Una vez más y como consolidación
de esta joven democracia, tenemos elecciones de medio término, elecciones parlamentarias,
donde amplios sectores del electorado son proclives a votos experimentales, hay
que tener en claro que en estas legislativas no se define quién gobernará, sino
que “estilo” de política y de políticos le gustan más, o le disgustan menos, al
que va a votar. Por los datos que hoy se manejan, seguramente – el oficialismo
– no va a tener un resultado tan bueno como en 2011 ni tan malo como en 2009.
Por lo tanto no se vislumbra, provisoriamente, una alteración importante en las
relaciones objetivas de poder. No olvidemos que el gobierno está poniendo en
juego su peor elección.
Después de la experiencia de las
elecciones de 2009, donde el oficialismo venía de una dura derrota en el Senado
por la Resolución 125 de Martín Lousteau, un desaceleración de la economía
debido a la crisis económica mundial y un micro clima destitúyente, promovido
por las protestas del “agro” y sus aliados políticos, además amplificado por los
medios de prensa afines, que conformaban casi la totalidad del arco opositor. Las
listas opositoras se poblaron de “agro diputados”. En la Provincia de Buenos
Aires, De Narvaez le gana a Nestor Kirchner y muchos pensaron en el fin del
Kirchnerismo(Elecciones 2009). Pero como la conformación de las listas opositoras tenían como
único fin derrotar al oficialismo y no construir una alternativa coherente
ideológicamente, en el Congreso cada uno tomo su rumbo y el Gobierno mantuvo la
iniciativa política y parlamentaria. El kirchenerismo siguió siendo el centro
de gravitación de la política argentina. En las elecciones de 2011, el
Kirchnerismo, reafirmando eso que decía de que las elecciones de medio término
son más experimentales y la oposición al no poder construir un poder alternativo
confiable, Cristina Kirchner gana las elecciones presidenciales con el 54% de
los votos y por una diferencia de 38 puntos frente al candidato del Frente
Amplio Progresista Hermes Binner.
El factor primordial de estas
elecciones es la distribución del poder de cara a la transición/sucesión para
el 2015, es por ello que todos los candidatos no oficialistas sigan poniendo
como centro de sus discursos el fantasma de la reelección presidencial, algo totalmente
abstracto y del cual no existe ningún proyecto. Juegan con esta “opción” para
juntar votos opositores, pero en realidad para hacer cualquier reforma en
nuestro país se requiere que varias fuerzas políticas acuerden en la necesidad
de dicho cambio, cosa que la oposición de ninguna manera daría su aval. El
oficialismo, por más que gane no obtendría la mayoría necesaria para hacerla.
El gobierno no la desmiente terminantemente por una cuestión lógica hacia
adentro de sus filas, el objetivo es hacer una transición ordenada que no
complique a la gente los próximos dos años. Ahora muchos de los que se oponen a
la re-relección, no proponen las mismas condiciones para Gobernadores, Senadores,
Diputados, Intendentes y Concejales, que sería lo correcto. Hoy casi un 50 por
ciento de los que dejan sus cargos electivos, se vuelven a presentar para su
reelección. Contradictorio No!
Una vez más estas elecciones,
como se presentan es una interna “peronista”, que se dirime a nivel nacional. El
Justicialismo, es el único partido nacional que, pese a las divergencias, sigue
de pie. Aunque aquí también cabe aclarar que hoy día hay muchos que se dicen
peronistas, pero de peronistas no tienen nada (Postulados-Peronistas), solo el interés de captar sus
votos, para luego hacer como hizo Menen, todo lo contrario a los principios del
peronismo (Perón - Menem). Muchos de sus sucesores ideológicos pululan por las
distintas listas.
Desde la existencia o
consolidación del kirchnerismo, las diversas oposiciones, fuera o dentro del
justicialismo, tuvieron serios problemas para proponer un proyecto político
alternativo. Después de la gran crisis del 2001, el gobierno ocupo el centro de
las acciones, obteniendo logros económicos y sociales, y la oposición siempre
fue detrás de las acciones del gobierno, limitándose a opinar sobre lo que
hacía el oficialismo. Nestor Kirchner revitalizó la política y la militancia
después del “que se vayan todos”.
Como ha ocurrido en las últimas
elecciones, aparecen los juegos de alianzas, temporarias, contradictorias y en
algunos casos insólitas. Fernando “Pino” Solanas con Elisa Carrio, Terragno
con Lousteau y Cobos, Donda con Prat Gay, Gil Lavedra y Tumini, Francisco De
Narváez con Hugo Moyano y De la Sota, Rodríguez Saá con Domingo F. Cavallo, Sergio
Massa con Kirchneristas, ex Menemistas, Duhaldistas, Clarín, Solá, Macri,
Coalición Cívica, Redrado y Barrionuevo.
Porque afirmo que estas son
alianzas temporarias, contradictorias y algunas insólitas, porque el fin es
juntar votos y no construir una alternativa de gobierno, porque no existe
coherencia ideológica entre ellos, ni propuestas más que oponerse al gobierno. En
general, por ahora exceptuando Mazza, que está probando de hacer una campaña –
digamos - de ondas de paz y amor, esto mientras las encuestas lo den ganador, los
demás están tratando de captar el voto de los que sienten rabia, repulsión por
el kirchnerismo o están crispados, por ello apelan a usar expresiones como “es
el final del ciclo”, “no se aguanta más”, “es peor que una dictadura”, "Kretina", “Estoy
harto”, “Yegua” o adjetivos agraviantes, como ocurrió también con el conflicto llamado
del “campo”. Ahora propuestas e ideas pocas o nada. Este sector de la sociedad
que apunta a captar la mayoría de la oposición, necesita una provisión
permanente de material nuevo para indignarse, que se lo provee invariablemente
los medios de comunicación opositores, que son los de más llegada a la gente, que
digamos de paso, que no son para nada independientes ni objetivos como no lo
son los oficialista. Es tanto el enfrentamiento, que los medidos se regocijan cada
vez que ocurren situaciones o medidas políticas o económicas en contra del
País, aunque esto afecte por igual a la mayoría de la población. A los que más
tienen nada les afecta. Desean tanto su caída, que esperan – salvando la
diferencia – una Thatcher que haga caer al Gobierno como ocurrió con Militares.
Ahora si hay noticias positivas no son noticias para estos medios. También
reeditando o esperando una derrota del oficialismo en Buenos Aires, similar a
las elecciones del 2009, el “campo” y sus aliados proponen recrear ese ambiente
previo, haciendo paros y medidas de acción antes de las elecciones de octubre,
solamente que ahora se suman la CGT de Moyano y CTA de Micheli, para generar
más ambiente de confrontación, confusión y excitación.
Pino y Carrió ya anunciaron que
después de las elecciones cada uno tomará su camino. Elisa Carrió en el 2009
compartió lista con Stolbizer, en 2011 fue con Patricia Bullrich y ahora con
Pino Solanas, lo que demuestra no importarle lo ideológico. En las PASO de UNEN
(UCR-FAP) Carrió ya critico a todos sus oponentes e incluso a su aliado Solanas.
De Narváez en el 2009 hizo alianza con Macri y Solá, 2011 con Alfonsín y ahora
con Moyano y De La Sota. La mayoría de sus anteriores aliados caso de la ex-candidata
a Vice Gobernadora y Diputada Mónica López y su esposo el Sindicalista y
Diputado Alberto Roberti o el mismo Felipe Sola se pasaron al Massismo,
dejándolo bastante desamparado.
Esta inestabilidad ideológica, no
se da cada 10 años, que uno puede ir cambiando su enfoque de las cosas, se da
cada 2 años, en cada elección. Cada dos años cambian de acompañantes para ver
cuál le da más votos.
Frente Renovador de Sergio Massa
lleva como aliados Darío Giustozzi, Intendente de Almirante Brown y cercano al
kirchnerismo y contrario a una alianza con el PRO, Mirta Tundis, Periodista de
Clarín en temas previsionales, Felipe Solá ex aliado De Narváez, Ignacio de
Mendiguren de la Unión Industrial, Adrián Pérez de la Coalición Cívica con
críticas al Kirchnerismo parecidas a las de su ex jefa Elisa Carrió, Héctor
Daer de la CGT de Caló, también tejió alianza y lleva candidatos de Macri y
como frutilla del postre Camaño – Barrionuevo. El economista de esta Alianza es
Martín Redrado de la escuela de los 90 de Domingo Cavallo, defensores del
Mercado para regular la economía lo mismo que Prat Gay (ex J. P. Morgan).
También lo apoyan ex Menemistas y Duhaldistas. Todo este conjunto de candidatos
conforman un frente de centro derecha, con aires de peronismo y juventud y
evocación noventista con algunos personajes de la farándula.
Lo que habría que evaluar si este
Frente tan dispar está en condiciones de crear una alternativa de poder
creíble, un liderazgo que despierte confianza y adhesión. Que garantías hay que
Massa podrá mantener juntos y respondan a su mando personas con tan disimiles posiciones
ideológicas, fuerte personalismo y con ambiciones personales irrenunciables. Cómo
van a compatibilizar ideas coherentes y comunes, sin que termine explotando –
como lo fue la Alianza - cuando cada uno quiera imponer su criterio?
Sergio Massa, hoy por hoy tiene
la posibilidad y las encuestas así lo determinan (al 1/8/13), puede ganarle en
la Provincia de Buenos Aires al oficialismo, por lo tanto se ha transformado en
la “esperanza blanca” para los grupos económicos y los grandes medios de
comunicación afectados por las políticas del Gobierno, que optaron por él ante
la falta de proyección y capacidad de Mauricio Macri y la firme postura de
Daniel Scioli de ser leal al proyecto del Gobierno (que paso de ser una
esperanza a un débil). En el 2009 el mismo apoyo – económico y de publicidad,
incluido Tinielli - lo recibió De Narváez. Tendrá en los medios afines gran
exposición y muchas horas de TV (Medios), en detrimento de los demás candidatos
(principalmente Stolbizer), para fortalecer su imagen e instalarlo como la
única opción para vencer al oficialismo. Massa será Kirchnerista u opositor
según determinen las tendencias. A la fecha el casi desconocido Intendente de
Lomas de Zamora Martín Insaurralde, candidato del gobierno, le achico un 50% de
la ventaja que tenía Massa al principio. Pensemos que faltan unos días para las
PASO, pero mucho más para Octubre, las elecciones que valen, así que hay tiempo
para cortar más esa distancia o Massa ampliar la diferencia, según sucedan los
acontecimientos políticos y principalmente económicos. Como deseaba el Senador
Ernesto Sanz, que la economía del País fuera mal para que la oposición tuviera
alguna posibilidad.
Massa ha conseguido – por ahora –
ubicarse como la expresión de los que apoyan “algunas cosas” de este gobierno,
pero rechazan la actitud de “confrontación”. Algo de la política de Daniel
Scioli, su gran competidor a futuro. En principio trata de ser candidato de los
que no son ni cristinistas ni se definen como anti cristinistas. Si muchos de
sus votantes fueran porteños apoyarían al PRO. También se muestra como
“conciliador” cosa que reclama ciertos sectores del establishment. Así también
sumará un electorado peronistas “no K” (Menemistas y Duhaldistas) en busca de
un verdugo político. Si las encuestas o las PASO no le dan un triunfo, se ira
convirtiendo cada vez más en opositor, agresivo y criticará fuertemente al
gobierno, al efecto de polarizar las elecciones y acaparar el voto de los anti,
como lo hizo De Narváez en el 2009. Habrá que ver si estos vaivenes o
acomodamiento político determinados por las encuestas, no le resta votantes, le
pueden desconfiar de su real convicción y se fuguen hacia la oposición que
siempre fue anti y otros vuelvan al oficialismo.
Massa cuenta a su favor su juventud,
el recuerdo de su paso por el ANSES, ser una cara nueva en la política, un aire progresista y tener una gestión
publicitada como eficiente, aunque no podemos obviar que muchas de las obras en
Tigre, las recibió del intendente vecinalista Ricardo Ubieto, también – cabe
aclarar – que no es lo mismo administrar un próspero municipio de clase media
como Tigre, que La Matanza, Quilmes, José C. Paz entre otros, con mayores diferencias
socioeconómicas y menores recursos.
En algunos municipios de Buenos
Aires existen intendentes que hace muchos períodos que vienen gobernando,
provocando la falta de renovación, esto ha hecho que muchos cansados de esperar
una oportunidad, hayan buscado una alternativa en otra fuerza, hoy, por esta
circunstancia, se han aglutinado en el Massismo por sus posibilidades. Pero
esto propicia que se junten – incluso – aquellos que no tienen afinidad o la
misma identidad ideológica, que hasta no hace mucho (2 años) competían en
fuerzas enfrentadas, se acusaban mutuamente o eran parte del gobierno
municipal.
Macri no ha hecho, después de
seis años como Jefe de Gobierno, una gestión que lo muestre como un gobernante
eficaz y creativo, a pesar de estar al frente del distrito más rico de la
Argentina y su principal vitrina. Fue incapaz de construir una fuerza nacional en
el espacio del centro derecha apolítico. Su imagen popular en mayor parte del
país durante mucho tiempo estuvo asociada más con la presidencia de Boca
ganador, que con la política porteña.
Macri tiene poco para mostrar,
irá en soledad en su distrito, dado que no consiguió conformar ninguna alianza
electoral de peso en los principales distritos del país y ahora podría quedar
subsumido detrás de una eventual candidatura de Massa en 2015. Estas elecciones
se perfilan como la decadencia del proyecto político que hace algo de más de 10
años lanzó Mauricio Macri, Capital será el único triunfo del PRO, diluyéndose
como un partido vecinalista. En Córdoba lleva como candidato a ex árbitro
Héctor Baldasi, en Santa Fe intentara suerte nuevamente con Miguel del Sel, en
Entre Ríos candidatea al ruralista Alfredo de Angeli y a Javier Mc Alister en
La Pampa, busco como candidatos a personajes conocidos en otros ámbitos para
probar en política, tal como lo hizo Menem. El Macrismo puede terminar como la
UCD con Menem, absorbido y deglutido, en este caso por el Massismo.
De Narváez perdió el poder que
conquisto en las elecciones del 2009, su aliados se fueron de apoco de su
espacio, dejándolo casi sólo, tanto que debió conseguir otros aliados como
Moyano y De la Sota. Su imagen cayó por su propia inacción. La postulación de
Massa le quita votantes descontentos de centro derecha, dado que comparten el
mismo espacio. Fue el gran perjudicado con la aparición de Massa, por ello
señala que Massa es el kirchnerismo con buenas manera o el caballo de Troya del
oficialismo en la Provincia. Trata de ser como la Carrió pero en la Provincia,
para captar los votantes anti, siendo agresivo con el gobierno. Lleva en
segundo lugar a Omar Plaini (CGT – Moyano) y Claudia Rucci (De la Sota). De
Narváez lleva como candidata a su esposa y ex modelo Agustina Ayllón, a la
legislatura provincial.
El Frente Cívico y Social presenta en la provincia de Buenos Aires, la
alianza de Margarita Stolbizer y Ricardo Alfonsí, a ellos se le suma Jorge
Cevallos de Libres del Sur (ex kirchnerista). También lleva como candidatos a
Julio Cobos en Mendoza, Hermes Binner en Santa Fe, Oscar Aguad en Córdoba.
En la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el frente UNEN pone a disposición de los
votantes cuatro listas
para la elección de senadores y diputados, tres
de ellas encabezados por al menos un candidato radical: SUMA+ (Terragno/ Lousteau), Juntos
(Prat Gay/ Gil Lavedra/ Donda), y Presidente Illia (Alberti-Illia).
Entre
las opciones de izquierda se encuentran el Partido Obrero con Néstor Pitrola y
el Frente Camino Popular de Claudio Lozano, quién se aparta en malos términos de
Pino Solanas al acordar este con Carrió y rechazar un acuerdo con Binner.
Por
ahora ningún candidato o alianza – exceptuando – la izquierda, ha hecho
propuestas claras y definidas, todos tratan de influenciar al electorado por
medio de la imagen y no de las ideas. Es directiva de campaña, tener más gestos
que ideas. Aquellos que se atreven a encarar algún tema sensible para la gente,
para ganar votantes proponen soluciones, pero no dicen como lo van hacer o de
donde van a sacar los recursos, sin afectar a otros intereses. Los intereses corporativos
existen y son poderosos y buscan un presidente con el poder de un intendente. Esta oposición, hasta qué punto está dispuesta a enfrentarlos y discutirles
el poder, o simplemente van a ser representantes de esas corporaciones. Lo que
más le molesta a las corporaciones es que el presidente esté entre los más
poderosos de la Argentina. En esto el
gobierno cuenta con una ventaja, como está gobernando, se sabe lo es y que
puede dar.
El Frente para la Victoria,
lleva como candidatos en la Provincia de Buenos Aires en los primeros lugares de
diputados a Martín Insaurralde, Juliana Di Tulio, Héctor Recalde, Diana Conti,
Carlos Kunkel entre otros, todos del núcleo kirchnerista y coherentes
ideológicamente.
Debemos decir que el oficialismo tiene logros y se lo retribuye esa base
de apoyo popular – entre el 25% al 30% - que envidiaría cualquier gestión con
diez años encima. Cristina Kirchner, ya con varios años de manejo de poder, con
el desgaste que ello produce, ejerce un influjo positivo sobre alrededor de un
tercio de la población que constituye un piso invariable. Después de diez años
de gobierno, las razones de este apoyo se da en un núcleo ideológico “duro” que
fue construyendo culturalmente el kirchnerismo durante todos estos años, el
favoritismo de sectores populares y medios que desde 2003 viven mejor o menos
mal. Volvieron a consumir, viajan, se jubilaron aunque no tuvieran los años de
aportes declarados, cambiaron o se compraron auto, hay plena vigencia de las
paritarias, se reactivó la industria y se descendió el nivel de desocupación. Para
aquellos que están encuadrados dentro de un pensamiento nacional y popular o
más concretamente dentro del Peronismo, cambio la concepción de un Estado
ausente a un Estado presente, procuro – con variada suerte - que el Mercado –
FMI no manejara la economía y la política (Soberanía Política e Independencia
Económica). Mejoro la redistribución de la riqueza, se recuperó los fondos de
las AFJP, como así también YPF, Aguas Argentinas, Aerolíneas Argentinas y Banco
Central al servicio de los argentinos. Construyo viviendas, escuelas, universidades,
agua corriente y cloacas, mejorando las condiciones vida de miles de argentinos
y muchas otras medidas, que al pasar el tiempo nos parece que nunca las
hubiéramos perdido, pero que en 2003 no contábamos con ellas. Se instaló la
Asignación Universal por Hijo y para embarazadas, la jubilación para amas de
casa. Personalmente apoyo la Ley de Medios, creo que es una necesidad, como
también la Reforma Judicial, la Financiera y Agraria, la creación de la Junta Nacional
de Granos y Carne, desmantelar los mercados concentrado. Así como se puede
enumerar las cosas positivas – a mi gusto – tuvo sus fallas, como ser: en el transporte
público, salud y educación pública, inflación, créditos para la primera
vivienda, seguridad y combatir más decididamente el trabajo informal o en
negro, entre otras cosas que no se hicieron, se hicieron a medidas o mal. Convengamos
que este gobierno nunca ha sido revolucionario, yo preferiría más medidas de
fondo, pero si sólo siendo tan sólo “reformista” y afectar ciertas
corporaciones o intereses económicos, tan poderosos como el mismo gobierno, se
le hace muy complicado gobernar, que se puede esperar si toma otras medidas que
afecte esos intereses, igualmente hay que ver si las quiere tomar. Eso sí, los
precios no los aumenta el Gobierno, la plata no la saca el Gobierno del País,
el desabastecimiento no lo hace el Gobierno, el dólar ilegal no lo aumenta el
gobierno ni tampoco estimula la especulación, siempre se acusa a los gobiernos
de no tomar las medidas adecuadas, por lo general esas medidas son las del
mercado, las que traen pobreza a los que menos tienen y aumentan la riqueza de
los que más tienen. Para darnos una idea de los empresarios que tenemos, en una
oportunidad Juan C. Pugliese, Ministro de Economía de Raúl Alfonsín, dijo en
plena crisis, “les hable (a los empresarios) con el corazón y me respondieron
con el bolsillo”.
En fin, no vale la pena explayarse demasiado sobre lo que dio el
Kirchnerismo a diferencia de otras fuerzas, se sabe qué son y hacia dónde van,
del mismo modo en que el Frente para la Victoria es la única fuerza reconocible
como tal, con un programa claro de gobierno que viene implementando desde hace
diez años y que prometió en las campañas, en esto no hay sorpresas para los
votantes. Con una mirada retrospectiva al 2003, se puede decir que el País – de
aquel entonces a ahora - cambio mucho y para bien, lo acepten quienes son
oposición o anti, los cuales también se beneficiaron aunque critiquen o no
reconozcan todo lo logrado. Hoy estamos discutiendo el futuro desde otra
perspectiva que en el 2003. Existen muchos prejuicios para mirar la realidad,
los anti, en lugar de ver lo que pasa, le ponen sus propios deseos a la
realidad y hace 10 años que vienen vaticinando que todo va explotar, como así
también desde el otro lado (oficialistas) dicen “esto es una maravilla”. El
Kirchnerismo provoco un cambio cultural, tanto en la juventud como en un gran
sector de la sociedad, no me imagino un candidato o partido que hable de
ajuste, confiscación de los ahorros, flexibilización laboral o de
privatizaciones. Esto no quiere decir que no aparezca otro Menem y haga un
desastre nuevamente, pero creo que la sociedad en general no lo tolerará.
El gran desafió para el Kirchnerismo está en el futuro, desde hace unos
años enfrenta una crisis mundial muy delicada y con profunda recesión, la cual
nos afecta y hace necesario tomar nuevas medidas que nos permita enfrentar
esta situación actual de estancamiento de la economía y creación de empleo.
El gobierno debe ocuparse – también - de la agenda siempre ascendente de
la gente. Nuestros reclamos varían de acuerdo ascendamos en el nivel social. Del
2001 al 2003, cuando el País era un desastre, cuasi monedas por todo lados,
grandes ferias de trueque hasta los lugares más emblemáticos de la clase media,
los vecinos de Caballito esperando a los piqueteros Luis D´elia y Alderete en
la plaza Rivadavia para darles agua y alimentos en su marcha a Plaza de Mayo, nadie
se preocupaba a cuanto estaba el dólar, si tenía cepo o no, si podía viajar al
exterior o no, si tenía que pagar impuesto a las ganancias, le preocupaba poder
comer, tener un trabajo (25% de desocupación), no perder la vivienda, esas eran
la prioridad. Esto marca el cambio, los reclamos de ahora, algunos legítimos,
son de una sociedad que ha crecido y mejorado. El modelo invito a las clases
populares a incorporarse a las rutinas y prácticas de la clase media, el auto,
las nuevas tecnologías (celular, ipod, ipad, plasma), ropa de marca, la cocina
más o menos gourmet, el turismo internacional (Clase Media). Los estratos populares que de
alguna manera fueron económicamente y socialmente “beneficiados y formalizados”
por este modelo, se suman hasta donde pueden a los hábitos pequeñoburgueses –
por supuesto, hay otra clase social, la del capital concentrado, que no se
aflige por estos dilemas -. Cuando las clases bajas ascienden, les comienza a
molestar las actitudes, comportamiento y el contacto con personas que aún no
pudieron ascender, además lson objeto de criticas. Referente a la distribución de la
riqueza, podemos decir que las clases populares tienen que participar del mundo
burgués (aportando su mano de obra), ahora cuando la burguesía tiene que
resignar o sacrificar ciertas prebendas y gustos, la cosa se complica, caso el
conflicto con el “campo”. El kirchnerismo es su propio enemigo: al mejorarle la
vida a la gente, de a poco se quita base de sustentación, que al “llegar” se
vuelve conservadora. "Las mejoras deben llegar solo hasta el momento en que yo
estoy donde quería estar, después de eso, congelemos todo, no vaya a ser que me
toque a mi poner parte de lo necesario para mejorarle la vida a los que todavía
no llegaron".
El
resultado de las elecciones de Octubre dependerá de la situación económica del
País, no interesara que pasa en el mundo, si hay crisis o no, solo importará
como funcione nuestra economía doméstica y sobre todo los sectores de la clase
media recuperada y los que quieren parecerse – en el estilo de vida - sin serlo,
que ya olvidaron lo mal que estuvieron. Si esta se estanca o va a los tumbos,
perderá. Igualmente el Gobierno perderá en las grandes ciudades, donde la
“clase media” se siente molesta con el gobierno, por las medidas económicas y
su populismo.
Algunas preguntas que rondan mi cabeza: Será posible triunfar en octubre,
en la provincia de Buenos Aires, solamente con el voto de fastidio o de bronca
con el gobierno nacional? Ser posible, desde ese espacio político que
inevitablemente pasaría a ocupar, construir la base de poder para su proyecto
futuro?. Le interesa a la oposición el “poder” o solo le interesa ocupar cargos?.
Estas elecciones de medio término empiezan a configurar un anticipo de
lo que vendrá. El futuro electoral se jugara adentro del peronismo con dos
grandes bloques enfrentados, uno de centroizquierda y el otro de centroderecha.
Se está agotando la última generación que conoció a Perón vivo. El kirchnerismo
ha sembrado mucho y el próximo gobierno no va a poder prescindir de esos votos.
Estas elecciones marcaran un cambio de aire para lo que vendrá de ahora
en más. Una generación de dirigentes que vivieron toda su experiencia política
en democracia y acumulan varios años de gestión o participación legislativa,
quedan ahora en los primeros lugares de exposición y responsabilidad política
de cara al futuro. La idea de transición se afirma así en los datos duros e
inevitables de la biología, es un cambio profundo que pocos advierten.
Se den como se den los resultados de octubre, esa nueva generación
asumirá el debate de fondo sobre el rumbo del país de cara al 2015 y sin duda
alguna, es el kirchnerismo quien se ha preparado mejor para esta
transición.
Héctor Daniel Fernández
Agosto 2013