Escucharon el discurso de Macri
ayer (18/07/2015) después que se proclamara ganador la fórmula del PRO en la
Ciudad de Buenos Aires: realmente me resulto patético. Su pobre vocabulario, su
pésima oratoria, parecería incapaz de articular un discurso fluido, encendido y
con fuerte contenido político. Desparramo tan sólo frases, es preferible que
baile.
Para colmo, en la victoria de su
partido, resalto, tan sólo, las cosas que hizo bien el Gobierno Nacional,
agregando lo que él mejoraría, sin ideas nuevas o proyectos propios. Supongo
que nadie le puede creer. Es una nueva estrategia de campaña marcada por sus
asesores y las encuestas que dicen que la gente no quiere grandes cambios. Está
experimentando la “caprilización” del discurso, se esfuerza ahora en cambiar el
rumbo, desde sostener que “el modelos está agotado” o “la sociedad pide un
cabio, no continuidad. Voy a ser el Presidente del cambio” a este de mantener AUH,
YPF, Aerolíneas Argentinas, ANSES, Futbol para todos, entre otras cosas, leyes
que no apoyaron cuando fueron votas. Demuestra que está haciendo la gran Menem,
si digo lo que voy hacer no me vota nadie. Además, se habrá dado cuenta, que no
se puede ganar una elección general a presidente con políticas sólo para la
clase más pudiente. Creo que por más esfuerzo que haga, la mayoría no le cree y
antes de tener una mala copia, se queda con el original. Competirá con esta
misma estrategia con Massa (con el slogan - El cambio justo). Sólo le puede
apoyar y proteger mediáticamente, aquellos que lo financian, porque tienen
intereses creados y aquellos ciudadanos que se les parecen.
Para el que le interesa, puede
leer esta evaluación, mucho más completa en mi blog: http://lzrsocialypopular.blogspot.com.ar/
Cambio o continuidad.
20 de julio de 2015
Héctor Daniel Fernández
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