martes, 21 de septiembre de 2021

ESCUCHAR LA VOZ DEL PUEBLO

 


Luego del resultado de las Paso, en el oficialismo se vivió una situación de confrontación, que no es extraña ni nueva para los que están en política o les interesa más en profundidad, pero para el ciudadano común, lo vivió con estupor y desazón. Una discusión válida, pero que se debía haber resulto puertas para adentro, fallas que se reiteran a lo largo de estos casi dos años. Pero la falta de una institucionalización del frente de todos, donde cada uno exponga, en privado, su mirada sobre las políticas del gobierno y el contrato electoral, produce estos desatinos. Además de los egos personales, que en ocasiones son más fuerte que su expresiones de interés por el pueblo. Expresan que quieren lo mejor para el pueblo, pero discuten a espalda de él, sin entender que es lo que ese pueblo les está reclamando en este momento.

Se viene de cuatro años terribles de neoliberalismo, con alto índices de pobreza, indigencia, desocupación e informalidad, caída estrepitosa del poder adquisitivo y cierre de industrias, además de un endeudamiento condicionante y a ello se sumó la pandemia. Hace dos años se eligió un gobierno con la fe de que cambiara el rumbo y el modelo de País. En estas elecciones PASO las urnas expresaron su descontento con el rumbo encarado y los políticos afectados dicen que las escucharon. Será así, habrán escuchado bien?

En estos días quedo demostrado, que se encuentra generalizada la percepción de que cuando los gobiernos deciden, lo hacen desde niveles demasiado lejanos y poco visibles para el ciudadano común, por lo tanto decrece la legitimación o esta se convierte en una aceptación pasiva. La problemática existe entre la cercanía y distancia que mantiene el poder con aquellos a quienes demanda obediencia. Ha cambiado la relación del pueblo con los que dicen ser nuestros representantes y aquel que no entendió el mensaje puede pagarlo muy caro.

Existe una disonancia entre las consignas o medidas que se toman y las necesidades de la ciudadanía. Entre el proceso de asignación de bienes y el impacto colectivo que estas tienen. Pareciera que las medidas que toman aquellos que deciden acerca de nuestras vidas están alejadas de la realidad que el pueblo vive, por lo tanto se hace necesario representaciones más próximas a los actores sociales. Es necesario producir formas de organización de la sociedad mucho más personalizadas y visibles en todos aquellos procesos y decisiones que afectan a la mayoría. Se hace ineludible un cambio de actitud a los efectos de abrir al ciudadano la mayor cantidad de canales de participación real y control de gestión, de lo contrario los daños a la sociedad y credibilidad serán irreparables y traerán aparejados conflictos muchos más serios. Es necesario recrear una democracia mucho más participativa y directa, donde la voluntad popular sea consensuada y respetada.

No creo que ahora desparramando dinero cambiara la historia. Se abocaron en la búsqueda de políticas para solucionar lo macro y no se vio lo urgente. Mientras se lograron reivindicar derechos de algunas minorías, el de los pobres y marginados sigue postergado. Se suele escuchar “el tiempo de la política no es el de la gente”, bueno la “gente” le marco el tiempo a la política. En 2019 se votó un proyecto de País esperanzador y de cambios estructurales, que no se vislumbraron en estos dos años. La pandemia puede haber ocupado tiempo y recursos, pero no hubo señales contundentes ni acciones tendientes a cambiar la historia reciente, como se prometió en campaña. No se puede concebir que el pobre piensa sólo con el estómago o con el bolsillo, había que darle una solución, además de esperanza y un futuro cierto para salir de esa situación. Se prometió cambiar planes por trabajo, eso genero mucha expectativa, que no se ve hecho realidad. La población viene empobreciéndose hace años, enojada y castigada por las restricciones de la pandemia viendo cómo las políticas se acomodan para no afectar ciertos sectores privilegiados, mientras la mayoría del pueblo sigue esperando. El peronismo es mucho más que asistencia, planes o ayuda, es una forma de vida ascendente, es lo que el pueblo necesita, es trabajo digno y salario justo. El peronismo es redistribución de las riquezas. El peronismo rescato al hombre y lo dignifico, dotándolo de leyes para que el poder del capital no se abusara de ellos, le posibilito el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda propia, al trabajo, a la igualdad de oportunidades, en fin, a una vida digna, lo hizo crecer espiritualmente y en una conciencia solidaria. Históricamente el Peronismo fue la fuerza que defendió y privilegio al ser humano, dado que es una doctrina eminentemente cristiana y humanista.  No se concibe en el peronismo los niveles de indigencia, pobreza, desocupación, subocupación e informales como los que existen.

Se falló en la contención y en la sensibilidad para asistir a los más castigados por la pandemia. Sólo en mi barrio (Ciudadela) hubo muchas personas solidarias que se ocuparon y ocupan de darle de comer a personas necesitadas o merenderos para chicos. Familias que no estaban acostumbradas a que la asistan con comida, que les da vergüenza ir a un comedor, a una olla popular o enviar a sus hijos a un merendero. Para aquellos que con su esfuerzo y trabajo proveían a su familia de los que necesitaban, es doloroso encontrarse en esta situación que no buscaron sino que se la impusieron a la fuerza. Todos los esfuerzos solidarios fueron personales, el Estado no estuvo presente para contener a esos seres humanos. Mínimamente deberían haber hecho un censo de esas personas para saber que necesitaban, que oficios tenían y buscarle una salida lo más pronto posible.

Sobre un modesto análisis de estas PASO digamos que la oposición no saco más voto que en las elecciones anteriores, o sea mantuvo el voto antiperonista. Que el oficialismo fue el que perdió algunos votos en favor de otras fuerzas más pequeñas, otros decidieron no ir a votar o votaron en blanco. Que el radicalismo que fue con Lavagna en las elecciones del 2019 y no compitió en estas, se volcó a Manes, dándole mayor volumen de votos a Juntos por el Cambio, luego veremos si los retienen. El llamado de atención para el oficialismo ha sido para todos: nacionales, provinciales o municipales, organizaciones políticas y sociales. El Movimiento Peronista no movió su aparto, gremios, organizaciones sociales, partidos políticos y demás, no movieron su militancia y es ahí donde hay que repensar que paso, si los intereses personales o sectores internos, las peleas y desconfianzas entre distintos actores del frente de todos son más importante que la gente. Se volvió con la consigna de ser mejores, por ahora el pueblo no lo noto, esperemos que para Noviembre se ponga en evidencia.

Sera cierto lo que decía Juan Domingo Perón: “Los peronistas somos como los gatos, cuando parece que nos estamos peleando, en realidad nos estamos reproduciendo”.

Daniel Fernández

20 de Septiembre 2021

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