miércoles, 8 de noviembre de 2017

CUARTO CICLO - NO SUBESTIMAR AL GOBIERNO

Desde el regreso de la democracia, hoy podríamos decir que estamos atravesando el cuarto ciclo, comenzó con el alfonsinismo, luego vino el menemismo y el kichnerismo, y ahora se afianza el macrismo. El macrismo forma parte de esos ciclos por errores, fragmentación, vanidad y mezquindad de la oposición. Algunos se han presentado como oposición, pero son parte del mismo proceso y su fin es dividir y así favorecer al macrismo - radicalismo. Ese sector de la oposición es "colaboracionista" y cómplice del oficialismo.
La oposición real, no supo o no quiso aglutinar, sintetizar y representar, bajo propuestas programáticas, todas las demandas y protestas sociales y laborales existentes.
Después de dos años en los que el gobierno aplicó políticas muy distintas de las que había prometido en la campaña de 2015, Cambiemos ha recibido un respaldo electoral cuya relevancia política no puede menospreciarse.
Su capacidad de comunicación y la concentración mediática han sido apoyos cruciales. Sin embargo, de ninguna manera han sido el único factor.
Uno de los logros del gobierno es su éxito del relato macrista, identificando el período de gobierno anterior con un plan de corrupción y desmanejo económico.
Pero no se debe subestimar o quedarse con el solo reproche de que la gente que lo voto está siendo manejada por los medios y la efectiva comunicación.  Las ideas habituales en 2016, de que “este gobierno choca en seis meses” o que “terminan como el 2001” minimizaban la capacidad política de  Cambiemos. La idea de una debacle, que incluso sostuve en anteriores escrito, es parte de la experiencia en nuestro país y la suposición de que el neoliberalismo no es económica y políticamente sustentable. Pero también esta tesis puede tener sus errores, dado que en muchos de los países del mundo, donde esas políticas se aplican llevan décadas sin estallidos. Las situaciones económicas y políticas dependen de una multiplicidad de factores. Nada es automático. Macri y Cambiemos tienen el plan de aplicar su proyecto y darle sustentabilidad económica y política. Eso es lo nuevo.
Este gobierno logro ganar las elecciones de medio término, como lo han hecho los gobiernos que lo precedieron desde el regreso de la democracia, excepto De La Rua, anunciando ajustes, aumentos, seguir con el acelerado endeudamiento externo y modificaciones en lo laboral, provisional y fiscal. Han logrado convencer a sus votantes que todo ello es por culpa del anterior gobierno y la necesidad de ordenar las cuentas. Cosa que no es así, dado que ellos aplicaron políticas económicas que claramente beneficia a su sector social: poderoso y que todos los demás debemos pagar los beneficios que ellos se están adjudicando. Una vez más los jubilados y los trabajadores cubrirán con la disminución de sus haberes, el abultado déficit fiscal y no los que más tienen. El problema es que las consecuencias de las políticas regresivas pueden derrotar a las resistencias que se le oponen y también pueden generar expectativas e ilusiones. Podemos estar en presencia del Síndrome de Estocolmo en masa.
Pero lo otro novedoso de esta nueva etapa neoliberal que estamos viviendo, en comparación con las anteriores, Martínez de Hoz, Dagnino Pastores, Alemán, Caballo, López Murphy entre otros, es que la política está manejando lo económico. Entonces este gobierno tiene bien evaluado a quienes beneficia, y a quienes les puede hacer creer que se están beneficiando, logrando un piso de apoyo como para ser la primera minoría. Mientras usa, mas desenfadadamente la chequera y el látigo con gobernadores e intendentes de la "oposición", además de aprietes o hostigamientos judiciales o "carpetazos" sobre dirigentes opositores devenidos a colaboracionistas (Bossio, Pichetto, Massa), para aprobar sus políticas.
También, como muestra del manejo político, siguen manteniendo fuertemente el asistencialismo, con los planes sociales a pesar del elevado déficit fiscal. Compran la paz social y cuidan su caudal de votos.
El triunfo de las elecciones legislativas le ha dado al Gobierno y a Macri, un impulso fenomenal, envalentonados han ido por todo. Exultante y contundente, el presidente Mauricio Macri dijo que podemos “cambiar para siempre”. En la cresta de la ola amarilla, en su mejor momento, puede olvidar que las olas suben y bajan, que nada es “para siempre” y que los momentos pasan. Además cuentan con una "justicia" que se ha transformado en el brazo ejecutor de las decisiones del poder real, representado por este gobierno. Hoy tenemos jueces parciales, con un estado de derecho suspendido y una democracia de baja intensidad. Se ponen presos a ex funcionarios y opositores sin respetar el derecho de inocencia, sin indagatoria ni juicio ni sentencia. Se los condena y escracha públicamente y en general los jueces actúan “presionados” por los grandes medios y funcionarios. Ni los genocidas de la dictadura fueron tratados de igual forma. Mientras que los funcionarios actuales, familiares y amigos denunciados, tampoco se los trata de igual forma, con mayor posibilidad de entorpecer la investigación, según la doctrina Irurzum. Hay más de 50 funcionarios imputados: Panama Papers, Blanqueo de Familiares, Memorándum de Qatar, Correo Gate, Dólar Futuro, Compra de gas a Chile sin Licitación a Shell, Etc. Cada día aparecen más cuentas offshore de funcionarios evasores, pero eso está bien visto en la City, no son acusados como estafadores sino como inteligentes financistas, la ética pública queda por el suelo. La doble vara con que todo se mide según el poder que se tenga. Esto me hace recordar a la dictadura militar, donde había una mayoría silenciosa que callaba por miedo o justificaba todas las aberraciones y una minoría activa que lo denunciaba con los riegos que ello tenía. Ahora también usan el miedo para las políticas que vienen.
Es bueno tener en cuenta todo este proceso y el uso que están haciendo de los distintos poderes e instituciones de la republica, para actuar de la misma forma con ellos cuando abandonen el poder.
Una reflexión: El Pro llegó al gobierno gracias a la estructura del Radicalismo, ahora recuerdo cuando El Dr. Raúl Alfonsin dijo que su límite era Macri. Me parece increíble que los radicales de Alem, Yrigoyen, Illia y Alfonsín no hayan creado una alternativa progresista y se hayan quedado pegados al conservadurismo del ala de Alvear, de la Rúa, Saens y de los neo liberales del Pro, por algunos cargos.
La oposición no puede pensar en hacer política creyendo que es inevitable una crisis como la de 2001. Es subestimar la capacidad del poder, que ha demostrado que ha aprendido de errores anteriores. No se puede depender solo de las propias convicciones y abandonar la vocación política por convencer a otros. No se saldrá del encierro si creemos que uno tiene razón y quitarle importancia a una parte de la sociedad cree que estás equivocado. No se puede quedar en el mero reproche, en la revancha y ofuscados, hay que alejarse de la derrota y la frustración. Debemos dedicar más tiempo a la creación, pensar y hacer cosas nuevas en política. Crear nuevas esperanzas fundadas en la solidaridad, en un país más justo y equitativo, de respeto a las instituciones, conectarnos con lo mejor que tenemos individual y colectivamente. Saber que solo no se puede, hay que sumar otros actores sociales y políticos, fundamentalmente bajo la premisa de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política. Pensar por todos. Un cambio cultural profundo es necesario para derrotar esta cultura del individualismo. Necesitamos más política. Las calles y las paredes deben reflejar la realidad que el poder y sus medios nos quieren esconder. Ganar la calle.
La oposición tiene el desafío de comprender este proceso que llevan varios años y generar nuevas alternativas positivas y creativas, si quiere derrotarlo. O quedarán condenados a repetir sus actuales estrategias con iguales resultados, o sea ocho años de Macrismo. De ser así, costara mucho cambiar el rumbo que le están imprimiendo y nos dejaran un país desquiciado del cual será difícil volver.
Héctor Daniel Fernández
Noviembre 2017


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