En estos
días la corrupción ocupa un sitial preponderante en toda la agenda mediática.
Es indudable que la corrupción es un problema serio y está atravesando a todo
el arco político y económico. Hoy el caso José López, por su espectacularidad y
obscenidad tapa todos los demás problemas y profundos cambios de modelo
económico, de un Estado presente a uno ausente, donde el mercado maneja la
economía.
Aquello que
de una forma u otra apoyamos un proceso político, con aprobaciones y críticas, pero
en la concepción de que tenía lineamientos ideológicos acorde a nuestro
pensamiento y tradición peronista, inclusión y ascenso social, fuerte presencia
del estado en la distribución de la riqueza, independencia económica, soberanía
política y sobre todo justicia social, nos debemos hacer cargo de estos
ladrones sin excusas, pedir a la justicia una investigación independiente de
los intereses políticos en juego, que busque a todos los culpables y caiga
quien deba caer que haya participado de este o cualquier otro hecho de
corrupción, desde arriba hacia abajo, de un costado y de otro, por todos lados
y limpiar de corruptos, para salvaguardar el buen nombre y honor de miles de
otros dirigentes que actuaron honestamente y sobre todo de los millones de
militantes y ciudadanos que tienen una concepción ideológica, que ningún
sinvergüenza nos va a cambiar. Estos hechos nos golpea doblemente, porque somos
defensores de un modelo donde el Estado debe ser protagonista como regulador de
la economía y protector social, que influya directamente en la redistribución
equitativa de las riquezas, pero no que parte de ellas se las queden algunos
sinvergüenzas, es necesario que los gobiernos progresistas profundicen los
controles y exigencias de honestidad de sus funcionarios, como así también
cambiar los códigos de ética. Sabemos que para que haya corruptos tienen que
haber dos partes, pero eso no es justificativo, los empresario son proclives a
estas cosas (denuncia de Hernán Arbizu JP Morgan - Magacausa de HSBC), nuestros
funcionarios no lo deben ser, y si hay uno o los que sean, deben ser castigados
inmediatamente por el propio gobierno, para generar confianza en la gente.
El
peronismo ha sobrevivido a 1955 y la revolución fusiladora, a López Rega e
Isabel, a las peleas fratricidas, a Herminio Iglesias, a Carlos Menem, Bunge y
Born y Cavallo, el peronismo sobrevive al tiempo y a los acontecimientos,
porque es el único movimiento que a pesar de su errores y defectos, le ha
otorgado al pueblo trabajador y los más desprotegidos, una posibilidad de vivir
mejor.
Lo de José
López o algún otro caso que aparezca, son un fuerte golpe para el Kirchnerismo,
para el peronismo, pero también para la política en general. Este cruce de
acusaciones mutuas de hechos de corrupción, evasión, incompetencia en la
función pública, cada vez nos acercamos más aquel “que se vayan todos”,
pregonada por aquellos que quieren bajar la intensidad de la política, aquellos
que reniegan de la discusión ideológica y la construcción popular. Los grandes
intereses quieren muy poca política, la degradación de los dirigentes y
erradicar la militancia para ejercer con absoluta libertad su hegemonía. Algo
así nos pasó en los 90. Los grandes medios monopólicos, instrumentos de esos
intereses, mantienen los casos de corrupción en el tiempo transformándolos en
cotidianos, con el fin de acrecentar el descrédito y destruir la política como
herramienta para fortalecer la democracia y construir una sociedad mejor.
Hoy muchos
se atreven a decir que el kirchnerismo está acabado (como en el 2008 con la
rebelión de la Sociedad Rural y las pérdida de las elecciones de 2009 y 2013),
esa posibilidad está latente y aquellos beneficiados por estos hechos como el
Gobierno (Cambiemos) y el Frente Renovador, intentaran de hacer desaparecer a
su enemigo, como es común en política. Pero con los hechos tan recientes es difícil
precisar el grado del impacto, eso se irá viendo con el tiempo, pero sin duda
han dado en el blanco. El Kichnerismo es un sector, importante, del Movimiento
Peronista, guste o no, podrá desaparecer como rótulo pero no su proyecto. De
desaparecer el Kirchnerismo como tal y a no muy largo tiempo perjudicara a la
Alianza Gobernante, porque desaparecerá ese enemigo que eligió para confrontar
y deberán rendir cuentas de sus actos de gobierno. Nadie puede negar la capacidad del peronismo
de regenerarse, como así también las organizaciones sociales, políticas y
sindicales que adhirieron al anterior gobierno y que no están dispuestas a
perder sus conquistas. Seguramente seguirá un purga de dirigentes manchados,
otros traidores dirán ahora que no estaban de acuerdo mientas antes
usufructuaban las mieles del poder. Aparecerán los “Pedros” que negaran su
afinidad con el kirchnerismo, como los legisladores que se escindieron del
bloque después de perder las elecciones y pasaron a ser colaboracionistas del
gobierno. Aquellos que ahora se mimetizan como el camaleón con los de Cambiemos.
Dentro de lo grotesco y repudiable que ha sido este hecho, es positivo para el
Movimiento Peronista sacarse la escoria de encima, los corruptos, los
desleales, los interesados y los traidores.
Por último
la coalición gobernante, a la que se la ve exultante y considera que ahora tienen
vía libre para aplicar las políticas que les parece y puede presionar a
gobernadores para sacar las leyes que ellos quieren, que tras el paragua
protector de López tiene todo el camino allanado, no debería perder de vista
que el descontento va creciendo, la
explicación de la pesada herencia ya no alcanza para justificar los altos
índices de inflación, los tarifazos, el aumento incesante de la desocupación, y
la sensación, fuertemente instalada, de que lo sueldos no alcanzan para llegar
a fin de mes. La resistencia y el descontento al modelo económico social de
mayor concentración en menos manos, germina en las bases populares, aunque no
tengan una conducción única y visible, lo que lo hará más incontrolable. Tampoco podrán olvidar que las cuentas
offshore, los capitales en el exterior y la evasión fiscal son parte del mismo
sistema corrupto que se denuncia, aunque se quiera mostrar distinto y este
cubierta por el aparato mediático. Cuando se debilite el poder que tiene hoy la
justicia ira por ellos y para la ciudadanía será igual o peor.
Así mismo no podemos dejar de lado la
“la patria contratista”, aquellos empresarios que se hicieron ricos con el
Estado y hoy sigue haciendo negocios y están involucrados en los hechos de
corrupción. Estos contratistas, que trabajan con todos los gobiernos, jamás
denunciaron ante la justicia estos hechos, porque se benefician con esa
corrupción, lo que los hace moralmente incompetentes.
Desde que asumió el nuevo gobierno
las noticias para los trabajadores han sido negativa, es cada vez más evidente
que hay una fenomenal trasferencia del sector del trabajo a los más pudientes.
Los trabajadores todos los días
debemos afrontar una catarata de medidas perjudiciales, que afectan directa a
nuestro salario y condición de vida.
El aumento de tarifas afecto
considerablemente nuestra condición de vida, debiendo controlar por demás el
uso de los servicios necesarios y todo progreso (heladeras, lavarropas,
televisores, aire acondicionado, microondas) que hemos podido adquirir durante
el tiempo en que los salarios equipararon a la inflación, ahora debemos
restringirnos. Como lo ha dicho recientemente el Economista Radical González
Fraga y aliado del Gobierno Nacional: “Donde le hiciste creer a un empleado
medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse
al exterior" y luego
reafirmado por la Sra. Vice Presidenta Gabriela Michetti: “Les hicieron
creer que podían vivir de esa manera eternamente” y la Gobernadora de la
Provincia de Buenos Aires: “Nos hicieron creer que podíamos tener
calefacción, electricidad y servicios”.
Quedando en claro el pensamiento de aquellos que hoy conducen el destino
del País y el lugar que le destinan a la clase trabajadora. Las condiciones de
vida lograda por la clase trabajadora pareciera que hubiera sido una “fiesta”
disfrutada por la población, que ahora deber ser pagada y no un derecho
adquirido con esfuerzo y sacrificio como productor de riquezas, en contra
posición de la fortuna que han hecho muchos del gobierno ocultos en paraísos
fiscales.
Está visto
que el tarifazo, ha sido una transferencia directa del usuario a las empresas,
que no han invertido en mejorar el servicio, pero que también está produciendo
graves incidentes en el sur y otras zonas de la argentina, donde el uso de la
calefacción es indispensable y las tarifas son impagables para empresas y
domicilios particulares.
El aumento
al transporte ha afectado a los que menos tienen, que son aquellos que deben
tomar por lo menos tres transporte para poder llagar a su trabajo.
La
inflación, principalmente de los productos de la canasta básica de alimentos,
que se dispararon y no han tenido ni tienen control alguno. A todo esto debemos
sumarle, como dijimos anteriormente, el aumento desmedido de los servicios. La
inflación en los próximos meses seguramente bajara, porque sería una catástrofe
que siguiera a estos niveles, pero no será por un éxito de la economía, por más
que la quieran plantear así, será por la caída en el consumo o sea por la
recesión. Al quitar las retenciones, los productos alimenticios se manejan al
precio internacional. Ejemplo: si aumenta el trigo, aumenta la harina y sus
derivados, si baja se mantiene al mismo precio, nunca baja.
Los
indicadores ya están marcando el alarmante cierre de empresas pymes y comercios,
la caída del consumo y por ende de la producción. En algunos casos ya no pueden
hacer frente a las tarifas y en otros casos por no poder competir con los
productos importados dado la apertura de las exportaciones.
La
desocupación, suspensiones, adelanto de vacaciones sigue en alza, cada vez
afecta a más trabajadores y el panorama sigue siendo, por ahora, incierto con
tendencia creciente. El gobierno con total compromiso con los empresarios y
dándole la espalda a los trabajadores, veto sin el menor miramiento la ley de
Emergencia Ocupacional, que ponía cierto coto a la sangría que se viene
produciendo en algunos sectores, y en cierta forma fue una señal al
empresariado para que sigan despidiendo al igual que hizo el estado. Esta Ley
no era una solución ni es lo ideal, pero era un instrumento que podía contener
en algo los despidos. Esta ha sido todo una señal y queda en claro que se puede
esperar de este gobierno y a que nos debemos preparar las organizaciones
gremiales y los trabajadores.
El gobierno estimaba que, la salida
del “cepo”, la eliminación o reducción de las retenciones y el pago a los
“buitres”, son señales que van a mejorar el “clima de negocios” de los
inversores. Esto en teoría les iba a generar inversión directa o financiamiento
para proyectos de inversión, produciéndose un aumento del empleo, la producción
y el consumo, lo que llevará a acabar con la pobreza de un modo genuino. El error
es pensar que la inversión sólo depende del “clima de negocios”, de la
eliminación de las restricciones en los mercados, y del beneficio empresario,
los tres aspectos a los que apuntaron las medidas económicas. Esto es lo mismo
que cuando Juan Carlos Pugliese, Ministro de Economía de Raúl Alfonsín dijo
“les hable con el corazón y me respondieron con el bolsillo”. Ocurre esto
cuando la realidad no se ajusta a sus teorías.
No se ve
luz al fondo del túnel por más que el gobierno apueste todo al segundo semestre,
aunque ahora dicen que será para el 2017. La inflación del 25% que puso como
meta el Ministro de Hacienda Prat Gay para todo el año, se le desbarranco y por
ahora estamos llegando por encima del 40%. Pensaron que la devaluación no se
iba a trasladar a los precios y se trasladó excesivamente, pensaron que el
aumento de tarifas y transporte no iba a afectar a los salarios y afecto
monstruosamente. A pesar del achique del estado con despidos y corte de
programas no han podido bajar el déficit fiscal, por el contrario lo subieron y
bajan las recaudaciones por la recesión, las estimaciones de crecimiento para
este año les están dando negativa. Caída de dos puntos del PBI, inflación por
sobre el 43%, salarios convencionales pactados a la baja, aumento de
desempleados y de la pobreza e indigencia. Ante tal descalabro, están tomando medidas
que comienzan a ser manotazo de ahogado, porque aquellos que le prometieron
invertir no lo han hecho en la medida que ellos pensaban, porque las
inversiones no van a llegar en la medida e inmediatez que ellos pretenden, por
más perdón (vergonzoso) que les pidan a los capitales extranjeros (Españoles),
porque lo único que ingresan son los capitales especulativos por las altas
tasas, la
relación tipo de cambio tasa de interés permite hacer importantes ganancias en
dólares en el marco de la libre movilidad de los capitales, las inversión
financieras son preferibles a las productivas para los principales operadores
económicos. Aquellas
empresas que invierten son las que ya están instaladas en nuestro país y hacen
la inversión, como todos los años, para seguir funcionando. Los inversores, por
más que ellos quieran mostrarse confiables, ven una probable conflictividad en
puerta y esto los espanta, por lo menos retrasara hasta tanto no se sientan
seguros. Además quien va invertir si mataron al consumo interno, matan a las
empresas con las importaciones, si pueden importar no van a venir a instalarse
en el País. Además no podemos salir a competir con nada al mundo. El aumento de
precios se comió la devaluación y para muchos dejamos de ser competitivos, por
lo tanto ahora comenzaron a reclamar otra devaluación. Es por ello que ahora, el gobierno, tratan con
algunas medidas (pago a los jubilados, quita del IVA, reactivar precios
cuidados y un fuerte endeudamiento externo para inyectar en las obras públicas
pensando en las elecciones 2017) enviar algunos pesos al consumo al agravarse
el párate, alcanzara? Además aquellos que ganaron con el cambio de políticas
sacan sus ganancias del País y no las reinvierten.
También,
los capitales que supuestamente estarían interesados en invertir, observan las
desprolijidades de una economía, con idas y vueltas, además de la toma de medidas
inmediatas beneficiando a sectores poderosos, que bien podía haber soportado un
tiempo más una situación desigual, exportadores, mineras, empresas de
servicios, etc., y ahora recién comenzaron a pensar, al ver el descalabro que
hicieron en sectores vulnerables y no tanto, en hacer parches para no tener
conflictos sociales graves.
Además, hay que tener en cuenta que el mundo
está en un proceso de estancamiento y principalmente nuestro principal socio
Brasil que está atravesando una profunda crisis política, social y económica
que repercute directamente en nuestra economía. Las grandes potencias tienen
stock de sobra y no saben a dónde colocarlos, al abrir la importación
introducirá esos stocks a muy bajo precio y perjudicara a nuestra
industria.
Ante un
mundo complejo como el detallado, el “enfriar” la economía para bajar la
inflación crea mayor recesión, y por ende, cierre de empresas y desocupación,
un circulo complicado de contener y que ya hemos vivido.
Es porque
no hay un panorama alentador que impulsa el blanqueo de capitales, encubriendo
una medida irreprochable, como es pagarles a los jubilados. Pero también con
una trampa, lo que puede ser la venta de las acciones de las grandes empresas
que tiene el Fondo de Garantía Sustentable de la Anses. Las empresas quieren
hacerse de vuelta de esas acciones y presionan al gobierno para que las liquide,
además el gobierno se puede hacer de dólares. También el proyecto pone fin a la
moratoria perjudicando a miles de personas y la creación de un subsidio para
los que no cumplan con todos los aportes, un hecho discriminatorio en un País
donde hubo una desocupación del 21,5% más de 3.000.000 de personas desocupadas,
un 40% de trabajo en negro y empresarios que no hacen los aportes. Con la misma
excusa, de pagarles a los jubilados, Carlos Menem liquido YPF. Este blanqueo
puede traer aparejado no a muy largo tiempo el desfinanciamiento del ANSES,
peligrando el cobro de las jubilaciones, además de preparar todo para volver a
las AFJP. Es tan evidente que usaron como excusa el pago a los jubilados en el
blanqueo, que ya anunciaron que van a endeudarse para pagar a los jubilados,
vamos de mal en peor. Ni los ministros y funcionarios del propio gobierno van a
traer la plata al País, por la falta de confianza.
Otro tema
que en estos tiempos se viene cuestionando es la profunda crisis judicial la
cual ha perdido legitimidad y credibilidad, donde los intereses políticos y
económicos se mezclan con los intereses de sectores de poder. Existen una
justicia complaciente con los poderosos o el poder de turno y otra severa para
los débiles o los que perdieron el poder. Jueces que gozan de privilegios que
el ciudadano común no goza, son elegidos por acuerdos de dudosa legitimidad. La
politización de la justicia, entrometiéndose en áreas reservada a los otros
poderes, legislando o juzgando políticas. Los gobiernos no se declaran
prescindentes y suman operadores. La mezcla extraña de la justicia, los
servicios de espionaje y los medios de comunicación.
En
definitiva el problema no son las medidas, sino el modelo económico en sí que
aplica este gobierno de CEO, que sabemos y conocemos de su insensibilidad, que
lo único que les preocupa es que le cierren los números, sin importarles si a
los que afectan con sus medidas son seres humanos de menores recursos, porque
ellos esa situación jamás la padecieron ni la han vivido. Hoy han gerenciado al
país como si fuera una empresa.
Estas
medidas las pueden tomar porque, por más que hablen de la pesada herencia y los
reales desordenes que existían, le han dejado un País con muy baja deuda
externa, sin conflictos sociales serios y con un cierto resto en el general de
la sociedad, que les ha ido permitiendo sobrellevar este ajuste, pero cada vez
queda menos resto y la tolerancia se acaba, haciéndose notar reiteradamente en distintos
lugares del País profundo. Cuando los sectores más vulnerables comiencen a
sentir día tras día las necesidades básicas insatisfechas (comer), saldrán a la
calle y será una seria señal para el resto de la sociedad. La conflictividad
social y gremial podrá ir incrementándose y esperamos que los dirigentes
sociales, gremiales y políticos estén a la altura de las circunstancias.
Esperamos que los niveles de conciencia y participación popular actúen como
contenedor de medidas que propongan un retroceso en esas condiciones de vida.
Está visto
que esta democracia está perimida, cuál sería el cambio ahora no lo sé, quizás
haga falta una democracia más directa, participativa y revocatoria de mandatos,
así como está no sirve, sólo termina por beneficiar a los más poderosos en
detrimento de los débiles. Las desigualdades se ensanchan, los privilegios de
los poderosos crecen y se reduce cada vez en menos personas. Hay una justicia
para ricios y otra para pobres. De qué sirve votar a diputados y senadores,
representantes del pueblo, si después cambian de posición ideológica según la
conveniencia personal o de la plata que le ponga el gobernante de turno al
gobernador o intendente.
Junio 2016
Héctor
Daniel Fernández