jueves, 17 de noviembre de 2016

BRASIL – LA FRAGILIDAD DE LA DEMOCRACIA LATINOAMERICANA.

El derrocamiento de Dilma Rousseff en Brasil por medio de un golpe institucional, violentando la voluntad popular dado que fue electa por 54,5 millones de brasileños y sólo el voto de 61 de un total de 81 senadores, donde más de veinte tienen prontuario penal y denuncias de corrupción, permitió su destitución.
Brasil es uno de los países más desiguales del mundo. El proyecto del PT con Lula pretendió buscar la equidad social y democracia política, aunque que había comenzado a desvirtuarse en 2015, accediendo a políticas de ajuste.
Otro hecho muy grave es que el nuevo gobierno, producirá un fuerte ajuste económico y social con medidas neoliberales, quitara muchos de las conquistas obtenidas y buscara sostenerse por medio de la represión. Tiene previsto ocupara militarmente las favelas de Río y reprimirá a los disidentes políticos y sociales, como lo ha hecho con las manifestaciones recientes a favor de Dilma. Incluso han preparado una Ley Antiterrorista que pretenderá equiparar a los manifestantes con guerrilleros urbanos que ponen en peligro la seguridad nacional.
Este es un aviso para toda América Latina, con los intentos de golpe de Venezuela, Bolivia y Ecuador y los concretados de Honduras, Paraguay y ahora Brasil, han puesto nuevamente de manifiesto la fragilidad de la democracia. Nada volverá a ser igual.
Los gobiernos populares de América Latina permitieron el ascenso económico y social de millones de personas, y devolvió y reconoció derechos y autoestima a otros tantos, entre otras conquistas y reconquistas. Pero no fue suficiente porque no se acumuló el poder ni el saber necesario para consolidar instituciones verdaderamente funcionales al ejercicio del poder popular. La derecha encontró el resquicio para golpear a los gobiernos populares, nada volverá hacer lo mismo.
Es por ello que es hora que los militantes de las fuerzas “progresistas (de verdad) o movimientos populares” deben unirse y construir un sólido poder económico y mediático para hacer frente a la derecha. De llegar al gobierno, deberán construir fuertes alianzas revolucionarias que propicien la democratización la justicia para terminar con justicia monárquica, colonial y de los poderosos, terminar con los monopolios mediáticos y económico, controlar la actividad financiera, estatizar los servicios públicos esenciales para la población, realizar una reforma agraria y un cambio cultural. Construir un poder del pueblo y para el pueblo, no se pueden revertir las diferencias sociales y económicas desde instituciones armadas, dirigidas e infectadas por el conservadurismo oligárquico - neoliberal. Mientras los “progresistas o movimientos populares” se pelean y dividen, haciéndole el juego a la derecha, esta se unió y ha producido su revolución. 
 
Héctor Daniel Fernández

Septiembre 2016

No hay comentarios:

SON MUY PELIGROSOS

    Mientras estos personajes fanfarrones, patéticos y cobardes se disfrazan para jugar a la guerra y a los soldaditos, creen que todo es co...