Los jubilados, en lugar de ser reconocidos y
premiados por sus años de trabajo y sacrifico, una vez más, son tomados como una
variable más de los ajustes del gobierno para cerrar el déficit que creó
beneficiando a los que más tienen, sacando retenciones y tomando medidas que beneficia
a la economía concentrada. Seguramente estos funcionarios, todos CEOs adinerados,
tendrán su futuro resuelto, como el de sus hijos y nietos. Pero millones de jubilados,
que aportaron durante años con la esperanza de alcanzar una vejez tranquila y decorosa,
en compensación por todo el esfuerzo puesto en el crecimiento del País, no lo
vislumbran, conviven con la incertidumbre y la angustia. Ellos, los jubilados,
no son los que deciden las políticas, no votan leyes, sólo han trabajado y
aportados, si no hubo algún empresario sinvergüenza que se quedó indebidamente
con sus aportes o haciéndoles trabajar en negro, pero siempre han sido
perjudicados de una u otra forma, unas veces menos y otras veces más, pero
siempre les han esquilmado su salario y les dieron un servicio de salud
deficiente, los hacen sentirse parias, como si debieran mendigar de los
poderosos, gobernantes y legisladores, por lo general con jubilaciones de
privilegio y cuentas en el exterior, un salario justo que les permita vivir sus
últimos días con dignidad y sin sobresaltos.
Sobre seguro ningún funcionario o pariente que planean
las políticas para los jubilados se atiende o atenderá por PAMI, ni cobran la
mínima. Es por ello, que los jubilados cada día están peor y seguirán así,
seguramente el servicio médico para los jubilados sería mejor, si “todos” sin
exclusión se tuvieran que atender por PAMI. Pero hay que tomarlo con alegría.
El último aumento de las jubilaciones fue del 14,16% desde septiembre dentro del marco de la ley de
movilidad, lo que se suma al incremento de marzo de 15,35% y el acumulado se
ubica cerca del 30%. Con una inflación que en junio tocó el 47% interanual,
este será el peor año para los jubilados después de mucho tiempo. Su poder adquisitivo caerá de
esta manera 17 puntos porcentuales como mínimo.
Como agravante: los especialistas advierten que se
trata de un sector de la población que dedica más del 50% de sus ingresos a
alimentos y remedios, segmentos que han aumentado aún más que el índice
inflacionario en general. Recordemos que también el PAMI recorto los
medicamentos gratuitos.
Para colmo de males, para seguir desfinanciando el
ANSES el
Gobierno por medio del Tesoro se
endeuda con el Fondo de Garantía de ANSES por tercera vez en lo que va del año.
Esta vez, resolvió financiarse con el dinero de los jubilados por U$S 83.235.556, a
través de unas Letras del Tesoro.
Jaqueado por un
déficit que el propio Gobierno contribuyó en aumentar, sigue tomando deuda para
hacer frente al agujero fiscal al quitar las retenciones. Lo curioso es que lo
realiza con mecanismos que antes criticaba cuando era oposición, como es el
utilizar fondos de la ANSES.
Desde que asumió Mauricio Macri, el Gobierno ya superó los 50 mil millones de
dólares de pasivo, entre la deuda emitida en moneda estadounidense y la que
emitió en pesos. Días atrás, el Tesoro se endeudó por 350 millones de dólares y
1.300 millones de pesos.
El Gobierno también les sacó a los jubilados el programa Argenta,
mientras Macri llora al hablar de pobreza y Pinedo se queja porque $ 83.000 no
le alcanza. El programa Argenta otorgaba préstamos baratos a jubilados y
pensionados y les ofrecía descuentos de hasta el 40 por ciento en más de 20 mil
comercios de todo el país. El cambio que se viene: jubilados sin descuentos,
comercios sin clientes y bancos privados haciendo negocios.
Esta
historia ya la vivimos, es una remake de los 90, provocan el menor ingreso de
fondos al forzar negociar los salarios por debajo de la inflación y por los
masivos despidos, vacían el ANSES, se endeudan, achatan las jubilaciones y como
opción mágica crearan nuevamente las AFJP (negocios para los bancos y
financieras que cogobiernan). Ahora anularon las moratorias, eso implica que los
trabajadores con edad de jubilarse que no cuenten con los aportes
correspondientes por no haber sido registrados por sus empleadores no podrán
acceder a los haberes previsionales. Luego
aumentaran las edades de las jubilaciones, porque no hay fondos. El fin es destruir un sistema solidario, en
lugar de mejorarlo y sobre todas las cosas, hacer un buen negocio para quienes
apoyan financieramente al gobierno.
Es
compromiso de todos los trabajadores activos, defender el sistema solidario de
jubilación y no permitir la venta de las acciones del Fondo de Garantía de
Sustentabilidad y la destrucción del Sistema Previsional Argentino, como así
también defender el poder adquisitivo de las jubilaciones como hacemos con
nuestros salarios. Defender a nuestros jubilados es una cuestión de moral, de
ética, de principios, son nuestros abuelos, nuestros padres o hermanos, y
seremos nosotros. Ser indiferentes ahora, es hipotecar nuestro futuro.
Héctor
Daniel Fernández
Noviembre
2016
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