Podrá la estupidez humana y el egoísmo
más que la solidaridad y el bien común?
Nuestra sociedad estará a la
altura de las circunstancias?
La proyección del virus no se
previó en ningún lugar del mundo. La naturaleza no respeta gobiernos ni negocia
desde la frontera. Se trata de una emergencia de salud pública que afecta a
todos los ciudadanos, sociedades y economías.
Ante esta pandemia, es el momento
de verificar que nivel de responsabilidad y compromiso tiene nuestra sociedad.
Es el momento de comprender que las libertades individuales no pueden estar por
encima del bienestar del conjunto de la sociedad.
Sabemos de las miserias humanas, de
aquellos que piensan en la salvación individual, en la despreocupación por la
suerte del otro, en el egoísmo como motor. Estos podrán más que la solidaridad
y la empatía con aquellos más vulnerables?.
El no cuidarse, en no cumplir la “cuarentena”
como indican los especialistas, no respetar los protocolos y las disposiciones
establecidas es poner en peligro a los demás. La irresponsabilidad de algunos
puede matar. Aquel que pudo contagiarse porque viene del exterior o porque estuvo
en contacto con alguno que viajo y no guarda la correspondiente aislación,
puede contagiar a una persona de riesgo con problemas preexistentes y llevarlos
a la muerte. Es un asesino en potencia. Hay algo más importante que la vida.
Muchos dicen que en tiempos de
turbación son una oportunidad para incentivar la imaginación y de grandes
cambios, pero que esa oportunidad no sea para los especuladores que lucran con
las necesidades de la gente y sus debilidades, a ellos hay que caerles con todo
el peso de la ley.
Las medidas son necesarias no
solo para protegernos a cada uno de nosotros, sino especialmente para proteger
a los vulnerables y a los que nos curan, para que los centros de salud no se
saturen ni enfermen en masa los trabajadores de la salud y puedan curarnos a
todos.
La solidaridad es la clave del
éxito. Cuidémonos entre todos. Juntos le haremos frente a esta nueva
emergencia. Yo lo haré por mi familia, por mis amigos, por mis vecinos y por el
otro. Todos recibiremos seguro la misma solidaridad de vuelta: la vuestra.
Daniel Fernández
Marzo 2020
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