La violencia es un
problema social que adquiere gran preocupación en la sociedad. Cada vez más
dirimimos las diferencias por medio de la violencia. Tan solo con recorrer
algunas de las noticias, se pone de manifiesto esta actitud de intolerancia y
el escaso valor que tiene la vida, por lo menos para algunos. Chicas que
desfiguraran a otras, vecino que matan a otro por diferencias con una
medianera, por el volumen de la música o por cualquier otro conflicto menor. Un
padre mata a un hijo por una discusión. Familiares se pelean con armas blancas
en una fiesta. Asesinatos y violaciones de chicas menores. Una discusión de
tránsito termina con un muerto. Violencia de género. Alumnos y padres que
agreden a maestros. Como estos casos,
cada día se hacen más frecuentes. En un mes se recibieron más de 800 denuncias
por conflictos entre vecinos. Durante diez años (2002 – 2012) se produjo un
asesinato cada tres horas.
Así mismo si cada uno
de nosotros nos ponemos hacer un poco de memoria, inmediatamente podemos
comenzar a recordar hechos similares,
tan o más graves, que nos dan una pauta en la violencia cotidiana en que
estamos inmersos.
Toda esta agresividad
hace que desborde cualquier cause, arrase con todos los diques de contención y
pase a ser cada vez más general. Se tiende a resolver los conflictos por medio
de la fuerza, diluyéndose la sociedad. Nadie atiende a razones, porque su razón
es más importante. La racionalidad dejo de ser una norma de vida.
La sociedad dejo de
tener intereses y objetivos comunes, hoy es la suma de individuos, con
intereses particulares, enfrentados a los demás y para hacer valer sus
derechos, recurre a la fuerza o al apremio. Existe un individualismo extremo. Vemos
al otro casi como un enemigo con el que es muy difícil empatizar y no como
alguien al que debemos respetar porque es un igual.
El mal trato es corriente,
como el menosprecio, la soberbia, las críticas, las calificaciones
descalificadoras, el juzgamiento, el autoritarismo, la incomprensión, el abuso
de poder, la intolerancia, el insulto, los gritos, la violencia física y la
falta de respeto por el otro.
La intolerancia y la
violencia, no es atributo de un solo
sector de la sociedad, sino de toda en general, tampoco es de una edad
establecida, abarca a todos por igual. La encontramos en las canchas de fútbol,
en los boliches bailables, en los medios de transporte, entre los
automovilistas, peatones y hasta en los hogares o sea, en el lugar menos
pensado se desata la violencia. Incluso ejercemos violencia contra nosotros
mismos, hacemos cosas que nos perjudican, sabemos que fumar perjudica nuestra
salud y fumamos, beber en demasía transforma nuestro comportamiento y nos daña,
pero nos emborrachamos. Se sabe que cualquier tipo de droga nos altera y
perjudica, pero se consume. Sabemos que hay alimentos que nos perjudica
orgánicamente, pero no dudamos en comerlos. Como estos, podríamos ir enumerando
uno a uno muchas de las cosas que nos perjudican y accionan violentamente
contra nuestro organismo, pero igual las hacemos y siempre encontramos
justificativos para no sentirnos tan culpables.
Si ejercemos la violencia contra nosotros mismos, como podemos
comportarnos con nuestros semejantes.
También hay una
violencia mediática, consumimos ávidamente los hechos violentos que nos muestran
a diario en forma descarnada y agresiva. No ofrecen constantemente ejemplos de
violencia en series, películas, espectáculos, debates o programas de
entretenimiento o informativos, donde unos se agreden a otros. Hoy reúne
innumerables adeptos y cuantiosos especio, las peleas mediáticas “ficticias”,
pero – lo más grave - que la gran mayoría las cree ciertas. Este tipo de
violencia carecería de interés en una sociedad estable, pero hoy se nos ofrecen
como modelos, individuos vehementes, inescrupulosos, agresivos, exaltados,
sectarios e irracionales.
Debemos aprender y enseñar
a resolver los conflictos pacíficamente. Debemos educar a construir valores y
actitudes tales como la justicia, libertad, cooperación, respeto, solidaridad,
compromiso, actitud crítica, diálogo, participación. Así mismo cuestionar y
dejar de lado aquellos valores exacerban la violencia, como ser:
discriminación, intolerancia, indiferencia, conformismo, fanatismo, sectarismo,
intransigencia, etc.
Es preciso generar un
cambio de conciencia social y un cambio en los valores para que se pueda
incidir en la erradicación de los factores estructurales y coyunturales que
generan violencia y así construir una sociedad menos agresiva e intolerante.
Para poder cambiar las estructuras políticas, económicas y sociales que generan
violencia, pero sobre todo debemos cambiar nosotros, porque estas estructuras
responden a un modelo de sociedad, desarrollo y a una escala de valores que
como individuos hemos adoptado.
No podemos eludir la
responsabilidad que tiene el Estado de educar y formar a los ciudadanos en un
ámbito de armonía, tolerancia y convivencia, pero también debemos
concientizarnos que la educación debe ser iniciada en el hogar ya que la
familia es la base de vital importancia para marcar a un ser humano violento o
afectivo y así formar una sociedad violenta o una sociedad dispuesta al cambio.
El camino es un
proceso mixto de creación de conciencia individual y social, junto con los
cambios de estructuras sociales, económicas, políticas, culturales para poder –
así - aspirar a vivir en una sociedad que pueda evolucionar dentro de una
escala de valores con profundas connotaciones morales y así menos violenta.
Héctor Daniel
Fernández
Enero 2015
2 comentarios:
Me ha encantado esta reflexión, coincido plenamente. Ojala todos desde nuestro lugar colaboráramos para hacer del mundo un lugar mas amigable para todas las especies. Pero parece que vamos en sentido contrario y soy pesimista respecto al futuro. Pero de todas formas, creo que difundir reflexiones como la tuya y que llegue a la mayor cantidad de gente, puede tener un efecto beneficioso. Así que si no te importa me gustaría compartirla en redes- Un saludo, buena vida-
Hola estoy de acuerdo con todo, y creo que hay que hacer mas cada uno, por ser mejores la famosa "mejor version de uno mismo" y solo con eso ya estaremos colaborando. Pero se puede hacer mas, comprometerse con al menos una causa, en la que colaboremos sumando fuerzas para mejorar una situación especifica- Y no nos rindamos nunca...si no puedo cambiar al mundo, al menos que el mundo no me cambie a mi..
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