Según el
desarrollo de los acontecimientos, más allá de alguna operación mediática,
estas elecciones de medio término no tendrán, en su resultado, mucha diferencia
de las PASO.
Un análisis
más pormenorizado lo podrá encontrar en mi anterior publicación antes de las
PASO (Elecciones de medio término - PASO)
Existe una
disputa que está planteada, que se la ve, que es mediática, de sectores que
están muy enojados con el Gobierno Nacional. Sectores del poder económico a los
que no les gusta el gobierno, sectores que se oponen a diversas políticas de
gobierno; que no es la primera vez que vaticinan un fin de ciclo. El
kirchnerismo está a dos años de terminar el mandato de Cristina, y aún no está
claro quién o quiénes serán sus alternativas en el oficialismo. No se
visualizan en estas primarias cuáles pueden ser sus alternativas de este ciclo.
Tampoco surge del cuadro de ganadores y perdedores que presentan los medios de
comunicación, quién podría ser el que encabece el otro ciclo. La oposición sigue teniendo complicaciones
territoriales, con el diferente nivel de presencia.
Ya llegando
a esta altura de la campaña, la gente en general, está algo saturada y espera
que pasen las elecciones lo antes posible. Habría que preguntarse qué tan
importante son estas elecciones de medio término para aquellos sectores menos
politizados. Es como que todo entro en una meseta y existe una indiferencia
marcada en la campaña y los votantes ya han elegido hacer rato su voto y
descuentan que no habrá grandes modificaciones en las tendencias del voto. Esos
sectores no politizados eligen su voto más por la imagen o referencias que por
las propuestas o ideológicamente, que en muchos casos no conocen. Votan más con el sentimiento que con la
razón.
Según
Artemio López en su blog Ramble Tamble (http://rambletamble.blogspot.com.ar/) hace el siguiente análisis:
Si bien tenemos experiencia de una sola PASO, y era ejecutiva, los
antecedentes indican que se replica con alguna exactitud el escenario que a
posteriori se consolida en las elecciones generales. Con lo cual, salvo en el
margen, no habría que suponer grandes modificaciones en el sistema de
preferencia. Sí se van a develar algunas incógnitas, como qué sucede en algunas
provincias específicas, Neuquén por ejemplo, y San Juan. También hay que ver si
(Daniel) Flimus logra retener la banca, que es algo inestimable, porque va a
tener que ver con el corte de boleta respecto a la opción (Pino)
Solanas–(Elisa) Carrió. Y luego, finalmente, el nivel de diferencia entre Massa
e Insaurralde en provincia de Buenos Aires, que tampoco se puede estimar con
precisión; así que no me parece serio hacerlo. Pero, básicamente, hay que
pensar en la referencia de las PASO.
Como esta vez no se cuentan ni votos en blanco ni nulos, cuando
hagamos la lectura del distrito único, es decir a nivel nacional, probablemente
estaremos en el 30% para la primera minoría, que es el FpV; después, el 14%
para el Frente Renovador, por el impacto que tiene Buenos Aires a nivel
nacional; la tercera es el Frente Progresista Cívico y Social, que estará en
torno al 9% de los votos; la Unión Cívica Radical con el 6%, el Frente de
Izquierda en el quinto lugar con el 4,5% y por arriba del PRO, que va a estar
en torno al 4%, es decir con menos de 950 mil electores; y luego, por último,
Francisco de Narváez.
Ahí tenés las siete fuerzas nacionales, y el FpV sigue siendo la primera, lejos. Hay que tener en cuenta que esta es la sexta elección que gana en diez años, tres de medio mandato y tres ejecutivas, además de las dos PASO. No hay nadie en toda la historia electoral que haya ganado 8 elecciones en diez años. Con altibajos, pero esta es la verdad.
Ahí tenés las siete fuerzas nacionales, y el FpV sigue siendo la primera, lejos. Hay que tener en cuenta que esta es la sexta elección que gana en diez años, tres de medio mandato y tres ejecutivas, además de las dos PASO. No hay nadie en toda la historia electoral que haya ganado 8 elecciones en diez años. Con altibajos, pero esta es la verdad.
Lo que también es cierto es que la oposición sigue fragmentada y
que la segunda fuerza, la de Massa, por ahora es "distrital" y
veremos cómo se despliega nacionalmente. Yendo a la pregunta, la verdad es que
yo no veo por qué hay un clima tan adverso al resultado electoral para el
Gobierno… Probablemente esto tiene un componente de oposición mediática
importante, de hacer aparecer al oficialismo como perdedor; y también,
seguramente, al mismo tiempo hay una sobreestimación de los resultados
electorales por el oficialismo, que creía que era una elección que ya tenía
ganada.
Se construye una derrota electoral para el Gobierno, que no hay:
no es mi opinión, lo dicen los números. Ocho elecciones ganadas en diez años es
una performance electoral sin antecedentes. Lo mismo que los 14 puntos de
diferencia con la segunda fuerza: es la segunda diferencia más importante desde
1983 en elecciones de medio mandato. La primera fue en 2005, que fue de 20
puntos. Si tomamos el mapa de hoy, el panorama es satisfactorio.
Así
serían las cosas de mantenerse los guarismos de las PASO, en la Cámara Alta de
las 24 bancas que se renovarán este año, el oficialismo pone en juego 12 y
estaría obteniendo 10 según las PASO, por lo que perdería dos plazas aunque la
banca de Daniel Filmus aún no se puede afirmar que se pierda, aunque la
oposición se juega todo en esta posibilidad. La correlación de fuerzas en el
Senado no sufrirá modificaciones.
En
la renovación parlamentaria en Cámara baja, diputados el FPV pone en juego 34
diputados pero se estima según las PASO que obtendría 39, con lo que el bloque
que liderará Juliana Di Tullio ascendería a 116.
De
repetirse los resultados de las PASO, con los votos que obtengan los aliados en
todo el País, dejaría al kirchnerismo con algunos legisladores por sobre el
quórum de 127.
Una
vez más, en el plano general, se utilizan las elecciones generales para dirimir
una disputa entre sectores peronistas, el gobierno con su Frente para la
Victoria por un lado, Massa con el Frente Renovador por el otro, después están
también el Momo Venegas, Moyano con De Narváez, Rodriguez Saa, Piumato y otros
dispersos en el Pro y otros partidos.
De
darse así las elecciones generales, el panorama no sería tan contrario como el
2009, donde la oposición tenía la mayoría, pero por su propia incapacidad,
ambiciones personales y diversidad ideológica no pudieron concretar sus
aspiraciones de manejar al Poder Ejecutivo y proyectarse como firmes candidatos
para el 2011. Hoy pretenden “contener” al oficialismo, aunque hay otros como
Oscar Aguad (UCR) que vaticinó que después de octubre “la ingobernabilidad va a
aumentar” y otros intolerantes y destituyentes esperan –como en el 2009 – que
este gobierno termine anticipadamente su mandato. Generalmente estas
expresiones anti democráticas son expresadas por aquellos que no pueden llegar
al gobierno por medios de las elecciones, aunque si tienen fuertes ligazones
con el poder económicos – financieros.
En
estas elecciones legislativas, los votantes expresan su malhumor, sin tener que
pensar “quién va a gobernar”, lo importante es registrar que hay cierto
malhumor que se muestra en los resultados, es más un castigo de funcionamiento
o de forma, más que por problemas ideológicos o de fondo. La gente quiere que
le solucionen los problemas con el transporte, con la electricidad, inflación o
seguridad, temas cotidianos. Pero igualmente como en el 2009, cuando fue
derrotado por de Naráez, el gobierno hizo una buena lectura de lo que ocurrió y
reacciono políticamente, cambiando la historia en el 2011.
También
no se puede desconocer que existe un sector de la sociedad que esta crispada, y
necesitan que la provean de material nuevo para indignarse todos los días. Es
increíble el nivel de odio y rechazo que expresan, casi comparable al que le
tenían a Perón y Evita en las años 50, pero no así con las dictaduras. También
es curioso como muchas de esas críticas son de género, incluso las mismas
mujeres expresan su resentimiento a la Presidenta en cuestiones que hacen a su
condición de mujer y no por asuntos ideológicos. Otra curiosidad que se da en
estos momentos, es que políticos o personalidades públicas dan opiniones
críticas sobre hecho político, y se molestan sobre manera cuando son criticadas
o rebatidas sus opiniones. El criterio sería criticar pero sin ser criticados.
Condicionar el derecho a opinar. Mi opinión es la que vale, la tuya es una
chicana.
Vuelvo
a insistir en lo que dije el escrito anterior a las PASO, esta votación tiene
como principal objetivo modificar la composición parlamentaria y no el
ejecutivo. Una mirada a la historia demuestra que muchas veces quienes emergían
como los principales ganadores de la elección legislativa y favoritos a
llevarse el premio mayor dos años después, no siempre dieron la talla y
culminaron siendo convidados de piedra. El caso de Antonio Cafiero que gana en
la provincia y posteriormente pierde las elecciones internas con Carlos Saúl
Menem. Meijide gana las elecciones en la provincia y junto a Chacho Alvares
pierden las elecciones internas con De la Rúa. 2009 Nestor Kirchner pierde las elecciones con
De Narvaez y se habla del fin del ciclo, la oposición es mayoría en el
Congreso, pero en las elecciones presidenciales de 2011 Cristina Fernández de
Kirchner saca el 54%. La evidencia electoral es clara al respecto: los
ganadores de la elección legislativa no han llegado a la presidencia.
Sobre
el casi seguro ganador en la provincia de Buenos Aires e instalado candidato al
2015, hoy podemos decir que Massa no es solo Massa, es la suma de un grupo de
intendentes, sindicalistas, políticos insatisfechos con la gestión municipal, algunos
dirigentes que han estado en el kirchnerismo desde el 2002 al 2009, además de
aliados políticos de indisimulada concepción anti peronistas, lo que lo hace un
frente bastante heterogéneo y que predice enfrentamientos internos. Hoy por hoy
también cuenta con todo el apoyo de los medios de comunicación opositores,
relegando a otros candidatos. El “massismo es el agrupamiento de los sectores
conservadores y menemistas del peronismo – que no son pocos (E. Duhalde, De la
Sota, Puerta, Busti, Barrionuevo, Graciela Camaño, Reuteman, Das Neves, entre
otros) y otros aliados externos de igual
pensamiento, que se mantuvieron agazapados durante el éxito del kirchnerismo
esperando el momento del resurgimiento en pos de revivir la alianza con
sectores dominantes” (Redrado, Pérez). Massa no es el “líder o conductor” del
grupo, es tan sólo el de mejor imagen, el políticamente correcto, ofrece un
clima menos de conflictividad, el que dice lo que un sector de la ciudadanía
quiere escuchar y no muestra mucho más. El problema que tiene el proyecto es
que tienen socios inter pares que son el resto de los intendentes y con poder
propio. Además no hay que perder de vista que el peronismo es muy dinámico, lo
que hoy están en un lado, mañana pueden estar del otro, no olvidemos que para
fin de año hay elecciones internas en el peronismo de la provincia y veremos
cómo se hacen las alianzas, quienes entraran y quienes querrán ir por afuera
del partido en el 2015. También hay que tener en cuenta que Massa pasara de un
cargo ejecutivo a uno legislativo, donde se pierde exposición y ejecutividad,
sus posibilidades estarán atadas a los medios de comunicación que lo proyectan.
Un dirigente de la CGT decía, “Massa va a ser apenas un diputado y al Gobierno
le quedarán dos años más de gestión”. Otro dirigente agregó: “Seríamos muy
boludos si nos aliásemos con un diputado mientras Cristina sigue siendo la
Presidenta”. Queremos gobernabilidad, no otro 2001.
Para
ver si se va a construir el massismo o no hay que esperar a fines de 2014,
principios del 2015, cuando se reorganice el PJ o lo que le suceda al PJ y se
den las PASO. Hasta ese momento el massismo no existe. No sería extraño que
muchos de los que hoy están con Massa, mañana le ofrezcan cargos dentro de la
estructura del PJ, y lo abandonen.
Igualmente
y con vista al armado futuro de este sector conservador - neoliberal, es
conveniente tener en cuenta las siguientes declaraciones de Massa y Redrado. Massa habló – ante importantes empresarios - de abrir espacio para que el
sector privado maneje algunos fondos de pensión, mayores niveles de
desregulación, establecimiento de una política de metas de inflación, la vuelta
al endeudamiento, entre otros puntos. Pero en público, poco y nada dijo de
esto. Eso no es todo, su principal asesor económico, el ex presidente del Banco
Central Martín
Redrado, le dijo esta semana: “México es un país que está
haciendo reformas estructurales en sectores que eran prácticamente intocables,
como el energético. También anunciaron “reformas laborales” que marcan una
voluntad de ingresar no sólo en un período de solidez macroeconómica sino de
avanzar en hacer más competitivas nuestras economías”. Creo que ya antes hemos
escuchado estas ideas, son las que nos llevaron al 2001.
Por
el lado del Frente para la Victoria, después de la derrota en las PASO,
prácticamente Daniel Scioli se hizo cargo de la campaña, el casi desconocido
Martin Insaurralde (de escaso carisma político) batallo para hacerse conocido,
pero con pocas o nulas posibilidades de revertir el resultado, aunque podría
acortar en algo la diferencia. La enfermedad de Cristina, hizo que la sacara de
la escena (quizás también la preserve de la derrota), que será acarreada por el
candidato y Scioli. Con este protagonismo, Scioli trata de posesionarse de cara
al 2015, como el candidato del oficialismo, pero seguramente deberá batallar
con otros gobernadores con idénticas aspiraciones, pero también controlo lo que
podría haber sido un importante paso de algunos oportunistas (que abandonan el
barco) del oficialismo al Massismo triunfante. Creo, personalmente, que la
derrota en la provincia de Buenos Aires se da – por un lado - por el cansancio
de los vecinos con algunos intendentes y su pobre gestión, porque los que se le
oponen son un “rejuntado” de políticos que deambularon por otros partidos (De
Narváez, Pro, peronismo disidente) y algunos otros que se fueron del calor del
poder por sentirse relegados o desplazados. Estoy convencido que los que
llegaran no son mejores de los que se van. Igualmente su trabajo no podrá
visualizarse, porque ocuparan cargos legislativos y en muchos casos en minoría,
los cargos ejecutivos estarán en manos de los actuales intendentes, que tendrán
que tomar nota y producir los cambios que la gente le reclama. Tanto para la
provincia como a nivel nacional, faltan 2 años y es mucho tiempo para hacer
predicciones.
Dentro
del peronismo existe una generación que creció junto con el kirchnerismo, que
tienen entre 40 y 50 años, como son Capitanich, Urribarri, Scioli, Urtubey y
Massa, no tienen discursos ideologizados ni hacen de la ideología el soporte de
su política, se basan más en la imagen, gestión, buenas relaciones con los
factores de poder y buenos modos, lo que lo hacen estar bien visto por las
clases medias. Para ellos no forman parte de su esquema o discurso: derecha,
izquierda, liberación o dependencia. Es una generación formada políticamente
durante los 80 y 90, provienen de familias de clase media, mayormente sin
historia de militancia en la resistencia peronista o en la lucha contra la
dictadura, que los diferencia
sustancialmente con aquellos que lo hicieron en los 60 y 70, que se están
yendo. Scioli llega a la política de la
mano de Menem y Massa afiliado en su juventud al partido de Alsogaray llega por
Eduardo Duhalde. Igualmente estos comportamiento no bastan para gobernar, y
mucho menos cuando haya que enfrentar los fuertes intereses de las
corporaciones de todo tipo.
Ahora
la nueva juventud alumbrada a la militancia por el kirchnerismo, deberá
construir su propio poder si quiere tener relevancia en la futura vida
política.
Por
fuera del peronismo, los que hoy aspiran a una posible sucesión en el 2015, se
anotan Binner y Cobos, pero como decíamos antes con complicada
representatividad en todo el País. La mayor posibilidad la podría tener Cobos
si detrás de él se alinea la UCR. Macri quiere anotarse pero no creo que pueda
llegar, tiene fuertes competidores en el Peronismo con su mismo perfil, pero
más confiables y capaces. Carrio puede querer postularse, pero la gente que la
sigue la puede votar como legisladora, pero no para conducir un País, ya tuvo
su experiencia en 2011 que saco 1,82%.
El
voto te puede castigar o premiar pero generalmente no te destruye, siempre
tenés posibilidades de recuperarte. Las famosas recuperaciones de Néstor y
Cristina fueron cada vez que tuvieron un revés electoral, corrigieron y
volvieron.
Hoy,
aun faltando dos años para las elecciones de 2015 y las experiencias vividas en
el 2009 - 2011, hay muchos que plantean
el fin de un ciclo, quizás más como una expresión de deseo que de la realidad.
La idea de que el Gobierno está en un fin de ciclo está siendo impulsada por
los mismos que plantean eso desde el principio. La Nación, dijo que el gobierno
de Néstor Kirchner sólo duraría un año.
No hay indicio objetivo que la mayoría de la sociedad, los votantes, lo
rechace como un todo, aunque algunas políticas y figuras sean más impopulares
que otras. Existe cierto consenso social alrededor del modelo económico, y
quienes se postulan – anticipadamente – con ciertas posibilidades no reniegan
de él sino de algunas cuestiones puntuales derivadas de éste. El kirchnerismo
tuvo la virtud de liderar un tiempo político y dejar al país con una serie de
transformaciones y leyes que serán históricas, dejando la vara bastante alta
para los que vendrán, a menos que la inflación, la recesión o ambos no golpeen
con fuerza a la economía argentina, será muy complicado que no se vuelva
recurrentemente a reclamar por este ciclo. Si la Presidenta logra de acá hasta
el 10 de diciembre de 2015 manejar la situación, entregar más o menos prolija
la cuestión económica, aunque después haya algún que otro conflicto que
estallen, tiene por delante, ella personalmente, una década más de actividad
política y de fuerte incidencia.
Para
aquellos que nos formamos políticamente en los 70, entendemos que el gobierno
debe profundizar el modelo retomando las banderas del 45, consideramos que este
es el camino para realizar transformaciones más profundas. Sabemos a dónde
queremos ir, sabemos a dónde no queremos ir, es por ello que los posibles
candidatos formados en los 80 y 90 no nos convenzan ideológicamente.
Igualmente
de aquí al 2015, para la política y principalmente en nuestro País, es mucho
tiempo y cualquier cosa puede pasar.
Héctor
Daniel Fernández
21/10/2013
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