viernes, 29 de abril de 2022

1° DE MAYO, DÍA DEL TRABAJADOR

 

POR UNA DISTRIBUCIÓN MAS JUSTA DE LA RIQUEZA

Quiero enviarles un fraterno saludo todos los compañeros trabajadores en este 1 de mayo. Los invito que me acompañen en un examen de conciencia y un homenaje a los forjadores, a los héroes y los mártires de la clase trabajadora. En esas luchas y en esos mártires reconocemos nuestros fundamentos, la voz con que debemos hablar y los actos que debemos hacer.

Entre esos recuerdos de lucha y reivindicaciones, este año se cumplieron 40 años del 30 de marzo de 1982, donde el movimiento obrero organizado, convocado por la CGT Brasil, realizó una manifestación a Plaza de Mayo con la consigna Pan Paz y Trabajo. Esa marcha, que se replicó en todo el país, fue encabezada por el Cro. Saúl Ubaldini, y constituyó el primer mojón político para derrocar a la dictadura genocida. Ese 30 de marzo no es un día más, sino un hito que ha profundizado nuestras convicciones, y un ejemplo de lucha, no solo por los trabajadores, sino por una sociedad toda. “Cuando se quiere luchar, siempre hay alternativa”, Saúl Ubaldini.

También el 29 de mayo (1969) se recuerda un año más del Cordobazo, de la lucha obrera contra la dictadura del General Ongania. Dirigentes de la integridad y principios de Raymundo Ongaro, Ricardo De Luca, Julio Guillán, Lorenzo Pepe, Amancio Pafundi, Jorge Di Pasquale, Agustín Tosco, Di Toffino, Elpidio Torres, entre otros, y miles de trabajadores, estudiantes y el pueblo, llevaron adelante una gesta que los trabajadores y la democracia no puede ni debe olvidar. Dirigentes que siempre estaban a la cabeza de los reclamos y se jugaban todo en la defensa de los trabajadores. Recibieron cárcel, castigos y torturas, pero privilegiaron sus principios antes que su bienestar o comodidad personal.  

En el mundo se viene dando un caso particular y la Argentina no está exenta de este acontecimiento, la pérdida de conciencia de clase de los trabajadores. Los trabajadores registrados, en muchos casos han comprado el discurso burgués de cierto sector de la clase media. Por la lucha conjunta de gremios y trabajadores, han logrado alcanzar un cierto mejoramiento en su “estatus”, poseen Obra Social, envían a sus hijos a escuelas pagas, algunos tienen su vivienda propia, automóvil y viajan de vacaciones, eso supone un ascenso social, que siempre procuro el peronismo. Pero no porque estén mejor socialmente deben olvidar su pertenencia de clase.

El Movimiento Sindical se encentra en un serio problema de representación de la realidad laboral de la clase trabajadora. Hoy la crisis se ha profundizado. Millones de personas que trabajan todos los días, millones buscan trabajo y otros tantos millones ya trabajaron los años que correspondía, pero la amplísima mayoría de ellos están por fuera de la representación de nuestros sindicatos. Los denominados trabajadores “precarios o informales” – hoy la mayoría - que incluye a las más variadas formas de empleo, sobreexplotados para producir una ganancia extra a los empleadores, no tienen ni siquiera el derecho a incorporarse al sindicato de su actividad. El Sindicato no puede seguir siendo el lugar donde sólo se organice el trabajador formal. Debemos recuperar al Sindicato como instrumento de representación de todas y todos los trabajadores de una actividad, sean formales o precarios, tercerizados, teletrabajadores, cuentapropistas, en domicilio, no declarados, etc.

Hoy los movimientos sociales, los trabajadores informales, los trabajadores no registrados, los trabajadores de la economía popular, los trabajadores registrados pero que ganan por debajo de la línea de la pobreza, son los nuevos descamisados, esos que hicieron el 17 de octubre de 1945.

El sistema capitalista aprovecha todas las circunstancias para seguir ganando más a costa del sacrificio de los pueblos, el planeta y los trabajadores. No tiene límites y no serán los Gobiernos los que se los opongan. Deberá ser obra de los y las trabajadores, en el sentido más amplio de la concepción de clase.

El sindicato debe ser un instrumento de lucha de la clase, con la capacidad de ser útil en todas las realidades que tenga que representar. El sindicalismo es un primer nivel de organización de la clase trabajadora y de construcción de lazos de solidaridad y pertenencia alrededor de los lugares de trabajo. También es importante establecer el trasvasamiento generacional en los sindicatos, no porque los más grande no tengan legitimidad, sino porque los más jóvenes entienden más la actual problemática y necesidades de su grupo etario.

Sigo comprometido con las luchas de los trabajadores y jamás he sido imparcial, siempre me encontraran junto a los que luchan y defienden a los trabajadores.

Estamos viviendo un momento bisagra, la lucha es por la distribución del ingreso, es por ello que demos dar intensidad a los programas reivindicativos y no dejemos de movilizarnos ganando la calle junto a todos los actores sociales para remover y poner freno a las presiones y extorsión del capitalismo concentrado, sus sectores políticos y de comunicación que los representan. Tenemos que saber que hay que luchar para que nos sigan respetando nuestros derechos. El sindicalismo debe ser el ala crítica que enfrente a la derecha, balancee las fuerzas y empuje al gobierno a los cambios. Los cambios sociales las hacen las masas populares. Sin la participación de las grandes masas no hay cambio. Es por ello que una de las tareas más urgentes del momento es que los trabajadores se organicen, se empoderen, sean parte de las discusiones políticas, que eleven su nivel de conciencia y se capaciten.

No podemos ser indiferentes ni hacer silencio ante este momento, porque ello es ser cómplices de los explotadores y quienes nos roban a diario las ilusiones de una vida digna y el futuro prospero para nuestros hijos.

Un fuerte abrazo y quedo a vuestra disposición - humildemente - para trabajar para cambiar esta realidad.

1° de Mayo2022

Daniel Fernández 



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