viernes, 4 de mayo de 2012

YPF

PERON Y LOS RECURSOS NATURALES
Decía Juan Domingo Perón al respecto:

Sin independencia económica no hay independencia política ni soberanía. De ella depende, además, la política social que la revolución habrá de realizar integralmente, pues la independencia económica significa que la riqueza que creen los trabajadores argentinos habrá de quedar en el país para ser distribuida su renta entre todos los sectores que contribuyen a forjarla. La independencia económica ha sido lograda mediante la recuperación de los instrumentos fundamentales de la economía y las finanzas, que se encontraban alejadas de las manos argentinas y fuera del control del Estado.

Como existe un patrimonio físico, un patrimonio histórico, un patrimonio social y político, existe también un patrimonio económico, que vemos desde que hemos declarado la independencia económica de la Nación y reside en la responsabilidad de cada argentino. Si somos capaces de hacernos matar para echar a quienes osara poner un pie dentro de nuestro patrimonio físico, que es el territorio, debemos del mismo modo hacer conciencia para estar dispuestos a sacrificarnos si alguien pretende avasallar nuestro patrimonio económico.

"La política petrolera argentina ha de basarse en los mismos principios en que descansa toda la política económica: conservación absoluta de la soberanía argentina sobre las riquezas de nuestro subsuelo y explotación racional y científica por parte del Estado: advirtiendo que cuando el Estado rescata la dirección inmediata y directa de los bienes que la Nación posee, no debe ya despojarse del privilegio de seguir administrándolos, sin compartir funciones con otros intereses que no sean los que corresponden a todos los argentinos". Juan D. Perón Sep. 12 de 1947, en el Día del Petróleo

CONSTITUCIÓN DE 1949 Art. 40 – La organización de la riqueza y su explotación tienen por fin el bienestar del pueblo, dentro de un orden económico conforme a los principios de la justicia social. El Estado, mediante una ley, podrá intervenir en la economía y monopolizar determinada actividad, en salvaguardia de los intereses generales y dentro de los límites fijados por los derechos fundamentales asegurados en esta Constitución. Salvo la importación y exportación, que estarán a cargo del Estado, de acuerdo con las limitaciones y el régimen que se determine por ley, toda actividad económica se organizará conforme a la libre iniciativa privada, siempre que no tenga por fin ostensible o encubierto dominar los mercados nacionales, eliminar la competencia o aumentar usurariamente los beneficios.

La política petrolera adoptada durante la primera y segunda presidencias de Juan Domingo Perón (1946-1955), constituye un temprano ejemplo de nacionalismo desarrollista. Asimismo, confirma el componente realista y pragmático que orientó a dicha política. En otras palabras, Perón compartía con los sectores nacionalistas ortodoxos su interés por la explotación de un recurso estratégico y potencialmente disponible en el territorio y en el mar argentino. Pero mientras para estos sectores el monopolio estatal del petróleo era un dogma incuestionable, Perón se preguntaba si el Estado argentino estaba realmente capacitado para su explotación en forma eficiente. No era un nacionalista de medios, sino de fines. Estaba convencido de que Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), no tenía suficiente capacidad organizativa, técnica y financiera para un esfuerzo de esa naturaleza, tal como reconoció en su libro La fuerza es el derecho de las bestias, publicado en 1958, durante su exilio. Al aumentar la industrialización por la sustitución de importaciones y a su vez el transporte por crecimiento del empleo, comienza a sentirse la carencia de combustible. Dada esta debilidad de YPF, Perón buscó – previo a su derrocamiento - la ayuda del capital extranjero como medio para lograr el autoabastecimiento petrolero, un fin incuestionablemente nacionalista y a la vez práctico.

Ante el anuncio de expropiación del 51% de las acciones de Repsol – YPF, algunos sectores de derecha más concentrados, ligados a las políticas neoliberales y algunos medios de comunicación militantes antioficialistas cuestionan la medida y vaticinan graves riesgos para el País, ante las amenazas del Gobierno Español y de la Empresa Repsol. Convengamos que es “lógica” la reacción del gobierno Español, pero es indudable que es más ruido que nueces, dado los intereses que ese País tiene en el nuestro. Al respecto transcribo un escrito publicado en el sitio público.es (de España) por David Bollero: Por qué España agachará la cabeza con YPF : La expropiación de YPF se ha consumado. Ahora, prueba de fuego para las duras palabras del Gobierno español, para unos amenazas, para otros advertencias. ¿En qué quedarán esas “medidas claras y contudentes” que los ministros Soria y Margallo han repetido hasta la saciedad? ¿Cómo serán esas medidas que, según nuestra vicepresidenta, “no se anuncian, sino que se adoptan”? España por si sola no podrá hacer nada. No tiene el peso internacional para ello; estamos hartos de comprobarlo y esta cuestión no será distinta. Por eso el Gobierno busca desesperadamente apoyos externos, habiendo encontrado únicamente el de Méjico. El resto son ambigüedades, puesto que la misma Unión Europea ya habla de conflicto bilateral y la Comisión Europea ha reconocido que “la UE no tiene actualmente ningún instrumento legal que invocar a este respecto frente a Argentina”. Tan sólo podría ejercer presión pero al borde del colapso del euro, ¿le conviene? o, sencillamente, ¿se atreverá? Tras Brasil, Europa es el segundo mercado para Argentina y la UE el segundo inversor en el país austral con más de 44.000 millones de euros. Mucho dinero implicado que también, lógicamente, beneficia a las empresas Europas, escleróticas de números negros y que cada vez más han de mirar fuera del Viejo Continente para contentar con dividendos a sus accionistas -mientras despiden exprés a los trabajadores. Lo mismo sucede con España, cuyas exportaciones a Argentina son de unos 1.000 millones de euros al año y las importaciones del doble. ¿Se va a arriesgar el Gobierno español a perjudicar los intereses de grandes empresas en Argentina como BBVA, Telefónica, Endesa, Gas Natural, OHL, ACS, NH Hoteles o Inditex? Diría que no. Y diría que Cristina Fernández lo sabe… como sabe que además del ya declarado apoyo de Venezuela, cuenta con el de la práctica totalidad del mercado latinoamericano. Por todo ello y tras la actitud de gallito peleón, España terminará por agachar la cabeza en el asunto de YPF. Y, siendo honestos, es lo que toca. Queríamos capitalismo y nos han dado dos tazas. Nadie es rico si no es a costa de otro. Es una máxima que igual sirve para el ámbito doméstico como empresarial o de relaciones internacionales. Y cuando las tornas se dan la vuelta, escuece, pero hay que apechugar porque ese el estadio original que nos corresponde. Todo lo demás, artificio.
También el mismo David Bollero escribió en el mencionado sitio Lo que no se dice de Repsol YPF”, lo siguiente: ...En realidad, en el tema de YPF todo apesta (perdón por ser tan directo). A muchos, diarios incluidos, se les llena la boca hablando del poderío empresarial español, de la joya de Repsol y de cómo la posible nacionalización, total o parcial -podría ser sólo el 51%- espantará la inversión extranjera en Argentina. No entraré en valoraciones sobre si es correcta o no la nacionalización, pero mirando a la que se marca como modelo, la de Petrobras en Brasil en 2006, tan sólo decir que entre 2006 y 2010 Brasil lideró la atracción de inversión extranjera en Latinoamérica con más de 170.00 millones de dólares. Siguiendo con YPF, ¿ha sido correcta su gestión? Se subraya que supone el 60% de la producción de Repsol pero ¿y la letra pequeña? Si uno echa un ojo a los informes presentados en la Bolsa de Nueva York podrá comprobar con estupor que a fecha 31 de diciembre de 2011 y tomando 2008 como punto de partida, los activos de YPF crecieron un 45%, mientras que su pasivo -lo que adeuda, vaya-, un 204%. ¿Cómo es posible? En 2008 entró en YPF Ernesto Eskenazi, que acapara el 25,46%, aunque no pagó un solo dólar por ello. Entró a través de créditos bancarios que serían devueltos con dividendos. Quizás por eso, con el beneplacito de los gestores españoles, se llegó al inaudito acuerdo de repartir en dividendos el 90% de las ganancias netas durante una década (de media, una petrolera reparte un máximo del 30% de las ganancias), por lo que si era necesario afrontar nuevas inversiones se recurriría a nueva deuda. Así, en 2008, YPF repartió el 250% de sus ganancias: por cada dólar que ganó, repartió 2,5 dólares en concepto de dividendo. Como consecuencia, YPF debe tanto como vale: su valor es de unos 8.300 millones de dólares (21 dólares por acción) y su deuda también...

Corresponde aclarar que Repsol, no es técnicamente, ni una empresa española ni mucho menos del Estado español. El 42% pertenece a BP (british petroleum) cuando en el 2000 termina de comprar la Amoco, originaria fundadora de Repsol, el 9,5% es de la estatal mejicana Pemex. Repsol declara en España solo el 25% de sus beneficios, y solamente es ésta, la participación que puede llamarse estrictamente española. En segundo lugar, el gobierno argentino expropia el 51% del cual el 49% pasa a manos de las diez provincias argentinas que poseen petróleo y solo el 51% restante queda en manos del Estado nacional.
Sobre las repesarías que podrían tomar España y la Comunidad Europea, está claramente aclarado en los artículos de David Bollero que se transcriben más arriba. España es hoy el primer inversor extranjero en nuestro país y la Unión Europea es el segundo inversor en Argentina. Las exportaciones españolas a Argentina están alrededor de mil millones de euros, pero las importaciones desde aquí son por el doble. Según el Ibex 35, índice de la Bolsa de Madrid, las compañías españolas radicadas en Argentina ( Telefónica, Santander Río, BBVA, Banco Francés, Mapfre, DHL, Edesa, Cirsa, Santillana y una lista que se completa con más de 400 empresas) se llevan más de 26 mil millones de dólares por ingresos.
También se habla sobre la seguridad jurídica y los perjuicios que esto traería para las inversiones extranjeras en nuestro País. Si fuera así, las empresas convocadas recientemente para la explotación de distintas áreas petroleras, como ser Conoco Phillips, Chevron, Exxon, Medanito y la canadiense Talisman, entre otras, no hubieran aceptado la invitación de negociar e instalarse en el País. El capital no es solidario, no tiene banderas y lo único que le interesa es el negocio, por lo tanto si pueden ganar dinero van a invertir.
Sobre las amenazas de España y Repsol, tanto EE.UU y FMI estimaron que este es un problema bilateral, con lo que le da la espalda a los reclamos. También se menciona el CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones) dependiente del Banco Mundial. Si Repsol decidiera concurrir al CIADI y dado los antecedentes comprobados, se calcula que, entre el tiempo que llevará pasar por los tribunales argentinos y las apelaciones españolas, andaríamos más o menos por el 2020. Como referencia digamos que en el CIADI no están Brasil, Bolivia, Ecuador y Venezuela. El sentido del CIADI y para lo que fue creado por BM, es proteger a los grandes emporios radicados en las naciones en vías de desarrollo.

Está claro que desde mi formación política y mi pleno convencimiento ideológico, estoy a favor de la expropiación de una empresa emblemática como es YPF. Se puede hacer un análisis critico sobre el comportamiento o posturas en el pasado de los que hoy llevan a cabo esta medida, como así también si debió ser antes o no, pero eso no es lo más trascendente, lo más importante que se hizo y el futuro que se abre. Se sobre entiende que se debe conformar una conducción profesional y eficiente para los intereses del País y que supere las deficiencias que hoy existen y se logre los objetivos propuestos, entre ellos el autoabastecimiento, evitando así el enorme gasto de importar energía, que nos perjudica a todos. Con expropiar YPF no es suficiente, sino que se hace necesario explotarla correctamente. Es indudable que un País en desarrollo y que pretende seguir creciendo e industrializándose necesita cada vez más energía. Para un País modelado en 1976 y plenamente ejecutado en los 90, con un modelo de desindustrialización, desocupación y exclusión social, con una escasa producción bastaba.
Algunas dudas o criticas que se pueden deslizar desde el campo popular y nacional, en nada altera lo positivo de la medida en si, la cual implica un cambio cultural al desplazar las políticas neoliberales dominante durante décadas, las cuales quito de la orbita del Estado el control de los recursos naturales, los cuales deben estar indefectiblemente en manos del Estado. Sobre aquello que hacen sus objeciones porque no se hizo antes, quizás habría que evaluar la coyuntura, las prioridades que se debían atender, como así también el entorno y contorno.
Convengamos que nada será fácil, se parte de un punto muy bajo, porque los doce años de gestión de Repsol dejaron una YPF de singular atraso tecnológico, además la excavación para la extracción en las nuevas reservas localizadas es más costosa y complicada, dado que los pozos más económicos de explotar ya están siendo utilizados, por lo tanto será necesario una mayor inversión, pero así y todo, es positivo.
En los 90 – también por principios ideológicos - estuve totalmente en contra de la privatización de nuestras riquezas, por lo tanto, cada paso que se de en la recuperación de ellas – desde mi ínfimo lugar – estaré apoyando esas medidas. No debemos olvidar que la compra de YPF por parte de Repsol se realizó mediante presiones de la diplomacia española sobre Menem, para que vendiera YPF a un precio por debajo de su valor real. Así, se subestimaron las reservas y se saneó la empresa con dinero público antes de venderla. Esta venta significó la pérdida de miles de puestos de trabajo y la renta petrolera que era de gran importancia para el Tesoro Público argentino.
Es indudable que los hidrocarburos son un recuso necesario para el crecimiento económico del País y estos deben estar en manos del Estado.

Héctor Daniel Fernández

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido Daniel: por variadas razones que me han impedido concentrarme en escribirte, no pude comentar el excelente resumen que has hecho sobre el tema. Lo debo postergar, pero no quiero que pienses que pasó inadvertido.
Comparto todo lo que recordás y analizás. Y cuando pueda voy a resaltar un aspecto que me duele especialmente y que vos remarcás muy bien, y es la posición que muchos tuvimos aún desde la primera noche de la elección de menem, ya recordarás nuestras grandes dudas y temores, aquella charla en Ciudadela con Pedro, y lo rápidamente que se manifestaron esas traiciones. Por eso me duele especialmente que en los debates públicos se haya debido aceptar así como así que la culpa fué peronista en la privatización, sólo porque dirigientes que ya no nos representaban aceptaban eso. Que no se distinga que fué el pacto de Olivos, que llevó a modificar la constitución y la propiedad de los recursos (contra lo que establecía la constitución del 49), y del que fueron complices los radicales, reflejaba lo que ya proponían y no podían imponer Sorrouille y cia. en la última etapa de Alfonsín y lo pactaron con la rata. Que eramos muchos en la base peronista que estábamos sin representación (y no volvimos a votar el turco jamás) y la muestra fueron los 5 millones de Bordón en el 95. Que es depués,con esa nueva alianza social conservadora que desplazó a las bases peronistas que se concretó todo eso. Tal vez hoy no sea lo importante, pero lo tengo atragantado. Vos sabés todo eso, algún día lo charlaremos y tal vez haya que recórdarselos a los culposos que no quieren expresarlo.
Estuve en Congreso un rato la otra noche, es impactante la recuperación de la confianza juvenil, y el conocimiento que expresan los nuevos funcionarios jóvenes. Me da confianza que Cris amague con los viejos (De Vido) pero les ponga la sangre joven al lado o por encima. Tenemos la materia gris. Y ella tiene la ideología actualizada y conduce.
Falta un montón.
Pero estamos viendo cosas que creíamos perdidas. Hoy es el cumpleaños de Evita, y hoy comienza el jucio por Trelew.
Hasta pronto,
Un gran abrazo,
Juan Carlos

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