miércoles, 2 de noviembre de 2011

DOLAR

Por estos días, tras las medidas tomadas por el Gobierno en lo que hace al mercado cambiario, ha producido en cierto sector de la sociedad - que no es la mayoría - inquietud y cierta zozobra. Como para muchas otras cosas aún está fresco lo acontecido en el 2001, esto también puede estar actuando como un “deja vú” de aquellos días.
Considero, en mi muy pobre entender de estas cosas, que las circunstancias generales del País, no son iguales, por lo tanto los riesgos no son los mismos.
Así mismo hay que respetar a estos operadores económicos – financieros, que de “operaciones” saben mucho y pueden generar un caos impensado hasta hace poco, dado que poder no les falta y están siempre agazapados para dar el zarpaso.
Convengamos que lo que pase con el dólar afecta a una sector de las sociedad, más que nada clase media o media alta, con cierto poder de ahorro. A los millones que viven al día o que más vale están endeudados en pesos, esto no les afecta directamente. Si les afectaría una devaluación.
Como dije en otros artículos e incluso comentarios de otras personas que están en este blog, la situación mundial no se muestra para nada favorable y seguramente nos afectará, por lo tanto este gobierno ratificado por más del 50% de la población, deberá tomar medidas como para que la recesión y la crisis que viven los países desarrollados y sus empresas, no nos afecten en gran medida. Hay muchas empresas, que en estos últimos años, han tenido ganancias extraordinarias y que las han girado a sus casas matrices en países con crisis. Estas empresas bien podrían soportar por un tiempo estos contratiempos, pero sabemos muy bien que ello no existe, así que viendo el panorama mundial ya han comenzado a tomar medidas para afrontar esta crisis, por ahora suspenden y otras han comenzado achicar personal. De igual forma deberá actuar preventivamente el Gobierno, tomando medidas sobre aquellas empresas que han sido beneficiadas hasta ahora y han producido ganancias suculentas, mineras, cerealeras, petroleras, financieras, entre otras.
También es indudable que hay un sector de la sociedad que esta deseoso que el gobierno falle y nos vaya mal como en el 2001, solo por la simple satisfacción de decir que el gobierno se equivocó, no importa cuanto lo tengamos que lamentar, lo más importante es satisfacer su ego y el odio que tienen por este gobierno. Es indudable que hay cosas que hicieron bien otras que no, pero este sector, junto con ciertos medios de comunicación hegemónicos, jamás reconocerán aquello que se hizo bien. En este caso, el odio es más fuerte.
Como dije antes, como no entiendo mucho de este tema, pongo para consideración del que tiene ganas de leer algo, dos escritos – opuestos – que me parecieron interesantes. El tiempo dirá si se hicieron las cosas correctamente.

COMO CREO QUE ES ESTE ASUNTO DEL DÓLAR
Por Enrique Martinez
Hay muchos compatriotas confundidos con este tema de las reglamentaciones para comprar dólares. Me gustaría ayudar a entender la cuestión, como un simple aporte militante, al menos como yo entiendo mi militancia.
Nuestro país tiene una moneda y un Banco Central responsable de su emisión y de regular la actividad de los bancos. Si no tuviéramos relación con otros países, que a su vez tienen sus monedas, no haría falta nada mas. Ese sería nuestro medio de cambio para comprar y vender y punto.
Pero como sabemos, esa es una situación que no se da en ninguna parte. Por lo tanto, hay que acordar a cuanto cambiamos nuestra moneda por la de los otros. Dada la hegemonía de décadas de Estados Unidos y para simplificar, admitamos que todos los países se referencian al dólar.
Para qué necesitamos dólares?
. Para importar mercaderías.
. Para permitir que las empresas extranjeras que operan aquí manden las utilidades a sus países de origen.
. Para que los que extranjeros que trabajan aquí puedan mandar dinero a sus familiares.
. Para poder viajar y hacer turismo fuera del país
. Para devolver los préstamos externos que el Gobierno o los particulares hayan podido tomar.
. Para que las empresas o el Estado realicen inversiones en el exterior.
De donde salen esos dólares?
De las operaciones inversas a las detalladas, o sea:
. Las exportaciones de mercaderías.
. Las utilidades enviadas por filiales de empresas argentinas radicadas en el exterior (en nuestro caso esto es muy pequeño)
. De los envíos de argentinos que trabajan afuera, a sus parientes de aquí
. Del turismo de extranjeros en el país
. De las inversiones extranjeras en el país.
Como conseguimos que las dos sumas – lo que sale y lo que entra – cierren y qué hacemos cuando no sucede?
Toda la divisa que entra o sale debe ser liquidada por el sistema bancario, siendo el Banco Central quien compra los excedentes o vende los faltantes, con lo que se conoce como reservas. Desde 2003 las reservas se han incrementado de manera muy importante y todo el tiempo, hasta hace unos pocos meses, en que se redujeron algo, pero de cualquier manera están en valores históricos muy altos.
Lo descrito es aquello para lo que es imprescindible usar la divisa. Para la cultura argentina hay un uso más, que es el que hoy hace ruido: el refugio de valor. En el pasado, el dólar se convirtió en el reaseguro popular más claro para cubrirse de la inestabilidad y de las devaluaciones bruscas. En todos estos años, se mantuvo esa cultura, pero sin ninguna ansiedad especial, en un escenario de mejora permanente de las condiciones del país y donde la paridad cambiaria se movió lentamente.
En esta búsqueda de refugio, es importante diferenciar de quien guardó o guarda dólares en el colchón, respecto de quien busca colocarlos en un banco del exterior, usualmente por una vía irregular. Cierta prensa mal intencionada llama a ambas cosas “fuga de capital” cuando en rigor solo la segunda lo es. La primera forma de ahorro le quita recursos a los bancos, pero eso es mucho menos grave que llevarse el dinero fuera del país. No hay estadísticas ni estimaciones precisas de cuanto representa una forma de atesorar o la otra.
Que pasó ahora?
Que los tiempos de holgura en la diferencia entre ingreso y egreso de dólares comenzaron a achicarse. Básicamente, por dos razones:
. Las importaciones crecen más que las exportaciones.
. Las utilidades giradas por las filiales de corporaciones multinacionales han aumentado mucho, por dos motivos: sus ganancias se elevaron de manera notable y sus casas matrices están en problemas y piden el giro de todo lo posible. Cabe aclarar que aun así, las inversiones de este año y el próximo son valores record sobre el producto, lo cual indica una fuerte vocación de volver a poner el dinero en el país.
Esos elementos obligan al ajuste fino y por eso se decidió forzar a las exportadoras mineras o petroleras a liquidar todas sus divisas en el país o reclamar a las compañías de seguros que tengan sus ahorros en divisas en la Argentina. Hay varias medidas más que el Banco Central tiene en cartera para mejorar el ingreso de divisas, evitando la postergación de pagos a exportadores o la subfacturación de ventas al exterior o la sobrefacturación de importaciones. El Banco Central está manejado por una cúpula inteligente y con vocación nacional en la cual se puede confiar, para que opere sobre una situación que no es ni de casualidad la de una crisis presente o futura.
Solo se cometió un error: reglamentar la compra de dólares aún en muy pequeña cantidad, lo cual avivó fantasmas del pasado sin necesidad y rápidamente fue aprovechado por quienes quieren sabotear esta política, con una intención muy clara: conseguir que Argentina tome deuda externa de nuevo y reinicie una rueda perversa que sabemos adonde conduce y que no debería suceder.
Se cometió un error que en política no es admisible: tomar una decisión sin prever qué hará el adversario sobre ella. Y aquí la prensa hostil, más varios operadores cambiarios, reaccionaron con agilidad: sembraron el temor, porque en ese burbujeo es donde ganan.
El mejor comentario que puedo hacer es que los compatriotas que hace dos semanas vivían en paz, deberían seguir haciéndolo. Es más: si quisieran ahorrar deberían colocar plazos fijos en pesos en los bancos. La gente del Banco Central ordenará este ruido y quienes quieren pescar en río revuelto debieran perder una vez más.
Ruego con toda humildad que quienes lean esto, sean 10 o 100 o los que sean, si tienen dudas me preguntan lo que sea. Si tengo las respuestas las daré y de lo contrario las buscaré, pero calma compañeros.
Un abrazo para todos


PUERTA 12

Por Eduardo Levy Yeyati (http://yeyati.blogspot.com/)

A esta altura cuesta entender la estrategia del gobierno. Después de 10 años de convertibilidad y una crisis terminal recuperamos el tipo de cambio para usarlo como herramienta anticíclica, apreciando en momentos de expansión y depreciando en momentos de enfriamiento, con un ojo en mantener su nivel convenientemente alto para proteger nuestra industria crónicamente infantil. La estrategia sirvió para potenciar el crecimiento en la bonanza y (tras unos meses de miedo escénico) para mitigar el efecto de la crisis mundial en 2009, cuando se dejó que el peso depreciara 25% en unos meses.

Hoy que el frío global nos respira en la nuca, que el peso está más caro que en 2008 por el efecto de la inflación y que todo el mundo deprecia sus monedas de manera competitiva, sacrificamos reservas para defender un tipo de cambio en el que nadie (ni el gobierno) cree. Por otro lado, imponen medidas que sólo echan más gas a la corrida. Nadie puede oponerse a que se regule el mercado en negro, pero el timing no es el mejor. Nada mejor que cerrar la puerta de salida para disparar el efecto puerta 12.

Para entender esto, basta pensar en las razones detrás de la demanda de dólares. Por un lado, está la falta de opciones en pesos que protejan contra la inflación y contra los controles cambiarios. En este frente, si la suba de tasas en pesos mitiga el primer factor, los nuevos controles exacerban el segundo, generando pánico allí donde hasta ahora había una decisión de inversión.
Por otro lado, está la percepción de que faltan dólares, lo que es cierto sólo en parte: faltan dólares sojeros, en un esquema en el que toda la oferta de dólares viene de exportaciones primarias. Pero esto significa que el peso está caro en un mundo de fuga de capitales (la mitad de nuestros vecinos tiene deficits externos financiados por inversión extranjera directa y nadie se inmuta). De ahí la circularidad de la corrida: si hay fuga, faltan dólares, y si faltan dólares hay fuga. (Si entraran los dólares fugados, el central estaría de nuevo comprando reservas!). De ahí también el efecto perverso de las medidas de control: si en vez de ser vistas como muestra de que el gobierno puede hacerse de los dólares faltantes son vistas como movimientos desesperados (que el gran público tenga deja vú del aciago 2001 es una señal elocuente), la fuga adquirirá más fuerza. Para peor, cada nueva medida incrementa el compromiso del gobierno con el dólar bajo, encareciendo el costo político de una corrección.

¿Por qué no flotar? El primer argumento de los críticos constructivos es la inflación. Es cierto que una depreciación tendrá impacto en la inflación, pero esto es sólo tomar el argumento al revés: no es la depreciación la que genera inflación, es la falta de margen para seguir haciendo política inflacionaria sólo con el dólar la que blanquea la inflación latente. Liberar parte de la carga del dólar en este trabajo pone el foco donde debería estar: en la política monetaria. En última instancia, lo preocupante no es la corrida sino la posibilidad de que el stress financiero de sostener el dólar nos lleve a una innecesaria estanflación.

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