanqueo laboral con facilidades amplias para los empleadores
informales. Avanzar en la reducción y hasta eliminación de las multas por
trabajo informal que estaban contempladas en el proyecto de blanqueo;
limitación de los juicios a empresas por solidaridad con sus tercerizadas;
regulación de contratos para personal de aplicaciones, y promoción del primer
empleo y una “agencia de talentos”. Otro ítem menciona la chance de que cada
empresa pueda seleccionar el gremio que debe representar a su personal. Reducción de la responsabilidad de los empresarios
con sus trabajadores no registrados, hasta aumentar las pasantías donde los
jóvenes trabajan gratis y sin derechos laborales.
Todo esto es lo que nos está proponiendo este
Gobierno y que los trabajadores no deben dejar engañar con los “cantos de
sirena” de una derecha que cambia de cara pero no de modelo y que solo pretende
ampliar sus ganancias a expensas de los trabajadores y el pueblo todo.
Estamos al borde de una revolución
tecnológica que modificará fundamentalmente la forma en que vivimos, trabajamos
y nos relacionamos. En su escala, alcance y complejidad, la transformación será
distinta a cualquier cosa que el género humano haya experimentado antes. Lo que
defendemos es que ese cambio sea para vivir mejor, repartir las horas de
trabajo entre más gente, o sea menos horas de trabajo por salarios dignos y no
que la tecnología sirva para expulsar trabajadores y aumentar –aún más – la
inequidad y las ganancias de las
empresas.
A no aflojar compañeros y compañeras, este es un llamado a la dirigencia obrera. No debemos resignarnos ante la adversidad, por el contrario hay que ponerse firmemente de pie y bancar con el pecho, vale decir con la lucha activa en defensa de los intereses profesionales de todos los trabajadores y dar cumplimiento a las normas constitucionales como así lo expresa el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
A no aflojar compañeros y compañeras, este es un llamado a la dirigencia obrera. No debemos resignarnos ante la adversidad, por el contrario hay que ponerse firmemente de pie y bancar con el pecho, vale decir con la lucha activa en defensa de los intereses profesionales de todos los trabajadores y dar cumplimiento a las normas constitucionales como así lo expresa el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
Daniel Fernández
Agosto de 2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario